-Contraje matrimonio con mi novia de la secundaria, a los tres meses me anuncio que esperábamos un hijo, estábamos felices, él bebe llegó al mundo sin contratiempos, no cabíamos en sí de felicidad, hablamos de tener más familia, pero íbamos a esperar un poco más.

Una tarde mi esposa salió como todas las tardes a un parque cercano de nuestra casa, donde se reunía con otras madres de familia con sus hijos, ella iba feliz con nuestro hijo en su carrito, de pronto de la nada salió un carro sin frenos se fue contra ellos, los dos murieron al instante.

Cuando me dieron la noticia yo no lo podía creer, cuando salí de casa los dejes vivos sonrientes, tengo muy viva la última imagen que tengo de ellos, mi hijo me decía adiós con su manita al igual que mi esposa los dos sonreían y unas cuantas horas más una voz desconocida me decía que había perdido a los dos seres que más amaba en la vida.

La ira y la impotencia me invadió cuando supe que no había a nadie a quien castigar por tan terrible crimen ya que el chofer del vehículo murió a las pocas horas del accidente.

En este punto Antonio lloraba descontroladamente, Cuca quiso ir a consolar a su amigo, pero la doctora la detuvo.

-No, déjalo tiene que sacar todo el dolor que lleva dentro y esta es una forma de hacerlo.

Cuca no se puso en su lugar ya que ella en el fondo de su corazón presentía que su hijo vivía y tenía a un ángel protector que velaba por él, después de todo una madre presiente cuando un hijo corre peligro, el hombre siguió llorando, hasta que poco a poco se fue calmando, la doctora termino su charla todos empezaron a salir Cuca se quedó sentada en su lugar, la doctora hablo con Antonio unos minutos más y salió dejándolo totalmente calmado, él se dispuso a salir, Cuca fue a su encuentro lo abrazo mientras decía.

-No sabes cuánto lo siento, dime que puedo hacer por ti.

-Ya lo estás haciendo.

Ya no dijeron más salieron juntos de la clínica donde Lino esperaba por su hermana.