Parte/20
Lino le pregunto a Cuca.
-Como te fue.
- ¡Me fue mal muy mal, nada más vine a perder el tiempo, con tanto que tengo que coser!
-Pero porque dices eso.
-La doctora me engaño, me dijo que me iba a ayudar y no lo hizo.
-A ver, a ver para tu carro.
-Porque dices que te engaño la doctora explícame eso.
-Ella me dijo que me iba ayudar, pero en lugar de eso me metió en un salón lleno de gente loca, puros locos estaban allí en ningún momento menciono a Ozi.
-A ver Refugio, te voy aclarar una cosa, la doctora nunca te dijo que te iba a ayudar a encontrar a Ozi, te dijo que te iba ayudar a ti.
- ¡Pero a mí en que me va ayudar, yo no estoy loca, no estoy loca!
-Por ahora no, pero poco te falta y cuando eso pase no te voy a llevar a la clínica si no al manicomio, ahí si vas a estar acompañada de puros locos.
-Nunca imaginé, que tú, mi hermano me tildaras de loca.
-Yo no dije que estuvieras loca, pero si te falta poco, se te hace bien, andar llorando por las calles con la foto de Ozi preguntando a todo el que encuentras que, si lo han visto, metete en la cabeza el niño no esta en el barrio si así fuera ya lo hubiéramos encontrado, ni siquiera te das cuenta cuando los chamacos del barrio te gritan ahí viene la llorona.
-No es cierto, los niños no me gritan eso.
-Claro que sí y no les falta razón, la doctora te quiere ayudar a que recobres la cordura, tienes que curarte para que estés en tus cinco sentidos para cuando aparezca Ozi.
Ella le refutó a su hermano con mucho coraje.
- ¡Me dices eso porque a ti no te importa Ozi, como no es tu hijo, quieres que ya no lo busque más!
- ¡Pero como me puedes decir eso, he estado contigo desde que desapareció! Lo hemos buscado juntos, en el coche traigo una fotografía del niño, por si un pasajero lo conoce, en mis ratos libres salgo a buscarlo, porque ese niño no es mi sobrino, también es mi hijo y no me hagas recordarte quién estuvo contigo desde el momento que supe que estabas en espera.
Las palabras de su hermano sacudieron a Cuca, pero no estaba totalmente convencida de querer seguir acudiendo a las reuniones, era verdad que no se había dado cuenta que los niños le dijeran, la llorona, es más ni siquiera recordaba caminar por las calles llorando, se dijo para ella misma.
- ¿Sera verdad que hago esas cosas? Le pidió perdón a su hermano.
-Perdóname, soy una malagradecida, tienes razón Ozi es nuestro hijo, olvide tu dolor.
Se dieron un cálido abrazo su hermano le dijo.
-Ya no le des vueltas al asunto, si no me crees pregúntale a doña Tencha, ella fue la primera que se dio cuenta que estabas mal, porque crees que te llevamos a la clínica, o tampoco recuerdas eso.
-Si me acuerdo, lo que no se es porque me llevaste, pero te lo agradezco creo que si estoy mal.
-Es por eso que es muy importante que no dejes de ir a la clínica, ya que tienes la suerte de que no te cobren ni un cinco, tienes que agradecerles a Tencha y a Rosio.
-Si hermano no voy a faltar a las reuniones.
-Eso espero hermana, no lo hagas por ti, hazlo por nuestro hijo.
El siguiente miércoles estuvo puntual en la clínica, puso atención en los casos de las personas, algunos eran tan dramáticos que todos los presentes terminaban llorando.
La doctora sabía que palabras usar para que las personas sacaran todo el dolor que no las dejaba que sanara su alma, ella empezó a recordar cosas que ni siquiera sabía, si en realidad habían sucedido o las había soñado, pasaron seis meses no faltaba a la reunión de cada semana, había surgido una bonita amistad con el desconocido que ya no lo era.
Su nombre era Antonio su familia y amigos le decían Toni, ella le dijo que se llamaba Refugio y le decían Cuca, se sentaban juntos, daban su opinión del problema a tratar, pero hasta ese momento no habían expuesto su problema.
Cuca le pregunto a la doctora.
-Doctora Gutiérrez cuando me va a dar el alta.
-Cuando no sientas la necesidad de venir ese día te vas a dar de alta tu sola.
Cuca no entendió lo que quiso decir la doctora, lo que si era cierto es que ella contaba los días para asistir al grupo.
En ese momento cayó en cuenta, que algunas de las personas ya no iban y en su lugar llegaban otras, ese miércoles pidió la palabra Antonio, ella puso atención para saber cuál era el motivo del sufrimiento de su amigo este empezó hablar.
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