Los visitantes fueron pasando saludando a los niños de mano, cuando Emma vio a Ozi, le llamó la atención los ojos negros de grandes pestañas que la miraban fijamente ella se inclinó y le preguntó su nombre, el niño al verla pensó.

-Es tan grande como un árbol y blanca como un fantasma.

- ¿Cómo te llamas pequeño?

-Ozi.

-Estás muy bonito lo sabías.

El niño no contesto solo esbozo una leve sonrisa lo que cautivó más a Emma.

El matrimonio nunca había hablado sobre adoptar, pero Ozi le había ganado el corazón a Emma, le comentó a Scott.

-Scott ¿Qué te pareció el albergue?

-Te juro que no me esperaba encontrar un lugar así, pensé que era un lugar feo y descuidado.

-El lugar es humilde, pero no es ni feo ni mucho menos descuidado y sobre todo se ve que los niños están bien atendidos.

-Sé que nosotros nunca hemos hablado de adoptar un niño y, te lo confieso que antes de venir a este lugar, ni siquiera lo había contemplado.

- ¿Y qué es lo que te ha hecho cambiar de opinión?

-Un niño, cuando le pregunte su nombre me miro con sus grandes ojos, como implorándome que sea su mamá.

-Tanto te impresionó ese niño.

-Sí, mucho y creo que a ti también te impresionará. Ven vamos para presentártelo.

Cuando llegaron junto al niño Emma le preguntó.

-Hola Ozi, ¿me recuerdas?

El niño la miró con sus grandes ojos y solo asintió con la cabeza, enseguida Emma le dijo.

-Te presentó a Scott.

-Hola Ozi, ¿Cómo estás?

El niño solo los miraba asombrado, Emma le preguntó.

- ¿Te gustaría venir con nosotros?

El niño esbozó una gran sonrisa por primera vez, inmediatamente exclamó.

- ¡Me vas a llevar con mi mamá!

A Ema se le hizo un gran nudo en la garganta esa pregunta la desconcertó.

Scott viendo la turbación de su mujer intervino.

-Mira Ozi, nosotros no sabemos dónde se encuentra tu mami, pero te prometemos que si sabemos en donde vive te llevaremos con ella.

-Entonces si voy con ustedes.

Scott hablo seriamente con Emma.

-Creo que nos precipitamos en preguntarle al niño si quería ir con nosotros, lo primero que deberíamos haber hecho es preguntar los requisitos para adoptarlo, que tal si no somos aptos para adoptar, además tenemos que pensar muy bien si en realidad lo queremos hacer.

-Yo no tengo ninguna duda de querer adoptar a este niño.

- ¿Y qué pasaría si tenemos a nuestro propio hijo, sangre de nuestra sangre?

-Nada si Dios nos quiere dar un hijo propio lo querremos igual.

-Tienes razón, vamos a preguntarle a la madre superiora para ver si llenamos los requisitos.