ES QUE; ERES UNA ADICCIÓN
Lo que motiva a la gente ¿No suele ser infantil?
Akashi Seijuuro siempre fue alguien que obtuvo cuanto quiso.
Desde su nacimiento, rodeado de lujos y privilegios. Pero entonces ¿Porque había sido abandonado?
Su madre le había dejado a corta edad, su padre hundido en él dolor y por él parecido a su madre; haciéndole recordar a su difunta esposa le dejo de lado también.
Eso lo marco.
Creció solo, rodeado de gente que no conocía y que; en un afán de quedar bien tanto con el como con su padre hacían lo que quería.
Se convirtió en alguien que creía que todo cuanto pidiese, que; todo aquello en lo que posase sus ojos debía ser suyo.
Un pedido absoluto.
Y ahí nació su otro yo. Un ser que todo lo podía, todo lo obtenía.
Entonces; lo conoció a él, un pequeño doncel castaño que temblaba cual hoja al viento.
Patético.
Esa fue su primera impresión. Pero después, cuando cambio, cuando todo volvió a la normalidad pensó diferente. El chico; el cual tenia un nombre, uno muy bonito, era lindo.
Aprecio esas pequeñas pecas que pintaban el puente de su nariz, ese sonrojo que notaba cada que conectaban miradas.
Le interesó.
Y quien era él para no obtener lo que deseaba.
Una parte bien conocida de si mismo le insto a acercarse. A conocerle.
Y poco a poco fue enredando al castaño en sus garras, apresándolo y obteniendo lo que con ansias buscaba.
Sexo.
Seijuuro era bueno en eso; como en todo lo que hacia y Kouki, fue un dulce fino a un paladar exigente.
Se volvió una adicción.
El tenerle cerca, ver sus sonrisas, sus sonrojos y nervios. Admirar el sudor en su piel cada que lo tomaba, su respiración agitada y ojos lloroso por el placer. ¿Que mas expresiones haría?
Y como toda adicción tenia que ser erradicada de sus sistema. ¿Como podría convenirle a alguien como el emperador, alguien como el castaño?
No había posibilidad ya que; sin duda el ego y narcisismo del emperador eran probablemente una pared dura de tirar.
Seijuuro no dudo en cuanto la primera chica se le insinuó. Es decir; si quería deshacerse de una droga tenía que remplazarla por otra. O al menos así lo pensó.
Kouki era; alguien que salia de sus parámetros, nunca dudaba en decirle lo que pensaba, diablos; si hasta le caía bien a su padre.
Y cada chica con la que se acostó siempre hacian lo que el emperador ordenaba.
Pero eso no era suficiente, cada vez el hambre por el castaño lo consumían de una manera voraz.
Tenia que pararlo, Akashi Seijuuro no era alguien fácil de doblegar. Y se encontraba completamente arruinado por solo la sonrisa de aquel a quien se negaba a amar.
No fue difícil hacer coincidir con Kouki en una de sus tantas correrias con otras mujeres.
Evadió el mal sabor de boca que le dejo el decirle que no era una mujer y que le dejaba insatisfecho.
No fue difícil pasearse con una chica distinta cada vez que podía, no fue difícil.
Entonces ¿Porque? ¿Porque sentía que su corazón se hacia piedra cada que veía el rostro demacrado de ahora su ex pareja?
¿Porque se molestaba cada que sus amigos le impedían verle aunque fuera de lejos?
¿Porque?
—¿Como has podido Akashi-kun? ¿Como has podido hacerle tanto daño? ¡Kouki-kun te amaba con toda su alma?—
Seijuuro ignoro él dolor en su mejilla, incluso él ligero sabor de la sangre en su papilas gustativas.
Kuroko siendo su fiel amigo a pesar de años y todo lo sucedido no lo entendía, los ojos del emperador no le mentían ¿Porque lo había lastimado tanto?
Si en su propia mirada se hallaba una irracionalidad en sus actos.
—Ya no lo amo Tetsuya— contestó él pelirrojo, dando la media vuelta para marcharse —Y sera mejor que dejes de indagar en esto—
Seijuuro se marcho dejando con la palabra en la boca a su amigo. O bueno; no creía que seria aun considerado de esa manera.
Tiempo después recibió una inesperada llamada, en un principio pensó que; dado él amor que decía tenerle Kouki, este quizá quisiera rogar por volver con el.
Incluso tuvo la desfachatez de incluir a su padre en la ecuación, Akashi Masaomi se había encariñado inesperadamente con el castaño, preguntándole incluso a Seijuuro cuando lo volvería a ver.
—¿Que demonios quieres?.... No tengo tiempo para lo que sea que quieras decirme— una amenaza escuchada tras la linea y eso lo enfureció ¿Quien se creía para hacer eso? —No te atrevas a meter a mi padre en esto Kouki, o vas a arrepentirte—
Esas fueron sus palabras tras una nada informante llamada. Pactaron un lugar, para hablar y se dirigió ahí con rapidez.
Incluso su corazón se aceleraba al pensar y; recordar, que hacia tiempo no lo veía, ni siquiera en la universidad.
Sin embargo lo que obtuvo esa tarde no fue un pedido de amor.
—Que sea rápido— le dijo mientras miraba la hora en su reloj, necesitaba alejarse. La adicción volvía con solo tenerlo cerca y no caería en eso.
Nunca de nuevo.
¿Kouki esperando un hijo suyo?
Su corazón explotaría antes la noticia, ¡No! Eso no debía, no debió pasar.
Pero conociendo al castaño como lo conocía, sabia no terminaría con él embarazo.
—Enviare a mis abogados mañana mismo, también tengo algunos puntos de los cuales tratar sobre este... desafortunado incidente Adiós Kouki—
La bilis por él terror inundaba su esófago, la mirada llena de dolor del castaño le revolvía en estomago.
Repugnante.
Se suponía que nada ni nadie lo retendría de ninguna manera.
Los lazos y el amor eran cosas que había extirpado de sus sistema, si; eso era. Lo necesario para no sentir nunca mas que alguien lo abandonaría.
Golpeo el hombro del castaño al pasar a su lado, e incluso ese contacto lo dejo febril y lleno de ira.
¿Porque debía arruinar sus anhelos por un hijo?
Pero a su vez un hijo significaba muchas cosas, un miedo indescriptible le invadió. Jamas, jamas podría amar a una pequeña cosa que se le pareciera.
Y se odio y odio al castaño por hacerlo sentir de esa manera.
Vulnerable.
No noto cuando fue que subió a su coche, denteniedose gusto para ver como Kouki era sostenido por alguien que no era él.
Sus ojos destellaron en un brillo dorado cuando a su mente llego la idea de ser el quien le acunara. Quien me consolara.
Pero ese ya no era su destino, tenia un camino que seguir, ni siquiera porque en su mente ese "algo" gritara desesperado por salir, por darse la media vuelta y retractarse de sus palabras, el emperador quería salir.
Pero Seijuuro no cedería.
Entonces respondió a la pregunta hecha en su cabeza.
Es una adicción; Kouki, es una adicción, ahí tienes tu respuesta.
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