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Capitulo único


Hacía al menos dos semanas que Geralt y Jaskier se habían reconciliado de su última pelea en aquella montaña, luego de la misión en la que deberían haber matado a aquel dragón. Aquella vez, Jaskier se había ido de ahí con la intención de no ver de nuevo al brujo. Después de todo, ese era el deseo que Geralt le había dejado muy en claro y aunque le doliera en el fondo de su corazón, Jaskier no podía ir en contra de los deseos del brujo. ¿Por qué?, simple, porque lo amaba. Lo amaba más que a nada en ese mundo y se sentía increíblemente seguro a su lado.

Así que cuando se fue de esa montaña, se fue con la idea de jamás volver a ver a Geralt de Rivia. Grande fue su sorpresa cuando tres días después de eso, el bardo se volvió a encontrar con el brujo, quien lo abrazó como si su vida se le fuera en eso y, para aún más sorpresa de Jaskier, Geralt estaba llorando en su hombro. Justo cuando iba a preguntar lo que estaba sucediendo, fue el brujo quien habló.

-Lo siento...lo siento tanto Jaskier...aquel día en la montaña estaba furioso con Yennefer y me terminé desquitando contigo cuando tu no tenias la culpa de nada. Después te fuiste y me arrepentí al instante de todo lo que te dije así que al día siguiente te busqué para disculparme...y luego llegue al pueblo más cercano donde escuche todos esos rumores y...creí...creí que te había perdido para siempre ...-dijo Geralt volviendo a abrazar al bardo; quien correspondió el abrazo del brujo aunque estaba aún más confundido.

-Acepto tus disculpas Geralt, tranquilo. Entiendo lo sucedido en la montaña y créeme, no podría guardarte rencor ni aunque quisiera hacerlo. Lo que no entiendo es, ¿de qué rumores estás hablando y a que te refieres con haberme perdido para siempre?-

Ambos se sentaron bajo un árbol a descansar y para poder seguir hablando con tranquilidad. Roach, la yegua del brujo, se mantenía a distancia viendo la escena. Pero Jaskier juraría que esta también estaba feliz de verlo vivo. Geralt suspiró, limpió las lágrimas de sus ojos y se dispuso a hablar y aclarar de una vez todas las dudas del bardo a su lado.

-Cuando llegué al pueblo más cercano a la montaña, esperaba poder encontrarte allí y disculparme por lo idiota que había sido pero...me sorprendió escuchar los rumores de que un misterioso monstruo de los alrededores te había asesinado. Al principio me negué a creerlo pero luego encontré tu chaqueta a las afueras del bosque, completamente manchada de sangre y yo...creí que te había perdido para siempre y que jamás podría disculparme contigo ni decirte...- pero el brujo terminó de hablar en ese mismo momento y miró hacia otro lado. Evitando el contacto visual con el bardo.

-Pues como puedes ver, sigo muy vivo y listo para seguir contando todas tus historias mi buen amigo-

A pesar de que Jaskier quería saber lo que el brujo le quería decir y que evitó decir al final, no insistió. Ya era más que suficiente todo lo que Geralt le había dicho. Por los dioses, Geralt acababa de hablar más de lo que había hablado en años. De no ser porque cuando lo abrazó fue capaz de ver la punta de una cicatriz de Geralt de la cual solo él sabía, juraría que quien tenía enfrente no era más que un pobre diablo que estaba intentando imitar absurdamente a Geralt. Además, no iba a negarlo. Se encontraba increíblemente feliz de estar con Geralt nuevamente. Volver a sentir esa seguridad que solo el brujo era capaz de transmitirle.

Sabía que mientras Geralt estuviera con él, ningún otro hombre o monstruo volvería a hacerle daño.

Lo cual nos lleva a la situación actual. Habían llegado a aquella posada apenas hace dos días. Por insistencia de Jaskier, Geralt aceptó quedarse unos días y descansar en el pueblo antes de retomar su viaje sin rumbo. Todo iba bien, de hecho acababan de salir de la habitación y se dirigían a donde se encontraba la gente para que Jaskier pudiera tener su presentación. Y Geralt, como siempre, se limitaría a escucharlo cantar desde una mesa apartada.

Aunque nunca lo admitiría en voz alta, el brujo disfrutaba de la presencia del bardo. Jamás admitiría en voz alta que desde Jaskier llegó a su vida, la soledad había pasado de ser un alivio para poder aclarar las ideas, a ser una verdadera tortura. No imaginaba cómo sería su vida si el bardo decidiera un día que quería seguir solo su camino. No lo detendría. Pero el solo pensamiento le hacía sentir una opresión en el pecho que no le agradaba.

Grande fue su sorpresa al ver y escuchar que ya había un bardo cantando para las personas. La presencia del otro bardo no fue lo extraño. Normalmente Jaskier no tendría ningún problema y esperaría a que el otro artista terminase para cantar sus canciones. No tenía problemas con eso. Lo que realmente fue una gran sorpresa para Geralt fue la reacción de Jaskier ante la presencia del otro bardo.

Sus manos y todo su cuerpo temblaba, estaba sudando, desprendía un olor muy parecido al que Geralt solo había sentido cuando Jaskier estaba por ser atacado por un monstruo, con la única diferencia de que ahora, el olor era más intenso y ligeramente diferente. Miedo. Terror. Dolor. Asco...Odio... Su mirada parecía perdida pero Geralt pudo identificar esas mismas emociones en esa mirada. Le preocupaba y mucho. En un intento por sacarlo de esos pensamientos, Geralt tocó el hombro de Jaskier. Quien se alejó del toque como si éste mismo quemara y, por unos segundos, el terror en sus ojos se intensificó. Terror que se desvaneció en el mismo segundo en el que Jaskier pareció notar que quien estaba junto a él no era otro que Geralt.

En un intento de buscar protección, Jaskier abrazó a Geralt y en un susurro dijo:

-Vámonos de aquí. No me importa pasar ésta o las otras noches en el bosque. Realmente odio a ese tipo, por favor, Geralt. Vámonos de aquí.- Geralt, sorprendido, correspondió el abrazo que Jaskier le dio, abrazándolo de una forma protectora.

-Esta bien. Nos iremos en la mañana...-

-¡NO!...Por favor, Geralt. Vámonos ahora. De verdad que no quiero quedarme más aquí...solo...solo vámonos ahora. Te lo suplico.-

La voz de Jaskier comenzó a quebrarse. Geralt enserio que odiaba ver a Jaskier en ese estado. A él le gustaba ver al castaño feliz, sonriendo tanto que el brujo pensara cómo no se le dormían los músculos del rostro, le encantaba ver cómo el rostro del bardo se iluminaba al cantar o cuando escribía alguna de sus canciones. Sin embargo, ahora Jaskier se encontraba triste, aterrado y al borde del llanto. De verdad odiaba ver a su alegre pajarito en ese estado.

Había que ser un verdadero estupido para no darse cuenta de que el responsable de que Jaskier estuviera en ese estado, había sido ese bardo que en éste mismo momento tocaba su música con tanta devoción para un público ignorante de lo que estaba pasando.

Geralt no era tonto. Había vivido lo suficiente y había observado esa reacción las suficientes veces en otras personas como para hacerse una idea de lo que le había sucedido a Jaskier. Lo que ese otro bardo, le había hecho. La sola idea de que esa atrocidad le haya pasado a alguien, en su opinión, tan puro como Jaskier, le hacía sentir una enorme opresión en el pecho y un inmenso odio hacia el responsable. Sin embargo, decidió ignorar aquello por el momento y cumplir la petición de su pajarito.

Esa misma noche le pagaron al dueño de la posada por el tiempo que se habían quedado, guardaron todas sus cosas, ensillaron y montaron a Roach y se marcharon del pueblo. No estaban muy lejos del pueblo cuando Geralt encontró una cueva vacía en la que podrían levantar su campamento y pasar la noche.

Una vez habiendo hecho el campamento, ambos hombres se durmieron junto al fuego de una fogata que Geralt había prendido apenas verificaron que la cueva estaba vacía y segura. Jaskier se fue a dormir sin decir ni una sola palabra más que un simple "buenas noches". El brujo decidió ignorarlo de momento, luego podría preguntarle a Jaskier que sucedía.

Al menos dos horas después, Geralt se despertó al escuchar a Jaskier hablar como si suplicara que alguien se detuviera. Que lo estaba lastimando. Alarmado se incorporó tan rápido como pudo y tomó su espada en señal de alerta. ¿Cómo es que alguien había sido capaz de acercarse tanto sin que él lo escuchara? Los brujos nunca tenían el sueño profundo porque siempre debían estar alerta. Grande fue su sorpresa al notar que Jaskier hablaba dormido. Se relajó un poco al notar que no había nadie más que ellos. Se acercó a Jaskier con intenciones de despertarlo cuando escuchó más atentamente lo que el bardo susurraba en sueños.

-Por favor...me duele sacala...detente...yo no quiero esto...para...por favor...te lo suplico para...Geralt...ayúdame Geralt...-Para este punto, Jaskier lloraba y suplicaba dormido.

Geralt se alarmó con lo que escuchó. Y se alarmó aún más al ver a Jaskier así.

-Jaskier, despierta. Estoy aquí. Es solo una pesadilla. No es real. Despierta Jaskier. Jaskier... Jaskier... Jaskier!- volvió a repetir su nombre prácticamente gritando.

El nombrado despertó de un sobresalto. Aun con lágrimas rodando por sus mejillas e inspeccionando el lugar con una mirada repleta de terror como si buscara a alguien. Hasta que cruzó miradas con un preocupado Geralt y su mirada de terror cambió a una de esperanza y alivio. El brujo se sorprendió cuando Jaskier se abalanzó hacia él y se aferró a su pecho llorando y como si su vida dependiera de ello. Geralt solo pudo abrazarlo de forma protectora y susurrar palabras tranquilizadoras.

-Tranquilo Jaskier...estoy aquí...no dejaré que nadie ni nada te lastime...Fue solo una pesadilla...tranquilo Jaskier. Todo está bien. Estoy aquí...-

-Te lo suplico Geralt...no dejes que él vuelva a hacerme daño...no dejes que ese maldito se me acerque Geralt...por favor...-

En este punto, Geralt tenía demasiadas preguntas y necesitaba las respuestas si quería proteger a Jaskier. No podría protegerlo si no sabía de qué o de quien lo estaba protegiendo. Además, necesitaba comprender lo que le estaba pasando a Su Jaskier. Quien le había hecho tanto daño como para dejarlo en ese estado tan vulnerable.

-Tranquilo Jask, no voy a dejar que nadie te haga daño. Pero comprenderás que necesito respuestas- dijo Geralt, intentando ser lo más amable que podía.

Jaskier miró a Geralt, aun con los ojos repletos de lágrimas, rompió el abrazo y luego de un sonoro suspiro intentando calmarse a sí mismo, Jaskier parecía querer hablar pero al mismo tiempo parecía tener dudas de si contarle al brujo la verdad. Después de todo, desde que aquello le había sucedido, jamás se lo había dicho a nadie.

-Jask...sea lo que sea, estaré ahí para protegerte siempre. No me iré a ninguna parte- Esas palabras parecieron ser suficientes para tranquilizar al bardo y animarlo a decir la verdad.

-¿Recuerdas que alguna vez te conté sobre Valdo Marx?-

-Si. Lo odias demasiado aunque nunca entendí muy bien el por qué-

-Porque nunca te dije la verdadera razón por la que lo odio...Veras Geralt...cuando yo recién comencé a cantar como bardo...conocí a Valdo Marx y en poco tiempo se ganó mi confianza y se volvió mi amigo...hasta que un día...luego de una función que habíamos tenido juntos él...él abusó de mi confianza...se aprovechó de que yo era muy ingenuo y...y me...y me violó...-entonces Jaskier rompió en llanto nuevamente. Solo que esta vez abrazando sus propias piernas y escondiendo su rostro en sus brazos. Pensando que Geralt lo odiaría.

Por el contrario, Geralt estaba en completo estado de shock por lo que acababa de escuchar. Ahora no solo entendía el odio de Jaskier hacia ese desechable desecho humano. Sino que le había encontrado sentido al comportamiento de Jaskier esa noche. Su mayor sospecha se había confirmado. Y no podía evitar sentirse culpable y sentir una opresión en el pecho al ver a su hermoso pajarito en ese estado. Sin embargo, aún necesitaba confirmar lo que ya era obvio.

-Jask...el bardo que escuchamos cantar en la posada antes de irnos...era él?- Jaskier solo asintió. Sin parar de llorar ni levantar la cabeza.

La ira se apoderó de Geralt durante algunos minutos. Luego abrazó de forma protectora y con suma delicadeza a Jaskier mientras que le susurraba:

-No te preocupes Jask. Vuelve a dormir. Yo estaré aquí y te prometo que ni él ni nadie jamás volverá lastimarte pequeño pajarito. Siempre voy a protegerte.-

-¿Me lo prometes?- preguntó Jaskier esperanzado.

-Te lo prometo-

Luego de eso Jaskier se quedó profundamente dormido y tranquilo. Ignorante de lo que Geralt le llevaría la mañana siguiente.

Al despertar, Jaskier se preocupó un poco al no ver a Geralt a su lado. Por unos segundos, creyó que el brujo lo había abandonado y eso le hizo querer llorar. Al menos así fue hasta que vio a Geralt, afilando una de sus espadas al otro lado de los restos de la fogata. No pudo evitar sonreír aliviado ante eso. Aunque le causó mucha curiosidad la bolsa de tela manchada de sangre que Geralt tenía a su lado.

-¿Qué es eso, Geralt?-

-Velo por ti mismo si quieres Jask-

Cuando Jaskier abrió la tela manchada en sangre, por unos segundos se le fue el aliento con lo que vio. Era la cabeza, aun con un rostro de terror reflejado, de Valdo Marx. Diría que le horrorizaba lo que estaba viendo pero estaría mintiendo. Lo que tenía frente a él era lo que deseaba desde que ese maldito había abusado de él. Y ahora Geralt lo había hecho. Había hecho pagar a ese maldito y jamás lo volvería a lastimar. Ni a él, ni a nadie. No pudo evitar sonreír y se acercó a Geralt para abrazarlo mientras soltaba lágrimas de alegría. Abrazo que fue correspondido por el brujo.

-Gracias Geralt- Jaskier se sentía seguro en los brazos de Geralt.

-No tienes nada que agradecer. Siempre voy a protegerte y haré lo que sea por ti.- Dijo Geralt, feliz de volver a ver una sonrisa en el rostro de su bardo.

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