Cap. 9: La hora del chisme
—¡Oooh, Félix! —Me llamaron de pronto, sorprendiéndome con un abrazo que se guindaba de mi hombro.
Me apoyé de mi pie derecho para no caer y miré asombrado a Mat. Traía su uniforme del equipo de básquet al igual que yo. Desde que se nos unió participaba de todos los entrenamientos, tanto liderando al femenino como participando en el masculino. De vez en cuando le hacía la burla a Claus, pero eso eran detalles, en el fondo sé que no se caían tan mal.
—Oye —Reí con fuerza—. Pareces muy animada, jugaste increíble hoy.
—¡Lo sé! ¿No soy fabulosa? No podían seguirme el paso —Se morfó con ganas, separándose de mí para hacer un pequeño baile de felicidad.
—Eres sensacional —Reí de nuevo, alejándome de ella para sentarme en la banca y tomar agua.
—Oye... —Se sentó a mi lado, agradeciendo con una sonrisa cuando le pasé un vaso de agua—. ¿Sabes quién más estaba sensacional hoy?
—¿Ana?
—No, bueno, sí, pero no —La miré con picardía y suspiró dramáticamente—. Ella siempre está sensacional.
—Pues, no sé, ¿quién más se vio sensacional?
—Lop —El vaso quedó colgado del aire a centímetros de mi boca. La vi de reojo, ahora era ella quien me miraba insinuante.
—¿A-ah sí? —Me abofeteé mentalmente por tartamudear.
—Sí, se veía estupenda. Curiosamente, estaba más arreglada de lo normal. Maquillada, no usaba sus overoles; Félix, tiene un bonito trasero, quedé loca —Pensaba y me comentaba a la vez, mareándome y sonrojándome al mismo tiempo.
—¿Te comentó por qué? —Intenté no parecer muy interesado, pero era imposible.
—No, y se me pasó preguntarle
Lop sin sus overoles no era Lop. Solo la he visto una o dos veces sin ellos y fue en nuestro memorable viaje a Los Ángeles, donde pasaron tantas cosas...
Espabilé. Mat se estiró hacia atrás y, tomando del agua, miró hacia la nada. Entonces, cuando pensé ingenuamente que se iba a quedar callada, pensó en voz alta:
—¿Tendría una cita?
Sentí como algo me golpeó en el estómago
—Conociéndola, sería raro —Traté de mantener la calma—. ¿Tú que piensas?
—Quien sabe —Miró hacia la cancha, sonriendo cuando captó a un par de chicos hablando—. ¿Sabes si Jeff sigue con su noviazgo?
—No lo sé, ¿por qué?
—Es que, ahora que lo pienso, me pareció extraño, ¿no fue él quien intentó invitar a bailar a Lop? —Tomé más agua, de pronto sentía la boca seca—. ¿Estará interesado?
—No lo sé, ¿por qué no se lo preguntas? —Volteó a verme, sonriendo de lado.
—Porque ambos sabemos que serás tú quien lo haga, mucho más ahora que te metí la idea en la cabeza, ricitos.
Entreabrí la boca y ella sonrió más. Me dio un par de palmadas al hombro y, tras dejar el vaso vacío junto a los otros, se levantó de la banca y se retiró a las duchas, dándome una mirada cómplice cuando pasó disimuladamente al lado de Tom y Jeff, quienes la despidieron amistosos y siguieron hablando.
Han pasado unos días desde el cumpleaños con Mely, largos días después de haberme precipitado y evidenciar mis sentimientos ante todos, cuando la invité de un impulso a bailar porque claramente me sentí incómodo que otro lo hiciera primero. Tras verla en el pasillo recién levantada, no he vuelto a hablar con Lop. Se fue esa mañana con Henri y desde entonces yo era un completo lío.
Las palabras que me dije a mi mismo el día de las madres no dejaban de resonar en mi cabeza. Sudaba de los nervios y, una vez más, la paranoilla me obligaba a hacer cosas estúpidas. El otro día en el pasillo, por ejemplo, Lop nos saludó al pasar. Mientras que Claus y Tom le devolvieron el saludo, yo sonreí todo nervioso y choqué contra los casilleros, casi cayéndome contra un balde con el agua que utilizaron para limpiar los pasillos.
Me estuvieron molestando toda la tarde después en mi casa. Ya no era una teoría, ya no era solo una suposición; mis dos mejores amigos sabían de lo transparente que era y, ¡vaya que estaban disfrutándolo! Después de tanto tiempo de jugar conmigo, habérmelo insinuado, por fin les daba la razón.
Al menos indirectamente, porque todavía no era capaz de decirlo en voz alta.
Las acrobacias que hice para que no salieran corriendo a buscar a Mat para festejar, deberían ser honorificadas. Básicamente, tuve a uno sujeto de las piernas mientras hacía fuerza con los brazos para que no escapara el otro. Los alumnos que pasaron por ahí nos miraron raro y me pareció que tomaron fotos, que vergüenza.
—Uy, ¿qué pasa? —preguntó Tom al escuchar el sonido de mi taquilla cerrarse con rudeza.
Revisé disimuladamente nuestro alrededor. Solo Claus estaba del otro lado.
—¿De qué hablabas con Jeff? —Ser tan directo era extraño en mí y de ese modo me miró.
—¿Por qué? —Sonrió de lado—. ¿Celoso, cariño?
Suspiré, no estaba para esto.
—No lo provoques, parece que está de mal humor —comentó Claus del otro lado.
—Eso es lo tentador —Bromeó colocándose una camisa limpia.
—¿Y bien? —Insistí, sentándome en la banca para ponerme los zapatos.
—¿Por qué te interesa?
—Tom —Le advertí con la mirada, dejándolo mudo—. Por favor... No desvíes el tema con preguntas.
—Vaya... —Se sorprendió—. Alguien ya no es tan despistado.
Volví a mirarlo y se echó a reír. Rodé los ojos.
—¡Me preguntaba una dirección! —Por fin dijo, volteé pidiendo una mayor explicación—. ¿Recuerdas la floristería donde trabajaron ustedes en la semana de la caridad? Quería saber cómo llegar.
—¿A Exótica? —Tragué saliva.
—Ajá, me extrañó muchísimo. Bien pudo preguntártelo a ti o a Claus, pero ¿a mí? Si estaba en otro grupo —Se alzó de hombros, restándole importancia a su propia pregunta.
Mientras tanto, yo empezaba a creer en lo que me dijo Mat, dudando seriamente de cuáles serían los motivos de Jeff. Agradecía que estos dos no supieran todavía que Lop trabajaba ahí, o mi reacción ya sería un meme más en las redes sociales.
—¿Qué es lo que quieres saber, Félix? —preguntó Claus, sentándose del otro lado de la bancan muy interesado por la conversación.
—¿Saben si Jeff terminó con su pareja? —Lo solté y ambos se miraron, expandiendo sus ojos y entreabriendo la boca.
—No —respondieron al unísono.
—Jeff no suele hablar de su vida amorosa, es muy reservado —Tom se nos unió en la banca, llenando el puesto del medio.
—¿Por qué? —Claus se agachó a por su mochila.
—Por nada... —Suspiré, levantándome para tomar mi bolso y salir de los vestidores.
Ya que de ellos no podría sacar nada, si quería información tendría que ir directamente a la fuente —Y preguntarle a Jeff no era opción— o... a alguien con acceso seguro a ella.
Me relamí los labios y resoplé, ajustándome bien el morral para empezar a correr a las afueras de Houston. A estas horas no había ni un alma en pena con la que tropezar por los pasillos. Era viernes, tercer día de la semana en que teníamos los entrenamientos regulares, motivo por lo que salíamos muy tarde de la institución.
Así que me sorprendí, por obvias razones, cuando salí y, a lo lejos en el estacionamiento, visualicé la figura de tres chicas y otro chico, hablando en compañía del director; cerca de ellos, se acercaba un hombre con el traje de conserje y otro más, vestido de traje y saco, hablando animadamente con el empleado.
Creí reconocer a Chris, al viejo Blake y su nieto, Henri; pero las otras dos... Una era muy joven y usaba el uniforme de otra secundaria, así que es normal que no la reconociera; por otro lado, la chica castaña que permanecía de espaldas se me hacía familiar, ¿sería alguna de las amigas que Chris? No estaba seguro.
De pronto, el hombre con traje llamó al director Morales y este, avisando a dos de las jóvenes, se encamina hacia uno de los autos, mientras que el resto toma dirección hacia la camioneta de Henri, dejando al director atrás.
Fue entonces cuando entreabrí la boca y distinguí el perfil de Lop asomarse por la ventana del copiloto. Miles de preguntas empezaron a circular por mi cabeza y quedé estático, presenciado el proceso del desalojo de los autos por la entrada trasera.
Tragué saliva sin saber que pensar, ¿Lop se había metido en algún problema con Chris de nuevo? El peor de los escenarios me hizo negar, volviendo a correr para alcanzar un público en la estación al centro; no tenía tiempo que perder y tampoco paciencia para responder mis interrogantes, por lo que, por ahora, dejaría de nuevo mis sentimientos de lado para actuar.
Justo cuando estaba por llegar a la parada, me di cuenta de lo que estaba haciendo y apreté los ojos, retrocediendo y tirándome en la banca a esperar el bus; de todos modos, tenía que irme a casa. Debería aprender a controlar mejor este tipo de impulsos, sentía que ya iba a meter la pata de nuevo, que solo estaba exagerando y que en realidad Lop seguro estaba bien.
Pero, ¿y si no lo estaba? No se me quitaba la idea de la cabeza. Así que di un suspiro y saqué mi teléfono, pensando seriamente si en llamarla o solo dejarle un mensaje. Tras unos minutos me decidí y empecé a escribir.
Para: Lop.
Oye, perdón si soy muy directo, pero salía de la práctica y te vi con el director y Chris. ¿Está todo bien?
Lo envié sin mirar para no arrepentirme. En estas situaciones era mejor ir al grano. Guardé el celular y traté de tranquilizarme mientras esperaba que la respuesta no tardara mucho; sin embargo, a medida que los minutos pasaban y ni el bus ni Lop hacían acto de presencia, empecé a impacientarme. Hubiera tomado de nuevo mi teléfono para esta vez llamarla, de no ser por la entrada de dos personas gritándose la una a la otra.
—¡No entiendo porque debes ponerte así! —Se acercaban desde la derecha, una chica discutía con un chico de espaldas a mí.
—¡Es que yo soy así! ¿Qué es lo que no entiendes?
—¿Por qué es tu único pretexto? ¿Es que no sabes argumentar mejor tu mal genio?
—¿Por qué intentas cambiarme? —Se exasperó el chico, haciendo el gesto de sostenerse la cabeza.
—¡No lo hago, quiero que mejores! —Ella lo señaló y ambos se quedaron viendo desafiantes.
Por un momento no los reconozco, pero luego de escucharlos mejor termino por identificar sus voces y levantarme, carraspeando mi voz para llamar su atención y detenerlos. Tardan un poco en darse cuenta de mí, pero cuando lo hacen, Francisco gira sus ojos, revelando su mal humor, y Alice desvía la mirada, suspirando agotada.
—Hola, Fel —Ella fue la primera en hablar—. Perdona por eso, no te vimos.
—No te disculpes, está...
—Eso, no te disculpes —Me señaló Fran—. ¿Ves lo que te digo? Eres demasiada permisiva.
—Él no tiene nada que ver en esto, me disculpo por la escena, ¿qué tiene de malo? —contratacó entre dientes.
—Nada, eres así, demasiado perfecta para pensar en algo malo —espetó con sarcasmo y Alice lo asesinó con la mirada.
—No hablas en serio.
—Oh, sí, mírenme, soy Alice Sanders, no mato ni una mosca y todos me aman —Agudizó su voz, haciéndole la burla a su novia.
Indeciso, divago entre los dos, pensando en cómo detenerlos sin empeorar las cosas y se terminen matando entre ellos. Nunca los había visto pelear y se me hacía extraño, por no decir muy estresante la situación. Cuando siento que Alice está por sacarle un ojo a Fran con el dedo que lo señala, una cuarta voz se une al grupo y calla al resto.
Entreabrí la boca, la ironía no puede ser más grande.
—¿Otra vez? —Suspiró Jeff, tomando del hombro a Fran para que le diera paso y pudiera interponerse entre ambos.
Ninguno de los dos respondió. Alice se mantuvo de brazos cruzados, mirando hacia su lado mientras que Fran apretaba sus puños y dientes, retrayéndose en el suyo. Jeff nuevamente volvió a suspirar, viéndolos un segundo para negar y dirigirse hacia mí.
—Esto es más seguido de lo que parece —Me aclaró tranquilamente.
—Cállate, Jeff —murmuraron ambos entre dientes y el susodicho sonrió para sí, negando otra vez.
—Yo me encargo desde aquí con este —Señaló a Fran, el cual gruñó, rodando los ojos, dio la vuelta sobre su talón para cruzar la calle e irse.
—Jeff, no tienes que hacer esto —imploró en un susurro Alice.
—No lo hago, se supone que iría a mi casa hoy para mostrarle un nuevo videojuego que compré ayer —Palmeó suavemente su hombro, dándole una sonrisa que a cualquiera calmaría—. Ve a casa. Cuando se tranquilicen, hablen.
Alice le sonrió por complacencia y él la reconfortó con una más sincera, acariciándole el hombro para transmitirle apoyo. Tras unos segundos ambos me miraron.
—No sé si es mucho pedir, pero ¿podrías acompañarla a su casa?
—¿Qué? —dijimos los dos al mismo tiempo.
—Si no lo alcanzo ahora, es capaz de botarme y no quiero dejarla sola.
—¡Pa-para! —Se separó Alice de él, mirándolo con brutalidad—-. Félix seguro tiene cosas que hacer y yo no vivo tan lejos de aquí.
—No... —murmuré, llamando su atención—. No me molesta, iba a tomar el bus de todos modos.
—Pero...
—Está bien, en serio —insistí y aplanó sus labios, negando para sí.
—Hoy me volverán loca —espetó, saliéndose de en medio de nosotros para sentarse en la banca a esperar el transporte.
Tomando su rostro en medio de sus manos, se apoyó sobre sus rodillas. Cualquiera podría adivinar que no había sido su día.
—Estará bien, solo está un poco alterada por la pelea —Me susurró Jeff, dándose media vuelta para irse—. Gracias, nos vemos el lu...
—Es-espera... —Lo detuve del hombro, haciendo que se regrese sobre sus pasos y me viera de frente.
—¿Qué pasa? —Alzó una de sus cejas.
—Eh... bueno...
"¿Qué mierda hice?", me abofeteé mentalmente. En serio, debía aprender a ser menos impulsivo.
—No... Nada... —Me eché para atrás, no podía hacerlo.
—¿Seguro? No lo parece.
—Sí, no te preocupes —Tragué saliva—. Ve tranquilo, yo acompaño a Alice.
—Vale... —Aceptó arrastrando la «A». Sonrió desconcertado y se dio vuelta, esta vez sí, yéndose.
Suspiré una vez estamos solos, sentándome a su lado para acompañarla como lo prometí. Me sentía algo incómodo. No era que seguía dudando de mis sentimientos, pero no quitaba el hecho de que en algún momento Alice me atrajo; eso, más el espectáculo recién, me puso un tanto nervioso, sintiendo que la espera se hacía interminable.
—Oye, Fel... —Me tensé, volteando—. ¿De verdad no te molesta? Es decir, sé que tuvieron entrenamiento hoy, debes estar cansado.
—No te preocupes —Intenté sonar convincente, pero por su mueca supe que no lo había logrado—. De verdad, no me importa, puedo acompañarte hasta que te bajes del bus.
—¿Está bien, seguro? —Asentí de nuevo y esta vez sonrió—. Eres un sol, en serio.
Reí en voz baja, sintiendo como mis mejillas se calentaban un poco; eso me traía ciertos recuerdos de una flor que me dieron.
—Gracias —Sonreí igualmente—. A propósito, ¿qué hacías a estas horas en Houston? ¿Esperabas a Fran?
—Ajá —Su sonrisa se tornó triste y quise abofetearme—. En parte, salía de una reunión del comité.
Ahora no me sentía tan tonto.
—¿Ha habido alguna queja?
—No, de hecho... —Juntó sus cejas, pensando—. Ya habíamos terminado y de repente una de las chicas regresó armando alboroto —Enarcó una mueca—. Al parecer, cierta perra ha hecho de las suyas de nuevo.
—¿Cómo dices? —Me aproximo intrigado y ella me ve con diversión.
—Vaya, Fel, no sabía que te gustaba el chisme.
—¡No! —Reí—. Tampoco los rumores, siempre acaban en problemas —Asintió conmigo—. Pero anda, sigue.
Negó entre risas y se acercó más a mí para empezar a explicarme.
—¿Sabes de Paula Wade? —Asentí—. Bueno, esa maldita nos ha traído más problemas de lo común desde que Chris y esa chica, ¿Lop? Arreglaron sus asuntos y Chris fue castigada, ¿me sigues?
—¿Se pelearon de nuevo? —Más provechosa no podía ser la situación.
—No, pero algo —cargó su voz— ha ocurrido —Achicó los ojos, analizando—. Como te digo, Siena, del comité, regresó toda inquieta gritando: ¡ahora si se jodió!; una y otra vez. Al parecer, cuando iba de camino a dejar algo a secretaría, vio a Marla, la madre de Paula, y el que parecía el padre de Chris salir de la oficina del director. Discutían muy apasionados sobre no-sé-qué, en dónde estaban involucradas sus hijas.
—¿De la oficina con el director? —Abrí enormemente los ojos.
—¡Sí! —Se alejó un poco, llevándose su dedo índice a la barbilla—. Dijo que escuchó claramente que se iban a enfrentar. Marla parecía estar sufriendo y el padre de Chris estaba muy confiado, se miraban como titanes a punto de destruirse.
—Pero ¿cómo o por qué?
—No alcanzó a conocer los detalles —Hizo una mueca—. Pero creo que tiene que ver con Lop; ella y los conserjes Blake estaban esperando afuera con Chris y otra chica. Si no vinieran al caso, ¿qué hacían ahí?
—Quiero creer que estaban solo de paso, acompañándolas —Una vez más, pensé lo peor.
—Puede ser, pero entonces ¿por qué Chris se despediría de ella tan preocupada? Ellas se odiaban, ¿no?
Irremediablemente, tragué saliva y me pasé una mano por el cabello, arrastrándolo hacia atrás. Resoplé, liberando mi desconcierto, ¿qué era lo que debía pensar?
—A propósito... —Me llamó de pronto y la miré de reojo—. Cambiando descaradamente de tema, pero ¿qué era lo que le ibas a preguntar a Jeff?
Oh, mierda.
—¿Eh? ¿Yo? Nada, no sé porque piensas que yo... —Me detuvo con sus risas.
—Félix, creo que eres consciente de que no sabes mentir —Aplané los labios entre sí—. No te apenes, puedes contármelo.
—Es una tontería, no le prestes atención —Intenté desviarla y ella hizo un puchero, cuestionándome. Me reclino sobre la banca—. ¿Prometes que no le dirás nada?
—Soy del comité, sé guardar perfectamente secretos. No tienes nada que temer —Me zarandeó con su hombro, haciéndome reír.
—Bien... —Lo pensé con cuidado—. Tengo un amigo de un primo que nos visitó para el cumpleaños de Mely, ¿recuerdas a Samu? Bueno, ese.
—Okey... —Arrastró las palabras, haciendo memoria.
—Él en la fiesta conoció a esta chica, Lop, y pues... —Respiré profundamente—. Le gustó bastante.
—Ajá, entiendo —Sonrió intrigada, pidiendo con un ademán que prosiguiera.
—Lo que pasa es que este amigo de Samu vio a Jeff pedirle a Lop bailar y me está preguntando si le gusta. Le dije que no sabía porque hasta donde tengo entendido: Jeff tiene pareja, ¿no es así o...? —Lo dudé—. ¿Terminaron?
Estábamos hombro a hombro, hablando con la cabeza gacha. Una vez que suelto lo que quiero, Alice se aleja un poco y miró hacia arriba, entreabriendo la boca mientras pensaba que decir. Pasan un par de segundos y volteó sus ojos hacia mí, ensanchando su sonrisa hasta explotar en bajas, pero sentidas risas.
—¿Eso era todo? —Se echó el cabello hacia atrás y me miró—. No lo sé realmente, pero si quieres puedo preguntárselo luego.
—¿De verdad?
—¡Claro! —Sonrió abiertamente—. Pero con una condición.
—¿Cuál?
—Me dejarás programarles una cita.
Se le iluminaron tanto los ojos que bien pude quedar ciego. Las palabras morían una tras otras en mi garganta sin saber cómo contestar, me ardía la cara y mi cabeza se volvió un caos. Y ahora, ¿cómo salía de esta?
—¿Una cita?
—¡Sí! Siempre he querido ser cupido y esta es mi oportunidad.
—No creo que sea buena idea.
—¿Por qué? —Frunció su rostro, desanimada.
—¿Qué por qué? —Suspiré—. Lop es muy complicada, si la invitara directamente tal vez la espantaría, además...
—¿Además?
—No creo que ella quiera ese tipo de relaciones por ahora... —Desvié la mirada—. Y, posiblemente, ella no guste de él...
—¿Entonces qué es lo que quiere hacer si a Jeff le interesa Lop?
—No lo sé, ¿protegerla? Tal vez. Advertirle de que si va intentarlo no la lastime, quizás. O simplemente quitarse la duda, ¿yo que sé? —Alcé los antebrazos, echando mi cuerpo hacia atrás—. Lo único que deseo es no volverla a ver llorar... No merece que la lastimen más...
No la estaba mirando, pero sabía que se había quedado sorprendida. El silencio nos arrulla de forma amigable, dejándome procesar y, rato siguiente, avergonzarme por haber dicho, o mejor dicho confesado, en voz alta que me importaba tanto Lop que, prácticamente, desviaba mis propios sentimientos para no complicarle las cosas. Todo hasta el punto de ser insoportable y perder el rumbo de mis movimientos.
—Vaya... —Sentí su risa—. Ese amigo tuyo la quiere mucho —No me atrevía a voltear, sabía que estaba sonriendo—. ¿Tan especial es?
—¿Especial? —Sonreí de lado—. Ella es Magnifica.
Una vez más nos quedamos callados. Alice se mantenía al margen, sumida en sus pensamientos, mientras que yo repetía la base clave de su pregunta: Me gusta Lop, pero ¿qué era lo que quería? ¿Qué era lo que haría con esos sentimientos?
Todo se había complicado más para mí desde que los acepté, una parte de mí deseaba que desaparecieran, se escondieran en lo más recóndito de mi interior y no salieran; sin embargo, ¿cómo reprimes algo así? Algo que florece y se hace progresivamente más fuerte, algo que te hace feliz.
Estaba seguro de algo, por ahora no sería capaz de hacerlo.
—Félix... —La miré de reojo—. El bus.
—¿Eh?
Señaló con un dedo mi izquierda y volteé. Cerca de nosotros, a un par de cuadras, se veía un autobús acercarse. Reaccioné, parándome de golpe con mi morral al hombro, soltando un suspiro por lo bajo.
—Y, ¿Fel?
—¿Sí? —La observé sobre mi hombro, era al menos cabeza y media más baja que yo.
—¿Puedo darle un consejo a tu amigo?
Expandí los ojos y alcé una ceja, entreabriendo la boca. Sin nada que decir, solo me limité a asentir y ella sonrió.
—Dile que no lo piense tanto, mientras más le des vuelta más complicado se verá. Y amar no tiene que ser complicado, o no sería amar.
Me le quedo viendo hasta que percibo el sonido de los frenos del autobús fugarse hasta mis oídos. Uno de sus ojos mieles me guiña para luego dar un cuarto de vuelta y subirse primero, haciéndome señas una vez arriba para que subiera antes de que arrancaran sin mí. Suspiré y asentí, siguiéndola hasta uno de los asientos a mitad del transporte.
Aunque iba en contra de su consejo, me tomé mi tiempo para pensar, usando mis propias manos para distraerme un poco. Cuando creo tener una respuesta inclino mi cuello hacia atrás y volteo a verla, usando el reflejo de su rostro para encontrar sus ojos y que se girara hacia mí.
—Yo soy ese amigo —dije de pronto.
—Lo sé —Sonrió triunfante.
—No soy bueno mintiendo —Resoplé.
—No, no lo eres —confirmó entre bajas risas.
—Gracias, Alice.
—¿Podré organizar tu cita?
—No —Ahora yo reí por lo bajo y ella infló sus cachetes.
—Aguafiestas... —Gruñó y yo reí por lo bajo, negando con diversión y volteando hacia la ventana para disfrutar del viaje, todo mientras mi cabeza repetía la propuesta de Alice con insistencia.
"Tal vez en otro momento...". Sonreí a mi reflejo y bajé la mirada, esperando que de verdad ese momento llegara.
_____________
¡Holiwis, my loffies!
Lo sé, tenía bastante rato sin venir por aquí.
Y no pensaba actualizar hoy la verdad, de hecho estoy requetecansada justo ahora
Pero tocaba uwu Los extrañaba
Y cielos :'v
Pobre Félix, dando vueltas sin enterarse de nada :'v
Y Lop, que no tiene como comunicarse ahora :'v
Uy, que mala sincronización
Ay no me miren así, que conocemos a estos dos y que esperar XD
Por otro lado, que cosas con Alice owo
Tomen nota, chicas, tomen nota
Hoy no hay manita arriba, hoy y de broma estoy despierta
Mañana vemos si espabila mi ingenio
En el próximo capítulo bajaremos la guardia 7w7
Y seremos regañados :'v
En fin, tengan una bonita noche, tarde, día
La hora en la que lean esto XD
Los quiero
Ahí nos vemooos
Att: Keni
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