Cap. 5: Cadena de acoso
A D V E R T E N C I A
El siguiente capitulo trae escenas que pueden resultar delicadas para algunos.
Toca temas serios como lo son el acoso, la agresión y el bullying escolar.
Leer bajo discreción y tratarlo con el debido respeto.
—¡Largo de aquí! —Espalda.
—¡Muérete! —Estomago.
—¡Vete al infierno! —Barbilla. Perdí el equilibro y caí de nuevo.
—Y si sabes lo que te conviene.... —Pausó, obligándome a mirarla al sujetarme del cabello. Entre mi visión borrosa distinguí su sonrisa satisfecha—. No volverás a pisar esta escuela... —susurró en mi oído y me aventó al suelo.
"No volverás a pisar... No volverás...".
—Está regresando en sí... —escuché difusamente la voz de un hombre—. Recobra la consciencia...
—¿Lop, puedes oírme...? —preguntó otra persona. Una chica.
"Si". Quiero decir, pero no me sale la voz. Todo me duele. Estoy tan mareada que apenas puedo distinguir el movimiento de mi cuerpo. Irónicamente, parecía como si me encontrara flotando, cuando sabía que era un peso completamente muerto.
Sentí que me levantaron, hablaban cerca de mí.
—No cierres los ojos... —rogó la chica.
"No puedo...".
—Lop, soporta un poco, por favor...
"¿Por qué? Si igual no debería regresar... Dijeron que no lo hiciera...".
—Ya estamos llegando por ayuda, aguanta...
"Tengo sueño...".
—Lop, no. Por favor, resiste...
"¿Qué más da...?".
—¡Lop!
"Otra vez sucedió...".
Entreabrí los ojos con dificultad, la luz de un bombillo del techo me lastimaba la vista, el cuerpo lo tenía completamente entumecido y hasta respirar me dolía. Una sensación extraña se apoderó de mí, sentía como si hubiera dormido por siglos, pero aun así no había descansado nada.
Que desagradable.
—Despertaste... —susurraron—. Señor Blake, ¡Lop despertó!
"¿Blake? ¿Henri Blake...?". Comenzaron a revisarme. Unas manos tomaron mi brazo y lo sostuvo un segundo, luego lo soltó y acarició mi rostro.
—¿Lop puedes escucharme? —preguntó suavemente e instintivamente asentir, recibiendo varias pulsantes en mi cuerpo—. Bien...
Se separó nuevamente y regresó con algo que brillaba. Lo puso primero en un ojo y luego en otro, dejándome un poco aturdida. Al cabo de unos segundos recuperé parte de la visibilidad y finalmente pude reconocerla. Parpadeé dos veces, apretando un poco los ojos en la segunda vez y observé moverse a la enfermera.
—Enfermera Jordán... —susurré, recibiendo su mirada.
—Tranquila, todo está bien...
—¿De verdad? —Intenté sonreír irónicamente y, aparte de que miró con desaprobación, me gané otra punzada en mi rostro.
—Lo estarás —corrigió, devolviéndose a mi lado—. Creo que no tienes nada roto, ¿puedes moverte?
—Puedo intentarlo... —Me tendió una mano y con cuidado me ayuda a sentarme. No pude evitar hacer una mueca de dolor, parecía como si un cactus me abrazara—. No mucho...
—Por Dios... —dijo alguien más. Entre abrí la boca, recién me caía en cuenta de que el abuelo Blake estaba ahí—. Pero ¿qué mierda pasó?
—Señor Blake le agradecería que cuidara su lenguaje. En horas o no laborales, esto es un centro educativo —dijo la enfermera, siguiendo con mi revisión.
Me hizo un chequeo normal. Aparentemente, como bien supuso, no tenía nada roto, pero aun así mi estado era deplorable. Sentía que todo el cuerpo me latía y eso no era nada bueno. Me costaba enfocar de un ojo y pronto supe porque: estaba completamente golpeada; uno de los peores estaba sobre mi pómulo, por debajo del ojo.
—Mierda... —murmuré, mirándome en el reflejo de la ventana.
—Es lo que yo digo, ¿cómo pasó? —repitió el abuelo.
—A juzgar por los moretones no fue ninguna caída —advirtió Jordán.
—Yo... —Tragué saliva, tratando de mantener la calma y terminar de hacer memoria, aunque lo recordaba claramente. Suspiré rendida—. Sí, me atacaron...
—¿Quién? —preguntó seriamente el médico.
—Una alumna de mi curso —Sonreí débilmente, recordando con pena ajena la victoria en su mirada.
Tomé mis manos entre sí, las traidoras me temblaban. Instintivamente mi cuerpo lo recordaba: había pasado exactamente antes de que ingresara a Houston, cuando todavía estudiaba en el GWLA.
Solo que esta vez...
Mi cabeza empezó a doler, los recuerdos que tanto me esmeré en enterrar golpearon la superficie hasta marearme. Sudaba frío y quería vomitar.
—Paula Wade, ¿cierto? —Asentí instintivamente, de nada serviría mentirle—. Esa ma... —Tragó su propia maldición. Sonreí de lado—. Malvada niña, es un hecho que está mal de la cabeza. No he conocido a nadie peor, incluso Chris se ha redimido y dejó de causar tantos problemas.
» Una chica vino llorando ayer aquí porque le había robado su ropa y no tenía con que regresar a su casa, todo porque tropezó sin querer con ella y con las prisas no se disculpó; le tuve que buscar un uniforme de una de las chicas que tenía gimnasia para que no se fuera desnuda. No es lo único, es un dolor de cabeza. Y ahora agrede al salir de clases...
—Puedo confirmarle que no soy su primera víctima de este tipo... —susurré levantando lentamente la mirada.
—¿Cómo es que sigue invicta? —preguntó el abuelo, rompiendo el incómodo silencio.
—Su madre es abogada —resume despectiva.
—Hija de mami, eso lo explica todo —gruñó el abuelo.
—Sí, pero igual esto no puede quedarse así. Está llegando demasiado lejos.
—Recuerdo que machacó mi teléfono, así que es mi palabra contra la suya... —suspiré, tratando de no pensar en las consecuencias que me traería esto—. Sin pruebas, ni testigos... Cualquier cosa que diga lo negará.
—Estábamos a punto de llevarte al hospital —Me informa con preocupación—. Te encontraron hace casi dos horas y no reaccionabas; sin embargo, todavía deberías ir —Entrecerré un poco los ojos—. Conozco tus circunstancias económicas, así que procuré darte los primeros auxilios aquí, esperando que despertaras, pero no puedo garantizar al cien por ciento que no tengas nada serio.
Asentí, siendo que tenía toda la razón. Ni yo podía reconocer en qué nivel estaba mi dolor.
—¿Qué hora es? —Vi por la ventana, estaba todo oscuro.
—Las nueve.
No podía creerlo, ¿tanto?
—Seis horas... —dijo alguien entrando y el alma casi se me cae al reconocerlo—. A las tres. Fue cuando te dejé sola, ¿verdad?
Henri me observó arrepentido, la culpa se engranaba entre sus palabras. Lo miré con tristeza y por su bien negué, pero, para mala fortuna de ambos, me conocía demasiado bien. Inhalando con urgencia por la boca, se llevó el cabello hacia atrás y asintió por mí.
—Lo siento... —musitó.
—No fue tu culpa... —Traté de calmarlo, pero negó—. No podías saberlo...
—No debí dejarte sola... —Sus ojos se aguaron—. Me prometí que no lo volvería hacer... —Su voz se quebró, cortando cualquier posible continua oración.
—Estoy bien... —aseguré, moviendo un brazo para comprobarlo.
—Los espero en el auto... —murmuró y, sin dar chance de responder, se fue de la sala.
—Estará bien —dijo el abuelo para consolarme, acercándose y poniendo delicadamente una mano sobre mi hombro, antes de mirar a la enfermera—. Fue una suerte que aun siguieras aquí. Gracias, Jordán.
—Suerte fue suya al encontrarla —dijo humildemente, buscando algo en los estantes.
—Sí, gracias, abuelo.
—Yo no fui, Lop —Sonrió con tristeza, supongo que no le gustaba tampoco verme así. Abrí un poco los ojos.
—¿Quién sino? ¿Henri? —Negó.
—Una chica del grupo de teatro. Pidieron permiso para quedarse hasta tarde en la sala de eventos. Al salir te encontró tirada cerca de su casillero y salió por ayuda. Dio conmigo y te trajimos aquí.
—¿Del teatro? —repetí, incrédula de creerlo.
—Sí, creo que sigue en la sala —Asomó la cara detrás de las cortinas de la camilla—. No ha querido irse, al menos que despertaras.
—No puede ser más irónico, creo que se ha quedado dormida... —La enfermera dejó algo en la camilla y dio la vuelta para salir a la sala de espera.
Escuché débilmente lo que le dice, seguido del sonido típico de una voz despertando. Miré sobre mi hombro como se levantó y finalmente pasó con la enfermera, tímidamente, asomando su cabeza por el final de la cortina y recogiendo sus dientes hacia atrás al verme.
Una risa seca se escapó de mi boca, la enfermera tenía razón, era tan irónico.
—¡Qué horror! Se ha puesto peor. Te ves horrible —dijo Chris.
—Gracias, es la nueva moda: fresca y demacrada.
—Tú no sirves para seguir tendencias y, sin embargo, esta te salió perfecta —Volví a reír en voz baja, pero me detengo al notar la mirada triste de Chris.
Negué para mí, ¿triste Chris por mí? Me golpearon más duro de lo que creí.
—Está un poco difícil, pero... —Tomó aire por sus dientes—. Creo que puedo arreglarlo.
—¿Qué cosa? —pregunté confundida y ella alzó su mano, señalándome a mí de forma circular.
—Todo eso —Solté otra risa seca.
—Que graciosa y muy sutil —Se alzó de hombros y miró a la enfermera.
—¿Le adjuntó una crema? —Asintió y se la enseñó—. Bien, perfecto, no la cambie —Volvió a mí—. Si eres capaz de levantarte mañana (más de vale que sí) escríbeme y...
—Masacró mi teléfono.
Negó sin poder creerlo.
—Te veo entonces en el baño veinte minutos antes de la primera clase.
—¿Te volviste loca?
—Siempre lo estuve, puedes apostarlo.
—Chris creo que con su condición actual es mejor que permanezca en casa por unos...
—Si hace eso, solo la complacerá —Su sonrisa desvaneció y me miró con suma seriedad—. Te has enfrentado a ella varias veces, te las tiene contadas, pero para ella al final es quien ríe mejor. Paula ganará, siempre lo hace, ¿no te gustaría acabar con sus injusticias y darle una lección?
—¿Tú hablando de injusticias? No creí que lo vería alguna vez —admití muy sorprendida.
—¿Es una tregua? —No retrocedió, dejándome por un momento sin palabras.
—¡Un minuto! —Se alzó la enfermera y nos interrumpió—. ¿Qué descaro es este, señorita Wesley? ¿Armar una venganza en frente del personal académico?
—Yo no he oído nada —El abuelo se ríe, mirando hacia otra parte.
—¡Conserje Blake! —Lo regañó ante su aprobación y complicidad con las ideas de Chris.
—Ahora que no estoy, no hay nadie que controle a esa perra, puede hacer lo que quiere y esta cadena de acoso hacia Lop y otros alumnos no se acabaran, sino que empeorará. No es que sea algo nuevo en esta preparatoria, pero alguien debe recordarle su lugar.
—Así que es eso, ¿te molesta que te quitara el puesto de villana, Chris? —Me morfé y su sonrisa se ensanchó hasta hacerse maliciosa.
—Querida, soy una ambiciosa actriz, no importa que tan alto sea el estándar de un papel, siempre aspiraré al mejor. La excelencia no se consigue solo con el encanto natural, hay que forjarla. Paula le falta mínimo cien vidas más para alcanzar mi nivel.
—¿Quieres decir que te aliaras con una bruja para acabar con tu némesis? —inquirí inclinando una de mis cejas.
La ex líder del dúo Z dio un par de pasos hacia a mí, inclinando su cuerpo hasta apoyarse con una mano sobre la camilla y que nuestros rostros quedaran cerca, pero sin llegar a lo incómodo. No me eché para atrás y la encaré directamente.
—No hay duda de que eres una bruja, y una muy cruel —Con uno de sus dedos delineó el contorno de mi barbilla hasta el principio del moretón en mi mejilla—. No me agradas, ni yo a ti, pero tenemos un igual en nuestra contra; si quieres acabar con sus juegos, te veo mañana en el ala oeste.
—La ex reina de Houston evitando me quemen en la hoguera —Reí suavemente—. Suena interesante.
—Tienes suerte de que no me guste la compasión de nadie, Harrison —Suelta mi rostro y se separa, pasando en alto los reclamos de la enfermera y las miradas del abuelo para salir de la sala, junto con su alta dramática presencia.
—¿Nos vamos entonces? —indagó el viejo Blake, descruzándose de brazos.
—Un momento más, por favor —pidió la enfermera, entregándome la crema—. No quiero hablar mal de nadie, pero ¡Chris está loca! No deberías escucharla, si algo sale mal podrías meterte en más problemas.
—Por su petición intuyo que, ¿no dirá nada al director?
—Debería, pero usted es una joven inteligente y confío en que no aceptará esa idea de vengarse; no obstante, si veo lo contrario no dudaré en hablar con el señor Morales.
—¿Venganza? Creo que está subestimando a la señorita Weasley, enfermera Jordán —Sostuve la crema en una mano y con la otra me apoyé para intentar bajarme de la camilla.
Como supuse, el dolor era insoportable y tuve que hacer un esfuerzo para no demostrarlo del todo. Me enderecé y vi al par de adultos; ninguno entendía a lo que me refería, ninguno vio de cerca los ojos de ella, esa mirada calculadora con un plan en mente.
—No puedo asegurarlo, los actores son expertos mentirosos, pero... —Sonreí—. Aquella chica cualquiera, engreída y vanidosa, que usaba sus influencias para sí misma sin importar a quien dañaba solo para buscar atención; se fue, ha cambiado.
De lo contrario...
«No cierres los ojos...»
«Lop, no. Por favor, resiste...»
Simplemente pudo haberme dejado tirada, no hubiera rogado que aguantara, tampoco pedir ayuda y llevarme a la enfermería, menos quedarse hasta que despertara. No, hubiera preferido su cara llena de granos antes de ayudarme, pero lo hizo y de forma sincera; sabe fingir y ocultar sus emociones, pero al pegarse de frente a mí lo pude notar: sus ojos rojizos.
Estuvo llorando mientras yo seguía inconsciente...
Sea lo que sea el plan en que estaba pensando, no será precisamente una venganza.
. . .
—¿Cómo te sientes, hija? —preguntó el abuelo Blake mientras conducía.
—Realmente no lo sé... ¿Sorprendida? Quizás...
—¿Por qué esa perra te atacó o por qué tu...?
—¿Está bien que llames perra a una alumna, abuelo? —pregunté entre risa, desviando el tema antes de que mencionara a Chris
—Alumna o no, con mis nietos nadie se mete —declaró cabreado con media sonrisa y sin despegar la mirada del camino.
Sonreí del mismo modo que él, volviendo a ver la carretera. Estaba en medio del largo asiento, el abuelo iba a mi izquierda mientras que Henri a mi derecha, los tres callados y metidos en sus pensamientos.
El abuelo era tranquilo por naturaleza e incluso enfadado sabía cómo controlarse, así que no me preocupaba; pero Henri... De reojo podía ver la culpa en su semblante, la tristeza en su mirada y la rabia en su mano, presionada en un puño sobre su regazo.
Sabiendo lo que podía estar pensando alcé con cuidado la mano derecha y la puse sobre la suya, haciendo que se sobresaltara y me mirara deprimido. Dolía, pero presioné mi agarre e intenté una sonrisa. Queriendo, y esperando, que él también lo hiciera, pegué mi cabeza de su hombro para recostarme; estaba cansada así que cerré los ojos por un momento.
De este modo, sentí por fin como Henri se relajó un poco. Tomándose la confianza de acomodar mi cabeza, besó mi frente por encima de uno de los vendajes.
Era duro, lo entendía perfectamente, pero no quería verlo de esa forma de nuevo, no tenía razones para culparse.
Ese momento...
—¿Dejarás el G.W.L.A? —preguntó esa vez un tanto sorprendido—. ¿Estás segura? No todos los días se puede entrar a una institución como esa.
—Sí... —Lo miré son media sonrisa—. Ya no tengo nada que hacer ahí, es lo mejor. Hablé con el director, hoy veo mi última clase y recojo mis cosas.
—¿Quieres que te lleve o que te recoja luego?
—No —Reí suavemente—. Indiana irá más tarde a tu casa, nos vemos allá.
Ninguno de los dos...
—He oído que te vas —interrumpió una de mis "compañeras", mientras limpiaba mi casillero y tomaba mis cosas.
—Y viniste a despedirte, que dulce —aludí con ironía.
Tras pasar el cierre de mi mochila, cerré el compartimiento de metal con llave. Siendo que no tenía nada que agregar, me hice paso entre ella y sus amigas.
Grave error. En el último instante, se las arreglaron para usar mi propio peso en contra y me hicieron caer de espaldas.
—¿Sí? ¿Verdad? —Rió descaradamente la mayor, sonriendo cual depredador—. Y ahora no puedes irte, así como así, querida. Digo, pasamos por muchos momentos duros juntas, ¿por qué no tenemos una pequeña reunión de despedida?
Pudo haberlo sabido...
—¿Lop? —Escuché un llamado—. ¡Lop!
Otra vez, levanté la mirada. Una luz pegó contra mis ojos, haciéndolos doler; eran las bombillas de una camioneta. Henri salía, cerrando la puerta, JJ se asomaba por la puerta del asiento del conductor, tomándose con ambas manos la cabeza.
—¡Oh, por Dios, Lop! —Corrió hacia mí, atrapándome justo en el momento en que no soporté más la carga de mi propio cuerpo y me desplomé— ¿Qué te pasó...?
Mientras más huyes, más rápido te alcanza la misma historia...
—Lop... —Me sacudieron y sacudieron, haciéndome reaccionar.
Nos habíamos detenido a un lado de la vía. El abuelo me veía asustado mientras que su nieto me tenía abrazada, sujeta de mi mano izquierda y mi hombro derecho, buscando mi mirada con desesperación.
Tomé mucho aire y empecé a respirar lentamente. Mi frente sudaba frío y mi corazón latía con desenfreno, mis manos temblaban y mis ojos ardían. Sentía las mejillas heladas y húmedas, algo suavemente se deslizaba por ellas, dejando marcas saladas en mi rostro.
Estaba llorando...
Mierda, estaba llorando.
—Te quedaste dormida... —susurró Hen cuando pude volver a respirar con normalidad—. ¿Estás bien...? —preguntó, aunque ya sabía la respuesta.
Mis ojos se aguaron de nuevo, mi voz no salía así que en vez de responder negué y simplemente pegué la frente de su pecho. Tragó saliva, pero enrolló sus brazos alrededor de mí. No quería que me viera así, pero me permití, así fuera por un par de minutos, descargar todo el miedo y frustración que sentía sobre mis hombros.
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Holiwis, my loffies
Hoy les traigo un capítulo bastante duro, como verán
Siento que no importa cuantas veces lo edite, duele que jode verlo tan de cerca
Que Lop, pese a ser como es, pase por todo esto
Creo que a este punto, es claro que hay traumas y temas de su salud mental por tratar, así que espero que estén consciente que posiblemente vamos a sufrir con ambos protas
Mientras
¿Qué planeará Chris?
¿Qué hará Lop?
¿Será otra trampa o de verdad la ayudará?
Manita arriba, porque está potente el asunto
Detalle curioso: ¿Se dieron cuentan que se invirtieron los papeles?
En Distancia al mundo, fue Félix quien salió lastimado al principio de la historia
Y ahora en Por nuestro mundo, es de Lop el turno
Mosca con esto, están advertidos, porque habrá más turnos así
Ustedes intenten adivinar en donde, a ver que tan buena es esa memoria XD
Pero bueno, me voy despidiendo, me escapé un rato de las correcciones de la tesis para intentar actualizar.
Defiendo este lunes 10, así que no prometo actualizar este viernes, porque sé que voy a estar full de trabajo
La próxima vez que me lean, estaré aprobada para graduarme, así que pongan una velita con mi nombre <3
Se les quiere mucho
Att: Keni
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