Jackson nunca había sido un chico problema, siempre fue amable, atento, carismático, con una personalidad muy jovial y simpática, aunque para sus padres la opinión que tenían de él era distinta.

Su madre consideraba que su hijo era perfecto tal y como era, que sería un perfecto rey en cuanto el momento llegara, pero al contrario su padre consideraba que debía ser más serio y discreto, un rey debía ser respetado y venerado, pero para Nicolas su hijo era más venerado que respetado, y eso podía ser peligroso, si el pueblo no sabe de que es capaz un rey por su reino podrían tomarlo a burla.

En ese entonces Jackson, el príncipe de Overland tenía 17 años, una edad algo difícil, la edad de la independencia, el peliblanco anhelaba ser rey, poder tomar decisiones y cuidar de su reino, no tenía malas intenciones, solo un gran entusiasmo.

A pesar de las diferencias, después de muchos días de hablarlo sus padres llegaron a un acuerdo, Jackson necesitaba aprender sobre responsabilidad y demostrarle a ellos y a su reino que el iba enserio.

Dreamworks, el segundo reino más poderoso del mundo, tenía muchas tierras en su poder, pequeñas y grandes porciones de tierra distribuidas alrededor de su lado, cada una regida por un marques diferente y a su vez esa poción se dividía en pueblos, que eran gobernados por ministros, estos últimos eran los menos importantes en la jerarquía de nobleza tanto del reino de Dreamworks como en el de Disney.

Uno de los pueblos del reino Dreamworks era conocido como Avalor, teniendo como ministro a Raul de Avalor, su esposa Lucia de Avalor y sus dos hijas, la mayor Elena de Avalor y la menor Isabel de Avalor; durante un par de meses los reyes de Overland y el pueblo de Avalor tuvieron un acuerdo comercial, haciendo que ambos interactuaran y en cada encuentro el rey y la reina Overland notaron el parecido de Elena con Jack ambos aventureros e impulsivos pero con la diferencia de que Elena parecía ser más responsable y madura a comparación de su hijo por lo que la decisión ya estaba tomada, Elena se convertiría en la futura reina de Overland ayudando así a Jack con la responsabilidad de tener todo un reino.

Para los Avalor fue un regalo que su hija pasara de no tener título a ser reina, por lo que sin dudarlo aceptaron, se reunieron en las tierras de Avalor y dejaron que el príncipe Jack y la chica se conocieran, interactuaran, a Jack se le hizo algo raro pero decidió darle gusto a sus padres y paso todo el día junto a ella, pero a sus ojos Elena era una chica simple, sí, ambos se preocupaban por su pueblo y reino, pero Jack sentía que Elena no tenía porte ni carácter de princesa o de reina, a sus ojos era una chica muy rebelde e independiente, respetaba eso, pero sus modales y ademanes eran de una chica ordinaria, hasta su hermana Emma se comportaba mejor que Elena, lo cual le resultaba gracioso, pero no quería juzgarla, sería una buena amiga, al menos por el tiempo en el que sus padres tuvieran acuerdos con su pueblo o eso creía él.

Al día siguiente, después de haber regresado a su reino, los reyes de Overland interrogaron a su hijo, todo en torno a Elena.

—y bien hijo, dinos, ¿te gusto Avalor? ¿Que opinas del pueblo?—la reina estaba muy entusiasmada con la idea de organizar una boda

—bien, fue interesante y divertido conocer un pueblo del reino Dreamworks—al principio Jack no prestó atención a las indirectas

—y ¿que opinas de Elena? Se veían muy cercanos en nuestra visita

—¿cercanos? No, Elena solo fue amable y me mostró su pueblo, su cultura, sus tradiciones, algunas leyendas, historias acerca de cada lugar de Avalor, solo eso

—pero ¿que piensas sobre ella? Algo conciso hijo dinos ¿te agrado?

—bueno, es bonita, es agradable pasar tiempo con ella, no lo sé ¿porque tantas preguntas?

Fabiana no pudo aguantarse la emoción de contarle a su hijo la noticia de su matrimonio por lo que con una sonrisa en su rostro se lo dijo.

—queríamos decirte esto hasta pasado mañana que llegará Elena, pero no puedo contener la emoción, tu padre y yo pensamos que ella sería perfecta para convertirse en reina de Overland

El sonido de la cuchara cayendo al piso fue el único ruido que se escuchó después de tal noticia.

—c...como que reina, hablan de ella y yo como ¿reyes? No entiendo padre, puedes explicar.

—si hijo, tu madre y yo consideramos hacer un matrimonio entre Elena y tú

—y ¿eso solo lo hablaron entre ustedes? ¿Acaso mi opinión no importa en absoluto?

—claro que importa hijo, solo que creímos que estarías de acuerdo, tú y Elena parecían llevarse muy bien y pensamos que con el tiempo ambos formarían más que una amistad

—la única razón por la que me lleve bien con Elena es porque ustedes tenían acuerdos comerciales con su pueblo, no pensé que ustedes llegarían a confundir amabilidad con amor, de haber sabido que lo harían jamás hubiera aceptado ir—Jack comenzaba a levantar la voz y eso a sus padres no les gustó.

—Jackson contrólate, nosotros solo pensamos en tu bien

—¿en mi bien? Casarme con una desconocida que no se como será como reina no está bien, ¿en que estaban pensando?

—EN TI! Eres muy inmaduro Jackson, no tienes metas concisas, no pareces tener en cuenta la realidad de que te convertirás en rey, debes de ser justo y serio, nada de bromas, pero no pareces entenderlo, un rey debe hacer lo que es mejor para su pueblo, pero creo que no estás listo

—pero claro que estoy listo...

—CON ESTO ME DEMUESTRAS QUE NO

—porfavor, basta, Nicolas, Jackson vamos a calmarnos porfavor

El tema ya estaba sobre la mesa y como rey de Overland Nicolas decidió tomar la que él pensó sería la mejor decisión, ya habían acordado con el pueblo de Avalor un matrimonio, no había vuelta atrás, Jackson debía acostumbrarse a tenerla a su lado como su reina, como su esposa, de lo contrario sería faltar a su palabra y eso el nunca lo haría, antes muerto que faltar a su palabra, lastima que Jackson también había tomado una decisión y él tampoco faltaría a su palabra.

Los dos días pasaron y Elena llegó a Overland, solo habían llegado ella y el capitán del barco, Elena no era tan importante por lo que no necesitaba de seguridad y protección o eso creyeron sus padres.

Elena estaba decidida, ella ya se veía como futura reina, con cientos de vestidos dentro de su closet, sirvientes por doquier haciendo todo lo que ella mandara y el pueblo, muchas personas adorándola y respetándola, sí, eso era justo lo que ella siempre había soñado y aún mejor con el guapo príncipe de Overland, desde que lo conoció había quedado hechizada por la belleza del príncipe, perfecto se quedaba corto para como ella lo describiría, era inteligente, atento, divertido, caballeroso, amable, todo lo que ella siempre había esperado de un hombre, el hombre de sus sueños.

Sin embargo desde que Elena llegó Jackson se iba a asegurar de que la castaña lo conociera en verdad, su faceta más sombría y desdichada, de esa manera Elena sería la que cancelaría la boda, pero la chica aún estaba en la fase del enamoramiento en la que uno no se da cuenta de los defectos del otro, por lo que todo lo que Jackson hacía Elena parecía no tomarle importancia y solo se enamoraba mas.

Tres días pasaron y la chica parecía más embobada por el peliblanco, pero Jack estaba cada vez más harto de que nada de lo que hiciera pareciera hacerle daño a la castaña, tal fue su grado de desesperación que un día se le insinuó a la chica. Descaradamente le dijo que la deseaba y que si quería demostrarle su amor ella debía de entregársele, Elena al principio se negó, ella aún era pura y no quería entregarse sin antes estar casada, pero Jackson insistió tanto en que era la única forma en que él se casaría y ella terminó por aceptar, esa misma noche Elena se escabulló hasta el cuarto del príncipe, en medio de la noche Elena se entregó en cuerpo y alma al príncipe de sus sueños, para ella todo fue especial y de ensueño, jamás había tenido una experiencia así y para ser la primera vez fue perfecta, pero para Jackson esa primera vez fue solo diversión, para él Elena era una ingenua que cayó en sus brazos con tan solo unas palabras bonitas, una fácil.

Al día siguiente la chica se despertó feliz y un poco adolorida pero poco le importó, no pensaba más que en su príncipe azul de ensueño perfecto, el más perfecto de todos, mas enamorada y más entregada a ser su esposa, Jack no creyó lo que vio, su ira iba en aumento, después de la noche que pasaron juntos Elena fue más atenta con todos, ganándose el corazón de sus padres y hasta de su hermana, eso lo hizo ver su futuro, Elena a su lado siendo más amada y más querida por su pueblo, ganándose el corazón de todos en Overland y él, olvidado, siendo menospreciado y sin voz ni voto, algo que definitivamente no dejaría que pasara, decidió hacerlo por las buenas, volvió a citar a Elena en la noche pero esta vez, en el muelle, ella llegó puntual con una sonrisa en su rostro recordando el anterior encuentro que tuvo a mitad de la noche con su amado, pero lo que Jack le dijo la destrozó, el fue sincero y poco amable al decirle a la chica que no la quería, que solo había jugado con ella y que ni se ilusionara en que se convertiría en reina porque él no dejaría que eso sucediera, a Elena el corazón se le rompió en miles de pedazos al saber que Jack no la amaba como ella a él, pero eso tampoco impediría que se convirtiera en reina, Elena anhelaba eso, sus padres estaban orgullosos de ella y tenía de su lado a los padres de Jack, por lo que con toda la rabia que tenía en su interior le dijo que no, que no desistiría de convertirse en su esposa, así Jack no sintiera ni un poco de afecto por ella.

Eso hizo que Jack ardiera en cólera, no iba a permitir que Elena lo sobrepasara, ella no era nadie para quitarle el lugar que le correspondía por nacimiento, no pensó en las consecuencias, los celos y la ira lo cegaron, haciéndolo dar dos pasos hacia adelante y aventar a la chica al agua, cuando su cabeza salió a flote, Jack la tomó y la sumergió dentro, la estaba ahogando, jaló el castaño cabello hacia arriba, haciendo a la chica toser y escupir el agua que había tragado.

—tú nunca serás reina, no lo permitiré—volvió a hundir su cabeza y la dejó un largo rato, soltándola antes de que la chica terminara muerta, esa no era su intención, solo quería darle un escarmiento—será mejor que te vayas, tú personalmente mañana en el desayuno le dirás a mis padres que no soy la persona que esperabas y que la boda se cancela, no darás más explicaciones, solo te irás y jamás volverás, si no, créeme que regresaremos a este lago y no tendré piedad.

Jack camino de regreso a su castillo, su corazón latía a mil y su respiración era irregular, un escalofrío recorría su cuerpo por el frío de la noche en su reino, no pensaba más que en que pronto todo volvería a la normalidad, pero no espero que la chica saliera del agua y con un pedazo de madera lo golpeara en la cabeza, la fuerza no fue suficiente para desmayarlo pero lo hizo perder el equilibrio unos segundos, cuando regresó en sí, su mano logró alcanzar una piedra y con todo el odio y la adrenalina dentro, terminó regresándole el golpe a la chica, su fuerza era mayor y todas las emociones combinadas hicieron que sangre brotara de la frente de la chica, ella grito y trato de defenderse con el palo, pero fue imposible Jack la inmovilizó y terminó golpeándola una vez más, Elena estaba asustada pero si lograba quitarse de encima a Jack podría correr y pedir ayuda a alguien cerca, con el palo golpeó con fuerza la mano de Jack haciendo que este tirara la roca en su mano, pero también lo enfureció más, por lo que el chico con sus manos tomó el delicado cuello de la castaña y terminó por ahorcarla con fuerza.

—te dije que no tendría piedad—fueron las últimas palabras que Elena escucho antes de quedarse sin aire, sus últimos momentos los paso luchando en vano, tratando de quitar las manos del peliblanco de su cuello y de alcanzar el palo que voló lejos con el manotazo del príncipe, después de lo sucedido Jack arrastró el cuerpo inerte de Elena hasta la puerta por donde había salido del castillo, una puerta trasera que él había pedido a los guardias dejar libre solo por esa noche, no supo que hacer, no pensó con claridad las cosas, no fue hasta el momento en el que vio con detenimiento el cuerpo de la castaña que sintió miedo, un pánico enorme de lo que acababa de hacer, mató a una chica, no pensó más que en esconderla, podía enterrarla en la tierra o hundirla en el lago, escondió su cuerpo entre unos arbustos y entró al castillo buscando una pala para la primera opción o una soga para la segunda, lo único que no pensó fue en encontrarse con su madre, la cual no podía dormir porque no dejaba de pensar en si tomó la decisión correcta al apoyar a su esposo en el matrimonio forzado, pero el sonido de la puerta ser abierta la saco de sus pensamientos y termino por ahogar un grito cuando vio a Jackson con la camisa manchada en sangre y todo lleno de tierra, corrió hasta el y lo abrazó, le pregunto lo que había pasado y Jack no pudo aguantarse las lágrimas y le confesó a su madre la atrocidad que acababa de cometer, la reina se horrorizó e inmediatamente pensó que hacer, no podía estar más espantada, su bebé había matado a alguien, Fabiana terminó despertando a su esposo entre lágrimas y con la peor cara, el rey Nicolas se levantó y después de escuchar a su esposa explicarle lo que previamente su hijo ya le había dicho, no supo cómo reaccionar, se quedó en shock unos momentos y después ambos salieron a ver el cadáver de la chica, y comprobaron que definitivamente estaba muerta.

—que fue lo que hiciste hijo—temeroso le pregunto Nicolas

—solo hice lo que un rey, pensar en lo mejor para su pueblo—Jack pensó en las palabras que su padre le había dicho el día que le confesaron que su vida ya estaba planeada, sus ojos se obscurecieron al decirlo y su respiración se hizo más pesada dejándoles ver a sus padres una imagen de pesadilla.

Todo padre ama a sus hijos, serian capaces de matar y morir por ellos, el solo hecho de pensar en Jack como un prófugo, viviendo como un mendigo, o aún peor, tras las celdas de una horrible prisión hizo a los reyes tomar una de las peores decisiones en su vida, encubrirlo; primero llamaron a uno de los guardias del castillo, el de su más entera confianza y lo hicieron jurar que todo lo que viera o escuchara tendría que llevárselo a la tumba, el guardia aceptó y juró confidencialidad completa, después los reyes le ordenaron cargar el cuerpo de la chica hasta un bote, el guardia tendría que navegar lejos y cuando ya no vislumbrará el castillo tomar a la chica enredarla en un ancla y tirarla al mar, regresar e ir directamente a su dormitorio en el castillo, quemar su ropa manchada por la sangre, tomar un baño y olvidar lo que paso, el guardia hizo lo pedido y mientras los reyes ayudaban a su hijo a tirar la ropa que traía puesta a la chimenea, quitarle la sangre de las manos y acostarlo, la reina no podía tenerle más miedo a su hijo, su pequeño, su bebé, ese niño que corría por todo el castillo jugando y riendo contagiando su energía, ese chico que cuidó de su hermanita recién nacida y la arrulló entre sus brazos, ese no era su hijo, ese era un monstruo, lo peor fue que Jack se quedo dormido así sin más, no parecía tener remordimiento alguno de lo que acababa de hacer.

Al día siguiente todo paso normal, Emma se levantó y bajo a desayunar con sus padres y hermano, pero se preguntó en donde estaba Elena, los reyes se miraron sin saber que decir, pero Jack ya lo había planeado todo.

Tomó la mano de su hermanita entre la suya y con dulzura le dijo—Elena se siente un poco mal, dice que extraña a sus padres y su hermana, por lo que regresará hoy a Avalor, pero no te preocupes yo jugaré contigo hoy en el jardín ¿te parece?

—Si, vamos a jugar tú y yo y vamos a correr por todo el jardín buscando flores—Emma era una pequeña niña inocente, pura e ingenua, entendió que Elena extrañara a sus padres, ella también lo haría si se fuera de su reino, por lo que la excusa de Jack le pareció creíble y no le pudo importar menos lo de Elena cuando escuchó que su hermano jugaría con ella, eso la ponía eufórica, Jack no pasaba mucho tiempo de calidad con Emma, los pocos momentos en los que se veían era en el desayuno y comida, o cuando se encontraban por el pasillo, pero el chico siempre tenía algo mejor que hacer.

Cuando terminaron de comer, Jack le pidió a su hermana que se adelantara al jardín, el hablaría con sus padres a solas.

—ya se que haremos

—¿de que hablas hijo? ¿Ha...hacer?—Fabiana tenía unas enormes ojeras que delataban su insomnio de la noche anterior.

—con Elena, no podemos solo dejarla como si nada, sus padres sospecharían, así que esto es lo que haremos, mandare traer un barco para mi esposa, haremos como si ella aún estuviera aquí, diremos que Elena extraña su hogar y por eso se irá, que ella quiere cancelar la boda, nadie la conoce, ni saben que ella será la futura reina de Overland por lo que no es importante despedirla, mientras que el barco, haré que lo arreglen, nadie debe saber que nosotros lo saboteamos para que en medio del mar se hunda, esto debe ser entre nosotros, así que mamá, papá, les pregunto ¿están conmigo?

La madre de Jack no pudo evitar temblar, una horrible sensación de querer regresar su desayuno la sacudió, su padre se estremeció y sentía que todo le daba vueltas, ambos padres habían reflexionado, las bromas y carisma solo eran una capa del verdadero Jack, toda la diversión ocultaba una perversión muy en lo profundo del chico, Nicolas se arrepintió tanto de no haber visto eso antes, creyó que debía enseñarle a su hijo el sentido de la responsabilidad pero en realidad debió haberle enseñado a afrontar las consecuencias de sus actos, a que no por ser rey todo debe perdonarse.

—hijo...

—papá, solo quiero un si o no, nada de sermones, ¿están conmigo o no?

—tú...sabes...que si...hijo, pero debemos hablar—la reina quería saber porque, porque su bebé se había vuelto tan frío y sin corazón.

—¿Qué es lo que quieren saber?—Jackson se intuía que sus padres querrían saber acerca de la muerte de su prometida

—¿Cómo pudiste haberle hecho eso a una chica tan inocente y entregada a ti, hijo?—esa era la pregunta que rondaba en la cabeza del rey

—tú lo has dicho inocente, no era bueno para el reino, ella no era lo suficientemente fuerte, ni lo sería para afrontar decisiones cruciales en el reino, se lo pedí por las buenas, le dije que dejara a mi reino y a mi en paz, pero ella se negó y en cambio me ataco, no pude controlarme y la verdad no quise y he aquí las consecuencias, pero no te preocupes padre yo asumiré la responsabilidad de mis actos, solo déjame.

Fabiana se levantó y se acercó a su hijo— ¿no sientes ni un poco de remordimiento por lo que hiciste? ¿No te sientes la peor persona del mundo por lo que hiciste?

—hice lo mejor para mi reino, ¿Por qué debería sentirme mal por ello?

Ambos reyes abrieron los ojos  y la boca, horrorizados.

—JACKSON, MATASTE A UNA CHICA, ¿¡QUIEN ERES!? TÚ NO ERES MI HIJO, ERES UN MONSTRUO—su madre estaba asustada, triste y decepcionada, pero más que nada enojada, enojada con Jack por no sentir nada, enojada con Nicolas por ser tan duro con sus hijos y enojada con ella por no haber visto en lo que su pequeño se estaba convirtiendo, mientras decía esas palabras tomó la camisa de su hijo y lo zarandeó, le grito y le dijo lo que pensaba de él.

Jack permitió a su madre desahogarse, pero una llama de ira volvió a encender al escuchar a su madre decir lo último "monstruo", y así con todo el conocimiento del mundo, sabiendo lo que estaba apunto de hacer, levantó la mano izquierda y le soltó una cachetada a su madre, alejándola de él.

Sus padres se quedaron boquiabiertos, Nicolás se levantó de su silla al ver las intenciones de su hijo pero su voz que estancó en su garganta al ver a Jack golpear a su madre, mientras que la reina tocó la parte lastimada y solo se quedó mirando a su hijo con miedo.

—lo siento madre, perdóname, no fue mi intención, pero...me estabas...lastimando

Ese día se hizo lo que el príncipe Jack, futuro rey de Overland ordenó, todo paso tan rápido para sus padres y parecía surreal, como si estuvieran en una pesadilla, una horrible pesadilla.

Una carta le llegó a los reyes un mes después de lo sucedido, una carta del pueblo de Avalor, los reyes pedían que su hija regresara, pero Jackson estaba preparado, les envío una carta de regreso diciéndoles que Elena hacía ya un mes había abandonado el castillo, se tuvieron que reunir para hablar, Jack fue el que puso la cara frente al ministro y su esposa, les explicó que Elena había regresado de manera inoportuna y que desde entonces no sabían nada sobre ella, ni tampoco del capitán que la llevaría de regreso, se tuvo que dar por muerta a la hija del ministro de Avalor después de un año de búsqueda, los reyes le dieron el pésame a los Avalor, asistieron a su funeral y parecía que todo volvería a la normalidad, pero no fue así.

Desde entonces los reyes se apagaron, saber que Jackson el futuro rey de Overland fue capaz de matar a una chica los hacía sudar frío y sentir un escalofrío recorrer su cuerpo, su vida se volvió un infierno, seguían a Jack a todas partes, necesitaban saber en donde estaba su hijo a cada hora del día, su carácter cambio y Emma se volvió su prioridad número uno, la pequeña se comenzó a sentir sofocada por tanta atención, todo el tiempo sus padres la tenían en la mira y siempre le pedían que si algo le pasaba cualquier cosa por más mínima que fuera les contara, la abrumaban con tantas preguntas al día y atención, mientras que Jack comenzó a volverse más callado, más reservado, casi como un fantasma dentro del castillo, eso hasta el día en el que sus padres le avisaron que asistiría a la academia Disworks. Ese día su vida volvió a cambiar.

Por mi reino