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😶Verdad Corona😶

Felicidad, carisma, personalidad optimista, si llegarán a preguntarle a la gente del pueblo su opinión sobre la princesa Rapunzel, esos serían los adjetivos con los que la describirían. En el reino de Corona Rapunzel era un sol, la luz más brillante en todo el reino, siempre sonriente y atenta a las necesidades de su pueblo, siempre optimista y amable con todos los que la rodeaban.

Sus padres la reina Catalina y el rey Alejandro eran los más felices, saber que su hija, futura reina era tan amada y respetada por su pueblo los hacía sentirse seguros de que el reino quedaría en buenas manos cuando la princesa cumpliera 21 años. Con tan solo 15 años ya era un ejemplo a seguir para muchas personas, la chica perfecta, la princesa Rapunzel.

Un tratado entre el reino de Corona y el reino de Berck hizo que ambos reyes tuvieran que reunirse durante 6 meses seguidos, el plan era simple, debido a la poca cantidad de herreros en el reino de Corona y el escaso material para la producción de velas en el reino de Berck hizo que ambos reyes se aliaran para compartir las habilidades de cada pueblo y de paso su relación comercial se hiciera más fuerte.

Durante una semana el rey y la princesa de Corona, empacaron y se dirigieron al reino Berck, debían de supervisar que los herreros fueran los apropiados para los trabajos que realizarían y regresar con ellos en barco a su reino correspondiente. Ambos se despidieron de su esposa/madre y hermano/hijo y partieron, tardaron aproximadamente 1 día en llegar al reino y al arribar el rey Estoico y su hijo mayor Eugene los recibieron, todos se saludaron cordialmente y después de las debidas presentaciones se dirigieron al reino.

El primer y segundo día no paso nada interesante, solo un par de miradas curiosas por parte del castaño y de la rubia, pero nada más allá de eso, no fue sino hasta el tercer día, Valka había visto la mirada que los adolescentes se dedicaban, tímidos pero con curiosidad, lo que le hizo mandar a su hijo a darle un recorrido personal a la princesa por todo el castillo y sus alrededores, el chico no protestó y la chica tampoco cuando recibió la invitación.

Ese día fue el mejor de sus vidas, se la pasaron hablaron y conociendo cosas uno del otro, Eugene le mostró todo el castillo y el pueblo de Berck, Rapunzel quedó maravillada por todo lo que veía, en especial por los dragones, jamas había visto ni mucho menos se había montado en uno, pero con ayuda del príncipe llegó a elevarse ligeramente por los cielos, sin duda la experiencia fue increíble.

La semana transcurrió normal, los reyes arreglaban la partida de los herreros al reino de Corona y sus hijos se divertían por todo el pueblo, hablando animadamente y esperando que el día nunca terminara, pero para su infortunio la semana se fue como agua y el día que la princesa se fue algo en el pecho del chico quedó vacío, ahora entendía porque conocían a Corona como el reino del sol, por su princesa, esa chica de rubios cabellos lo había cautivado, todo en ella era increíble, su curiosidad, su ingenio, su alegría, todo había dejado embobado al príncipe Eugene y con ganas de volver a ver a esa hermosa chica.

Para Rapunzel fue igual, la despedida fue dolorosa, como si jamas lo volviera a ver, se sentía rara, esa sensación en su pecho era nueva, jamas se había sentido así, cuando estaba con el príncipe parecía que el mundo se detenía y no existía nadie más que ellos dos, conocer mas a fondo los intereses, hobbies y deseos del príncipe la hizo sentirse más en cercanía con el, como si lo conociera de toda la vida; rápidamente negó con la cabeza y trató de despejar su mente de esos pensamientos, no entendía que le estaba pasando pero lo averiguaría.

Sin pensarlo los días pasaron rápido y llegó el día en el que esta vez el rey Estoico y el príncipe Eugene debían de ir al reino Corona y esta vez ellos debían supervisar que los materiales para la producción de velas estuvieran en buen estado y poder regresar a su reino.

Rapunzel se entusiasmó tanto ese día, mandó a arreglar uno de sus vestidos más finos y hermosos, que muy pocas veces utilizaba, también mando a que la peinaran y escogió ponerse las joyas más hermosas de todo su tocador, esas que hacían resaltar sus ojos, su madre se dio cuenta del empeño que estaba poniendo su hija en su imagen, al principio no entendió muy bien porque, pero todo se aclaró cuando vio las miradas que se dedicaban el príncipe Eugene y su pequeña, verla tan ilusionada y feliz a lado del príncipe la hizo preguntarle a Rapunzel ese mismo día por la noche lo que sentía.

La reina tocó la puerta y espero que su hija le permitiera entrar.

hola mi pequeña, ¿como estás?

—bien mama, estaba apunto de acostarme a dormir ¿que sucede? ¿Todo bien?

—eso tú dímelo

La rubia frunció el ceño confundida—¿de que hablas mamá?

—me refiero a ti y al príncipe Eugene, parecían muy cercanos el día de hoy, dime, ¿algo que contar de tu visita al reino de Berck, a parte de las maravillas naturales que presenciaste?

Al momento la princesa se ruborizó y sonrió un tanto nerviosa, no sabía que contestar a eso, estaba muy confundida con respecto a sus sentimientos, por lo que decidió explicarle lo mejor que pudo a su madre como se sentía cuando estaba cerca de Eugene y cuando no, la reina se entusiasmó, su pequeña estaba presentando síntomas de enamoramiento, pero Rapunzel negó al escuchar eso, no podía ser posible, su madre decidió no presionarla y le dijo que no se preocupara con el tiempo ella misma se daría cuenta de sus verdaderos sentimientos y después de darle un beso en la mejilla y desearle buenas noches la reina salió del cuarto encontrándose con su hijo menor caminado por el pasillo.

Esta vez era el turno de Rapunzel mostrarle el reino a Eugene y así lo hizo, trato de que la experiencia del chico fuera igual que la de ella en su reino, especial y divertida. Y para el príncipe fue más que eso, fue perfecta, todo lo que rodeaba a Rapunzel le parecía perfecto tal y como ella.

Esta vez la semana pasó un poco más lento pero para ambos adolescentes no pareció ser suficiente, Rapunzel se había prevenido e hizo un horario de todo lo que harían en la semana, algo que impresionó al castaño y a la vez lo hizo sentir tonto, a él no se le había ocurrido eso.

De nuevo llegó el día de la segunda despedida pero esta vez los chicos se habían vuelto amigos, un paso más arriba, por lo que prometieron volver a verse; después de ese día las cartas no pararon, casi todos los días escribían y recibían al menos 3, se contaban su día hubiera sido bueno o malo no importaba, lo que los hizo conocer otra faceta del otro, hasta el día en el que se volvieron a encontrar, Rapunzel se había analizado en todo ese tiempo y en definitiva corroboró que estaba enamorada, estaba feliz pero ahora debía afrontar el nerviosismo de saber si Eugene correspondería sus sentimientos, lo que no se esperaba era que el chico le tenía una sorpresa en su siguiente encuentro, cuando la princesa visitó el reino de Berck regresando a los herreros a su reino se encontró con el chico que la llevó a una increíble cena a la luz de la luna y en medio de todo el romanticismo y encantador escenario le declaró sus sentimientos, al escucharlo Rapunzel soltó un chillido de alegría y aceptó sin dudar ser novia del castaño.

Su relación no pensaban mantenerla en secreto, pero inesperados problemas llegaron entre ambos reinos, no parecían ser tan serios pero decidieron no arriesgarse y mejor mantener en secreto al menos por unos meses su relación, pero esos meses se volvieron 2 años, los problemas se habían resuelto pero quedaron estragos entre la relación de ambos reinos por lo que decidieron que sería mejor si solo ellos sabían acerca de su relación, era mejor para ambos y un poco más factible, de vez en cuando el príncipe se escapaba en dragón hacia el reino de Corona todo para ver a su princesa y Rapunzel también cada que sus padres salían a la reunión mensual en Disworks ella tomaba un barco en dirección a Berck y sorprendía a su novio, ambos eran felices con eso, parecía que todo marchaba bien y perfecto, su relación no podía ser mejor, hasta el cumpleaños número 18 de la rubia, ese día por la noche Eugene se escabulló y a pesar de la insistencia de su novio, Rapunzel fue la que organizó en el jardín central del reino un pequeño picnic, era su lugar favorito en todo el reino, las hermosas flores adornaban por completo el lugar y el olor que cada una desprendía hacían que el lugar fuera de ensueño.

Ambos se reunieron y celebraron, comieron pasteles y dulces de todos los sabores y bebieron vino mientras disfrutaban del espectáculo que el pueblo organizaba en honor al cumpleaños de Rapunzel, un increíble espectáculo de luces, esa noche fue especial se la pasaron increíble y tal vez fue el momento, el vino, la ocasión, no lo saben con exactitud pero ambos terminaron entregándose en cuerpo y alma el uno al otro, en ese momento pareció la ocasión perfecta para disfrutar de su intimidad, quien pensaría que después de esa noche todo cambiará para mal.

Dos meses pasaron desde esa noche y la princesa Rapunzel comenzaba a sentirse extraña, su cuerpo le decía que algo estaba a punto de pasar, no era normal sentir asco por los mariscos y pescados de la comida, no era normal regresar la cena y despertar en las mañanas con nauseas, sabía que algo andaba mal con ella, no quería apresurar sus pensamientos pero trato de recordar la última vez que llegó su periodo, no lo recordaba.

Eugene recibió una carta de la princesa diciéndole que ambos necesitaban hablar y ese mismo día volvió a tomar un dragón y voló hasta Corona esperando que nada mala le pasara a Rapunzel.

hola hermosa ¿que sucede? ¿Estás bien?

—Eugene, necesitamos hablar, sobre...nosotros

Esa palabra hizo que el príncipe pensara lo peor, una ruptura—¿que hay sobre nosotros?

—tú...¿tú me amas?

—claro que si Rapunzel ¿porque no lo haría? Eres la chica con la siempre quise estar

—eso era todo lo que necesitaba escuchar—Rapunzel abrazó a su novio y cuando este le correspondió decidió soltar lo que más la tenía aterrada—cr...creo que estoy embarazada

Al escuchar eso Eugene se asustó, tomó a Rapunzel de los hombros y la alejo con brusquedad, eso no podía ser posible.

—¿e...embarazada? ¿Estás segura? ¿Como sabes?

—no estoy del todo segura, pero algo me dice que así es, Eugene...tengo miedo

El príncipe no sabía que decir o hacer estaba en shock pero no quería preocupar a Rapunzel, no quería que ella se alarmara y cometiera una locura por lo que regreso a su reino e hizo una cita con un doctor del reino de Disney, en un pueblito que hacía tiempo atrás había visitado, la cita era en 3 días por lo que ambos se prepararon mentalmente para la bomba de noticia que recibirían.

así es señorita Lucia, usted está embarazada—esas fueron las palabras que condenaron a ambos chicos, Rapunzel se había cambiado el nombre esperando que no la reconocieran ni la ligaran con su reino pero supo que eso no detendría que pronto todo su pueblo se enterara que esperaba un bebé.

Ambos caminaron por todo el pueblo, era un día de reunión en Disworks lo que hacía que tuvieran un poco más de tiempo para hablar que harían ahora.

estás embarazada, ya es oficial—Eugene aún no se lo creía, sentía que todo era un sueño del cual pronto despertaría y todo volvería a la normalidad, pero no era así

lo sé, agh Eugene que haremos no estoy lista para ser mamá, esto decepcionará a mis padres, a mi pueblo, mi...corona—Rapunzel comenzó a divagar en el futuro, un futuro en donde no sería coronada reina de Corona, si no de Berck, porque eso era lo que inevitablemente pasaría si los pueblos se enteraran de que la rubia estaba embarazada antes de ser oficialmente coronada.

no puedes tenerlo Rapunzel

—ah claro y así de fácil lo dices, claro como tú no eres al que le harán no se que cosas para no tenerlo no te preocupa—la rubia se sintió ofendida al escuchar las palabras del chico

pues no podemos hacer otra cosa o que ¿piensas tenerlo? ¿Porque de ser asi...

—de ser así que...eh

—de ser así no te apoyare—Eugene estaba hablando con la mente no con el corazón, el tampoco quería perder la confianza de sus padres y de su pueblo

Las lágrimas amenazaban con salir de los ojos de la rubia, su corazón se estrujó ante tal confesión, Eugene no la apoyaría si decidía quedarse con el bebé y eso le dolía más que nada.

bien...pero tú te encargarás de conseguir al mejor doctor que me saque esto de aquí y quiero que sepas que si algo malo me llega a pasar la culpa caerá sobre ti, así que mejor asegúrate de saber con quien me enviaras

—claro, solo no esperes que después de esto todo vuelva a ser como antes porque no será así.

Después de ese día la única carta que le llegó a Rapunzel fue la del día de la cita con el doctor que la haría abortar, igual sería en el reino de Disney, Eugene le dio todas las especificaciones del lugar y como llegar, aclarando que él no pensaba asistir ese día con ella, Rapunzel soltó lágrimas de impotencia ante tal noticia, el padre de su bebé no la acompañaría, ella debía ir sola a afrontar las consecuencias y así lo hizo, el procedimiento fue rápido y casi nada doloroso, después de eso debía tomar reposo aproximadamente 3 días y así lo hizo, se encerró en su cuarto con la excusa que de algo le había caído mal, pero desde ese día la actitud de la chica cambió, a veces pensaba que hubiera pasado si Eugene la hubiera apoyado, si ambos hubieran aceptado ese bebé, pero él hubiera no existe y al caer en cuenta de eso la chica lloraba y se desahogaba en lo profundo de su habitación, lamentando el día en el que conoció a Eugene.

Por mi reino

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