🌪Separacion 2/3🌪
Elsa se despertó como todas las mañanas, cepillo su cabello, lavó sus dientes, se cambió de ropa y se miró al espejo mientras mentalmente se repetía que todo estaba bien, que pronto atraparían al director y ella regresaría a su reino sin problema alguno, suspiró y salió con paso firme, debía ser fuerte aunque en este día en especial se le dificultaba, la razón, temía que su grupo se dividiera, la tensión entre ellos traería una brecha en su relación y eso los distanciaría y estar separados era lo que menos quería en estos momentos. La futura reina caminaba sumida en sus pensamientos hasta que alguien se atravesó en su camino.
—Elsa, ¿podemos hablar?—Eugene se paro frente a Elsa, después de haberle hablado y darse cuenta que eso no había funcionado, decidió interrumpir su camino, pero se preguntaba que tendría a la platinada tan pensativa.
—Eugene—Elsa estaba sorprendida a quien menos se esperaba encontrar era al príncipe de Berck—claro ¿Qué necesitas?
—Yo, quería disculparme—la chica frunció el ceño, ¿Por qué el chico se disculparía?
—no entiendo, ¿Por qué te disculpas?
—por Rapunzel, lo que te dijo ayer en el cuarto no estuvo bien, fue descortés y ofensivo
—ah Eugene no tienes porque disculparte, entiendo porque Rapunzel dijo lo que dijo, estaba asustada de que algo malo te pudiera pasar y que todos te diéramos la espalda, pero para tu tranquilidad no lo haré, no dejaré a nadie atrás, lo que dije fue bastante frío e insensible, pero... necesitaba dejarlo en claro
El pequeño silencio que hizo Elsa en su frase final desconectó al chico—te entiendo, más de lo que crees, si yo caigo no quiero arrastrar a nadie, no quiero que por un error mío mi hermano o alguno de ustedes termine mal.
—gracias por comprenderme y yo soy la que se disculpa, tantas cosas han pasado y no me siento mentalmente preparada
—lo se, todos estamos asustados pero no nos dejaremos de lado
—si, esta situación es...complicada—y de nuevo un pequeño silencio antes de la última palabra, Eugene entendía que Elsa estaba pensando sus palabras antes de responder, ¿Por qué hacía eso?
—¿te sientes bien Elsa?—esa pregunta hizo que las mejillas de la chica se encendieran, estaba siendo bastante obvia con respecto a sus inseguridades y eso ella misma se lo prohibía, ser abierta no era algo que ella hiciera pero en estos momentos se le dificultaba bastante controlarse
—si, si, es solo que la...situación...—al ver la cara de Eugene de desconcierto y de que no le estaba creyendo ni una sola palabra, no pudo más y las palabras simplemente salieron—estoy...asustada, demasiado asustada—al decir eso Elsa bajo la cabeza, cohibida, avergonzada y expuesta.
Eugene entendió a Elsa, él también estaba asustado, demasiado, temía por sí mismo y por los que quería, como su hermano y Rapunzel e incluso temía por los demás—también estoy asustado, está situación es nueva—antes de que pudiera seguir hablando Elsa lo interrumpió
—estoy asustada porque Pitch sabe que yo se lo que planea, fui tan tonta como para dejar que su carta me asustara y me expuse frente a él, es un milagro que aún no me haya utilizado para extorsionarme o algo por el estilo, pero temo que sepa que estamos todos juntos en esto, porque si lo sabe no dudará en usarme como su peón y moverme a su antojo sabiendo que si no hago lo que dice no se lo que me pueda hacer—los ojos de Elsa se aguaron y los cerró con fuerza al igual que sus puños al ponerse a pensar en el futuro probable, no podía dejar de pensar en eso hasta que sintió como el príncipe frente a ella la rodeaba con sus brazos, en ese momento paró de hablar y abrió sus ojos demasiado sorprendida.
—no me había puesto a pensar en eso Elsa, lo siento, no sabía que tenías que pasar por esto, ahora entiendo porque no quieres que nos descubran, eres la más expuesta y nosotros no pensamos en eso—Eugene suavemente presiono con más fuerza a la princesa haciendo que ella de igual manera lo rodeara con sus brazos—pero no debes temer, estamos juntos en esto y estoy seguro que ninguno dejará que nada malo te pase—a la platinada la respiración se le corto por un momento, hace mucho tiempo que no recibía un abrazo así, hasta se sentía incómoda en esa posición tan intima con una persona que no consideraba tan cercana, el abrazo se sentía diferente a los que alguna vez había recibido, los abrazos que recibía de sus padres eran de seguridad la hacían sentir querida y segura, Jack era otro de los pocos que llegó a abrazarla cuando todo empezó y con él se sentía vulnerable, las lágrimas eran incontenibles cuando el peliblanco la abrazaba tenía la suficiente seguridad para romperse delante de él y sabía que el chico no la juzgaría, pero en este caso el abrazo se sentía como un soporte, por un momento olvido sus problemas y se analizó a sí misma, ese abrazo le estaba brindando la estabilidad mental que necesitaba para seguir adelante, eso era lo incómodo, que una persona que a penas si conocía, como lo era el príncipe Eugene, le brindara esa energía de poder y a la vez seguridad.
Por su parte Eugene se sentía extraño, las sensaciones en su interior eran difíciles de explicar, a comparación de los abrazos de Rapunzel los cuales eran dulces y transmitían el amor que ambos se tenían, con Elsa, el abrazo era más reconfortante, no tenia afecto alguno pero a él le transmitía seguridad, como abrazar a una amante, al menos es así como Eugene lo describió, ¿Por qué utilizó esa palabra? No tenía ni la menor idea, pero así se sentía, seguro en los brazos de la platinada, pero a la vez incomodo de que alguien más los viera, exactamente como si fuera su amante.
Ambos se separaron segundos después de analizarse, durante un segundo se miraron a los ojos y ambos sonrieron pero esta vez con complicidad, como si acabaran de hacer una travesura que solo ellos supieran, Elsa paso un cabello detrás de su oreja y Eugene carraspeó la garganta.
—gracias, por ser sincera y por no golpearme por lo que hice, fue impulsivo
—no, para nada, era lo que necesitaba, gracias a ti por...hacer lo que hiciste y por preocuparte por mi
Después de esa pequeña conversación Eugene se hizo a un lado y estiró su mano dándole el paso a la princesa la cual agradeció con un ligero movimiento de cabeza y ambos caminaron hacia la cafetería, lo que ellos no sabían es que ciertos estudiantes los vieron abrazarse e incluso vieron las sonrisas cómplices que se dieron, malinterpretando por completo la situación.
5 horas antes del desastre
La clase de la profesora de economía estaba bastante aburrida, los futuros monarcas luchaban por no quedarse dormidos, pero la voz de la maestra no ayudaba, parecía que arrastraba las palabras a propósito, pero no podían hacer nada, era la última clase del día y solo faltaban 20 minutos antes de que la alarma de salida sonara, así que aguardaron cada uno en su lugar de manera paciente al ensordecedor sonido de la alarma anunciando el fin de la tediosa clase, después de eso salieron, cada uno por su lado, querían estar solos debido a la tensión que se creó por el problema de Rapunzel y Elsa, era mejor mantener distancia al menos un rato.
Mavis paso caminando tranquilamente en dirección al patio de la academia quería caminar un rato y estirar sus piernas, de camino ahí miro de reojo al profesor Draco y al profesor Weselton ambos caminando hacia el mismo lugar, eso no se le hizo raro así que solo siguió en dirección al patio.
Weselton y Drago caminaban en dirección al salón vacío lleno de sillas que necesitaban reparación, habían acordado encontrarse ahí pero en el camino se encontraron y aunque se ignoraban sabían que iban al mismo lugar. Una vez llegaron cerraron la puerta y se aseguraron que ni Pitch ni Gothel los vieran entrar.
—bien Weselton será mejor que hables rápido, no tengo tiempo para más planes absurdos
—no podemos seguir así, Gothel y Pitch están más cercanos que nunca y a nosotros nos dejaron de lado, sabes lo que eso significa ¿cierto?
—ambos planean sacarnos de la jugada
—es obvio, les dimos información de los respectivos reinos en los que trabajamos y de los que descubrimos secretos y ahora somos completamente inútiles para ellos, no dudo que en cualquier momento nos traicionen
—no permitiré eso, Pitch debe pagarme por la valiosa información del reino de Berck y de DunBroch, merezco una buena porción de la fortuna que recibirá o al menos que me dé el dinero que le den los reyes Eugene, Hiccup y Merida
—sí, al menos merecemos eso, pero no sucederá si nos siguen excluyendo de las conversaciones y futuras extorsiones, Pitch envío las cartas sin siquiera consultarnos o preguntarnos si estábamos de acuerdo, es un maldito engreído.
—sabes que, Pitch se puedo ir al infierno, les sacaré el dinero a esos reinos a mi manera, será más rápido y más efectivo que solo esperar confiar en esos dos
—¿Qué estás diciendo Drago? ¿Los enfrentarás tú solo?
—claro que lo haré, ya es hora de que la máscara que oculta su verdadera naturaleza caiga, esto debí haberlo echo desde un principio pero Pitch me lleno la cabeza de una riqueza y poder inimaginable y aún no veo ni lo uno ni lo otro y llevo más de 5 años como un estúpido, desperdiciando tiempo.
—pero no sabes lo que son capaces de hacer
—ay por favor Weselton, son unos mocosos ricos y engreídos y ahora sin sus padres o guardias que los protejan ¿Qué es lo peor que podrían hacer? ¿Ponerse a llorar? Jajajaja no me hagas reír
—es arriesgado lo que piensas hacer y su arruinas el plan de Pitch te matará sin piedad
—el no me hará nada porque cuando se de cuenta que extorsione a su pequeña mina de oro ya estaré muy lejos de aquí disfrutando de las comodidades de ser rico y no tardar años en realizar un estúpido plan—Drago se dirigió a la puerta y al salir la azoto con fuerza, Weselton solo suspiró, esperaba que Drago no arruinara el plan original, aunque si a Drago le resultaba, él no dudaría en hacer lo mismo, traicionar a Pitch.
POR MI REINO
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