🔹Overland🔹
Los reyes del reino Overland iban en el barco con dirección a casa, ambos seguían sin hablarse. El rey estaba molesto con su esposa, por la sencilla razón de que no estaba de acuerdo en mandar a sus hijos a una academia, especialmente a Emma, aún era muy pequeña como para que la separaran de sus padres por todo un año.
—Nicolás, por favor, comprende—la reina necesitaba que su esposo estuviera de acuerdo con ella.
—no, no puedo, es increíble que quieras mandar a nuestros hijos lejos del reino.
—es por su bien, necesitan convivir con gente de su edad, en especial Emma.
—¿enserio crees que esos niños respetarán a nuestra
pequeña?
—Nicolás, solo son niños.
—niños de los cuales no conoces sus intenciones, no sabes que ocultan, cuando fuimos, nos mostraron una cara, pero no sabes lo que realmente pasa, las apariencias engañan Fabiana y tú lo
sabes.
Los ojos de la reina mostraron dolor ante esas palabras, sí, ella sabía perfectamente que las apariencias pueden engañar.
—ambos necesitan disciplina en especial Jack—aún con el nudo en su garganta, Fabiana logró formular una frase.
—podemos dársela en el castillo, en su hogar, no a kilómetros de distancia lejos de las únicas personas que realmente se preocupan por
él.
—es que no lo entiendes, nuestros métodos ya no están funcionado, cada vez es más desobediente, ya no nos
respeta.
—solo... está pasando por una etapa difícil, todos pasamos por eso, solo debemos darle
tiempo.
—¿tiempo? Hasta cuando dime, hasta que se atreva a golpear a su propia hermana, cuando ya no lo podamos controlar, créeme que a esa edad ni tú eras capaz siquiera de levantarle la voz a tu madre, el se atrevió a eso Y MÁS—las lágrimas comenzaron a inundar los ojos de la reina—no podemos dejar que esto continúe, Jackson fue capaz de golpear a su propia madre, no permitiré que eso avance—se tocó ligeramente la mejilla, recordando el horrible suceso—si el fue capaz de hacerme eso a mi, que no le hará al reino.
Los ojos del rey mostraron temor y su rostro se puso pálido, no podía permitir que su hijo, el futuro rey de Overland, fuera todo lo contrario a un rey ejemplar y con un enorme nudo en su garganta, tomó su decisión.
—Emma tendrá el derecho de elegir si desea asistir a la academia, pero Jackson, para él la asistencia será
obligatoria—la reina surcó una débil sonrisa y abrazó a su esposo, ella tampoco quería que sus hijos se alejaran, pero siendo completamente sincera consigo misma, su hijo le comenzaba a dar miedo.
Dos días y 6 horas duro el viaje en barco hacia Overland.
Cuando por fin zarparon y el frío inundó el cuerpo de los reyes, ambos se prepararon mentalmente para la bomba que estaban a punto de detonar. Entraron con porte y elegancia a su castillo, pero en el momento que las puertas se cerraron, su semblante serio cambio a uno más triste y apagado.
—mamá, papá—la pequeña castaña salto los tres últimos escalones y corrió a abrazar a los reyes, los cuales la recibieron de la misma manera, felices, Emma era su pequeña estrella, la luz y felicidad entre todo ese frío y lúgubre lugar.
—hola pequeña—su padre la cargó y la llenó de besos, no sabía que haría si Emma aceptaba ir a la academia.
—¿sabes donde esta tu hermano?—Fabiana quería hablar lo más pronto posible con ambos.
—sí, estaba jugando conmigo en el patio, pero, cuando los oyó llegar dijo que necesitaba ir a su cuarto por... no se que
cosa ¿porque?—la inocencia de la castaña la hacía ver muy adorable, cosa que preocupaba a Nicolás, no querría que por culpa de ello, se aprovecharan de su princesa.
—por nada cariño, solo queremos hablar con ambos—dijo el rey sonriéndole a su princesa.
—¿hice algo malo?
—no linda, solo queremos hablar—la reina mando llamar a Jackson, pero al no bajar decidieron ellos subir y emboscarlo en su habitación.
—Jackson, tenemos que
hablar—la voz del rey cambio radicalmente, de la serenidad y dulzura con la que se dirigía a la menor de los Frost, a un tono más fuerte y enojado con su hijo mayor.
Jackson estaba acostado en su cama, como siempre, lanzando una pelota al techo y atrapándola cuando esta caía por efecto de la gravedad.
—¿que sucede?—la voz del mayor sonaba desinteresada.
—Jack, levántate—su madre trataba de sonar lo más dulce y calmada posible.
El peliblanco se levantó lenta y perezosamente de la cama hasta quedar sentado.
—¿que sucede?—volvió a repetir.
—acompáñanos a la sala del trono—sus padres estaban dispuestos a salir cuando la voz molesta del chico los detuvo.
—ya están aquí, díganme que sucede.
—este tema no se puede tratar aquí, por favor acompáñanos hijo—la paciencia de la reina parecía infinita cuando de sus hijos se trataba.
—el chico se volvió a acostar—lo que tengan que decirme será mejor que lo digan aquí y ahora, yo no voy a ningún
lado.
Nicolás recapacitó y entendió el porqué su esposa quería que Jack asistiera obligatoriamente, pensar que esa era la rutina de su esposa todos los días, lo hizo sentir culpable.
—bien, ya que no quieres tratar esto en privado, déjame informarte hijo, que empaques tus cosas, te irás de Overland—el rey alzó su voz al decir las últimas palabras y emprendió el camino hacia el salón del trono.
—¿¿¡¡QUE!!??—al escuchar eso el príncipe se levantó de un salto y alcanzó a su padre en las escaleras—como que me iré de Overland, no puedes echarme, soy tu hijo, el futuro rey de Overland, el único heredero a La Corona, Emma aún es muy pequeña para gobernar, no puedes echar...—sin darse cuenta su padre le había mentido, solo para que lo siguiera a la sala del trono.
—no te irás de Overland—las palabras del rey interrumpieron al príncipe—bueno, no para siempre.
—¿a que te refieres?—el príncipe estaba más confundido que al principio.
—tu madre y yo te hemos inscrito en una academia, te irás por un año y será mejor que vayas empacando porque esto no está a discusión, tomarás un barco en 4 días que te llevará a Disworks y de ahí a la academia.
Para Jack aún era demasiada información por procesar. ¿Academia? ¿En Disworks? ¿Un año? ¿Tomar un barco? ¿4 días? ¿Que?
—no pueden tomar esa decisión por mi, ya tengo edad suficiente para decidir.
—pues lo siento, pero yo soy el rey y tú padre, así que si digo que irás, vas a ir o créeme, haré hasta lo imposible, para que no te conviertas en rey, ¿esa es una decisión que su majestad si puede tomar?
—no puedes hacerme decidir entre La Corona y una academia.
—no te estoy haciendo decidir, ambas están ligadas, es todo o nada.
—eso es injusto.
—no hijo, injusto es lo que TÚ haces, injusto es que hagas a tu madre llorar por tus tonterías y caprichos, injusto es que hayas hecho lo que hiciste solo por tu beneficio y sabes muy bien de lo que hablo.
No hace mucho tiempo Jackson había sobrepasado por mucho el límite de la familia. Se podría decir que era imperdonable lo que hizo, pero los Frost buscaron la manera de protegerlo y perdonarlo, aunque su madre siempre había buscado la forma de reprenderlo, de mostrarle que cada acto tiene sus consecuencias y que el tenia que asumirlas y parece que la había encontrado.
Después de la conversación el rey le dio hasta mañana a primera hora a Jack para que decidiera y mientras fue a hablar con la reina y su princesa sobre la academia. Desafortunadamente Emma aceptó; a la castaña le emocionaba la idea de conocer a niños de su edad con quienes jugar y divertirse, no le importaba si no podía salir de la academia, lo que ella quería era que sus padres la dejaran de sobre proteger, los amaba, demasiado, pero, a veces los padres suelen ser tediosos y abrumadores y Emma lo sabía mejor que nadie.
La mañana del día siguiente fue una enorme tensión para la reina, esperaba a que su hijo bajara a desayunar, pero no lo hizo, no bajo si no hasta que su hermanita menor ya estaba dormida.
"Acepto" fueron las palabras con las que se comprometió con sus padres a ir a la academia, a cambio, de la promesa de que su padre lo tomaría como su sucesor de La Corona.
Jackson no iba a dejar que su padre le quitara el derecho a lo que le correspondía. Había hecho tantas cosas por ese trono, cosas que le costaron la confianza de su padre y millones de lágrimas por parte de su madre. Pero no se arrepentía todo valía la pena si al final obtenía los que quería.
Todo por su reino
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