Capitulo 1 - Mutantes
Karai entro a la sala del trono poco después, mi recargándose en la pared y clavándome una mirada hostil como en los viejos tiempos.
— ___, mi más leal asesina. Quiero que extermines una plaga, cuatro tortugas mutantes han estado metiéndose en mi camino, elimínalas y tráeme a su maestro rata, con él acabare personalmente — Sonrió bajo su casco de acero.
— ¿Tortugas m-mutantes? — Me sobresalte y no pude evitar tartamudear. «Maldición»
— Quien lo diría, la gran ___ Yingtai ¿Está asustada por unos pocos mutantes? — Mofo Karai escandalosamente como referencia a mi fobia hacia esos monstruos — Padre, yo soy la indicada para llevar a cabo este trabajo, te aseguro que...
— Karai, ya hablamos de esto — Destructor le dio una mirada severa que la hizo enmudecer al momento. Aclare mi garganta guardando compostura.
El sonido de la puerta abriéndose me hizo voltear. Un enorme perro mutante entro seguido por un pez con piernas robóticas. «¿Destructor ha comprado fenómenos de circo? Creí que no aprobaba eso»
— Tendrás a tu disposición a Xever y Bradford. No me decepciones — Dijo con su usual tono frio.
«Malditos mutantes, lo único que falta para que este día mejore seria encontrarme con esos cerebros...»
Di la vuelta para retirarme intentando no acercármeles. «Pff como si yo fuese a confiar en un par de experimentos»
— Si se vuelven un problema no dudare en mandarlos al otro mundo — Susurre lo bastante alto para que me escucharan, pero esto pareció no afectarles ni elevarme la confianza.
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— ¡No le hagan daño por favor, les pagare! Lo hare, solo necesito más tiempo ¡Solo un poco más! — Intentaba desatar mis manos, pero el forcejeo era inútil y solo conseguía que estas sangraran.
Un hombre alto con un puro en la boca entro en la habitación de paredes metálicas, pisando a su paso el poco dinero que yo había conseguido. Los hombres que me apresaban se irguieron al verlo.
— ¿Porque tanto escandalo? — Hablo calmado, con una voz fría y grave que no prometía nada bueno aumentando mi temor.
— Mi señor, es ___ de nuevo. No ah conseguido el dinero y con su estado actual es imposible que pague — Contesto el hombre al fondo a la vez que hacia una reverencia — Pensábamos deshacernos de ella y la basura por de garantía que dejo su padre, puede que con sus órganos recupere una fracción de la deuda.
El hombre tomó su puro pensativo, soplando el espeso humo y esbozando una sonrisa de lado sin una pizca de piedad.
— Llévenlos al laboratorio de nuestros amigos, las mascotas se venden por un precio mayor.
El hombre dejo el lugar como si aquello no fuese nada, mientras los demás me cargaban sin importarles mínimamente las heridas abiertas.
— ¡Yo haré lo que sea, pero no le hagan daño a él! ¡No lo lastimen por favor! — Gritaba entre suplicas y lágrimas.
El experimento estaba hecho y el show a punto de iniciar. Miles de espectadores susurraban en las gradas mientras que en la arena moría de miedo viendo frente a mí a una gigantesca rata sujeta a solo una delgada cadena en su cuello.
El elegante hombre anterior hizo una seña con la mano y los pesados grilletes que me aprisionaba las manos y piernas cayeron al piso con fuerza, pero también habían caído los de la rata, quien no dudo en abalanzarse sobre mí.
Me incorpore en la cama respirando agitadamente, por la velocidad un mareo apareció y termine por tumbarme de nuevo sosteniendo el puente de mi nariz frustrada. Estaba harta de la recurrencia con que la pesadilla aparecía últimamente.
Limpie molesta las lágrimas cuando patadas graduales aparecieron sacándome de quicio.
— Ahora no ¡CÁLLENSE DE UNA BUENA VEZ! — Lance la lampara de noche al armario sin relajar el ceño aun cuando volvió el silencio.
El canto de las aves apañado por los cláxones de los autos robo toda posibilidad de volver a dormir, luego la nueva misión vino como un golpe a mí mente. «No quiero levantarme» Repetí una y otra vez mientras lo hacía.
El mutágeno es una sustancia muy bien pagada en el mercado. Cualquier persona con una cantidad ridícula de dinero puede incluso comprar mutantes "personalizados" para posteriormente divertirse usándolos en peleas furtivas.
En la mafia Zhou los mutantes portaban un chip en la nuca que da fuertes choques eléctricos a voluntad del dueño a través de un control remoto que mostraba incluso la ubicación exacta de la "mascota". Si se hacia cualquier cosa por retirarlo, el chip automáticamente irrigaba un potente acido que destruía al ser desde dentro, quemando sus entrañas, dejándolo como un cascaron vacío.
Me estremecí al recordarlo, llevando la mano a mi nuca. Yo corrí con suerte y en mi última pelea se había desactivado con un fuerte golpe, pero aún seguía allí y era muy probable que pudiera encenderse de nuevo. «Cuando eso suceda sin duda me encontraran...»
Una vez en las calles, explore entre las sobras alguna pista del paradero de los enemigos. Mi corazón se aceleraba a cada paso y en mi mente las dudas crecían. No me preocupaba encontrarme con los ninjas, eso me generaba más bien interés, lo que me preocupaba era el hecho de que en Japón siempre podía permanecer en la cede del clan del pie para protegerme, pero al volar hasta aquí seguramente la información de mi viaje seria filtrada y tarde o temprano esa información llegaría hasta manos de Heng Zhou.
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