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3

-Perfecto, estas muy saludable Seokjin, aunque, noté que hay una lesión en parte de tu cadera, al parecer fuiste tratado por bastante tiempo por ello ¿verdad? – el chico estaba impresionado, ¿cómo pudo saber eso con solo revisar un poco su cuerpo? ¿Eso era magia? Asintió y lo miró con admiración - ¿Podrías ir al baño y colocar un poco de orina en este vaso por favor? –

-Claro- habló tímido, e hizo lo que se le pidió, tras unos minutos, la prueba dio sus resultados, Yoongi agradecía el haber echado esa prueba en su bolso, no sabía de qué trataba el caso de hoy, pero si requerían a un pediatra, podría necesitar cualquier tipo de atención, desde un ser preadolescente, a una madre que está gestando un pequeño cachorro en su vientre.

-Excelente -tomó la prueba y la revisó, efectivamente tenía aproximadamente 4 meses de gestación, necesitaba llevarlo a su consulta para hacer una ecografía y revisar que el cachorro esté creciendo bien dentro de su vientre y otros exámenes de rutina para ver la condición del gestante – perfecto, con esta prueba comprobamos el diagnostico que era bastante evidente –

-¿Qu... Qué tengo? –

-Seokjin, estas embarazado, un pequeño cachorro está creciendo en tu vientre – le contestó con tono suave, sabía que para el chico sería una difícil noticia.

-¿¡Qué!? ¿¡Cómo es eso posible!?- gritó el omega horrorizado, tocándose el vientre con las manos temblorosas y los ojos llorosos.

-Claro que es posible, pasaste tu celo con un alfa, las probabilidades de quedar preñado en época de celo son casi del 98% si no te cuidaste –

-¿Cu...Cuidarse?...-

-Usar algún tipo de preservativo, condón... -Seokjin lo miraba con cara de duda- ¿supresores? -

-No... No sé nada de eso doctor... - Seokjin se sentía triste, quería llorar, ahora tendría un cachorro y ni siquiera sabía cómo se hacían, pero si sabía quién era su padre, miró a Jungkook quien estaba horrorizado, en shock, como si su vida se hubiese terminado en ese preciso momento. - Jungkook... -

-No... No... No, ¡Esto no es posible! No... no puedes... es que... yo... yo no puedo... mis padres llegan en un mes... no... -

-Tranquilo chicos, sé que es difícil, pero les explicaré para que entiendan – Min Yoongi se sentó al lado de Seokjin en la amplia cama, para calmarlo, el omega no podía parar de llorar al darse cuenta de todo lo que estaba pasando.

Como Jungkook no aportaba mucho a la calma, el medico intentó ser el alfa eficiente que necesitaba en ese momento el menor de los tres, liberó feromonas cálidas, para que el omega sintiera que alguien lo protegía, mas, esto solo hizo que se pusiera más sensible, Seokjin jamás había sido protegido por nadie, jamás le habían dado un abrazo cálido, desde que su hermano menor murió, todo se había muerto con él también.

Se acurrucó en los brazos del mayor, bajando su guardia por primera vez en la vida, viéndose débil, mostrándole su miedo, Yoongi suspiró pesado, algo dentro de él se apretó, tenía esa sensación de querer proteger a ese chico, de darle el cariño que necesitaba, no obstante, seguramente el alfa con el cual pasó el celo lo reclamaría pronto como suyo, más, sabiendo que lleva un cachorro de él, o quizás, el alfa no lo quería, y por eso ese muchacho lloraba desconsoladamente, quizás no había un futuro para él ni para el cachorro. Como quisiera hacer algo más por el omega, sin embargo, en ese momento solo era el medico que lo atendía.

Jungkook, salió de la habitación y solo se escucharon pasos rápidos por el pasillo alejarse, Jin lo miró irse y solo volvió al refugio seguro que había encontrado en Min, no quería separarse, menos cuando el medico acarició su cabello y le dio reconfortantes palabras – tranquilo, pequeño, todo estará bien, ya verás que todo saldrá bien, puedes confiar en mí, si algo sale mal, puedes llamarme, trataré de ayudar como pueda – le ofreció su tarjeta de contacto, la cual Seokjin tomó y guardó como un tesoro.

-Mu... Muchas gracias – sus ojos denotaban la angustia que sentía en su corazón y el medico solo pudo observarlos como la cosa más bella del mundo, tan brillantes y profundos.

Una vez el medico se fue de la habitación del omega, dejándole una gran lista de cuidados y que fuese pronto a una revisión a su consulta, caminando por el pasillo, se encontró con Jungkook sentado en la escalera y con las manos en la cabeza.

-¿Está bien, señor Jeon?-

-No... No lo sé... Jamás esperé que estuviese embarazado...-

-Ya no se puede hacer nada más que apoyarlo, será difícil para él, es demasiado joven para estar en ese estado, la sociedad se lo comerá vivo si no tiene protección. – Jungkook lo miró con los ojos muy abiertos, tragando pesado, quería morir, se sentía horrible, no estaba listo para ser padre, además, sus padres lo matarían por ser un irresponsable y faltar a su compromiso, por otra parte, Seokjin para él era un chico bellísimo, pero no podía compartir su futuro con él, eran de mundos diferentes -Por favor, acérquese a mi consulta con su amigo, debe chequear el estado del cachorro con urgencia, su embarazo está bastante avanzado y es necesario constatar que el bebé no tenga ninguna complicación–

-Claro... yo... lo haré-

Pasó una semana, en la cual Seokjin y Jungkook apenas si se habían visto, las empleadas alimentaban al chico, pero no se metían más allá, Seokjin lloraba en las noches por su desdicha, estaba seguro que Jungkook jamás se haría cargo del bebé y él quizás deba prostituirse por el resto de su vida para cuidar de su hijo, tal como su madre lo hizo para alimentarlo, el solo pensarlo lo deprimía, no es como si supiese hacer algo más, no tenía mucha educación, no alcanzó a salir del colegio y cuando asistía estaba más preocupado de captar clientes que de realmente aprender.

A veces llamaba entre llantos al doctor que prometió ayudarlo y él se lo tomó muy en serio, le lloraba al teléfono, y le contaba que tenía mucho miedo, Yoongi intentaba calmarlo con palabras suaves, a veces le tarareaba alguna canción para que el chico se pudiese dormir, otras le contaba cuentos, cosa que maravillaron el pequeño mundo de Seokjin, jamás le habían contado uno, y sentía que habrían miles de mundos nuevos en su mente cada vez que los escuchaba, ese medico no sabía, pero con las pequeñas acciones que realizaba, lograba reparar cada vez más el roto corazón de Seokjin.

A final de semana, Jungkook, se atrevió a ver a Seokjin, no podía aplazar más este hecho, y lo llevó a la consulta con el médico, no le dirigió la vista en todo el trayecto, tampoco le habló, y no es que fuese un mal chico, solo tenía miedo, y Seokjin lo entendía, él tampoco sabía sobre que hablar, su relación era netamente sexual y una que otra vez hablaban sobre algún tema, generalmente los video juegos que solían jugar los fines de semana.

La revisión fue todo un éxito, el cachorro crecía perfectamente y sano en el vientre de Seokjin, también, habían descubierto que sería una niña, que tenía altas probabilidades de ser alfa. El omega lloró al escuchar su corazoncito latir y ver su cuerpecito formándose, en la pantalla, él quería ser un mejor padre para su cachorra del que fueron los suyos con él, quería darle todo lo que no tuvo, pero no sabía cómo, lloraba por frustración, solo era un ingenuo chico de 15 años, quizás su madre pasó por lo mismo, ahora entendía tantas cosas de su vida y podía comprender que todo lo que hizo lo hizo por él.

Yoongi lo volvió a abrazar, no soportaba verlo triste, quería darle esa estabilidad que tanto necesitaba el chico, esa protección y amor, no entendía bien el porqué, pero la conexión que sentía hacia él era mucha. Aunque no sabía si podía actuar y cortejar a ese chico.

Seokjin esperaba ese gesto por parte del médico, es que ya había depositado su completa confianza en él, era el único quien le brindó palabras de afecto cuando realmente las necesito, quien lo abrazó, quien le acarició el cabello, quien liberó feromonas para calmarlo, y el único a quien su lobo reconocía como un alfa confiable.

Dos semanas pasaron y el vientre de Jin había doblado su tamaño, el chico se encontraba muy sensible ante todo, y más, porque ese día Jungkook se acercó a hablar con él.

-Seokjin... tenemos que hablar –

-¿Qué... qué sucede?- respondió con nervios, se imaginaba lo que el alfa le pediría.

-Yo... Yo no puedo hacerme cargo de ese cachorro –

-Eso ya lo sabía, lo noté desde que el doctor nos dijo que espero un bebé –

-Yo... Yo, no sé qué decir... jamás pensé que esto sucedería, creí que uno elegia el momento en que llegaban los cachorros, pero no era de esa manera, mis padres no pueden enterarse de nada de esto, me matarían, y ¿recuerdas que te dije que podrías quedarte en casa hasta que ellos volvieran? Ellos regresan la próxima semana, Seokjin, ya no puedo tenerte en casa, si quieres puedo darte dinero para que arriendes un lugar mientras, pero debes irte, y por nada del mundo comentar que ese hijo es mío, esto jamás pasó –

-Pero... Pero la bebé necesita un padre, Jungkook... -

-¡Lo sé! Pero... Pero yo... Estoy comprometido, Seokjin, apenas cumpla los 18 años debo casarme con el hijo omega del presidente de la empresa con la que se quiere asociar mi padre, por eso no puedo tener hijos por el camino, ¿entiendes? Solo complicaría las cosas, mis padres me matarían y desheredarían, ten por seguro que te mandaré dinero para que no les falte nada, pero debes desaparecer-

Seokjin asintió, bajando la cabeza entre lágrimas y sollozos, no sabía porque lloraba, si ya tenía noción que esto pasaría, él siempre ha sido un estorbo en la vida de todos, al menos tendría dinero seguro para cuidar a su pequeña. Guardó sus pertenencias en una maleta que le compró el mayor y en una pequeña mochila que solía ocupar, era la mochila que su madre le compró para ir a la escuela, una de sus posesiones más preciadas en la vida, a pesar de ser un objeto infantil, jamás se pudo deshacer de ella.

En ese mismo instante salió del hogar de los Jeon, no era su intención arruinar la vida de alguien más, ya tenía suficiente con arruinar su propia vida y la de su madre, quizás nunca debió haber nacido, pensó. Pidió un taxi, el cual lo llevó hasta un hotel, se quedaría ahí por un tiempo, al menos hasta que Jungkook le depositara y pudiese arrendar un buen lugar para vivir.

No pasó ni siquiera una hora desde que se había instalado en la habitación, cuando la angustia lo atacó, lagrimas caían sin cesar por sus mejillas, quería morir, quizás si él moría en ese preciso momento, evitaría el sufrimiento de su pequeña cachorra que venía en camino, no dañaría a nadie si moría, es más, el mundo no lo necesitaba para nada, nadie sufriría su perdida.

En lo que lloraba desesperado, algo cayó desde su bolsillo a la cama, era la tarjeta de presentación del doctor Min, uno de sus más preciados tesoros, no dudo entonces en marcarle, era la única persona en el mundo quien lo escuchaba y le daba parte de su tiempo, lo necesitaba, pedía a gritos que lo salvara de su agonía una vez más, con el simple hecho de oir su voz, la calma parecía llegar, pero hoy no era suficiente.

-Do... Doctor...-

-¿Sucedió algo, Seokjin? ¿Estas bien? ¿Es la cachorra? Aun no es tiempo-

-No... No es eso... Yo... Yo solo quería oír su voz-

-Estoy aquí Seokjin, tranquilo, puedes escuchar mi voz todo lo que necesites, ¿quieres que te cuente algún cuento hoy también? ¿Cuál prefieres hoy, el gato con botas o ...?– fue interrumpido por una leve voz.

-No... Quiero decir... -sus palabras no salían bien - ¿Sería muy extraño si le pido que me abrace? – formó una palabra con la voz entrecortada y dicho esto reventó en llanto, ya no podía más con toda su desdicha, quería ser reconfortado, sentirse protegido, cuidado, quería poder depender de alguien más, quería ser acariciado nuevamente en la cabeza, necesitaba su lugar seguro, necesitaba un lugar al cual llamar hogar.

-Claro, yo... puedes venir cuando quieras a mi consulta, yo... - apretó los puños y se armó de valor, estaba claro que él no quería esperar a que Seokjin fuese, él tenía una innegable necesidad de proteger a ese chico, quería verlo, quería reconfortarlo en sus brazos, quería oler su aroma, aunque esté atenuado por el aroma del cachorro formándose, lo más importante de todo, él quería ser su alfa, este último tiempo, se había dado cuenta que el alfa que preñó al chico estaba ausente, por lo que era su oportunidad con él, lucharía por ese omega. – Yo...iré a verte, estaré allá en 20 minutos –

-No-

-¿No?-

-No estoy viviendo en casa de los Jeon, ¿Po... podría venir al hotel Singularity of Seul? Estoy alojado en la habitación 407, por favor –

-Estaré ahí en unos minutos, ordena tus pertenencias mientras –

-Están en mi maleta, no las he sacado – habló, mientras se limpiaba la cara con su brazo, se sentía más calmado con solo saber que el medico vendría a verlo.

-Bien, porque te vienes conmigo-

20 minutos después, el joven medico llegaba al hotel, avisó en recepción que venía a buscar al chico alojado en el 407, dio los datos del chico y los suyos, más una pequeña mentira, que era su alfa y venía a buscar a su omega. Al poner esta escusa lo dejaron pasar de inmediato, caminó rápido al ascensor y pronto llegó a la pieza donde se alojaba el chico.

Jin apenas lo vio, se lanzó a sus brazos y sollozó -Gra...Gracias por venir-

-Debía venir, no me gusta verte triste, pequeño- Seokjin se dejaba acariciar la cabeza, era algo que le relajaba y había creado cierta necesidad por sentirlo – quédate aquí, traeré tus cosas, es esa maleta que está sobre la cama ¿verdad?- el omega asintió, viendo como el mayor caminaba hasta la cama y tomaba la maleta, también una mochila que se encontraba al lado – ¿algo más? – el menor negó y ya con esto, el alfa lo tomó del brazo y lo sacó de aquella habitación, se despidieron de forma cortes, de la recepcionista y lo subió a su auto.

-Seokjin, quizás sea muy precipitado, ni siquiera te pregunté si querías ir a mi casa, pero prefiero que estes ahí, antes que en un lugar solo, sin que nadie te conozca, es muy peligroso en tu estado-

-Estoy acostumbrado, pero, de todas maneras, muchas gracias – dijo con un tono triste, bajando su mirada, mientras intentaba no llorar otra vez, Yoongi sospechaba que ese chico tenía muchos secretos o una historia bastante fea que contar, suspiró pesado y le sonrió dulce para tranquilizarlo, a la par que llenaba el vehículo de feromonas para calmar al omega.

-No deberías acostumbrarte a esa clase de vida -dijo cálido, mientras conducía - desde hoy en adelante me prometerás que nunca permitirás volver a lo que no te gusta, ¿está bien? –

-Yo... Lo intentaré – respondió con la voz cortada por el nudo en la garganta que sentía. No sabía si podría cumplir esa promesa, su futuro era tan incierto.

Al llegar a la casa del hombre, el chico se sorprendió, era mucho más pequeña que la de Jungkook claramente, pero de todas maneras era enorme, también tenía un bonito jardín, aunque no muy grande, tenía 3 habitaciones en un segundo piso, y una abajo, un living enorme, con una chimenea, una cocina tamaño regular, la decoración era muy linda y sutil, lo justo y necesario, el hogar del futuro pediatra era tan cálido, algo que jamás había sentido. 

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comentario: 

Hoy toca el capitulo 3 

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