por favor perdóname...
Eramos el dúo perfecto. Su dulzura y mi cariño, su sensibilidad y mi furia. Compartíamos el mismo gusto por el arte y la música.
La gente nos creía locos por ser unos exéntricos de primera. Eso no nos importó nunca porque sólo él y yo nos entendíamos como nadie más podía hacerlo.
Era el tipo más sexy y dulce. Una increíble y fatal mezcla de ternura, sensualidad y carácter. Su belleza magnética protagonizaba las portadas de las revistas y las campañas de moda. Él: el mayor cantante, actor y modelo. Yo: su gran amiga, ex modelo y fotógrafa de revistas moda.
No había mujer que no estuviera enamorada de él. Cierto que era un hombre atractivo físicamente y como persona, pero yo sabía perfectamente que entre nosotros era imposible que algo serio pudiera surgir. Puedo jurar que nunca tuve una intención ni sentimiento diferente hacia él que no fuera una bella amistad.
Mi carrera iba en ascenso y nos sonreía la vida. Mis amigas organizaron una fiesta en mi casa ese maldito fin de semana. En el último día feliz de mi vida, estaba tan ilusionada por mi contrato y participación en el panel de un show de Moda por televisión en España. Era la oportunidad de mi vida. Si todo salía bien podría quedarme hasta seis meses trabajando en España. Estaba segura que tendría éxito. Ya había sido presentadora antes en televisión y lo hacía muy bien.
Esa noche dimos una gran fiesta. Entre el estupor del alcohol y la euforia de todos junto con la música que retumbaba en toda la casa, era fácil dejarse llevar por el ambiente festivo. Entrada la noche quedábamos unos pocos en la casa y se les ocurrió seguir la fiesta en la piscina. Me uní a ellos y entré al agua dónde seguimos bailando mientras bebíamos una margarita. Poco a poco se fueron yendo uno a uno, hasta que quedamos sólo él y yo en el agua... Entonces mis ojos se posaron en él.
Su atractiva figura masculina yacía justo a mi lado. Sabía que debía detenerme, pero seguí seduciéndolo y bebiendo su pasión sin freno. Salimos del agua y entramos a la habitación frente a la piscina. Yo sabía lo que hacía, y aunque pensé en Yoongi por un momento, me dejé llevar por el deseo consumando mi traición.
De pronto una rápida luz de flash nos sorprendió. Nos miramos al darnos cuenta de nuestro terrible error. De inmediato nos vestimos a toda prisa. Teníamos que atrapar a quien nos espiaba. Creí que ya no había nadie en la casa. Esa foto en las manos equivocadas nos arruinaría pero sobretodo para Yoongi sería un tremendo golpe.
Enseguida busqué por toda la casa a esa persona que nos espiaba, pero no encontré a nadie. Cuando escuché el apresurado chirriar de unos neumáticos, supe que esa persona ya había huído. Taheyung se fue en su auto tras él para seguirlo y atraparlo. Le pedí que no fuera, habíamos bebido y podía ser peligroso pero no me escuchó. En cuanto se fue, me derrumbé en el suelo rompiendo en llanto.
- ¿en qué estabas pensando?¿Cómo pudiste hacerlo? ¿Ahora que voy a hacer?- no dejaba de recriminarme a mí misma.
Cinco años de una hermosa relación con Yoongi estaban por irse a la basura. Taheyung era su amigo de toda la vida. ¿Como pudimos dejar que algo así pasara?..
Otro día taheyung y yo hablamos por teléfono para ver qué podíamos hacer. Estaba demasiado avergonzada como para verlo a los ojos.
- Quién haya tomado esa foto seguro querrá usarla en nuestra contra. Podría enviarla a la prensa o enviársela a yoongi. - dijo taheyung.
- no podemos dejar que eso pase. Es mejor que lo sepa por nosotros y no por la prensa o alguien más. Yo se lo diré hoy mismo-. Le aseguré. tras decir eso se despidió y terminó la llamada.
Hablamos rápido y sólo lo necesario. Ahora incómodos y apenados el uno con el otro ya nada iba a ser igual jamás. Había perdido a mi mejor amigo para siempre y... tal vez al amor de mi vida también.
No se puede regresar el tiempo, no se puede borrar lo que hicimos. Por más que me arrepienta y pida perdón el daño a Yoongi y a nuestra relación estaba hecho. La confianza que nos teníamos, nuestro amor, nuestro lazo único como pareja, nuestras vivencias y recuerdos juntos se destruirían en cuanto él recibiera mi llamada.
Ese día Yoongi aún estaba en Estados Unidos. Sabía que debía estar muy ocupado. Cuando se trataba de trabajar en música él podía pasar incluso días en su estudio hasta lograr la pieza perfecta. Yo entendía que así son los procesos creativos y evitaba llamarlo o distraerlo cuando él trabajaba en el extranjero, pero no había tiempo. Tenía que confesar mi error antes que ese "espía" hiciera una jugada.
No podía irme a España sin decirle decirle lo ocurrido. Respiré hondo y con el corazón encogido lo llamé. Luego de unos tormentosos minutos de espera, no obtuve respuesta.
Llamé una, dos, tres, y cuatro veces más y no hubo respuesta. Normalmente a mí me respondía sin tardar... A menos que... él ya supiera algo. ¿Quién podría ser esa persona que tomó la fografía?
Un par de días después seguía sin poder contactarlo. Me fui al aeropuerto segura que él me estaría odiando, que estaría destrozado, y todo por mi culpa.
Justo antes de subir al avión una llamada entró a mi celular. Era Yoongi. Casi se me cae el celular de las manos al ver en la pantalla su nombre. ¿Y si me reclamaba lo sucedido? No tenía nada que decirle. No había manera de justificarme.
Respiré hondo y tomé la llamada. Me dijo que me extrañaba, y que me amaba muchísimo. Me explicó que había estado ocupado con entrevistas, presentaciones en radio y televisión. Se disculpó conmigo y me llenó de palabras de ánimo y cariño. Su amor y su dulzura me hacían sentir aún más culpable. Todo el tiempo traté de reunir el valor para confesarle mi error pero no pude. Ya no podía pretender que no pasaba nada. Lo habíamos traicionado y herido de la peor manera y el no se merecía eso. No podía cambiarlo.
Al ir a mi asiento en el avión me parecía que todas las miradas me acusaban, temblaba de pensar que en cualquier momento esa foto aparecería en alguna red social o en televisión. Tenía que decírselo antes que ese "espía" lo hiciera. Abrí mi celular para llamarlo enseguida pero la foto de Yoongi y yo en el fondo de pantalla terminó con mi poco valor, pero en cuanto el avión aterrizara en España, lo llamaría para decirle todo...y el resultado de eso sería tremendamente doloroso e inevitable.
Durante el vuelo, tuve mucho tiempo para pensar. Me dí cuenta de algo: me dolía mucho haberlo lastimado, pero no me importaba del todo haber estado con alguien más. ¿Desde cuándo empezó a ser así?, ¿Desde cuándo empezé a ver diferente a taheyung? ¿Porqué él no rechazó mis besos?...
Normalmente cuando viajaba, al llegar a la habitación del hotel acostumbraba enviarle un mensaje cariñoso a Yoongi. Esta vez tenía que llamarlo pero no para darle palabras de amor, sino para dar la estocada que mataría nuestro amor. Debía afrontar las consecuencias.
Respiré hondo y conté hasta tres.
Tomé el teléfono y esperé unos segundos. Cuando escuché su voz rompí a llorar.
-¿Qué sucede?, ¿Estás bien?- me preguntó preocupado.
- yo... Estuve con otro hombre-. Confesé.
- ¿Qué?.. ¿Es una broma?... dime que lo es -.
La única tristeza y decepción en su voz me torturaba el alma. Nunca me había sentido tan mal y miserable en mi vida. No podía dejar de llorar.
- Lo siento mucho. De verdad lo siento tanto. Lo siento... Lo siento mucho...- . Era lo único que podía decir en medio de mí culpa, dolor y desesperación.
- ¿Cómo pudiste hacerme esto? Llevamos cinco años juntos. ¿Tienes idea de cómo me siento?...- me reclamó triste y enojado.
- ¿Acaso tanto te he descuidado?-
Su pregunta quedó al aire colgando de un frío silencio.
- no tengo nada más que decirte, voy a colgar-.
- perdóname por favor-. Supliqué. Él ya había colgado así que ya no me escuchó.
Terminamos la llamada y mi mundo se derrumbó. Lo había perdido todo. Fuí tan estúpida.
Mi única esperanza era que con el pasar de los días o tal vez de los meses Yoongi llegara a perdonarnos, aunque la posibilidad de que no lo hiciera también podría suceder.
De alguna manera tenía que controlarme porque en unos días debía estar lista para la filmación y una sesión de fotos para las promociones del programa. Debía lucir radiante y fresca. Era la oportunidad de mi vida y no podía desperdiciarla. Me esforzé por hacerlo bien y dar lo mejor de mí. Durante la sesión de fotos, estuve distraída, no pude concentrarme. Fue tan frustrante. Pensé en hacerlo mejor durante la entrevista y el vídeo pero los únicos comentarios que recibí del director fueron: " te ves cansada", " esfuérzate más", " hazlo de nuevo". Ya empezaban a perder la paciencia conmigo y yo ya no sabía que hacer.
Por mi culpa el equipo y yo tuvimos que repetir las filmaciones una y otra vez cada que olvidaba lo que iba a decir. Tuvimos que hacer una pausa cada vez que por la frustración me ponía a llorar y arruinaba el maquillaje. Algunos de mis compañeros estaban molestos conmigo y otros a mis espaldas comentaban que yo era una incompetente. Como pude terminamos ese día todo el trabajo agendado, apagué el celular y me fui directo a mi apartamento.
Ese debió ser de los días más emocionantes y felices porque mi carrera iba en ascenso, pero lejos de eso había dado una pésima impresión y un terrible desempeño. Eso no era nada bueno para mi. Si no lo hacía mejor la próxima vez me despedirían.
Otro día, me esperaban temprano en el set para las siguientes grabaciones del programa. Lo menos que quería hacer era llegar tarde. Prendí el celular. Llegó un mensaje de un número desconocido. Temblando de miedo lo leí:
" Haz lo que yo te diga. Si no lo haces yoongi y la prensa recibirán la fotografía" .
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro