Capítulo 3: Cuentos del pasado
Lamento tardar en actualizar, pero el trabajo me está cortando el tiempo. Lo mismo va para YouTube. Pero procuraré traer calidad en lugar de cantidad. Empecemos.
- Valla valla Zero, tengo que admitir que tienes un muy buen gusto. -
Fue la voz de alguien bastante desagradable para el castaño la que se escuchó detrás de ellos.
La cual se trataba de la voz de Vent, el cual miraba con notoria lujuria a la pelinegra.
Cosa que disgusto a Kurumi, ya que el chico no era de su más mínimo interés, siendo que para ella, el único que podría verla de esa manera sería Zero. Ya que era parte de su fantasía, pero Vent era otra historia. Ya que a diferencia de Zero, el aura que sentía Kurumi, era un aura pútrida, oscura y desagradable.
- ¿Escuchaste algo, Zero-san?. -
Pregunto la pelinegra, haciendo que el castaño sonriera ante el comentario.
- Creo que fue un perro faldero. -
Respondió Zero con un tono de desprecio y desinteresado.
El cual hizo reír sutilmente a la pelinegra y molestar a Vent.
- Oye, venía a hablar tranquilamente pero si vas a estar en ese plan, creo que mejor le mostraré a tu amiguita como es un hombre de verdad. -
- Pues lo siento, no doy clases. Y menos a los degenerados inútiles como tú. -
Esta respuesta enfureció más a Vent, el cual forzó a Zero a mirarlo.
- ¿Te crees muy gracioso?. -
- Si claro. Y estoy arto de fingir que no. -
Esta respuesta colmo la paciencia de Vent, el cual dirigió un puñetazo directamente a la cara de Zero. Pero este gracias a haber mimetizado los poderes espirituales de Kurumi. Pudo fácilmente atrapar la mano del otro pelicastaño, el cual para su sorpresa. La fuerza del agarre era suficiente como, para que sintiera que le había dado un golpe a una pared de ladrillos.
- Mira Vent, a mi no me importa lo que sea que tengas que decirme, así que, mejor déjame en paz. O de lo contrario, me veré obligado en usar, la fuerza. -
Con eso, Zero le dió un potente rodillazo amplificado por el poder espiritual. El cual, dejo inconsciente de forma casi inmediata al chico, quien, antes de perder completamente la consciencia, pudo ver. Cómo uno de los ojos de Zero, por un momento, pareció ser la cara de un reloj de estilo romano.
Esta acción dejo sorprendidos a todos los que miraban en el comedor, pues Vent, tenía la fama de ser el mejor peleador de la escuela. Y que fuera derrotado de manera tan humillante, era sorprendente, especialmente tratándose de Zero. El cual había ganado la reputación de pacifista, pero la más sorprendida era Kurumi.
Pues ella, también fue capaz de ver cómo el ojo del castaño, había imitado al de su ángel, lo cual era extraño. Ya que no había sentido en el la energía espiritual de un ángel cuando lo conoció. Aunque luego de unos segundos, Zero callo sentado en la banca donde se encontraba, a la vez que bajaba la cabeza. Así el también perdiendo la consciencia, dejando preocupada y confundida a la pelinegra. La cual, se llevó al castaño a la enfermería de la escuela, para asegurarse que estuviera bien.
Mientras tanto, en la mente de Zero.
Nuevamente, la marca en su mano, conecto con las memorias de un antepasado de el. Esta vez, un joven de su edad, pero con un físico más notorio y cabello rojo con ojos púrpura, además de un cabello largo, mostrando el inicio de una cola de caballo.
- Bueno Papá, por fin desperté la marca, ahora puedo ayudarte a cazar a los espíritus malignos. -
Decía alegre el chico, mirando a su padre Fukushima Onuma.
- Bien hijo, primero que nada, estoy feliz que haya entrenado tu físico. Así podrás soportar fácilmente el poder espiritual, pero debes saber algo. Y es que no solo un físico fuerte es necesario para imitar los poderes de un espíritu. -
Esto lo dijo a la vez que con su dedo índice, indicaba su cabeza, dejando consumido al pelirrojo.
- ¿También entrenamiento mental?. -
Esta pregunta hizo sonreír al albino, quien le indico que se sentará.
- Verás hijo, esto te lo digo por experiencia propia. Y es, que físicamente puedes forzar un poco tu cuerpo para usar el poder de un espíritu.
Puedes resultar con entumecimiento, o dolores, pero rara vez será más grave. El problema, es que la energía espiritual no es algo natural de un humano.
Esa energía puede dañar el cerebro, o simplemente, al usarla, tu cerebro puede apagarse. -
Esta expresión confundió al joven, que miró a su padre, cuestionando sobre el significado de esa expresión utilizada.
- Aron, a lo que me refiero al decir que el cerebro se apaga es algo sencillo. Y me refiero, a que pierdes el control de tu cuerpo. Tu cuerpo dejará de moverse como si hubieras perdido la conciencia, pero aún la mantendrán.
Dependiendo del poder espiritual, puedes quedar así unos minutos, hasta horas. Incluso, tu abuelo me contó una vez que mi tío, quedó así cerca de 1 mes. Si no fuera porque tuvo los cuidados de la familia hubiera muerto.
Así que lo primero que haremos, será prepararte para eso. -
Esto alentó al pelirrojo que alzó el puño emocionado, comenzando el entrenamiento mental. Entrenamiento en el cual, Zero lo fue aprendiendo.
Pero esto lo dejaba con más dudas, especialmente el porque nunca se enteró de esto cuando niño. Y más, el como era posible que el símbolo en su mano, fuera capaz de registrar momentos así. Pues, el estilo de estructura y vestimenta que portaban Fukushima y Aron, eran el perteneciente al año 1000.
Horas más tarde.
Poco a poco, Zero fue recuperando el control de su cuerpo. Con lo cual, pudo levantarse de la cama de la enfermería.
- Oh, parece que estás mejor. -
Comentó el encargado de la enfermería. Mirando a Zero, el cual sonrió nerviosamente.
- Si, la verdad no sé que me pasó. -
Respondió este, haciendo suspirar al médico.
- Bueno, tampoco pude encontrar alguna explicación. Te hice unos estudios, y todo parece estar bien. Bueno, déjame hacerte una revisión más para poder darte el alta o no. Por cierto, ya terminaron las clases, así que puedes irte directamente a casa. -
Dicho y echo, Zero paso una revisión extra, mostrando una vez más resultados normales en su estado de salud.
- Bueno, puedes irte Zero-san, ah por cierto. Tokisaki Kurumi me dijo que te estaría esperando en la entrada. Ella fue quien te trajo por cierto. -
- Gracias doc, perdone las molestias. -
- Ninguna molestia, es mi trabajo. -
Ya dado de alta, Zero tomo sus cosas y salió de la escuela. Sorprendiéndose gratamente, de que realmente Kurumi haya esperado por el en la entrada de la escuela.
- Kurumi-san, perdona las molestias que te haya causado. -
Dijo este llegando a dónde se encontraba la pelinegra sentada. La cual, le sonrió de manera amable y un tanto coqueta.
- No hay problema Zero-san, aunque me preocupaste. ¿Que fue lo que te pasó?. -
- Nada para que te preocupes Kurumi-san, gracias por llevarme a la enfermería y esperarme. -
Esto lo dijo el con una sonrisa feliz, no esperaba que la chica lo apreciará lo suficiente como para hacer eso.
- Jeje, no hay de que. -
Comentó ella acercándose al castaño, para después abrazarlo dejando a Zero un tanto confundido por la acción. Aunque luego de unos segundos, este correspondió el abrazo con gusto.
Ciertamente la chica se estaba ganando el corazón del chico, pues el como estaban conviviendo le ayudaba a olvidar a Inori. Además de que había algo en ella, que le hacía sentir esa misma sensación de calor amoroso que sintió por la pelirosa antes de su ruptura.
- Bueno, Kurumi-san es hora de irnos. Te acompañaré a casa, ya es tarde como para que una chica linda como tú salga sin compañía. -
Comentó de manera amable haciendo sonreír a la pelinegra, la cual sabía que cada vez era más cercano el hecho que Zero aceptara tener una cita con ella. Así que asintió y comenzaron a caminar, en dirección de una casa falsa. Donde se excuso, que vivía, para no levantar sospechas del pelicastaño.
- Adiós Zero-san, cuídate. -
Dijo está antes de separarse del pelicastaño, pero en un hábil movimiento, se giró le beso si mejilla. Para después entrar tranquilamente a su casa.
Dejando a Zero bastante sorprendido, pero con una sonrisa, con la cual comenzó a retirarse de ahí.
Al llegar a su casa. El castaño se dirigió a su habitación, donde se puso a reflexionar sobre lo que había pasado. Extrañamente había humillado a Vent. Además de que ahora tenía más memorias de antepasados. Y por si no fuera suficiente, tenía a Kurumi, la cual aunque él no supiera exactamente el porque. Pero sabía que le gustaba a la chica, especialmente porque con lo linda que era, fácilmente conseguiría a casi cualquier chico de la escuela. Por lo que todo, unido hacia que pensar fuera lo más sensato para el.
- Pero lo más raro de todo. -
Susurro al aire este de manera curiosa, quitándose el vendaje y mirando directamente aquel símbolo.
- (Es que aún no entiendo que significa esto. Según esas memorias que puedo ver, sirve para pelear con espíritus. ¿Pero como sucedió?, Y más importante. ¿Porque mis padres nunca me dijeron nada?). -
Pensaba confundido, pues no tenía más información que aquellos fragmentos de memorias de sus antepasados. Pero mientras miraba detenidamente el símbolo, este último brillo de manera intensa. Induciéndolo una vez más, a memorias pasadas.
Ahora se encontraba mirando a Aron, solo que de una apariencia mucho más fornida, además de tener unas cuantas cicatrices en el rostro.
- Ahí de encuentran el vampiro y el espíritu. -
Decía un hombre albino que se encontraba junto al antepasado de Zero, los cuales miraban un castillo a la distancia por medio de un catalejo.
- Leon, ¿Seguro que quieres venir?, Se que el vampiro secuestro a tu esposa, pero tú no estás acostumbrado a estas cosas. -
Comentó de forma sería el pelirrojo, a lo cual el mencionado asintió afirmativamente mientras alzaba un látigo.
- ¡Por algo fui con el, me dió este látigo especialmente para matar vampiros!. -
Grito de forma decidida, a lo cual Aron con una sonrisa comenzó a caminar junto a Leon, en dirección de aquel gran castillo.
Cuando la memoria cambio abruptamente, a una dónde ambos hombres se encontraban dentro del castillo frente a 2 figuras.
Aron estaba con un corte que pasaba sobre su ojo izquierdo, el cual presentaba sangre seca aunque resiente. Mientras que Leon portaba un semblante más iracundo, y su látigo ahora era una cadena con masa.
- Un Nahual. No esperaba encontrarme con una bestia de esta calaña aquí. -
Susurro el pelirrojo a su amigo albino, a la vez que tocaba su símbolo en la mano. El cual tras concentrarse unos segundos, paso a ser un X gigante que se extendió por su brazo.
- Tsk. -
Dijo Aron sujetándose el brazo, ya que sus heridas y cansancio, forzaron mucho la activación de esa marca.
- Jejeje. No creerás que me dejaré tocar por ese brazo heredero Onuma.
Investigue lo suficiente como para saber lo que significan los símbolos de tu mano. -
Comentó el Nahual que tenía cabeza de lobo. Ese comentario sorprendió al pelirrojo, que lo miro de forma sería.
- Aron, deberías irte. Estás demasiado lastimado por protegerme, yo puedo lidiar con ellos. El mundo necesita más a los Onuma que a los Belmont. -
Dijo el albino de forma sería empujando a su amigo había atrás, mientras hacía sonar su cadena contra el suelo.
- Ni loco, tu solo no podrías con ambos. Creo que tendremos que hallar la manera de salir de esta. Porque no pienso dejar a la pequeña Jolyne sin padre. -
Dijo con una sonrisa Aron a la vez que desenfundó una espada con las mismas marcas normales de su mano.
(Esta espada)
(Este símbolo)
- Esperemos que la espada que me hizo el viejo resista tanto como tú látigo. -
- Esperemos si quiera salir de aquí. -
Comentó Leon alistándose para la pelea, al igual que sus oponentes, pero cuando estaban por chocar los contrincantes, la memoria termino abruptamente.
Dejando a Zero perdido en su mente con lo que acababa de ver.
- Definitivamente, tengo que investigar esto. -
Comentó al aire el castaño, a la vez que se frotaba la cabeza, debido al dolor de las memorias.
Pero curioso, decidió mirar una vez más el símbolo, que estaba en su estado normal. El cual, tocó un par de veces, el cual cambio primero a un lago, y luego a la punta de lanza. Pero cuando lo toco una tercera vez, su brazo sintió un intenso dolor.
El cual era similar a una quemadura de 3er grado, donde del centro del dorso y pala de la mano, comenzaron a extenderse las marcas formando la X.
- ¡ARG!. -
Grito de dolor Zero, sujetándose el brazo, golpeándose la palma con el puño para intentar cambiar el símbolo. Que reaccionó y una vez más, volvió a su forma normal. Dejando completamente entumecido el brazo del castaño, además de que comenzará a brotar vapor de este.
- Maldición. -
Susurro de forma adolorida, mientras caminaba lentamente a su baño, en el cual al llegar, remojo su brazo en agua. La cual solo ayudo a que el brazo dejará de emitir vapor, pero aún conservando el entumecimiento.
- (Definitivamente...... no volveré a usar ese símbolo. Ni siquiera se para que sirve, y me estoy arriesgando..... Ni siquiera es como que aún haya espíritus, así que ahora este poder es inútil.) -
Pensaba con dolor Zero, mientras se dirigía a lo que una vez fue la habitación de sus padres. Con la esperanza de que ellos conservarán algo relacionado a aquellas visiones del pasado la marca.
Con pesar entro a la habitación, y comenzó a registrarla a cómo podía con su brazo bueno. Pues aunque el entumecimiento comenzaba a bajar, su brazo no respondía de la manera adecuada.
Encontrando solamente una caja fuerte pequeña, la cual era bastante vieja. Aunque no pudo encontrar la contraseña por más que busco, así que desistió de intentar combinaciones al azar.
- (Ya es tarde, debería dormir.) -
Pensó al mirar el reloj que estaba por el pasillo, así que se alisto para dormir, no sin antes, revisar su brazo en busca de algo dañino que pudiera ver.
- Si sigue así mañana, tendré que ir al doctor en lugar de la escuela. -
Susurro de manera preocupada mientras se sujetaba el brazo, el cual aún seguía sin responder adecuadamente. Pero antes que se acostara en su cama, escucho sonar su teléfono. El cual tomo para ver la notificación, la cual provenía de un número privado.
- A la hora del almuerzo, ve al patio de la escuela, donde no te vea nadie. Tenemos que hablar. -
Ese mensaje dejo confundido a Zero, pues el número privado ya era sospechoso, pero esa solicitud solo lo hizo suponer 2 cosas. Una, que era Vent en un intento de hacerse pasar por Kurumi para vengarse por lo ocurrido. Y la otra posibilidad, es que realmente fuera Kurumi, y la razón era simple.
La chica ya le había pedido tener una cita, y eso junto a que no conocía su número de teléfono, lo hicieron suponer eso mismo.
Pero ninguna sus suposiciones era correcta, ya que el mensaje había sido enviado desde el Fraxinus. Ya que la tripulación había tomado la decisión de dejar el sellado de Kurumi en manos de Zero. Al menos, la parte de la cita, ya que ellos solo conocían la capacidad de sellado de Shido.
Así que tendrían que formar un plan para poder hacerlo, pero para ello, necesitaban informarle al pelicastaño. Que los espíritus aún existían, y que Kurumi era un espíritu, y no uno normal, si no que uno de los más peligrosos actualmente.
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