Capitulo Único
Lo que sería una pequeña escapada al pueblo para alejarse de las responsabilidades por unas horas, termino convirtiéndose en algo más. Ninguno de los dos sabía como una cosa llevo a la otra... pero la verdad es que tampoco les importaba en este instante.
-Sasha...-.
-Tenma...-.
Los nombres del otro fue lo único que pudieron decir antes que sus bocas se devoraran con una pasión indescriptible, con un hambre que había estado creciendo desde que se dieron cuenta que dejaron de ser los jóvenes de 15 para ser los adultos jóvenes que ahora se devoraban las bocas.
Las manos de él ahuecaron su rostro, sus dedos rozando perezosamente su mandíbula, su barbilla, bajando por el largo de su garganta. Ella vibraba por donde sus manos la tocaran. Sus propias manos, plantadas sobre su fuerte pecho por un momento, se deslizaron hacía arriba, sobre los duros músculos de sus hombros y lo cubrieron.
Separaron sus labios para recuperar el aliento, un hilo de saliva los unía, sus rostros tan cerca que sentían la respiración del otro como si fuera suya propia.
-Sasha...- en un leve momento, Tenma recupero la cordura y capacidad de parar. -De-Debemos parar. Esto...-.
La pelilila subió su mano izquierda a la nuca del guerrero, entrelazando sus dedos en el cabello castaño del hombre y lo atrajo hacía ella, callándolo con un beso y metiendo su lengua en su interior. Su otra mano le hizo suave caricias en el cuello mientras devoraba su boca.
Ella sabía que él tenía razón en su intento de pararle. Ella era Athena, la Diosa de la Sabiduría, una de las tres Diosas Vírgenes del Olimpo. Debía pensar en las consecuencias que saldrían de estas acciones, de dejarse llevar por sus sentimientos prohibidos ante su amigo de la infancia y guardián que ha encerrado por tanto tiempo.
Pero estaba harta de fingir lo que no es, de no poder sentirse amada como quería con el hombre que ha dado todo por ella, aun cuando ella solo le ha traído problemas y dolor en su vida.
Ella era la Diosa Athena... pero también era Sasha, la niña del orfanato, la mujer que estaba deseosa de amar y ser amada por el único hombre que ha amado en esta y cualquier otra vida.
Aunque fuera un pecado, aunque fuera en contra de sus propios deseos del pasado, quería entregarse al amor que sentía por él, que el hombre que amaba la hiciera mujer, aunque sea solo por una noche.
Con un gruñido que indicaba la perdida de su autocontrol, Tenma los hizo girar, guiándola a tientas, aun manteniendo el exquisito contacto entre sus bocas. Se detuvo cuando la espalda de ella choco contra la puerta de la habitación de la posada que pudieron conseguir. Allí la atrapo, prisionera de sus acalorados besos y sus manos. La mano izquierda de Tenma paso por el largo y hermoso pelo de Sasha y su mano derecha estaba contra la puerta, asegurándose de no perder el equilibrio, ni que nadie los molestara.
La forma en que Tenma tomo el control la mareó.
-Tenma...- jadeo Sasha sin aliento tras separarse para recuperar aire. Pudo ver como los ojos rojizos de Tenma, que siempre la habían mirado con cariño y respeto, ahora la miraban con un deseo y descontrol que ella nunca había visto, pero que la emocionaba de maneras impropias. -Yo...-.
Cualquiera que sea la palabra que iba a decir, se le olvido cuando la lengua de él se deslizo sobre sus labios que ya esperaban los de él. El sabor de él en su lengua era más dulce que cualquier vino o néctar.
Más. Ella quería más. Quería todo de él.
El beso se volvió más febril y hambriento que los anteriores. Ella dejaría que la devorara si así lo deseara. Casi gimió cuando su boca ya no estaba sobre la suya, pero un gruñido proveniente de él salió cuando, con la mano que acariciaba su cabello, tiro de la cabeza de ella hacía atrás por el cabello y él ataco su cuello. El calor floreció en la mujer donde se unían sus muslos. Se mordió el labio para evitar que su boca quedara abierta.
Tenma beso el cuello de Sasha; pero no se conformo con eso. La beso, la mordisqueó y chupo en cada parte de su cuello que pasaban sus labios con el único fin de dejarle una marca. Eso emociono a la joven, que en su desenfreno y pasión, quería que todos vieran las marcas que él dejaba, que se dieran cuenta que ella le pertenecía a él y solo a él.
El dejo su cuello por el momento para volver su atención a sus labios. Sasha apretaba con su mano derecha fuertemente la camisa de Tenma por la espalda, tan fuerte que parecía que la iba arrancar en cualquier momento.
Cuando los labios de ambos se separaron, la Diosa tuvo la suficiente claridad mental para pronunciar una sola palabra: -Cama-.
Él entendió de inmediato: la levanto al agarrar la parte posterior de sus muslos mientras ella, por reflejo, cruzaba los brazos alrededor de su cuello y las piernas alrededor de su cadera, ocasionando que sus intimidades se tocaran, haciendo que ambos soltaran un suave jadeo.
Ella quería tocarlo, tocarlo hasta que temblara.
Tenma la dejo con el mayor cuidado posible en la cama y rápidamente comenzó la tarea de desvestirla. Empezó por desabrochar los zapatos y medias. En todas partes donde sus dedos tocaban, enviaban electricidad al núcleo de ella. Cuando lo vio quitarse la camisa y tirarla al suelo para luego sentarse en el borde para quitarse las botas, ella se levanto.
-Dejármelo a mi- dijo sin aliento, arrodillándose frente a él cuando él ya se había quitado las botas. Empezó a repartir besos por todo su pecho desnudo, deteniéndose en las cicatrices. Al mismo tiempo, sus dedos trabajando para quitarle el cinturón rápidamente.
-Sasha...- nombro Tenma con leves jadeos por los besos de la chica en su cuerpo, pero abrió los ojos al sentir como su pantalón era aflojado al perder el cinturón y ella tiraba de la punta para quitárselo. -Espera, Sasha...- levanto la cadera por inercia. Su rostro se puso rojo por completo al quedar totalmente desnudo frente a ella y ver como ella se le quedaba viendo el miembro. -No tienes que...-.
No pudo seguir hablando, ya que soltó un fuerte gemido cuando sintió la mano de ella envolver su miembro, comenzando acariciarlo de arriba-abajo.
-Qué grande...- susurro Sasha impresionada. Como toda mujer joven que aprende de anatomía y el sexo opuesto, se había preguntando en algún momento de su vida como se vería el miembro reproductor masculino. La perspectiva solía asustarla, además de que no eran pensamientos que una Diosa casta debía tener.
Pero este era Tenma, y ella quería cada centímetro de él. Su alma ya le pertenecía, y ahora reclamaría su cuerpo. Se lamio los labios.
Tenma quería decirle que no tenía que hacerlo si no quería, que era incorrecto que ella, una Diosa, estuviera arrodillada frente a él, pero no pudo encontrar la voz para decirlo. Pero, por esas mismas ideas, es que la vista actual era tan excitante.
Sasha acaricio suavemente el órgano, pasando el pulgar en la punta, sintió el liquido pre-seminal salir, deleitándose al ver lo que le hacía. Miro hacía arriba, más allá de su longitud, para ver sus grandes ojos que recordaban a un conejo mirándola hacía abajo. Su Caballero, su héroe, a quien eligió para estar en cada reencarnación.
En un acto de valor y adoración, paso su lengua por su longitud. La respiración de Tenma se entrecortó, su pecho se agito, su boca se abrió. Entonces Sasha llevo sus manos a la base de su miembro y su boca a la punta.
-¡Sasha!-.
-Mmm-.
Escuchar su nombre salir de sus labios de esa forma y verlo temblar por esa acción la hizo más hambrienta, más necesitada, quería más. Ella obtendría más.
Ella tomo más en su boca, pero él era tan grande que no pudo meterlo todo, así que lo que quedo fuera de su boca lo acaricio con sus manos. Empezó a mover su boca y cabeza de adentro hacía afuera mientras succionaba y usaba su lengua en la punta. Primero empezó lento, pero con cada gemido y maldición que él soltaba, ella ganaba más confianza y sus acciones ganaban más velocidad.
-Dioses...- gimió Tenma como una oración, una súplica. -Me estas matando...-.
Antes que pudiera venirse y derrumbarse, antes que ella pudiera dejarlo de rodillas sin pelear, llevo una de sus manos a la parte posterior de su cabeza, agarrándola suavemente, haciendo que sacara su miembro de su boca, para frustración de ella y leve decepción de él.
Tenma no quería terminar antes que ella. Quería hacerla ver el cielo antes de acabar.
La puso de pie y la beso. Sus manos hábiles desabrocharon el vestido, un bonito vestido celeste, diferente a sus vestidos blancos que ella siempre usaba frente a todos para pasar más desapercibida. Le bajo las mangas por los hombros y dejo que cayera al suelo sin apartar los labios de ella. Como si lo hubiera hecho una docena de veces antes, le desabrocho el corpiño. Cayo al suelo con un suave sonido.
Tenma la aparto para verla. Su camisón no escondía mucho, mostrando sus pechos y como se hinchaban contra la tela, notándose los pezones erectos.
Sasha esperaba que la inundara la timidez, pero tras sus acciones de antes, su mirada ardiente y ver lo duro que estaba su miembro, sintió en cambio una oleada de poder, de orgullo por poder ocasionar esa reacción en él con solo verla.
-Sigue...- incito, tomando sus manos con las suyas para indicarle a donde ir a continuación.
Tenma le paso las tiras de la camisola por los hombros, la tela se deslizo con mucha facilidad hacía abajo, como si quisiera darle esto a ella, a él. El aire fresco acaricio su piel. Tenma se lamió los labios, observando lo perfecta que era ella.
Él la atrajo hacía si, la piel caliente presionándola. Un suave sonido se le escapo. La lengua de él se deslizo entre los labios de ella otra vez y Sasha suspiro al sentirla. Ella sintió vagamente como la hacía girar hasta que sus rodillas tocaron la cama y él la empujaba suavemente, recostando su espalda en el suave colchón y su cabeza en la almohada mientras él se ponía sobre ella, como un depredador ansioso por devorar a su presa.
Tenma no dejo espacio en el cuerpo de ella que sus manos no recorrieran. Era como un ciego estudiando una superficie. Quería memorizar el mapa que era el cuerpo de Sasha, porque seguramente esto no podría volver a repetirse, así que quería grabar el cuerpo de ella a fuego en su mente, cuerpo y alma.
Se soltó de sus labios para dejar un rastro de besos por el cuerpo de Sasha. La garganta, clavícula, por el pecho y luego tomo una teta en la boca; su lengua se arremolino alrededor del pezón.
-¡Tenma!- Suspiro Sasha, llevando su mano derecha para agarrar la cabeza de Tenma por sus cabellos, acercándolo más mientras él cambiaba a a la otra teta. Su mano izquierda estaba ocupada agarrando un puñado de sabanas. -Si...- gimió.
Tenma dejo sus pechos para seguir hacía abajo, besando su estomago, su ombligo y deteniéndose en su centro. Hubo un momento de pausa, una pregunta se planteo con un intercambio de miradas.
Sasha se quito la última prenda que le quedaba y tirándolas al suelo como respuesta.
-Sasha...- como un hombre sediento en el desierto, Tenma no pierde tiempo y se zambulle en la intimidad de la mujer que amaba, con sus manos sujetando los muslos de ella para mantenerle las piernas abiertas.
Sasha grita por la estimulación al sentir su lengua caliente recorrer sus pliegues. Lo hizo de nuevo. Fue una ola de placer, un maremoto que se estrellaba y retorcía. Sasha solo podía arquear la espalda en la cama y agarrar la cabeza de Tenma y empujar contra ella. Cualquier apariencia digna y atisbo de control la abandona de inmediato por la búsqueda de placer que el hombre entre sus piernas le da.
Tenma lamió de abajo hacía arriba, soltando gemidos que eran ahogados por su boca ocupada. Encontró un pequeño botoncito que al pasarle la lengua, hacía que la mujer debajo suyo gritara más fuerte y desesperada. Sasha movía sus caderas, siguiendo las embestidas de la lengua del hombre que más ama y que la esta haciendo ver estrellas.
-Por favor...- gimió sin aliento, sintiendo que estaba a punto de explotar. -Te deseo, Tenma... te necesito-.
Pero sus ruegos no parecieron aplacarlo, sino incitarlo en su deliciosa tortura. Sasha hecha la cabeza en la almohada hacía atrás al sentir un dedo empujar su entrada antes de deslizarse hacía adentro, enviando una ola de calor a través de su núcleo. Ella gime tan fuerte que es posible que todos en la posada la hayan escuchado. Él siente su entusiasmo mientras ella se balancea en su dedo, encontrando sus movimientos a mitad de camino, y él responde metiendo un segundo dedo, curvándolos hacía arriba antes de continuar el empuje y tirón constantes de su calor.
La cordura, la lógica y rectitud desaparecen en la mente de Sasha mientras se desvanece en la nada candente, y le da la bienvenida a ese hermoso olvido que él le causa con los brazos abiertos.
-Tenma, yo... yo voy a...-.
-Lo se. Ven, Sasha-.
Después de unas cuantas lamidas y empujones de dedos más, ella llega a su orgasmo, deshaciéndose debajo de él, la repetición del nombre de su amado es lo único coherente que sale de sus labios.
Él se retira de entre sus rodillas y ella se siente muy vacía casi al instante. Ella lo tira hacia arriba para cubrir su cuerpo con el suyo, para respirar con ella por un rato. Él se limpia la humedad de su boca con el dorso de su mano.
Tenma también la observo. Vio su piel pálida enrojecida por sus besos y el calor que ella sentía, sus labios entreabiertos que lo invitaban a volver a perderse en ellos, su cabello desordenado y desparramado por toda la cama debajo de ella. Su cabeza descansa en el hueco de su cuello y ella juega distraídamente con su cabello mientras intenta recuperar un poco más de compostura
-Hace mucho tiempo que quiero hacer esto- confiesa el castaño con algo de vergüenza. Escuchar eso y sentir su aliento directamente en su oído aviva de nuevo las llamas de la pasión dentro de ella.
-Te quiero dentro de mi...- susurra Sasha.
Tenma la mira a los ojos. -¿Estas segura?-.
Ella asiente. Su fe por él no conoce limites, puesta a prueba por los males más oscuros y las clemencia de la guerra. Para ella, no existía otro hombre al que quisiera aparte de él como compañero. Entre todos los Dioses, Semi-Dioses y demás seres, ella lo escogió a él para enlazar su alma y pasar la eternidad juntos.
-Si- responde. -Tome el té. Hace rato lo tomo cuando estoy contigo. Por favor...-.
Sasha se da cuenta, con orgullo, que sus súplicas son su debilidad. Él se pone sobre ella, su punta empujando su entrada. Le da besos en el borde de los labios mientras comienza a empujar, y ella jadea, sus uñas crean medialunas en la piel de sus omóplatos.
-¡OH!- Soltó ella cuando él se deslizó dentro. Veía estrellas en sus ojos, fuegos artificiales en su interior. Su cuerpo palpitaba a su alrededor, su interior se apretándose y aflojándose y estirándose.
Tenma gruño roncamente mientras empujaba lentamente más profundo, hasta enviar todo hasta la empuñadura. Aquí, los dos solos, carne con carne, es donde esta la verdadera divinidad.
-Me siento... completa- suspira Sasha, cruzando sus piernas detrás de la cintura de Tenma, sus tobillos cruzados para que no se aleje. -Muévete-.
Él sigue la orden y comienza a salir un poco antes de empujar hacía adentro nuevamente. Empiezan lentos, algo torpes como los primerizos que son, probándose, saboreando la sensación de ser uno. Pronto, Tenma encuentra el ritmo correcto y empieza a empujar con más fuerza, haciendo que su amada ponga los ojos en blanco por la pura intensidad que explota dentro de su núcleo, que se expande por todo su cuerpo, de la punta de los dedos de sus pies hasta el más fino de sus cabellos esparcidos debajo de ella.
Con cada embestida que él da, ella inclina sus caderas hacía arriba para encontrarse con él a mitad de camino, persiguiendo el placer que la inunda. Sus rodillas se doblan más hacia adentro, lo que le permite enterrarse aún más profundamente. Las manos de él están firmes en la parte posterior de sus rodillas, manteniendo las piernas de ella abiertas.
-Oh Tenma...- gime Sasha, enterrando sus uñas en la espalda de Tenma, lo que lo hace gruñir y empujar más fuerte, lo que la vuelve loca. -Puedo sentirte, es... es... ¡AH!- Grita cuando él golpea en los lugares correctos, esos lugares que la hacen ver estrellas aun cuando están bajo techo. -Más...-.
Tenma le da un rápido beso como única respuesta.
El ritmo de las embestidas de Tenma comienza a tambalearse y el joven ya no puede ocultar sus gemidos, una señal inequívoca de que no está tan lejos de ella. Una mano suelta su agarre en su pierna y se acerca una vez más a su hinchado capullo, mientras la yema del pulgar continúa acariciando su clítoris. Ella solloza ante el contacto repetitivo; su inminente clímax se acerca cada vez más en el horizonte. Una repentina necesidad surge en ella: quiere mirarlo, verlo desmoronarse dentro de ella.
-Mi Sasha- susurra Tenma con apenas aliento.
El corazón de Sasha se acelera al escucharlo y lleva sus manos hasta los hombros de él y los aprieta. No lo dejará salir, quiere que acabe dentro de ella, que la marque como suya.
Con gritos y gruñidos, como de animales se tratasen, ambos llegan al orgasmo; él primero, justo detrás de ella. Tenma es consciente de las piernas tambaleantes de ella trabándose alrededor de él, impidiendo que que se retirase, a pesar de que temblaban como de manera incontrolada.
El cansancio, los espasmos y la falta de aire hicieron que sus fuerzas lo abandonaran. Tenma resistió el desplomarse sobre ella, optando por retirarse de ella, lentamente, centímetro por centímetro, sintiendo que su estreches lo asfixiaba, hasta que salió por completo de ella, lo que le permitió apartarle sus piernas, alejándose un poco de su amante para acostarse a su lado.
El sonido de sus respiraciones agitadas mientras intentaban recuperar aire era el único sonido que se escuchaba en este momento.
Sin embargo, un movimiento a su izquierda atrajo la atención del Caballero de Pegaso a su Diosa, que lo miraba con sus hermosos ojos esmerada, con un brillo especial que había visto brillar más que nunca esta noche, en el acto que acaban de hacer. Una calidez inundo sus mejillas al verla moverse y ponerse encima de él, con sus piernas a los lados. Desde este ángulo, él tenía una nueva vista de su cuerpo de diosa, de su piel pálida que tenía un delicioso tono rojizo por el calor la pasión.
Sasha le dedico una sonrisa tímida antes de inclinarse y besarlo suavemente. Ambos amaban como se sentía la unión de sus labios.
Sasha se aparto rápidamente, sin embargo, su sonrisa obtuvo un atisbo de picardía mientras movía su mano y agarraba su miembro; unas pocas caricias lentas fueron suficiente para volverlo a poner duro nuevamente.
Y sin perder tiempo y con las ganas a flor de piel, ella se entero en su hombría nuevamente. Ambos gimieron ante la sensación.
-Sasha...- suspiro Tenma, agarrando a su amante de los muslos.
-Ahora yo... tomaré el control- la voz de Sasha se escucho tan sensual y melodiosa al mismo tiempo. Era como la voz de las sirenas que encantaban a los marineros para llevárselos a las profundidades del mar, y Tenma era el pobre, o afortunado, marinero en este caso.
Apoyando sus manos en el estomago de su amado, Sasha comenzó a moverse, primero de adelante hacía atrás para acostumbrarse a la posición, luego comenzó hacerlo de arriba hasta abajo, casi sacando el miembro de él antes de dejarse caer, haciendo que el gimiera y ella soltara un grito de deleite.
Sasha le sonrió mientras lo montaba, sus ojos puestos en él y solo en él. Tenma gruñía y gemía, preguntándose que demonios hizo para merecer todo lo de esta noche. Llevo sus manos hasta las caderas de ella, apretándolas mientras la ayudaba a montarlo. Sasha gimió de agradecimiento. Las propias caderas de Tenma se levantaron para empujarse dentro del interior de su amada.
-Se siente tan bien tenerte adentro...- dijo Sasha entre suspiros. -¿Se siente bien para ti también?-.
-S-Si, increíble. Dios, Sasha. Ugh...- decía Tenma entre suspiros.
Tenma vio los pechos de Sasha saltar con cada movimiento que ella hacía. Sin contenerse, subió las manos hasta tomarlos y apretarlos. Sasha gimió gustosa, frotándose contra él. Con un gruñido, Tenma se incorpora en la cama y mueve sus caderas. Cada onza de fricción era simplemente divina.
Deseoso de sentirla más cerca, Tenma levanto su cuerpo para tener una posición erguida. Acerco su rostro al de Sasha y la beso. La joven envolvió sus brazos alrededor de su cuello mientras correspondía de todo corazón sus labios chocando y sus lenguas entrelazándose.
Ambos movieron sus cinturas para encontrarse a mitad de camino mientras ahogaban sus gemidos en sus bocas. Sasha rompió el beso para gritar de placer cuando el miembro de Tenma entraba en ella, moviéndose a lugares que antes no había llegado gracias a la actual posición. Ella no dejo de montarlo.
Ambos gimieron, apretándose mutuamente para que no exista centímetros de distancia entre ellos. Los pechos de ella se apretaron con el fuerte y duro pecho de él. Sus cuerpos se mantuvieron cerca mientras ella apresuraba sus movimientos. Sasha podía sentir como su orgasmo estaba más cerca y como antes, quería que él se corriera junto a ella; pero al mismo tiempo, no quería acabar, quería seguir frotándose junto a él. Una contradicción producida por el deseo y la pasión.
-¡Mmn! ¡Si, si! ¡Tenma!- Gemía Sasha en el oído de Tenma, ayudándose con la punta de sus pies clavados en el colchón para impulsarse más.
-Sasha... mierda, me estas matando- gimió Tenma, moviendo sus manos hasta el trasero de ella, donde los apretó con fuerza. -Yo... yo... vuelvo a...-.
-¡Hazlo entonces! Mierda- ella nunca maldecía, pero las personas eran muy diferentes en la cama a comparación de cuando son normalmente. -Márcame como tuya...-.
Y con un fuerte gruñido, Tenma eyaculo dentro de Sasha, liberando su esencia blanca dentro de ella. Su orgasmo desencadeno el de ella y la hizo echar la cabeza hacía atrás, liberando un gemido ronco. Él no dejo de moverse a pesar del placer que se apoderaba de sus caderas y las entrañas de ella lo estrangulaban con fuerza.
Tenma embistió dentro de ella tres veces más hasta que ya no pudo más, se dejo caer de espaldas a a la cama con Sasha encima de él, su cuerpo cálido contra el suyo y su mente atrapada en un aturdimiento, incapaz de procesar nada más que el asombroso resplandor que calentaba su cuerpo; su respiración superficial pero rápida.
El sonido de sus respiraciones fue el único sonido de la habitación durante un largo minuto.
Poco a poco, Tenma encontró la fuerza para retirar su miembro de ella, un suave gemido salió de Sasha al sentir como su interior era vaciado, pero esta demasiado cansada para hacer algo.
Tras otro largo minuto, recuperan un poco de fuerzas como para acomodarse; ella se acomoda en su abrazo mientras él los cubre con la sabana de la cama. Tenma le pasa la mano por el largo de su espalda y tararea cuando ella coloca un besito en el pulso que parece latir solo para ella.
Tenma deja que sus ojos se cierren y se concento en la forma en que su pecho sube y baja, zumbando debajo del pequeño círculo que ella dibuja perezosamente sobre él.
-Te amo- dice Sasha, sintiendo como el sueño se apodera lentamente de ella. -Te he amado desde siempre. Y lamento el haber tardado tanto en decírtelo-.
-No te preocupes- dijo Tenma. -Por que yo también te amo. No importa lo que pase o que enemigo venga, yo siempre te amaré y te protegeré, Sasha-.
Ambos acercan sus rostros para darse un tierno beso en los labios antes de dormir. Ella se acuesta en su pecho, dejando que latidos de su corazón la arrullen mientras él se concentra en su suave aliento y en su cálida presencia pegada a él.
No se preocuparon en las consecuencias que habría si alguien se enterara de esto, en como rompieron un voto que Athena hizo hace siglos ni como le harán para estar juntos sin que otros sospechen.
Solo disfrutaron el momento. Por que, aunque tal vez solo sea por esta vez, por esta noche, no fueron Diosa ni Caballero, sino un hombre y una mujer que se amaron como cualquier pareja normal.
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N/A: Me encanta el TenmaxSasha. Esta pareja merece mucho más apoyo del que tienen.
Este sería mi segundo one-shot lemmon. Espero que haya quedado tan bien como el primero.
Sin nada más que decir me despido. Visiten y comenten el resto de mis historias por favor. CHAO.
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