33
Jason y Amber acababan de salir de la reunión de padres, dejando a su hija muy contenta porque por fin estaban empezando a hacer cosas juntas como una familia más estable. La mañana había sido bastante tranquila, no se encontraron con ningún contratiempo... todo había estado saliendo perfecto, y el resto del día podía seguir igual, de no ser porque al pequeño Irwin se le ocurrió decir una divertida ocurrencia tanto a sus padres como a los de su mejor amiga.
—He decidido que quiero casarme con Grace —anunció Harry sonriendo de una manera tan tierna.
—¿Casarte con Grace? —cuestionó Vania con curiosidad.
—Sí —respondió con total certeza y seguridad—. Tendremos una boda.
—¿Ahora? —siguió Amber de forma juguetona.
—Sí.
—Pero... ¿no son muy jóvenes?
—No, ya somos grandes.
—Ay, no me digas, ¿también quieres una despedida de soltero? —habló sarcásticamente Jason para evitar explotar contra el menor.
—¡Sí!
El chico abrió los ojos ampliamente con indignación, mientras la castaña reía con fuerza acompañada de la señora Irwin.
—Yo también quiero casarme con Harry —comentó la pelirroja con inocencia.
—¿C-casarte con el niño feo? —el petirrojo estuvo a punto de desmayarse, ¿quien les había metido esa idea en la cabeza?
—Cielo, ¿por qué quieren casarse? —cuestionó Amber a su hija tratando de entender la situación y así evitar seguir alarmando a Jason (al cual ya se le había bajado la presión).
—Porque mi papá le dijo a mi tío Dick que quería casarse contigo porque te quería mucho... y yo quiero mucho a Harry, por eso es mi amigo y nos queremos casar.
Jason sintió todas las miradas encima suyo, bajó la cabeza apenado, incluso Amber podía jurar que había visto sus mejillas rojas. La pequeña pelirroja decía la verdad, ella había escuchado la conversación a escondidas de los mayores, cuando le contó a Harry, él le dijo que tenía sentido que organizaran una boda pues se querían mucho.
—Amor —llamó Vania a su hijo obteniendo su atención—. Quererse no significa que deban casarse, ustedes son muy pequeños para entenderlo, por ahora pueden ser amigos.
—Y si se quieren tanto pueden llamarse hermanos —continuó el señor Irwin.
—¡Exacto! ¡Solo hermanos! ¡Quiéranse como hermanos! —exclamó el de mechón blanco, esperanzado a que ellos pudieran entender.
—Uhm... bueno... creo que ya entiendo —dijo la pelirroja tomando la mano de su amigo—. Creo que por ahora olvidaremos lo de la boda... pero podemos seguir jugando en el receso y ayudándonos en las tareas.
—————***—————
Grace sonreía alegremente, estaba ayudando a sus padres con la cena, le habían encargado preparar la mesa mientras la comida estaba siendo preparada por ellos. Últimamente Amber había estado pasando días enteros en el departamento, lo que le había hecho pensar a la pelirroja que por fin vivirían los tres juntos.
—¡Yo abro! —chilló la menor cuando escuchó el timbre de la puerta, corrió para abrir y sonrió al ver a Dick—. ¡Tío!
—¡Mi princesa! —la abrazó y le dio vueltas haciéndola reir—. ¿Me extrañabas?
—¡Sí, mucho!
—Ash, ¿quién lo invitó? —preguntó "fastidiado" el segundo petirrojo, ganándose un codazo por parte de Amber.
—Jay, no seas grosero, es tu hermano.
—Bueeeno, si quieres puedo irme y llevarme lo que me pediste —habló Dick sonriendo con diversión.
—Cállate —lo regañó, a la vez que se acercaba para que solo él escuchara lo que tenía para decirle—. ¿Lo conseguiste?
—Sip.
—¿El que te pedí?
—Sí, sí, escóndelo bien o tus planes se arruinarán.
—¿De qué están hablando? —cuestionó con curiosidad la pelirroja.
—Lo mismo quisiera saber —contestó la castaña con una ceja alzada—. ¿Está todo bien?
—Sí, solo... dennos un minuto —pidió el de mechón blanco tomando del brazo al primer Robin para salir del departamento y hablar a solas con comodidad.
—Mamá—llamó la pequeña Todd tirando de la mano de su madre—. ¿Cuándo iremos a nuestra nueva casa? Ya quiero verla.
—Cuando tu papá lo diga, ten paciencia.
—¿Viviremos juntos?
—Claro —dijo agachándose a su altura para explicarle—. No te preocupes, ahora estaremos los tres juntos para siempre.
—Los cuatro —corrigió sonriendo con emoción.
—¿Cuatro? No, tres.
—Cuatro —insistió sin dejar de lado su sonrisa.
—¿Hablas de tu mascota? —exclamó confundida señalando al pequeño cachorro que Damian le había regalado.
—No, hablo de mi hermanito —explicó—. Le dije a mi papá que quería un hermanito y él me dijo que sí.
—¿Tu papá te dijo qué? —la castaña abrió los ojos ampliamente, sorprendida por el pedido de su hija y la respuesta que Jason había dado. Claro, no le extrañaba que cediera ante lo que Gracie había pedido, después de todo nunca se negaba a lo que ella le pidiera. Pero no se esperaba que respondiera tan relajado, sin pedir su opinion, o tal vez solo había dicho eso para darle gusto.
—Listo —habló Jason entrando de nuevo a la casa—. ¿Les parece si cenamos?
—¿Y mi tío?
—Se fue, tiene cosas que hacer, como ser un tonto, por ejemplo —miró a Amber, que tenía una expresión seria—. ¿Estás enojada conmigo? Pero no hice nada... ¿o sí?
—¿Le dijiste a Grace que tendría un hermanito?
—Ah, sí —respondió sin darle un mínimo interés, mientras empezaba a servir la comida.
—¿Por qué? —la castaña caminó tras de él, esperando una respuesta lógica.
—Porque... no le veo el problema.
—Tú y yo hablaremos de eso más tarde.
El petirrojo asintió con miedo al ver su cara mal humorada.
Se sentaron en el comedor para cenar. Durante todo ese tiempo Grace no paró de hablar sobre como le había ido en la escuela, sobre los cuentos que había leído en la biblioteca y los juegos nuevos que había inventado junto a Harry. Los dos la escuchaban atentamente, eran felices al verla feliz a ella, no deseaban otra cosa más que seguir escuchando sus risas y vocecita alegre.
Ya más tarde Grace fue a su habitación para descansar, claro que primero hizo que le contaran una historia, sus padres le dieron el beso de las buenas noches y la dejaron sola.
—No creas que he olvidado lo de hace un rato.
—¿Qué cosa? —habló Jason haciéndose el tonto.
—Lo que le dijiste a Grace.
—¿Y qué le dije a nuestra hija? —preguntó sonriendo con burla. Tomó la cintura de la chica y la atrajo hacia sí, pegó su frente con la de ella intentando distraerla.
—Tú sabes lo que le dijiste —susurró mirando atentamente sus hermosos ojos—. Gracie es una niña, te ve a ti como la persona más grandiosa que existe en el mundo y cree cada una de tus palabras... ¿no crees que mentirle e ilusionarla estuvo mal?
—¿Quién dijo que mentí? —Amber arrugó el entrecejo haciendo reír a Jason—. Oye, está bien, somos una familia y...
—¿Lo somos? —murmuró con inseguridad bajando la mirada.
—¡Por supuesto! —exclamó alegremente tomando sus manos para dejar un dulce beso en cada una—. Prometo no volverme a ir, estar siempre con ustedes y ser como un padre de familia normal para que ustedes estén bien.
—Me agrada la idea de que estés siempre con nosotras y que nunca nos dejes... pero lo de ser un padre de familia normal no —arrugó la nariz a la vez que negaba con la cabeza, el chico rió levemente por eso.
—¿Por qué?
—Porque tú eres tan grandioso siendo quien eres y eso me gusta, no quiero que seas como los demás padres de familia —acarició sus mejillas suavemente haciendo que él cerrara los ojos—. Mi papá me dijo que estabas loco y que yo estaba más loca por darte una oportunidad... se enojó mucho por nuestra relación, pero nunca me importó porque contigo siempre fui feliz... conocí a otros hombres y ninguno me hizo sentir como tú lo haces... eres especial Jason Todd.
—Tú también eres especial Amber Lawrence —susurró acercando lentamente su rostro hacia el de ella—. Nunca buscaste cambiarme, solo me amaste. Además... me diste un hermoso regalo... nuestra hija.
La castaña sonrió besando los labios del petirrojo con amor.
—Me disculpo por lo que dije esa noche —dijo un Jason realmente apenado—. De no haber dicho todas esas cosas tal vez nos hubiésemos ahorrado muchos problemas... tú no te habrías ido a Bristol y Grace siempre hubiese vivido con sus padres.
—Las cosas que me dijiste me lastimaron muchísimo, pero yo no debí ocultarte algo tan importante —suspiró pesadamente deseando que los pensamientos de esa época hubiesen sido reemplazados por los más actuales—. Mi orgullo les hizo daño a ti y a Grace... lo siento.
Jason sonrió. Las cosas del pasado habían quedado en el olvido, después de todo era mejor así... ya estaba decidido con lo que haría, pero antes debía preparar todo para el momento, quería que fuese especial, ¿y qué más especial que incluir a Grace en el montaje de su propuesta?
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