24
—¿Papá? —llamó Grace tallándose los ojos.
Acababa de despertar, aún era temprano para alistarse e ir a la escuela, pero al parecer el sueño se había ido. Salió de su habitación y lo encontró enfrente del espejo del baño.
—¿Qué traes puesto? —preguntó con el ceño fruncido señalando su traje color negro.
—¿Esto? Es solo... parte del uniforme del trabajo.
—Creí que el uniforme de trabajo era el casco rojo.
—No me pagan por cuidar de la ciudad —le explicó mientras se agachaba a su altura—. Eso es más como... un hobby.
—Aún no entiendo porque estás vestido como el papá de Hope.
—Tengo un empleo —dijo poniéndose de pie.
Se miró nuevamente en el espejo. Acomodó mejor su saco e intentó peinarse de forma presentable.
El timbre de la puerta sonó, Grace corrió emocionada para abrir, encontrándose con su mamá.
—¡Mami!
—¡Cielo!
Amber abrazó a su hija y besó su mejilla. Miró a Jason y sonrió, se acercó a él y le ayudó a acomodarse la corbata.
—¿Por qué vistes así? No digo que esté mal, solo... ¿por qué?
—Bruce me ofreció empleo... no está tan mal, así que lo acepté. Lo hice por Grace... y por ti.
La castaña bajó la cabeza avergonzada con el rubor adornando sus mejillas.
—Me gusta más tu estilo, pero debo admitir que en traje luces muy apuesto —lo elogió al mismo tiempo que se alejaba.
—¡Sí! Porque papá es muy guapo —comentó la pelirroja con una enorme sonrisa en el rostro. Jason despeinó sus cabellos con diversión.
—¿Te parece sí la dejamos en la escuela juntos?
—Claro. ¿No han desayunado? Porque sé hacer unos muy ricos waffles.
—Es verdad, mi mami sabe cocinar muy bien.
Grace fue a alistarse para ir a la escuela, y Jason la ayudó a peinarse (porque sí, ya estaba aprendiendo); mientras, Amber preparaba el desayuno. Después de unos minutos se sentaron en el comedor a desayunar, como una familia.
—————***—————
—¿Te parece si vamos por un helado? —le preguntó Dick a la pequeña pelirroja, que de inmediato asintió emocionada.
—Pero... ¿puede venir Harry con nosotros?
—¡No! De ninguna manera vendrá ese roba princesas con nosotros —se cruzó de brazos y formó un divertido puchero que hizo reír a su novia.
El nuevo trabajo de Jason no le permitía ese día ir por Grace a la escuela, afortunadamente Dick se había ofrecido en ir a recogerla y llevarla a la mansión, ahí la cuidaría junto a Kory.
—Cariño, deja que el príncipe venga con nosotros. Es un niño tan lindo.
—¿Y tú de qué lado estás?
—Entonces voy a estar muy triste si Harry no viene con nosotros.
El mayor quiso responder algo, pero no pudo. Sus dos chicas favoritas se enojarían si no aceptaba, así que no tuvo más remedio que ir a pedirle permiso a la señora Vania para llevar a su hijo con ellos.
Cuando llegaron a la heladería, todos pidieron helado de chocolate. Grayson miraba constantemente con molestia al pequeño rubio, que lo ignoraba por darle su entera atención a la de ojos azules.
—No imagino como serás cuando tu hija nazca.
—Cuando mi hija nazca ya me habré encargado de extinguir a todos los niños molestos.
—Y apuesto a que Jason ayudará en la causa.
—Señor Grayson, ¿cuándo nacerá su bebé? —preguntó con curiosidad el niño.
—¿Para qué quieres saber?
—Quiero llevarle un obsequio.
—¿También buscas robártela?
—No. Pero dice mi mami que si yo quiero mucho a Ada debo llevarle obsequios a su familia, para que ellos me quieran.
Dick abrió la boca indignado. ¿Con que su madre estaba ayudándole en su plan malvado? Sí que tenía que empezar a aplicar la técnica. Kory rió por la inocencia de ambos niños, estaba segura de que ellos dos tendrían un muy lindo futuro, como pareja o como amigos, pero lo tendrían.
—Eres un niño muy lindo, Harry, el futuro de Grace está a salvo contigo —comentó la tamareana para hacer enfadar a su novio.
—Yo voy a cuidar de Ada, porque es mi mejor amiga.
—No es verdad, yo soy quien cuida de ti —replicó la niña riendo.
—Pero yo también cuido de ti.
—Pero yo cuido más de ti.
—Estos niños se están robando mi corazón. Ambos son tan dulces.
—Ella sí, él no tanto.
—Debes aceptar que es muy lindo... incluso más que tú.
—¡¿Más que yo?!
—Más que tú —afirmó riendo por su cara de preocupación.
—————***—————
—Abuelo... ¿yo algún día podré ser una Bat-girl? ¿O una Robin? —preguntó Grace mirando ambos trajes detrás de unas vitrinas.
Se suponía que estaba jugando a las escondidas con sus tíos. De alguna forma dio con la Bat-cave y se quedó allí conversando con Bruce... ya llevaba como una hora así y sus tíos todavía no la encontraban.
—No lo sé... tal vez si tienes el permiso de tu papá y la edad suficiente.
—¿Cuánto falta para la edad suficiente?
—Mucho —respondió sin dejar de trabajar en la computadora.
—¿Y cuánto es mucho?
—Aún falta, no te estreses.
Grace rió cuando vio que su abuelo dejó la capucha de Batman a un lado. Sonrió de forma traviesa y se acercó para tomarla; la examinó unos segundos y luego se la colocó.
Jason iba llegando del trabajo. Gracias a Alfred supo que su hija estaba en la cueva, así que bajó, pero se quedó escondido observando la adorable escena.
—Soy Batman —habló tratando de hacer una voz grave—. Y amo los unicornios.
Bruce la volteó a ver. No pudo evitar sonreír levemente. Esa niña derretía el corazón de cualquiera, y sobretodo cuando trataba de imitarlo. Igualmente Jason quiso reír desde su escondite, su hija era un amor.
—La pequeña Batman, ¿va a salvar la ciudad está noche? —dijo siguiéndole el juego.
Se acercó al mayor y tomó su mano—. Así es. No se preocupe señor, yo voy a protegerlo.
—¿Señor? Creo que todavía me veo joven.
—¡Ah, claro! ¡Jovencito! Yo voy a protegerlo.
Ambos rieron. Grace se quitó la capucha y la dejó en su lugar.
—Abuelo... ¿cómo era mi papá cuando niño?
—Jason... era... —sonrió con nostalgia mirando a su nieta, que parecía la versión femenina del chico Todd—... era como tú.
—¿Cómo yo? —cuestionó sorprendida.
—Así es. Era algo travieso...
—Mi mami dice que soy algo traviesa —exclamó riendo.
—Pues él era así. A veces no obedecía órdenes. Pero eso sí, era un niño muy valiente y astuto, nada le daba miedo.
—¡A mí nada me da miedo!
Volvió a sonreír. Tal vez Grace se convertiría en el método para mejorar su relación padre e hijo, eso esperaba, porque realmente no quería seguir con esa tensión que aparecía cada vez que estaban solos.
—¿Te cuento un secreto?
—¡Sí! Yo soy buena guardando secretos.
—Bien... a veces parece que estoy molesto con tu papá o que no lo quiero, pero no es así. Al igual que el resto de tus tíos, le tengo cariño.
El segundo Robin sonrió. Era de las pocas veces que lo escuchaba decir algo por el estilo, y en verdad lo apreciaba.
—¿Y a mí también me quieres, abuelo? —preguntó la pelirroja con sus ojitos azules llenos de un brillo especial.
—Por supuesto. Eres mi princesa —Grace sonrió y lo abrazó con fuerza.
—¿Una princesa como la tía Maryam? —preguntó mirándolo a los ojos sin dejar de abrazarlo.
—Así es... ambas son mis princesas —dijo besando su cabeza.
—¡¿Alguien ha visto a Grace?! —gritó Dick bajando a la cueva—. ¡Llevo una hora buscándola!
—¡Llevamos! —corrigió Maryam apareciendo detrás suyo—. Oh, Jay, ¿tú también estabas jugando? ¿O por qué estás escondido ahí? —habló mirando como su hermano trataba de escabullirse para no ser descubierto.
—¿Yo? No estaba escondido... solo... se me perdió algo —se excusó fingiendo buscar.
—¿Qué cosa? —cuestionó Tim.
—Ya no tiene importancia —chasqueó la lengua y luego miró a su pequeña de ojos azules—. Adivina que traje para ti —le dijo con diversión.
—¡Una sorpresa, papá tiene una sorpresa! —chilló corriendo hacia él—. ¿Qué es? Yo creo que se trata de un peluche... ¿es un peluche?
—¿Qué comes que adivinas? —exclamó sonriendo mientras sacaba el peluche que tenía tras su espalda.
—¡Oh! ¡Es un osito! —gritó emocionada abrazando su osito—. ¡Un osito vestido de papá!
Les enseñó a sus tíos el osito vestido de Red Hood. La verdad es que a Jason se le ocurrió ir a la tienda de juguetes a comprarle algo a su hija, cuando vio el osito con el casco rojo no dudó en sacar su billetera e ir a pagarlo.
—Uhm... apuesto a que si al osito lo hubieran vestido de Robin se vería mejor.
—Cuando tengas un hijo podrás comprarle un osito vestido de Robin —replicó su hermana.
—Lo siento por Spanky... pero el señor Ted Hood dormirá conmigo ahora —declaró la menor abrazando a su osito con fuerza.
¿Quién más quiere uno? 🥰
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro