12
Jason esperaba afuera a Grace. Era el último día de clases de la semana y como la habían felicitado sus maestros por sus excelentes calificaciones, había prometido llevarla al parque de diversiones como recompensa. Cuando la vio salir, sonrió de inmediato.
—¿Cómo te fue hoy pequeña pitufa? —le preguntó mientras le ayudaba con la mochila.
—Bien —susurró sin mirarlo a la cara y con un tono desanimado.
—Uhm... ¿estás enojada conmigo? ¿Ahora qué hice? —preguntó con el entrecejo fruncido. Ese día les había ido muy bien, llegaron dos minutos antes de que cerraran las puertas y el cabello de Grace estaba muy bien recogido gracias al método de la aspiradora. Demasiado bien, de hecho.
—No, no estoy enojada.
—Como digas... ¿lista para ir al parque de diversiones? Primero iremos a casa para que te cambies la ropa y dejemos esta pesada mochila y enton...
—Ya no quiero ir —dijo en una voz casi inaudible.
—¿Ya no quieres ir? ¿Por qué no? Ayer estabas tan emocionada con la idea —la miró y comprendió que algo le estaba sucediendo. Tenía la cabeza gacha, no demostraba la misma alegría de siempre. Temía que alguien le hubiese hecho algo—. Grace, mírame.
La menor negó. Empezó a caminar en dirección a casa, dejándolo atrás, por lo que Jason la siguió y tomó su brazo.
—Mírame —ordenó.
—Ya me quiero ir.
Se agachó a su altura y alzó su mentón para que lo viera a la cara. En cuanto miró el moretón que había en su mejilla sintió que le hervía la sangre. Apretó la mandíbula y muy molesto dijo:
—¿Quién te hizo eso?
Sus ojos azules se llenaron de lágrimas. Lo abrazó enterrando su rostro en su pecho. Sus sollozos hicieron que el corazón de su papá se partiera en dos. Se sentía tan mal consigo mismo porque se había prometido que nadie le haría daño a su hija.
—Grace, tienes que decirme quien lo hizo —ella negó y se aferró aún más a él—. Cariño, por favor. Dime quien fue, te prometo que todo saldrá bien.
—Q-quiero ir a casa —murmuró con la voz quebrada.
—Iremos a casa, pero primero me dirás quien lo hizo. Dime, ¿fue un compañero de clase? —asintió sin dejar de abrazarlo—. ¿Cuál es su nombre? ¿Eh? Dime su nombre y...
—¿Usted es el papá de Ada? —interrumpió la voz de un niño que parecía ser de la misma edad que la pelirroja. Jason lo volteó a ver con una mirada poco amigable y Grace se apartó de él para limpiar sus lágrimas que habían recorrido sus mejillas.
—Sí —respondió con poco interés.
—Yo soy Harry, amigo de Ada —dijo extendiendo su mano muy formalmente. Eso le causó un poco de confusión.
—Sí, sí, ¿qué quieres?
—¿Ya le dijiste a tu papá del golpe? —cuestionó el niño mirándola.
—¿Tú sabes quién lo hizo? —exclamó ya más interesado en lo que el menor tenía para decir.
—Sí, fue Lyra.
—¿Lyra? ¿Quién es ella?
—Es nuestra compañera de clase. Es muy mala, siempre está molestando a todos. A veces molesta a Ada, pero hoy sí fue muy mala —empezó a explicar el pequeño de ojos color miel—. Estábamos jugando en el patio y sin querer Ada chocó con ella, entonces se enfadó y la golpeó.
—¿Y dónde está esa mocosa? —preguntó poniéndose de pie.
—Creo que ya se fue a casa. Le dije a Ada que le avisáramos a la maestra, pero no quizo. Creo que fue porque Lyra le dijo que si le decía a alguien la seguiría molestando.
Jason la volteó a ver, por lo que ella agachó la cabeza apenada. Grace no era una niña que se metiera en problemas, y menos estando en la escuela. Por lo general obedecía las reglas. Nunca le había pasado algo como eso, que alguien la golpeara o molestara. Tal vez por ello tenía miedo de hablar, no quería problemas.
—Harry —llamó una mujer que parecía ser la mamá del niño—. Ah, hola, tú debes ser Grace ¿cierto? —le sonrió amablemente a la pelirroja.
—Sí, ella es Grace y él su papá —habló el menor señalándolos—. Le estaba diciendo sobre lo que Lyra le hizo.
—Oh, así es, Harry me lo contó, por eso cuando lo vio se quizo acercar —explicó la mamá—. Harry quiere mucho a Grace, es su mejor amiga, siempre está hablando de ella en casa.
—¿Ah sí? —miró a ambos menores con una ceja alzada. Eso último ya no le estaba gustando tanto. Aún así decidió ignorar eso, por el momento tenía otros asuntos que resolver.
—————***—————
Habían hablado con la maestra de lo sucedido, ella había dicho que se encargaría de ello y que no volvería pasar. Realmente, el petirrojo no confiaba tanto en esas palabras, por lo cual debía hablar con su hija. Pero antes decidió cumplir con su promesa. La llevó al parque de diversiones, donde Grace olvidó ese pequeño momento desagradable.
Ya cuando casi caía la noche regresaron al departamento.
—Grace —llamó el mayor tomando asiento en el sillón. La niña caminó hacia él y se sentó a su lado—. Escúchame con atención... nunca, nunca, pero en verdad, nunca en tu vida me ocultes nada... y menos si es algo como lo que pasó hoy, ¿entendiste?
—Sí —susurró haciendo una mueca—. Lo siento.
—Está bien, solo quiero que confíes en mí... si esa niña se atreve a volver a hacerlo tú te defenderás.
—Pero... me meteré en problemas y mamá se enojara conmigo —comentó preocupada mientras negaba con la cabeza.
—No se enojará, y si lo hace yo te defenderé —le sonrió dulcemente y la atrajo hacia sí para abrazarla—. Yo voy a protegerte de todo aquel que quiera hacerte daño; recuerda que papá estará siempre para ti sin importar lo que suceda.
—¿Cómo mi propio guardián? —preguntó con una pequeña sonrisa en el rostro.
—Como tu propio guardián —respondió acariciando sus cabellos rojos.
—Te amo mucho papá —susurró aferrándose a él.
Aún no podía entender como es que esa pequeña niña era capaz de derretir su corazón con unas simples palabras. Si cuando la escuchaba decir "papá" sentía que su corazón daba un brinco de alegría, era aún mejor con ese "te amo mucho". Ensanchó su sonrisa y besando su frente le dijo:
—Y yo a ti, mi pequeña princesa.
Después de cenar, la pelirroja fue a dormir a su habitación, pero antes hizo que Jason le contara "Rumpelstiltskin". Mientras ella dormía, el petirrojo la cuidaba. Últimamente había estado un poco paranoico, más específicamente, desde que había recibido esos "regalos".
—No importa lo que tenga que hacer, yo me encargaré de hacer que tu vida sea mil veces mejor que la mía —murmuró tocando su mejilla delicadamente—. Así tenga que morir con tal de que tú estés bien... —de repente sintió un nudo en su garganta. Apretó los puños y se tragó las ganas de llorar porque eso sería ridículo—. Nadie va a hacerte daño... tú serás diferente a mí. Y nunca voy a abandonarte, jamás te dejaré sola... si cometes un error no te juzgaré, si te caes te ayudaré a levantarte. Pero... yo... en verdad voy a cuidar de ti, para que nadie rompa tus alas.
La cubrió bien con las cobijas color rosa, depositó un beso en su cabeza y salió, pero antes se detuvo a observarla por unos segundos. Sonrió y cerró la puerta con mucho cuidado.
—————***—————
—¡Oh! Olvidé decírtelo —exclamó alarmada la pelirroja mientras iban de camino a la escuela.
Un nuevo Lunes y afortunadamente lo único que les había pasado era que no habían encontrado las llaves de la casa y tuvieron que salir con el riesgo de que al regreso se encontraran sin muebles.
—¿Qué ocurre?
—Organizarán un viaje al zoológico —empezó a explicar muy emocionada—. Y yo quiero ir, porque nunca he ido a uno.
—Bueno... la mansión es como un zoológico, así que sí has ido a uno —respondió alzando los hombros.
—¿Pero sí puedo ir? —detuvo la caminata y lo miró con una cara de cachorro tan adorable, la más adorable, incluso más que la de Dick cuando la usaba para obtener lo que desease.
—Por supuesto.
—¡Sí! —festejó aplaudiendo—. Pero tú tienes que ir conmigo.
—¿Yo?
—Sí, porque debe acompañarme uno de mis padres. Mamá dijo que iría a Bristol a resolver unos asuntos... ¿qué clase de asuntos?
—Yo que sé —exclamó restándole importancia, a la vez que continuaba caminando—. Tu madre a veces es rara.
—Tú a veces eres raro, también.
—Lo cual te convierte en una rara —sonrió con burla al ver como arrugaba la nariz—. Lo que sea... ¿cuándo será el viaje?
—Aún no nos dicen.
—Está bien, yo iré contigo, después de todo no creo que sea tan malo ir a un viaje escolar luego de tantos años.
—¡Ada! —escucharon el grito de un niño al llegar a las puertas de la escuela.
Jason maldijo en voz baja al recordar a ese niño y verlo acercarse a ellos.
—Ahí viene mi nuevo dolor de cabeza.
¡Hola a todos! ✨
Siento haber tardado en actualizar, tuve unos días un poco pesados pero ya por fin pude liberarme.
Espero que les esté gustando la historia 💕
Y sí, Harry tiene un lugar importante en la historia 😉
Por lo pronto veremos un poco más de Jason en modo "papá protector".
Solo pasaba a decir eso, ¡espero que se encuentren muy bien!
¡Les mando un enorme abrazo!
💕
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