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epilogo.



Sus ojos pesaban, no recordaba muy bien esta sensación de sentir todo su cuerpo, en ciertas zonas incomodidad, en otras dolor, pero a pesar de esto, un suspiro salía de sus labios en cuanto estos se separaron.

Su ceño no pudo evitar fruncirse en cuanto escucho una alarma sonar, quería abrir los ojos, y moverse, pero a penas había conseguido mover un poco el pulgar, ¿Por qué su cuerpo pesaba tanto? Creía que estaba tranquilo, en un lugar tranquilo ¿Dónde estaba ahora?

- ¡doctor! ¡el paciente despertó!

Escucho voces, y muchos pasos acercándose ¿despertar? ¿él? ¿Qué había pasado exactamente? Sintió como su brazo era tocado, sintió algo iluminando a través de sus parpados, quería abrirlos, pero realmente se sentía cansado.

- señor Jeon ¿me escucha?

... ¿señor Jeon? ¿se referían a él? Trato de dar señales, se esforzó para tratar de mover aunque sea un dedo. Con un pequeño suspiro de cansancio saliendo de sus labios, logro apretar su mano en un pequeño puño, frunciendo el ceño, tomando más energía imaginaria para poder abrir un poco sus ojos.

No pudo evitar parpadear varias veces, pero lentamente fue cerrando sus ojos otra vez, estaba demasiado cansado.

- no te esfuerces –escucho a un lado— no fuerces tu cuerpo, ¿tienes sueño?

- ujum...

Fue apenas un murmullo, pero para el doctor fue lo mejor que pudo haber escuchado ese día, sonriendo, tomo la frazada y lo cubrió hasta el pecho, las enfermeras no pudieron evitar soltar un suspiro con una pequeña sonrisa, estaba despierto, lo había logrado.

- duerme un poco, no te preocupes.

Haciendo caso a lo dicho, volvió al mundo de los sueños, permitiéndole a su cuerpo relajarse un poco antes de ir directamente a la batalla, permitiéndose no recordar nada, permitiéndose tomar un respiro para él, había vuelto, no sabe de qué lugar, pero le agradece a este haber dejado su corazón en calma, porque cerro los ojos sin preocupaciones.

El doctor sonrió una vez más al verlo suspirar por haber entrado en tan solo tres segundos en los brazos de Morfeo, levanto su vista para ver a la enfermera, indicándole que lo escuchara.

- llama al señor Jeon, avísale que despertó.

Había vivido muchos años de su carrera viendo distintos casos, unos malos, otros horribles, y otros horrorosos, lloro más de una vez por las personas que llegaban suplicando vivir y no lo lograban, jamás se sacaría de la mente a todos los que no pudo salvar, incluso a los que logro salvar de la muerte, pero no de su entorno.

Y no sería hipócrita, cuando Taehyung llego ese día, él se estaba mentalizando para agregar a alguien más a la lista, no tenía mucha fe, a pesar de confiar en sus capacidades adquiridas en duros años de trabajo, no esperaba este resultado. Realmente estaba feliz.

Este chico podría salir adelante, fue lo suficientemente fuerte para escapar de la muerte, está seguro que será capaz de vivir su vida con un recuerdo de algo que fue un infierno, pero ahora en su paraíso, con su esposo e hijo.

Una media hora paso, cuando sus ojos volvieron a sentirse pesados, no tanto como antes, podía abrirlos un poco. Realmente le dolía todo.

Al ver a su alrededor, pudo notar la cama de hospital, la habitación la ventana, todo olía a hospital ¿había tenido un accidente? Sus recuerdos estaban borrosos, pero no perdidos, sabía que no sería bueno forzar a su mente en este caso.

- oh, estas despierto –escucho a su lado, volteo, y vio a un doctor sonriéndole— lamento si te asuste, venía a ver que tal seguías.

Taehyung trato de formular palabra, pero su garganta le ardió y se cerró en seguida, el doctor pareció darse cuenta de esto, por lo que se apresuró a por la botella de agua y con una pajita, le ofreció. Taehyung, aun con algo de desconfianza, acepto el agua, porque realmente sentía haber revivido entre los muertos.

- ya está –dice el contrario, dejando la botella en su lugar para proceder a hacer un pequeño chequeo— no te esfuerces en hablar, debes estar confundido, pero tampoco fuerces tu mente.

La naturaleza del ser humano es que cuando le dicen que no debe alarmarse, es alarmarse, pero de todas maneras el castaño trato de estar calmado, sentía como el doctor lo tocaba en los brazos y los levantaba, realmente sintió como si el contrario estuviera levantando un pedazo de piedra gigante, todo en el pesaba.

Unos parpadeos después, imágenes vienen a su mente, él, Jungkook, Jiho... lo salvaron, ellos lo salvaron, recuerda eso, su bebé estaba bien. Pasaron por un infierno, casi pierde a Jungkook y a su hijo, pero lo rescataron, eso era lo más importante por ahora.

Pero su mente se va a otro lado cuando el doctor le levanta brevemente la pierna derecha.

No siente nada.

Su primer pensamiento es calmarse, no debe pensar rápidamente las cosas, lo más probable es que estuvo en coma por unos días y sus extremidades no estén aun al cien por cien, pero por más que trata de respirar, la maquina a un lado alerta que sus latidos están comenzando a ser más rápidos.

- no señor Jeon, cálmese por favor.

- ¿po-por qué...? –cuesta hablar, realmente, se sentía como si su garganta tuviera grietas— mis piernas...

- Taehyung, mírame, quiero que respires, no le hace bien a tu cuerpo que estes así.

Pero en su mente seguían las preguntas ¿acaso perdí la movilidad en las piernas? ¿Qué paso? No lo entendía, quería entenderlo, ¿acaso ya no caminaría? ¡¿Por qué no sentía las piernas?! Su respiración se estaba volviendo errática, sentía que necesitaba aire, su cerebro ni siquiera estaba al cien y el doctor temía que tuviera un colapso.

- Taehyung necesito que te calmes.

- mis pi-piernas ¿a-acaso yo que-quede...?

- No, no es así, por favor escúchame.

El doctor respiro aliviado en cuanto vio en la maquina como los latidos bajaban de intensidad, al menos logro calmarlo un poco, pero su corazón se estrujo al ver esos ojos llenos de esperanza, en busca de una respuesta.

- no perdiste la movilidad de tus piernas por completo –se apresura a aclarar— pero antes de llegar a eso, necesito hacerte algunas preguntas ¿crees que puedes responder?

Taehyung hace sus manos un puño, y resignado, asiente.

- bien, ¿recuerdas que te paso? ¿o quién te trajo aquí?

Hubo un poco de silencio, hasta que la cabeza de Taehyung se movió en un leve asentimiento. Los recuerdos seguían algo borrosos, pero volvían poco a poco, sus ojos no pudieron evitar soltar lágrimas, golpes, golpes y más golpes, Seojoon había intentado llevárselo, había intentado matarlo delante de Jungkook, había...

- Taehyung, te estas alterando otra vez, por favor respira.

- n-no quiero... no quiero que vuelva, no quiero.

El doctor sintió un nudo en su corazón, sabía perfectamente que estaba hablando de su expareja, él no lo juzgaría, le dieron a conocer el historial del castaño, pero eso no significaba que fuera de piedra, realmente admiraba al chico frente a él por estar frente a él, simplemente por seguir respirando, y admiraba la forma en que trataba de buscar calma.

Ahora presentía que pasaría esto, Taehyung ha tenido demasiados traumas por esta persona, él no sabe dónde está, que está haciendo, tiene miedo, miedo de que no haya terminado.

- nadie te hará daño Taehyung, estas a salvo.

- n-no... él siem-siempre aparece, volverá, volverá por mí, no qui-quiero y-yo...

- Taehyung –su voz sonaba más firme, no lo suficiente para asustarlo, pero si para llamar su atención. Él castaño lo observa con ojos grandes y brillosos— nadie te lastimara, confía en mí, por lo que se, el hombre que se presentó conmigo, el comandante Lee, lo tiene detenido, no tengas miedo ¿sí?

Un grado de calidez va a su corazón, el comandante Lee... no sabía de él desde hace mucho ¿Qué es lo que hacía aquí? Y ¿Cómo se enteró de todo? Realmente por más que quisiera una respuesta no terminaba por importar, Seojoon estaba encerrado, no podría hacerle daño ni a él ni a su familia.

Su mente divago, yendo hasta el recuerdo de sus ojos contra los de Jungkook, su corazón se apretó al recordar la desesperación de su mirada, la rabia y tristeza mezcladas, y su propia resignación a lo que sería lo que pasaría. No tenía que preguntarse en donde estaba Jungkook porque sabía la respuesta, sabía que seguramente él se había hecho cargo de Jiho, se quedaba tranquilo, su mente y corazón estaban tranquilos con saber que ambos estaban a salvo y juntos.

- ¿Dónde está Jungkook...?

- el señor Jeon debe venir en camino, Ahora por favor dime, ¿tienes alguna molestia en el cuerpo?

- l-lo siento algo pesado.

- bien, eso es normal en tu estado.

El castaño apretó los labios.

- ¿Cuánto estuve dormido? –pregunta con temor, ¿Cuánto tiempo habia dejado solo a su pequeño, después de haberle prometido que estaría con él en cuanto despertara—

- un poco más de un mes.

Y nuevamente las lágrimas cayeron, su hijito... ¿Cómo habrá tomado esto? Confiaba en la inteligencia de Jungkook de saber contenerlo, pero no podía evitar sentirse terrible, hizo una promesa, y no la cumplió, ¿Qué tanto valor tenía su palabra a ojos de su hijo?

- no debe alarmarse –tranquilizo el doctor con una sonrisa, el señor Jeon viene todos los días con el joven Jiho, ambos pasaban tiempo con usted –Taehyung escuchaba atentamente, siendo inconsciente de su propia sonrisa ante la mención de su hijo— ninguno perdió las esperanzas en su despertar, su pequeño está bien, al igual que su esposo, no debe preocuparse.

Su esposo...

Por más que eso no era cierto, no corrigió, al contrario. Su corazón se contraía ante la mención de la palabra esposo, fue su mayor sueño tanto tiempo, en sueño fallido, pero al fin y al cabo un sueño que tuvo en su juventud.

- ahora sobre la movilidad de su cuerpo.

Taehyung sabía que el hombre frente a él estaba siendo lo más sensible posible, pero al final no había suficiente dulzura para escapar de la realidad. Su cuerpo sintió un aire frio por todas las posibilidades que pasaron frente a él.

- sufriste demasiadas lesiones, te rompieron una pierna, algunas de tus costillas rotas, tu nariz, y otras heridas superficiales –trato de decir todo de una vez, sabía que Taehyung era alguien maduro, podría mantener la calma, aun así, trato de ser lo más suave posible— primero que todo, quiero que sepas que las cicatrices que tienes ya están curando, no es algo que deba preocuparte ¿de acuerdo?

Cicatrices... tenía más cicatrices.

- sobre tus piernas, no perdiste por completo tu movilidad, pero los golpes que te dieron fueron directamente a tu cadera, lastimando un poco en el camino tu espina. Lo bueno es que no fue una fractura ni una fisura, tu columna está bien, pero tus piernas fueron las más afectadas por los golpes de esta zona. Tendrás que estar en fisioterapia por un buen tiempo, haciendo ejercicios tanto en casa como en el centro terapéutico. Pero no temas lo peor, con suerte y con esfuerzo, estarás caminando con normalidad en un parde meses.

Sabía que trataba de que sonará bien, darle esperanzas, decirle que no se preocupará demás porque obtendrá un buen resultado, pero no era suficiente, no era suficiente para él, ¿meses? ¿entonces eso significaba que no podría jugar con su hijo? ¿no podría cargarlo? ¿no podría llevarlo a la escuela? ¿no podría bañarlo? ¿Qué clase de inútil era ahora?

Sus ojos se abrieron en cuanto se dio cuenta de algo. Cicatrices, antes Seojoon se aseguraba de que no estuvieran a la vista, pero ahora no fue algo que realmente le preocupara, ¿acaso su hijo había visto sus heridas? Se alarmo ante tal pensamiento.

Giro su vista hacia la habitación, viendo a lo lejos a un lado de la ventana un pequeño espejo de decoración.

- tra-traigame ese espejo por favor.

- señor Jeon... no creo que-

- ¡ahora! ¡ahora... por favor

El hombre suspiro y fue hacia el otro extremo de la habitación, tomando el espejo entre sus manos, conteniéndose de lanzarlo a la basura, pero nada sacaba, en algún momento se vería y no podría impedirlo, no eran demasiadas heridas, pero si eran notorias.

Camino a paso lento nuevamente hacia la camilla, aumentando el nerviosismo de Taehyung con el propio, vacilo antes de entregarle en sus temblorosas manos el espejo, pero no tenía sentido tardar lo inevitable. El castaño llevo el espejo hacia el frente, visualizando su rostro rápidamente.

Al doctor se le encogió el corazón en cuanto vio nuevas lágrimas cayendo de esos ojitos, mientras llevaba su mano a la boca para acallar sus sollozos.

En el lado derecho de su frente y mejilla de tenia diferentes cortes, a un lado de su ojo también, su nariz estaba parchada, sus ojos estaban aun con hematomas, tenía aún heridas en las mejillas, labios y barbilla, parte de su ojo derecho estaba completamente rojo, y al bajar más la vista puede aun ver el corte que Seojoon le proporciono al cuello.

Era una monstruo, Seojoon habia acabado por completo con él, su cara estaba arruinada, no importaba que le dijeran que eso desaparecería, él sabía que una que otra marca quedaría por mucho más tiempo, y lo más importante, ¿su hijo lo había visto así? ¿Jungkook le permitió verlo en este estado? Seguramente se había asustado mucho, seguramente sentía miedo de su padre.

- te prometo que tu rostro volverá a ser el mismo Taehyung, no debes preocuparte, solo-

- ¿debo esperar? –completo la frase con una sonrisa irónica— estoy hecho una mierda, y lo peor... mi hi-hijo me vio así ¿Cómo rayos se les ocurre mostrarme ante él de esta manera? ¡¿Cómo pudieron hacer eso?!

- por favor cálmese.

- ¡no puede pedirme que me calme! –trato de sentarse en la camilla, pero lo único que consiguió es caer nuevamente sobre su lugar, provocándole un terrible dolor en el cuerpo—

- ¡por favor debe calmarse! Le hará daño alterarse, por favor señor Jeon, no debe pensar en-

- ¿co-cómo vere a mi hijo...? ¿co-cómo resistiré ver el miedo en sus ojos...?

El llanto tan solo se intensificaba, no quería ver a su hijo de esta manera, no quería ver a nadie de esta manera, era horrible, anteriormente lo único que habría podido hacerlo feliz era ver que la piel de su rostro estaba completamente bien y no tendría que darle explicaciones a nadie. Pero esto, tener su rostro así por bastante tiempo haría que cada día fuera un recuerdo constante de lo que paso y lo que permitió que se hiciera con su cuerpo.

No podía imaginarse jugando con su hijo y que este lo viera con temor, no podría soportar la humillación de ir a dejarlo a la escuela y tener que ser víctima de las miradas de los demás, estaba seguro que ni siquiera podría Salir de casa sin que una mirada se posara en él.

- n-no quiero que me vea, no quiero ver a nadie, por favor n-no quiero...

- señor Jeon yo...

- ¡TAEHYUNG!





Todo se sentía en silencio y en una gran tensión, apenas Jungkook entra gritando inconscientemente el nombre de su amado, la habitación se vuelve un grado más fría. Su vista se va directamente a quien está en la camilla, su preocupación se vuelve más grande en cuanto ve como el contrario se vuelve más nervioso.

- n-no, no te quiero aquí, vete.

- Taehyung –Jungkook da el ademan de acercarse, pero los gritos del castaño evitan que pueda dar otro paso—

- ¡lárgate! ¡lárguense! ¡largo, largo, largo!

Las mejillas de Taehyung estaban llenas de lágrimas, la vista de Jungkook va inmediatamente al doctor, quien se puso de pie apenas vio al pelinegro llegar a la habitación.

- señor Jeon, hablemos afuera por favor.

- nada de eso ¿Qué le hiciste? ¡¿Por qué esta así?!

El llanto del contrario solo se intensificaba y Jungkook se alteraba más ¿Qué le estaba pasando? ¿le habrán hecho algo? Las primeras preguntas de cualquier persona desesperada por proteger a quien ama, pero luego recordó, le habían advertido que Taehyung probablemente despertara de forma alterada por todo lo que pasaba y pasara, pero al voltear un poco y ver el espejo sobre la camilla, pudo entender un poco más.

Su corazón se hizo pequeño.

- doctor, salga por favor, tengo que hablar con él.

- señor Jeon, no es el mejor momento.

- salga, no le estoy preguntando.

Que otra batalla podía dar si el esposo del paciente estaba ordenándole salir, podría llamar a seguridad, pero sabe que eso solo empeoraría las cosas, Jungkook ha demostrado no ser alguien violento ante su familia, ha demostrado ser fuerte y capaz de sobrellevar ciertos escenarios, por lo que deposito su confianza al Salir de la habitación y dejar a la pareja en su privacidad.

Una vez la puerta se cerró, el silencio volvió a gobernar la habitación, Taehyung por su parte, aun con dolor en su cuerpo, se recostó en la cama, girando su rostro, evitando ver al contrario, o más bien, que él lo vea a él.

- Taehyung.

- dije que te fueras.

Su voz sonaba tan seca y rota. Jungkook no esperaba felicidad por su parte en cuanto despertara, pero él si quería abrazarlo con todas sus fuerzas, estuvo llorando su ausencia tanto tiempo que el tenerlo ahí, enfrente y no poder abrazarlo y protegerlo en sus brazos, hacia que quisiera arrancarse el corazón.

- Taehyung por favor, escúchame ¿sí? –con cautela se sentó a un lado de la camilla, soportando el dolor que tenía dentro de su pecho— he esperado demasiado por ti, por favor cariño.

- no debiste esperar.

- ...

- no debiste esperarme, ¡no debiste salvarme! –de un momento a otro su rostro se mostró frente a él, sus ojos demostraban furia, enojo acumulado, pero el azabache solo veía una gran desesperación— ¡debiste dejar que me muriera y todo estaría mejor!

- ¡¿co-cómo puedes decir algo así?! Te hemos estado esperando, Jiho te ha esperado, por favor Taehyung solo-

- la vida de Jiho sería mejor si simplemente no existiera.

- n-no digas eso, Tae por favor-

- ¡¿Qué esperas que haga?! ¿Qué ahora sea el padre paralitico que ni siquiera puede cargar a su hijo? ¿Qué tenga que ser soportar miradas de los demás sobre mí por mi horrible rostro? ¡jamás debiste salvarme! ¡¿Qué esperas de mí?!

Jungkook se le queda viendo, puede entenderlo, en serio puede, entiende el dolor, frustración y desesperación por desaparecer que estaba sintiendo, pero ¿dejarlo morir? Eso jamás lo permitiría, lucharía hasta el último momento.

Taehyung se tensó cuando lo vio pararse de forma casi agresiva y tomar el espejo de la camilla, para luego lanzarlo con brusquedad hacia el basurero.

- ¿tienes vergüenza? ¿te da miedo lo que pueda pensar?

Taehyung se quedó callado, en su mente solo existía la palabra "horrible" sabía que Jungkook sentiría lastima por él. Pareciera que el mundo estaba en su completa contra.

- Taehyung –dijo, levantando su mano hasta tocar con cuidado una de las mejillas del castaño— mírame, por favor cariño.

Lástima, siente lastima, solo eso Taehyung.

- sé que muchas cosas deben estar pasando por esa cabecita, pero te pido por favor que me escuches.

Su mirada de encontró con la del contrario, y su corazón se encogió al ver tanto dolor en su mirada, una mirada perdida y rendida. Sus miradas no se despegaban, Jungkook se negaba a dejar que volteara su rostro, por lo que cuidadosamente lo tomo con ambas manos.

- eres hermoso.

- no.

- eres perfecto.

- ¡NO!

Jungkook no le permitía soltarse, a pesar de la fuerza inútil que ejercía Taehyung contra él, golpeándole en los brazos, llorando desesperado, queriendo soltarse, ocultarse bajo las sábanas y no volver a salir y no tener que darle al mundo el mal momento de saber que él seguía vivo.

Mientras que, frente a él, el pelinegro lo miraba con una mezcla entre furia y dolor, sus ojos estaban cristalizados, pero se negaba a soltar lágrimas, se negaba a dejarse derrumbar frente a su castaño.

- ¡eres malditamente bonito Taehyung! –el nombrado seguía llorando, pero ya no trataba de soltarse, sus ojos no se separaban, buscando alguna vacilación en ellos— eres maravilloso, perfecto, eres el ser más bonito que mis ojos han visto en toda mi existencia, y eso jamás cambiara, mucho menos por unas cicatrices.

Lo siguiente que Taehyung sintió fueron tiernos roces de labios por todo su rostro, principalmente por sus heridas. Jungkook lo besaba como si fuera un bebé recién nacido que podría dañar con un simple toque.

- te amare, te amaremos siempre –dijo, buscando nuevamente su mirada— no llores más mi pequeño ángel, ya todo paso, ya todo termino –junto sus manos, besando estas con admiración— ahora podemos sanar, permíteme sanarte.

- ¿a-acabo...?

Jungkook asintió –acabo mi amor, todo termino.

Jungkook se acercó para juntar sus frentes, respirando pesado, llenándose de fuerza para no llorar en este momento, sujetando aun el rostro de Taehyung entre sus manos, puede sentir el temblor de este.

- te dije que te sacaría de la oscuridad –recordó, no atreviéndose a abrir los ojos, su rostro yendo hacia abajo, en una clara imploración— te lo suplico, déjame salvarte, déjame ayudarte, saldremos de esto juntos, por favor, por favor no me saques de tu vida Tae, te lo suplico.

No pudo retenerlo más, un sollozo fue escuchado al mismo tiempo que las lágrimas comenzaban a bajar por el rostro del pelinegro, ya era demasiado, se habia desahogado con el señor Lee, pero Taehyung era algo diferente, estar frente a él en esta situación atraía el miedo y desesperación por quedarse con él, necesitaba a Taehyung tanto como necesitaba el oxígeno para vivir.

- ja-jamás deje de amarte, solo tuve miedo, mucho miedo de no ser lo que necesitabas, luego todo se complicó, lle-llegue a pensar que me odiabas –confeso, no siendo tan valiente como para levantar la vista hacia quien tenía enfrente— jamás olvide tu cumpleaños Tae, ese día había preparado una sorpresa para ti, pero... no llegue a tiempo, ja-jamás puedo llegar a tiempo.

Taehyung, aun en medio de su dolor, su corazón sintió compasión y un fuerte deseo por consolar al hombre frente a él, es la primera vez que ve a Jungkook llorando de esa manera, desesperadamente, jurándole e implorándole. Su mundo se detuvo, al darse cuenta de que Jungkook igual estaba roto.

- t-te amo y siempre ha sido así, siempre será así, así que te suplico, te lo pido Tae, n-no digas que te deje morir, no me gusta, po-por favor no lo digas. Prometo estas ahí para ti, estaré ahí para cuidarte a ti y a nuestro hijo, n-no importa si no me quieres cerca, dormiré en otra habitación o... o incluso puedo alquilar alguna habitación por si te sientes incomodo, no debes de-

Jungkook se calló en cuando su barbilla fue tomada con ligereza, subió su vista apenada hacia Taehyung, ambos compartieron miradas, ninguno decía nada, sus ojos expresaban lo cansados que estaban de todo.

- ¿m-me amas?

Jungkook asintió.

- ¿aunque mi rostro este así y tal vez no pueda volver a caminar?

- eres hermoso, jamás lograras que piense otra cosa Taehyung –dijo en voz firme ¿Cómo siquiera podría pensar en que lo miraría con otros ojos? — y mejoraras, te juro que mejoraras, volverás a caminar, yo te ayudare.

El contrario sorbio por la nariz –n-no deberías privarte de estar con alguien normal, a-alguien que no esté roto, alguien que pueda en-entregarse a ti y...

Está al tanto del problema y los líos que se vienen, posiblemente muchas terapias, tener que contarle su vida a un psicólogo, sintiendo vergüenza y asco de sí mismo, teniendo que ir al fisioterapeuta y tener que ver la lastima en su mirada. Ver a su hijo y no poder levantarlo en brazos, ver a Jungkook y no poder correr hacia él.

Dolía, dolía porque sabía que Jungkook no se iría, dolía porque sabía que el amor que Jungkook le tenía era firme e irrompible, dolía porque él no podría ser suficiente para él, no se sentiría suficiente, no poder hacer cosas por él, no poder tener intimidad, no poder ofrecerle hacer el desayuno, ni siquiera podría ir a un lugar sin pedir su ayuda.

- mi pequeño –Jungkook llevo su mano hacia el rostro de Taehyung, específicamente a sus parpados, masajeando el área con cuidado— ¿crees que me interesaría en alguien más cuando tengo al ángel más bonito frente a mis ojos?

- n-no debes...

- tú no decides eso bonito, mi corazón siempre será tuyo, y mi cuerpo siempre será benevolente únicamente a ti, Taehyung –llamo, quitando sus manos, esperando que el contrario abriera sus ojos, esperándolo con una sonrisa— será difícil, no puedo mentirte y sé que lo sabes, el camino será difícil, pero la diferencia es que me tendrás a mí, me tendrás en cada paso que des, me tendrás ahí para ti, impulsándote cada vez que quieras rendirte, yo no te dejare caer Taehyung.

Viendo hacia atrás, los recuerdos malos se hacían borrosos frente a esos ojos, frente a esos ojos brillantes y sinceros, Jungkook estaba ahí, Jungkook siempre estuvo ahí.

- Ji-Jiho... él...

- él piensa que tuviste un pequeño accidente de auto, y que después de eso quedaste muy cansado, por eso no despertabas –sonrió, tomando su mano con ternura, le dio un beso en esta— él jamás se asustó Tae, él mismo quiso aprender a curar tus heridas, tal como tú siempre se las curaste a él. Él no siente miedo ni vergüenza, nuestro pequeño es inteligente, y muy bueno, te leía, te contaba como le iba en la escuela, incluso creo que me acuso un par de veces cuando queme la comida.

Una pequeña risa salió de los labios del castaño, calentando por completo el corazón de Jungkook, Jiho, Jiho era su pilar, era su fuerza para salir adelante, era la estrella que les mantendría unidos por siempre, y él sin saber, era quien los mantenía a flote.

-tengo miedo... – confeso sinceramente el castaño a través de un susurro— te-tengo miedo de no poder ser un buen padre para él, d-de no poder ser suficiente para ti y-y realmente tengo miedo de jamás poder superar esto.

- para él eres el mejor padre del mundo mi vida, eso jamás cambiara ante sus ojos, puedes creerme –tranquilizo— y para mí, dios Taehyung, si supieras que llore como un bebé cada noche, abrazando tu almohada y alguna prenda tuya con la esperanza de tener un poco de ti –admitió, sonriendo avergonzado ante los ojos sorprendidos del castaño— eres y siempre serás perfecto ante mis ojos, así como siempre serás al único hombre que amare, eres mi vida Taehyung, no hay ninguna otra manera de verlo.

A pesar de su dolor, a pesar de sentir el cuerpo demasiado pesado, estiro sus brazos hacia Jungkook, y con una sonrisa cargada de melancolía y amor, este lo apretó con cuidado entre sus brazos, llevando una de sus manos a los cabellos castaños para acariciar con cariño, suspirando al sentir como Taehyung se acurrucaba en él.

- no debes sentir miedo del futuro, no debes perder tus esperanzas, y jamás te rebajes a ti mismo. Yo estaré en tu futuro, siempre estaré ahí para recordarte lo impresionante y asombroso que eres, también luchare por volver a ganarme tu corazón como es debido, luchare por nuestra familia, prometo que esto solo será una mala etapa que dejaremos olvidada.

Con pesar Jungkook lo separo un poco, para poder ver el rostro de la persona que más amaba y admiraba. El amor de Jungkook jamás de marchitaría.

- ¿puedes prometerme una cosa? –cuestiono, no esperando que él contrario respondiera, pues este solo le miraba con ojos brillosos— cuando creas que no puedes más concéntrate en nosotros, en mí, en el amor que te tengo, cuando te mires al espejo y algo no te guste, mírate a través de mis ojos, y te prometo que solo veras maravillas, cuando sientas que tienes miedo, mírame a mí, a nadie más que a mí, prometo ahuyentar a todos tus monstruos, tal y como cuando éramos niños.

Un sollozo salió de los labios del castaño, para luego volver a esconder su rostro en la curvatura del cuello de Jungkook, lo abrazaba con toda la fuerza que poseía en ese momento, y a pesar de no ser mucha, no sentía miedo, porque sabía que Jungkook no lo dejaría caer, no lo soltaría, y esa era la luz de esperanza que necesitaba.

Confiaría en él, se aferraría de él, y se aferraría a la esperanza y a la luz que le estaba ofreciendo, lo haría por Jiho, lo haría por Jungkook, pero por sobre todo, por él mismo, porque sabía que tenía que sanar para poder también cuidarlos a ellos. El mejoraría.









El papeleo para sacar a Taehyung del hospital fue hecho por el señor Lee, quien personalmente fue quien los llevo hasta su casa, dándoles los mejores deseos, teniendo una larga charla en el camino, ambos sonrieron, no pudieron evitar recordar sus jóvenes años, cuando hacían alguna travesura y el mismo hombre frente a ellos los castigaba con alguna bobería, nunca con algo que les doliera.

Al llegar a casa, Taehyung tuvo que tragarse su vergüenza y pensamientos, al tener que esperar a Jungkook, quien saco la silla de ruedas del auto para luego ir hacia Taehyung y tomarlo en brazos, Tae no negaría que esto le hizo sentir importancia, sobre todo se sintió inútil. Pero su mente estaba en algo mucho más tenso.

- ¿esta adentro...?

- sí, Jimin acaba de irse hace dos minutos, dijo que quería darnos privacidad a los tres.

Tomando una bocanada de aire, Taehyung asintió, viendo todos los movimientos del pelinegro, quien abrió la puerta de la casa para luego volver y empujar la silla hacia adentro. El castaño tomo otra gran bocanada de aire, estaba en la casa, en la que su felicidad había empezado y había acabado, debería sentirse triste o melancólico, pero solo podía sentir calidez, al ver como Jungkook jamás cambio nada.

Dejo todo y como él lo prefirió desde un principio, en cuanto compraron la casa, Taehyung fue quien decidió como organizarla, decorarla y pintarla. Y Jungkook dejo todo tal cual, no cambio ni un cuadro de lugar, esto hizo sentir a su corazón pequeño.

- ¡papi!

Escucho un llamado, uno que reconocería en cualquier parte, sus ojos no pudieron evitar cristalizarse.

- ¡papi! ¡papi estas aquí!

- Jiho ¿Qué hablamos? –dijo el pelinegro con suavidad— papi esta algo cansado.

- n-no está bien –dijo estirando su mano hacia su hijo, este la tomo con felicidad – m-mi amor... ¿Cómo estás?

Taehyung quería llorar, Jiho no lo veía con miedo, o repulsión, no había nada diferente en su mirada más que pura felicidad y emoción ¿era por tenerlo devuelta? ¿no estaba enojado con él por romper su promesa?

- estoy bien papi, papá me ha cuidado bien, a veces quema la comida, pero ahora que estas aquí ya no tendré que preocuparme por eso.

Jungkook por un momento se sintió traicionado por su hijo, pero su mente perdió ese pensamiento al escuchar a Taehyung reír junto a su hijo, posiblemente costaría, pero saldrían de esto, juntos lo harían, él los cuidaría siempre.





Esa misma noche, cuando ya debían ir a dormir, Jungkook se encargó de llevar a Taehyung hasta el segundo piso, en lo que terminaban los cuartos de abajo para no tener que esforzarse así. Ambos fueron al cuarto de su hijo a darle las buenas noches, se quedaron a hablar y reír, hasta que el pequeño se durmió feliz, teniendo a sus dos padres cerca.

El corazón del castaño estaba tan apretado, pensar en todo lo que tuvo que pasar para poder llegar hasta este momento, hasta poder estar ambos frente a su hijo, velando su sueño. No pudo evitar reprimir un sollozo.

- ¿Tae...?

- llévame al cuarto, por favor.

En vez de llevarlo en la silla de ruedas, Jungkook lo tomo de forma directa a él en brazos y lo cargo hasta el dormitorio que alguna vez fue de ambos, con cuidado coloco a Taehyung dentro de las mantas, ninguno decía nada, el ambiente no era pesado, pero si un tanto incomodo, Jungkook ponía toda la fuerza y atención necesaria para no hacer sentir incomodo a Taehyung, realmente se estaba esforzando.

- bien... yo, dormiré en el cuarto de invitados, si me necesitas solo Llámame, estaré atento ¿ok?

Taehyung lo miro extrañado.

- ¿Qué...?

- sí, tranquilo escuchare si necesitas algo, o si te sientes inseguro puedo dormir en el piso, así estaré más cerca y yo-

- Jungkook, ¿Por qué crees que no quiero dormir contigo?

El rostro del mencionado enrojeció un poco, volteando su cabeza a un lado para fingir. El corazón del castaño salto ante esto.

- Jungkook –llamo, tomando su mano obtuvo nuevamente la atención de él— todo ha sido una mierda, desde hace mucho tiempo, quise morir, demasiadas veces, todo fue oscuro y frio, pero, ahora, ahora estas tú, me sacaste de esa mierda, nos salvaste, me salvaste, ¿Por qué no querría dormir y estar entre los brazos de la persona que amo y que ha salvado todo en mí?

Amor... hace tanto no escuchaba esa palabra de alguien contrario, lo ama, Taehyung acababa de decirlo. Ni siquiera sabe en el momento las lágrimas comenzaron a correr por su rostro, ni en que momento estaba siendo apretado entre los brazos del castaño.

- ven, acuéstate –Jungkook obedeció, metiéndose bajo las mantas para luego volver a ocultarse como un bebé en los brazos contrarios— puedes llorar, se que aun tienes mucho que sacar, pero hey, tú lo dijiste, ahora estamos juntos –bajo sus labios, presionándolos contra el cuero cabelludo del contrario— y eso no cambiara, estaremos juntos, y... y confió en que saldremos de esto juntos, tú también debes sanar.

Ambos se sumergieron en un abrazo, entre tanta rabia, lamentos, penas, y dolor, por fin pudieron llegar a la tranquilidad, a la tranquilidad de volver a tenerse el uno al otro, de lo que es ofrecerse protección en sus brazos. Sería difícil, pero para ellos no era imposible. Hicieron promesas en su adolescencia, promesas que a pesar de que sea algo tarde, cumplirían hasta el final.

Siempre juntos.

🦋🦋🦋

Recuerden que aún falta el extra. Asi qué no me abandonen aún 🥺







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