No soy de Suecia
04- Agosto- 2020
No soy de Suecia soy de Nezahualcóyotl, no pertenezco a un grupo privilegiado. Mi familia no es rica y quizá jamas lo seremos pero yo me esfuerzo y trabajo duro, desde los 15 años aprendí a ganarme la vida para salir adelante. Inicie limpiando casas ajenas con la finalidad poder ir a la escuela e incorporarme en alguna universidad.
Lamentablemente, no nací en cuna de oro y en mi familia pasamos cadencias, pero aprendimos a compartir.
Mi mamá tuvo que pedir muchas veces dinero prestado para darnos un vaso de leche al anochecer y en una ocasión el señor de la tienda harto de la miseria de mi madre le contesto cruelmente que él no era beneficencia. Apenada regreso a la casa, sin cenar nos llevó a dormir en un pequeño colchón en el suelo; pues en ese momento ni cama, ni muebles teníamos. No recuerdo esa historia pero la he escuchado a mi mamá contarla entre lágrimas.
Lo que si viví fue el trago amargo de quedarme sin comer estando en la universidad porque solo tenía el dinero justo para ir a estudiar. También, tuve que dividir entre lágrimas una torta de huevo con mi papá, ya que era lo único que teníamos ese día para degustar, después me fui a la escuela a presentar un examen mientras me rugía la panza. Aun así no me quejo, en el camino de tristeza encontré grandes amigos que dividan su lunch y lo compartían conmigo. Como, verás no gozo de privilegios, los he ganado con sudor, lagrimas y esfuerzo.
Por una buena temporada usé el internet de mi escuela porque no tenía una computadora y en ocasiones tuve que decidir si comía o sacaba las fotocopias que había dejado algún profesor de la carrera de psicología. Pedía a mis amigas sus libros y copias haciendo el trueque de resumirles los textos y subrayar sus hojas para poder realizar mi tarea, no quería gastar dinero pues tenía miedo de los materiales que mis profesores de las siguientes horas fueran a pedir.
Asistí a una universidad que me quedaba a 2 horas de mi casa y en una zona geográfica muy complicada en temas de delincuencia, viví por cinco años asaltos, temor por mi integridad pues Ecatepec es conocido por ser uno de los lugares con mayor indice de feminicidios y tuve un intento de secuestro o violación del cual escape corriendo temiendo por mi vida. Pase esos días sin saber si podría librar todos estos sucesos y aunque parecía imposible luche con valentía hasta lograr terminar mi licenciatura.
Seguí esforzándome y pude irme con una beca de intercambio escolar a Perú. Mis amigos, vecinos y familiares me ayudaron a que lograra ese sueño, comprando comidas, servicios, mandados y lo que se nos ocurriera para qué juntará el dinero suficiente y pudiera comprar mi vuelo internacional.
Crecí muchísimo durante esos meses y me angustié el día que al revisar mi estado de cuenta no habían depositado la beca estando un país alejada de los míos sin saber que iba a pasar, escuche por teléfono a mis papás estresados tratando de juntar el dinero suficiente para que yo pudiera cumplir ese sueño. Afortunadamente, los pagos de la beca no se volvieron a retrasar y me la pasé viajando, comiendo y viviendo una realidad a la cual nunca había tenido acceso. Regrese y obviamente mi visión no era la misma así que seguí trabajando para no volver a sufrir las preocupaciones económicas del pasado.
Quise emprender y perdí todos mis ahorros por no saber como manejar el dinero, he vivido fraudes, engaños y robos por no comprender el mundo de las finanzas, pero me he preparado y busco una solución ante las crisis; con la finalidad de un día poder tener un negocio propio.
Logre terminar mi carrera, no fui a mi fiesta de graduación porque no tenía dinero para pagar mi boleto, tampoco salí en la foto de generación, ni compre anillo. No era un lujo permitido, no quería hacer gastar a mi familia en esa tontería. Ni fui a los muchos viajes de prácticas; confieso que moría de ganas de asistir a esos eventos pero no eran opción en ese momento. Me resultaba ilógico ver a mis padres preocupado, intentando sacar tantos gastos esenciales y no quería ser egoísta.
Terminé mi carrera profesional gracias al esfuerzo de mis dos maravillosos padres, quienes me llenaron de herramientas increíbles para lograr mis sueños, me inyectaron de positivismo cuando me quería rendir. Pero, en su mayoría fueron fuertes y exigente, ellos siempre supieron que yo podía dar más. Como, ese día del maratón de la CDMX que me lastime y mi mamá hizo que terminara la competencia pues sabia lo frustrada que estaría si no lo hacía.
Me impulsaron para que yo lograra obtener lo que ellos no pudieron alcanzar aun con sus limitaciones me apoyaron en cada uno de mis proyectos, sin juzgarme y buscando lo mejor para mí.
Lo que tengo se los debo a mis padres totalmente; solamente una mínima parte de lo que he logrado se los debo a mis desvelos y ganas de salir adelante. Lo poco o mucho que poseo será para ellos y quienes me ama. Agradezco mis alegrías a las personas que me apoyaron, me dieron la mano y me impulsaron a crecer. Si hoy puedo tener pequeños lujos es un milagro llamado "perseverancia". Entiendo que es muy fácil juzgar desde lejos a alguien que intenta ser mínimamente positiva ante una situación tan lamentable como es el covid-19.
Comprendo que hay muchas personas sufriendo y pasándola muy mal pero yo no apruebo la idea de que todo al rededor de la pandemia es una maldición al contrario a mí me trago grandes regalos y la oportunidad de evolucionar como ser humano desde el encierro.
Si soy positiva es porque después de todo lo vivido en mi infancia y juventud lo mínimo que merezco es ser agradecida por que hoy afortunadamente no tengo que preocuparme de que en mi mesa falte comida.
Quizá por eso hoy soy juzgada, por tener la oportunidad de quedarme en casa, pero eso no me hace ni mejor ni peor persona solo me convierte en una mujer que busca trascender ante una pandemia mundial. Así, que la próxima vez que me digan que seguramente vivo en Europa les volveré a contestar: -NO SOY DE SUECIA.
Soy de quienes me amaron, cuidaron, confiaron y creen en mí.
Soy del México jodido y sin ilusiones, pero en mí tiene una soñadora.
Soy de aquí y de allá principalmente de donde existan buenas ideas y ganas de trabajar.
Soy de Nezahualcóyotl una de las localidades más inseguras del país tratando de cambiar el chip de que la única manera de obtener dinero es robando o vendiendo drogas.
Soy de la esperanza y de los miedos vencidos.
Soy del éxito y la esperanza.
Soy de mis padres que con su ejemplo de trabajo y sudor forjaron una mujer fuerte, chambeadora y calzonuda.
Soy mexicana a mucho honra y agradezco a la vida por dejarme ser Karina.
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