Capítulo 4
No me había dado cuenta que activé el Sharingan. Pero que más da, ya lo vio.
-Lamento no haberlo dicho. Pero... ya no importa. No hay nada que pueda hacer-
-Tú... tu clan mató a mi hermano... te lo dije... confié ciegamente en ti-
-Pues... no debiste... - Dije.
Quité lentamente el kunai de su cuello y lo bajé.
-Seguramente, la próxima vez que nos veamos. Será peleando- Dije -No puedo dejar que interfieras con mi clan... -
-¿Vas a matarme?- Pregunta serio.
Yo apreté los puños y aparté la mirada.
Pero sentí que agarró mi muñeca que sostenía el kunai y me acercó poniendo el kunai por mi cuello.
-Podrías hacerlo ahora. Hazlo entonces... -
-Tobirama... -
-¿No lo harás? Te estoy dando la oportunidad-
Apretó mi mano contra su cuello haciendo que lo cortara un poco y saliera sangre que manchó el kunai y mi mano.
Comencé a temblar por la sensación, aparté mi mano de la suya y me alejé de él.
-Una Uchiha que no quiere matar a un Senju... - Dice y rie con ironía.
-Cállate... - Dije apretando los ojos junto a los puños -Será mejor que me vaya-
Di otro pasos más hacia atrás y traté de pegar un salto para irme pero vuelve a agarrar mi mano.
-Pero te diré algo antes de eso... antes de que te vayas y nuestro reencuentro sea en el campo de batalla-
Me agarra la muñeca con firmeza y me acerca a él.
-Tú... vales mucho más de lo que crees... -
Abrí los ojos de par en par y él me soltó de a poco, pero sin romper el contacto visual.
Sentí que me ponía roja pero me di vuelta dispuesta a irme.
-Nos vemos... Tobirama Senju... -
-Nos vemos... ____ Uchiha-
Pegué un salto y me fui de allí saltando por los árboles.
Miré mi mano la cual tenía la sangre de Tobirama, esta comenzó a temblar pero la apreté en un puño y suspiré.
Pero sentí algo correr por mis mejillas, abrí los ojos nuevamente con sorpresa y me di cuenta que había comenzado a llorar.
-¿Por qué... ?- Murmuré entre dientes mientras me pasaba el brazo sobre los ojos para quitarme las lágrimas.
Llegué hasta el clan donde me encontré con mi padre y otros Uchihas, listos para irse a pelear.
-¿Vendrás?- Pregunta mi padre y todos me miran.
Suspiré y activé de nuevo mi Sharingan. Aunque todos me miraron sorprendidos.
-Si- Respondí.
La mayoría sonríe.
Mi padre estaba orgulloso y asiente.
Todos comenzamos a camira. Aunque estuviera nerviosa y asustada, no lo demostraba. Solo quería actuar por mi clan.
***
***
Mis manos estaban nuevamente manchadas con sangre, mi sharingan activado y mi padre a mi lado con su mano en mi hombro.
Yo miré a todos lados y vi a un enemigo aún convida. Había levantado un kunai pero yo me di vuelta y le lancé el mío hacia la garganta.
-Ya lo has superado al parecer- Dice mi padre.
-Es lo que debo hacer. Lo hago por el clan- Dije fríamente.
Él me mira y asiente.
-Buen trabajo, podemos volver ahora-
Miré al frente y vi al resto de Uchihas mirándonos.
Algunos vi que tenían una expresión de miedo hacia mi. Ellos apenas habían podido tener participación en esta batalla.
Levanté un kunai y me miré los ojos. Eran los más poderosos de entre ellos...
-Han cambiado desde la muerte de tu madre... ¿Por qué?- Pregunta mi padre con curiosidad.
-Eso no le incumbe a nadie- Respondí y comencé a caminar.
Los demás me hicieron paso y yo regresé al clan.
Aunque no sea solo por Tobirama, no me daban ganas decir las cosas por las que mis ojos cambiaron y son más poderosos.
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