Capítulo 1
-¿Huh?- Levanté un poco más mi cabeza para ver al niño que estaba en mi escondite.
Tenía el cabello blanco y su piel era igual de pálida.
Pero eso no me importaba, solo quería saber ¡¿Qué hacía alguien en mi escondite?!
Salí de detrás del arbusto.
-Oye- Dije y este se dio vuelta rápidamente pero tenía una expresión seria y fría -¿Quién eres y qué haces aquí?-
Este se queda callado, de brazos cruzados y mirándome de la misma forma.
-Te hice una pregunta- Dije más seria.
-No te incumbe- Es lo único que dice.
-Si me incumbe, estás en MI escondite-
-Pues no me importa- Dice.
Me exasperaba fácilmente su forma fría de contestar y sin que le importe.
-Y aún no planeo irme así que pierdes el tiempo si crees que me moveré- Dice y se sienta mirando nuevamente a la nada.
Yo abrí los ojos con sorpresa pero fruncí el ceño y me crucé de brazos para luego apartar la mirada y sentarme en donde estaba.
Se hizo el silencio entre ambos, pero eso me comenzaba a aburrir, miré al chico que solo miraba al frente y me daba la espalda.
Bufé y me levanté para luego caminar hacia él, pareciera absorto en sus pensamientos ya que ni siquiera me miró al momento de acercarme.
Me daba curiosidad saber en que estaba pensando y el porqué no quería irse.
Me incliné sobre él doblando mi cuerpo en L sobre su cabeza y fue ahí que me miró de reojo pero aún con esa expresión seria.
-Soy ____ ¿Y tú?- Dije ya para romper el hielo.
Se queda callado y luego se desliza apartándose.
-Oye, ahora tu sabes algo mío. Es justo que tenga que saber algo tuyo también- Dije cruzándome de brazos.
-Yo no te pregunté ni te dije que quería saber de ti- Responde frio.
-Auch, pues lo siento hielo andante, ahora tienes que decirme tu nombre aunque sea- Dije sonriendo.
Él se me queda viendo y luego rueda los ojos.
-Tobirama- Responde.
Sonreí con suficiencia.
-Bien Tobirama ¿Qué haces aquí?- Pregunté.
-Eres molesta ¿Lo sabías?- Pregunta fastidiado.
Yo me reí y me encogí de hombros.
-Me lo dicen seguido. Pero no me importa- Dije.
-Ugh, mejor me voy de una vez- Dice levantándose.
Yo no hice ni dije nada, solo vi como se iba.
-¡Fue un gusto!- Dije desde la distancia.
Él se detuvo un segundo pero luego siguió avanzando, sin voltear a verme.
Yo sonriendo vuelvo a la paz y soledad de mi escondite, no me desagradaba el estar sola, así que esto no era un problema.
Me acosté en el suelo mirando hacia arriba y pensando en ese niño. Por primera vez, alguien después de mi, había descubierto este sitio.
Dejé de darle tanta importancia y solo me quedé allí con los ojos cerrados y tratando de pensar en otra cosa que no sea ese niño de ojos rojizos, aunque me diera curiosidad me exaspera que esté en mis pensamientos por mucho tiempo.
***
***
Llegué a mi escondite y estaba sola. Sonreí y me adentré.
Una tos falsa hace que me sobresalte pegando un grito y mirando atrás.
-¡¿Tú otra vez?!- Ahí, de brazos cruzados contra la pared, estaba Tobirama.
-Si- Response simple y con la misma expresión seria.
Bufé volviendo a la normalidad y aclarando mi garganta.
-¿Qué haces aquí de nuevo?- Dije.
-Solo... - Pareciera decir algo pero terminó quedado callado.
-¿Solo... qué?- Dije poniendo una mano en mi cintura.
-Nada.- Dice cortante -No te incumbe-
Bufé de nuevo y me crucé de brazos.
-Si vas a estar aquí, al menos paga renta y dime algo más sobre ti- Dije sonriendo divertida y sentándome en el suelo con las piernas cruzadas.
Él se me queda mirando para luego apartar la mirada.
-Vamos... no es tan difícil socializar como crees- Dice -Te aseguro que no planeo ser tu enemiga-
Él me mira de reojo pero vuelve a apartarse y suspira.
-¿Cuantos años tienes?- Pregunté.
Se queda en silencio y yo entre cerré los ojos aburrida.
-14 años- Dice sorprendiéndome y haciendo que sonriese -¿Y tú?-
-Yo tengo 13- Respondí más animada.
Él por fin se digna en voltear a verme, aunque aún así no cambia su expresión seria.
-¿Por qué tienes un escondite?- Pregunta.
-Hm, creí que yo tendría que hacer las preguntas- Murmuré satisfecha -Pues me escondo de mi clan-
-¿Por?-
-Pff, todo el día pensando que hay que entrenar, que si no soy fuerte no serviré de nada y esas cosas. Y la verdad prefiero alejarme un poco-
-¿No te agrada tu clan?-
-No, no, al contrario. Si están en peligro hasta daría mi vida pero... a veces... son molestos... -
Él asiente comprendiendo y se queda callado.
-Y dime... ¿Tu clan es bueno?- Pregunté.
Él asiente sin más.
Esto será eterno.
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