Capítulo único
1.
Jeongin sabía que cuando Hyunjin y Jisung oficializaron su relación, iba a haber cambios enormes en el departamento.
Los cambios no tenían nada que ver con la interacción entre todos, ¿Dos miembros gays? ¡Nada nuevo! No afectaba la dinámica del grupo. Seguían siendo unidos, seguían siendo juguetones entre ellos.
Jisung seguía pidiendo besos a diestra y siniestra, Hyunjin no dejaba en paz a Jeongin. Nada diferente en la interacción de la pareja con los demás.
Incluso, no hubo cambios cuando todos estaban en las noches de cine, Hyunjin y Jisung pegados cubiertos con la misma manta, dándose mimos como cuando incluso eran amigos.
Estaban asquerosamente enamorados, eso era todo.
El cambio se dió cuando los miembros comenzaron a presenciar cosas que no deberían.
No había sido culpa de ellos, al menos no del todo, que Jeongin haya llegado temprano de la práctica vocal que tenía y entrara en silencio al dormitorio. No dijo nada cuando vio la cabeza de Hyunjin asomándose detrás del sofá, sonriendo de forma macabra, con la intención de asustar a su hyung, se deslizó lentamente detrás de él.
De repente, Hyunjin echó la cabeza para atrás y soltó el gemido más fuerte que Jeongin alguna vez había escuchado en su vida, y eso que había visto pornografía.
Tarde, se dió cuenta que la mano de Hyunjin estaba sosteniendo algo entre sus piernas que ascendía y descendía con un sonido de succión.
—Ah... Hannie... —gimió Hyunjin. Jeongin retrocedió lentamente, dándose cuenta claramente que era lo que pasaba.
Corrió y se encerró en su cuarto cerrando la puerta silenciosamente. No dejaría de repetir aquella imagen (no imagen) de Jisung entre las piernas de Hyunjin en el sofá de la sala de estar.
Se mentalizó no sentarse en aquel lugar cuando escuchó el gemido de Hyunjin más fuerte.
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2.
Changbin tal vez debería haber tocado, que dice ¡No debería tocar en su propio estudio! Más bien ellos no debieron haber estado haciendo eso, y menos con la puerta sin seguro.
Chan se los había advertido miles de veces cuando ellos oficializaron lo suyo.
Así que en verdad no esperaba, cuando entrara al estudio con la idea de una nueva canción en su mente, encontrarse a Jisung y a Hyunjin metiéndose mano en el sofá.
¡El sofá dónde dormía!
Cerró la puerta detrás de él y le puso seguro cuando los dos chicos sacaron sus manos de los pantalones del otro y Jisung enseguida se dispuso a ponerse los botones de su camisa. El sonrojo inundaba el rostro de ambos, Changbin pudo notar chupetones en el pecho de Jisung y en el cuello de Hyunjin (las estilistas lo iban a asesinar).
Cuando ya estaban más presentables, ignorando las erecciones de sus pantalones, Changbin suspiró apretandose el puente de la nariz.
—¿Qué diablos estaban pensando? —dijo.
—Estábamos grabando —se excusó Jisung—. Y bueno, decidimos descansar y no nos habíamos besado desde esta mañana y decidimos besarnos y bueno...
—Solo... nos dejamos llevar —se excusó Hyunjin.
—Les hemos dicho que eviten hacer estas cosas donde puedan descubrirlos. Sé que están en plena luna de miel, pero un poco de pudor, les pido —luego miró a la puerta cerrada—, al menos cierren la puerta y pongan una puta toalla debajo de sus traseros desnudos. Yo duermo ahí.
Ambos asintieron.
Changbin sintió calmarse. No estaba molesto con ellos por lo que tenían, más bien por lo descuidados que eran. Changbin notó que el nerviosismo de los chicos no se iba y Jisung miraba su computadora de reojo. Changbin siguió su mirada y notó el programa de grabación abierto, todavía grabando.
Miró a los chicos que estaban profundamente sonrojados.
—¿Estaban grabando sus...?
—¡Fue idea mía! —exclamó Hyunjin al tiempo en que Jisung saltaba y cortaba la grabación—. Jisung dijo en una charla sucia que sonaría bien en una canción y le dije que grabara.
Changbin miró a Jisung con una ceja enarcada.
—¡No íbamos...! —suspiró—. Iba a ser una canción totalmente mía y nunca saldría a la luz... no te preocupes, hyung.
—Ustedes van a hacer que me de algo...
Los dos chicos solo le brindaron sonrisas inocentes.
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3.
No deberían tocar en el propio departamento en el que viven, pero Félix siente que tal vez debió haber tocado.
Nada más entró al dormitorio y los escuchó. Pudo escuchar el rechinar de la cama de Jisung y los suaves sonidos que Hyunjin hacía.
Contempló salir del dormitorio, pero en verdad se sentía cansado y no tenía dónde volver. Solo quería ir a la cocina y hacer galletas para relajarse.
Recordó que los chicos estarían agotados luego de su sesión de sexo y decidió que les brindaría galletas más tarde, así que sacó sus audífonos y se dirigió a la cocina.
Estaba buscando música para apagar el sonido de los gemidos cuando escuchó un lloriqueo en la habitación.
Hyunjin.
Félix obviamente confiaba en Jisung, era su gemelo. Habían compartido tantas cosas y Félix lo conocía tan bien que sabía que JAMÁS lastimaría a Hyunjin.
Pero Hyunjin estaba llorando, y los instintos de Félix vibraron de una, secándose las manos en su delantal y corriendo hacia la habitación.
¿Que iba a hacer allá? No tenía idea.
¿Que pretendía hacer si resulta que Jisung estaba lastimando a Hyunjin? Tampoco tenía idea. Su amigo entrenaba y era notablemente más fuerte que Félix. Pero no le importaba.
Abrió la puerta de la habitación y encontró a la pareja abrazada.
Hyunjin, sobre Jisung abrazándose a su cuello con su rostro enterrado en el cuello del otro chico sus hombros se agitaban con el llanto. Jisung, susurrando algo al oído del chico, con una de sus manos acariciando la espalda de Hyunjin y la otra acariciando su trasero desnudo mientras se movía lentamente.
No pasaba nada, la situación se vio tan íntima que Felix se dió cuenta que no había nada que rescatar aquí y salió rápidamente de la habitación.
No se dió cuenta que Jisung lo notó.
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Las galletas acababan de ser puestas en el horno cuando Félix vio un movimiento con el rabillo del ojo. Se quitó un audífono cuando vio a Jisung, solamente con una pantaloneta, entrar a la cocina.
Le brindó una sonrisa a su gemelo que se dirigió al refrigerador a buscar unas botellas de agua y, al parecer, unos bocadillos para Hyunjin.
Antes de irse, el chico se quedó un poco más mirando a Félix. Lo que hizo que toda su atención fuera hacia su amigo.
—Yo... Hmm... nos viste ¿no? —Felix se sonrojó.
—Sí, lo siento. Yo... me preocupé.
—Ah sí... cuando lloró.
—Él... ¿Está bien? —Preguntó tímidamente. Jisung abrió una botella con agua y bebió de ella.
—Está estresado. Y bueno... él quería desestresarse. Siempre llora cuando se siente muy estimulado, así que ayudó bastante.
—Oh... Lo siento. Obviamente confío en ti, pero cuando lo escuché llorar algo se activó en mí. Hubiera sido lo mismo al revés.
—Agradezco eso. Yo... —señaló la habitación— le llevaré esto —Felix asintió.
—Hay galletas en el horno.
Jisung asintió y se dirigió a la habitación. La puerta estaba abierta, así que Félix pudo ver cuándo Jisung se sentó en la orilla de la cama llamando a Hyunjin que se sentó también, su precioso rostro sucio de lágrimas secas, e inundó a su novio en un abrazo.
Félix decidió dejar de mirar.
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4.
Jisung fue el primero de sus chicos que Chan conoció. Era una criatura de solo catorce años que podría asemejarse a una pequeña fiera.
Jisung en su adolescencia era feroz, tenía aires de grandeza pero solo era la inmadurez que acarreaba la edad.
Chan lo sabía, había visto muchos pasar por eso.
Con el tiempo, Jisung había madurado, pero Chan había visto esa maduración de cerca, así que aún lo conocía a la perfección.
Cómo la palma de su mano.
Chan podía cerrar los ojos y describir a Han Jisung tan a la perfección.
Así que obviamente notó la extrañeza cuando entró al estudio. El ambiente era pesado, Jisung estaba pegado al escritorio con solo la luz de la computadora inundando la habitación.
Lo que significaba que era poca.
Fue a encender la luz, pero enseguida Jisung le gritó:
—¡No la enciendas!
—¿Qué haces a oscuras? —cuestionó Chan. Jisung le brindó una sonrisa que, aún en la poca luz, se notaba forzada.
—Leí que la oscuridad puede ayudar también a un proceso efectivo de escritura —respondió. Al final, Chan pudo sentir como si hiciera un pequeño chillido.
—Está bien, no encenderé la luz.
—Te lo agradezco —Chan se acercó, notando extrañamente que Jisung parecía entrar en pánico y se sentó en la silla a su lado sacando su laptop.
—¿Pasa algo? —preguntó.
—Yo-yo... —Jisung tragó fuerte. Chan notaba que estaba supremamente extraño, se movía un poco incómodo en el asiento y una de sus manos parecía apretar su muslo—. No pasa nada, hyung. ¿Por qué no continúas en tu... trabajo? —lo último lo dijo en un gruñido.
—¿Estás bien?
—Sí.
—Estás extraño, te conozco.
—Estoy bien —insistió Jisung volviendo apretar su muslo.
—¿Te duele la pierna o algo?
—No, hyung. En verdad estoy bien —Chan suspiró. Era obvio que Jisung no estaba bien, pero no iba a insistir tanto. Ya se daría cuenta si el chico necesitaba en verdad su ayuda.
Chan decidió centrarse en su trabajo, abrió la laptop y comenzó a mover sus piernas.
De inmediato, en uno de sus balanceos de su pierna, dio con algo duro debajo del escritorio.
—¡AUCH! —exclamó alguien por debajo del escritorio. Una voz que Chan reconocía perfectamente.
—¿Hyunjin? —preguntó levantándose y encendiendo la luz. Pudo ver claramente cuando Jisung se subía el cierre del pantalón y el pelinegro salía, con las mejillas rojas y los labios hinchados, de debajo del escritorio lanzándole una sonrisa inocente— ¿Estaban...? ¡Dios! ¿Ustedes simplemente...? ¡Dios!
—Leí... —comenzó Jisung.
—¡No me lo digas, por favor! —Chan lo interrumpió, inhaló y exhaló, tratando de calmarse— Solo... me hubieras dicho que estaban en un momento, y yo me hubiera ido —ahora entendía por qué la puerta del estudio estaba bajo llave—. Hicieron bien en estar bajo llave, pero la próxima vez no me incluyan en su fetiche de exhibicionismo.
—Perdón, hyung —dijo Hyunjin. Su voz sonaba ronca, como si...
Chan suspiró.
—¿No tienes práctica vocal mañana, Hyunjin? —el chico soltó una risita.
—No.
—Bien —empacó su laptop—. Estaré en el estudio de Changbin, no los interrumpiré más.
—Gracias, hyung —dijo Jisung acariciando el cabello de Hyunjin que tenía la cabeza apoyada en la pierna de su novio lanzándole una sonrisa a su líder— ¿Puedes cerrar la puerta con seguro? Seguiremos ocupados —Chan rodó los ojos e hizo lo que Jisung le pidió. Al menos, estaban haciéndolo en privado.
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5.
Minho y Seungmin estaban acostumbrados a volver tarde los lunes y encontrar el dormitorio a oscuras.
Usualmente, todos durmiendo o en la empresa.
Así que simplemente se dirigieron a la cocina y continuaron su rutina diaria. Siempre llegaban, Seungmin preparaba un café en su costosa cafetera y se sentaban en el balcón a beberlo en silencio.
A veces, una que otra broma salía de ellos, pero la mayor parte era en un cómodo silencio que ambos tenían.
Era un momento que, al menos Minho, consideraba íntimo.
Y hubiera seguido siéndolo, si no hubieran escuchado algo caerse en el dormitorio que compartían los dos con Hyunjin.
Minho y Seungmin se miraron. Seungmin tomó su teléfono y colocó su dedo en marcado rápido a la policía. Las fanáticas locas habían estado acechando el dormitorio, y no se sorprenderían que entraran y robaran cosas de su habitación.
Tenían suerte de que en una semana se mudarían.
Se estaban acercando lentamente a la habitación, cuando escucharon un grito ahogado.
Hyunjin.
Minho abrió la puerta para encontrar al chico bocabajo en su cama que estaba sobre la de Minho. Cómo lo tenían enfrente, solo podían ver su rostro que sobresalía de la cama. Era una posición bastante incómoda.
Hyunjin tenía el rostro sonrojado y estaba en su teléfono. Les brindó una sonrisa que temblaba.
—Hyung, Minnie ¿Llegan tan pronto? —Minho sintió que su voz le temblaba. Levantó una ceja.
—Ya terminamos Dekira. Pensé que estabas practicando en la empresa o durmiendo. Escuchamos algo, por eso vinimos.
—Yo... —se atragantó, pero luego se recompuso— Yo me quedé viendo un drama. Ocurrió una escena impactante y... —soltó un pequeño chillido. Luego miró a los dos chicos con una sonrisa— mi mano tropezó con mi librero y se cayó un libro.
Minho entrecerró los ojos, Hyunjin estaba actuando muy extraño. Se miró con Seungmin que también estaba tratando de descifrar qué sucedía con su amigo.
—¿Te pasa algo? —preguntó Seungmin y Hyunjin negó con la cabeza. Estaba sudando y el pelo oscuro se pegaba en su frente.
—Estás sudando, Jinnie —comentó Minho—. ¿Tienes fiebre? —Fue a rodear la cama con la intención de subirse a la cama y verificar el estado de Hyunjin, pero éste gritó.
—¡No! No vengas, hyung —apretó los ojos.
—Hyunjin ¿Qué...?
—Detente, Ji —gimió Hyunjin en un sollozo—. No puedo soportarlo —Minho y Seungmin enarcaron una ceja y, con sorpresa, vieron cuando el rostro de Jisung aparecía sobre el hombro de Hyunjin.
—Hyung, Seungmin —saludó. Y entendieron completamente lo que había estado pasando.
—Son unos asquerosos —dijo Seungmin haciendo una mueca.
—¡Estábamos solos! —exclamó Jisung. Hyunjin enterraba su cara entre sus brazos, sus orejas estaban rojas—. Ustedes fueron los que nos interrumpieron.
—Nos hubieran dicho que estaban haciendo algo —dijo Minho, pero estaba con una sonrisa torcida—. Pero veo que les encanta el exhibicionismo —levantó la mano y le dio un golpe en la frente a Jisung, luego jaló un mechón de cabello de Hyunjin—. Volveremos a la cocina. Tienen cinco minutos para terminar.
Antes de salir, se dieron cuenta que Jisung besaba el hombro de Hyunjin y volvía a bajar al lugar donde había estado ocupado antes.
Volvieron directamente a la cocina antes de escuchar el suspiro de alivio de Hyunjin.
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+1.
Hyunjin pensaba que los arreglos de los dormitorios habían sido intencionales. Obviamente, 3RACHA juntos estaba completamente perfecto, pero la inclusión de Hyunjin estaba seguro que se debía a su relación con Jisung y para que ellos pudieran tener más momentos a solas.
Como esa mañana que despertaron solos, Hyunjin se había despertado temprano y había decidido sumergirse en la bañera de su baño compartido. La puerta estaba abierta, siempre lo estaba, así que los pasos de Jisung entrando al baño sonaron tan familiares.
Hyunjin apartó la cortina del baño para observar a su novio, desaliñado por haberse recién levantado, lavándose los dientes. Una sonrisa pintó sus labios mientras apoyaba sus brazos en la orilla de la bañera.
—Buenos días, cariño —murmuró Hyunjin apoyando su barbilla sobre sus brazos. Jisung lo miró a través del espejo, era una mirada tan suave que hacía que el corazón de Hyunjin latiera a toda velocidad. El chico escupió en el lavamanos y se enjugó la boca.
—Buenos días, cariño —respondió. Hyunjin le hizo una señal con la cabeza.
—¿Me acompañas? —Jisung sonrió, cerró la puerta del baño con seguro y se acercó mientras se quitaba la ropa para sumergirse junto a Hyunjin en la bañera.
Hyunjin se acercó subiéndose en el regazo de su novio para rozar sus narices envolviendo sus brazos alrededor del cuello de Jisung.
—Te amo —susurró Hyunjin salpicando besos por las mejillas y el cuello de Jisung. El chico más bajo envolvió sus brazos alrededor de su cintura y lo presionó contra él, repartiendo también suaves besos en el rostro de su novio cuando éste dejó de besarlo.
—También te amo —susurró Jisung—. No te imaginas cuanto te amo.
Hyunjin soltó una risita y se sumergieron en un apasionado beso.
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Nota: Espero que les haya gustado!!! En verdad lo disfruté muchísimo, en verdad.
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