Por besarte
Apoyando su mejilla en la palma abierta de su mano lanza un suspiro. Uno más ante el deseo naciente, que a veces se atraviesa en su mente. Una dulce tentativa al verle sonreír. De pronto se lleva las yemas de los dedos a los labios y cerrando los ojos imagina lo que podría ser su tacto.
—¡Ryou! —ha cortado su ilimitada imaginación— ¿Vienes con nosotros? —en ese par de segundos pudo haber sentido el sabor dulce de sus labios.
Abriendo los ojos les ve ahí a los tres. Jonouchi Katsuya empezando otra discusión con Hiroto Honda y Yugi mirándolo solo él en espera de una respuesta.
—Tal vez otro día —responde tras unos segundos. Ve a Yugi Mutou querer decir algo más, para al final guardar aquellas palabras y sonreírle otra vez.
—Entonces nos vemos mañana —alzando la mano para despedirse se dirige a la salida con los demás, correspondiendo el gesto deja de lado solo por un momento aquel pensamiento que no se disipa.
Todo comenzó, si su memoria no le falla, hace un mes, tras la clase de educación física. En esa ocasión les había tocado la última hora y el profesor Karita se las había agarrado con los tres, siendo que por los pelos Honda se había salvado de ser molestado por él.
Y como siempre el mismo regaño a los tres acusados; "—¡Katsuya deje de hacerse el tonto!" "—¡Mutou muy lento!" "—Y usted Bakura ¿Qué le había dicho del pelo largo?"
Como resultado dos vueltas más a la cancha después de la clase normal.
Fue el sonido del silbato que les hizo al fin saber que su castigo había terminado, escucho algunas palabras de apoyo de su grupo de amigos que aún les esperaban desde la sombra de un árbol ya cambiados y con maletín en mano, entre ellos Masaki Anzu, Hiroto Honda que seguía burlándose de Jonouchi junto a Otogi Ryuji quien le seguía el juego de exasperar al chico rubio.
—¡Ya vamos! —expreso aun con algo de agitación y falta de aire el tricolor tras apoyar una mano en el suelo.
—¡Otogi, Honda, dense por muertos! —asevero Jonochi frunciendo el ceño, ellos solo le burlaron aún más de él mientras hacían trompetillas.
Anzu por otra parte negó con la cabeza, mirando el cielo azul se replanteaba el hecho de porque aún se juntaba con ellos.
Ryou en cambio no pudo evitar reír, era bueno tener amigos para pasar el rato, sin lugar a dudas.
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Después de cambiarse y refrescarse un poco iban yendo a casa el grupo de seis, fue tras un par de cuadras que escucharon la maravillosa tonada, que como flauta mágica ante el calor del verano se vieron engatusados a ir con el carro de helados.
Fue el hecho de que Katsuya y Hiroto habían llegado primero, sumando que seguían peleando mientras pedían su respectivo helado lo que hizo caer el dinero de las manos del joven inglés, quien no noto que alguien más había salido al rescate para ayudarle.
Y cuando bajo la cabeza mientras se inclinaba le vio, a unos centímetros de él, el aniñado rostro del Rey de los juegos.
—To...—se quedó sin palabras ante la sorpresa, la distancia tan cercana de sus bocas y el hecho de ver a detalle cada pequeño gesto del otro.
Nuevamente aquel extraño sentimiento invadió dentro de sí, a Ryou quien caía cautivado por el color inusual de sus orbes otra vez, que cual joyas resplandecían y reflejaban su imagen cual espejo, pronto su mirada bajo por su singular nariz, pequeña y respingada para al final dar contra sus labios, tan finos y delicados como rosados.
—¡Hey chicos! ¿Ordenaran algo? —esta vez fue Otogi quien corto el momento y la duda se estableció sin querer, sin medir, pues seguía pululando en su cabeza aquella inusual incógnita, ¿A que sabrán sus labios?
❀❀❀
Volviendo a la realidad al verse solo saco de su mochila el pequeño muñeco tallado de madera, aun recordaba cómo se habían hecho amigos después de haber jugado Tabloid Rpg en su departamento. Ryou, quien nunca pensó en conseguir amigos de verdad lo había hecho y no solo eso, al parecer estaba entrapado en lo que confería su primer amor, al menos a esa conclusión llego cuando una noche tomo el pedazo de madera e hizo una figura de él con el traje de domador de monstruos.
Mirando a ambos lados asegurándose de estar solo colocó la figura en su escritorio, observándola con una sonrisa, detallo su cabello en forma de estrella y la figura tras la armadura que lucía en tonos cerúleos. Entonces se vio acercándose de apoco a él.
"Eran rosados, y parecían ser tan suaves, tal vez...", pensó. ¿Algo dulce? A él le gustan los dulces ¿No? Pero también podrían ser salados, él amaba las hamburguesas después de todo.
Tantas ideas como probabilidades venían e iban por su mente. Sin poder responder alguna. Inclinándose un poco, acortando la distancia, mientras tomaba con ambas manos la figura cerro los ojos, he imaginado por un momento que en ese entonces nadie les había interrumpido se vio a si mismo junto a él, pero esta vez eliminando la distancia y tomando sus labios al menos una vez.
Un beso. Solo un beso, era lo deseado por él. Pero el mismo reconocía que tras haber cumplido aquello, un beso no bastaría la próxima vez.
—Por besarte... —susurro tras separarse del muñeco— ¿Qué podría yo darte? ¿Qué podría yo ofrecerte, cuando me has dado más de lo anhelado? Por un beso tal vez yo podría dejar las dudas atrás... y confesarme.
Hello! Nuevamente yo Litttle Kuriboh. Hace mucho que no escribía sobre esta hermosa pareja. Y hoy después de tener un rato libre en mi lap surgió esta corta viñeta. De ante mano se les agradece sus votos, comentarios y leídas, se les ama, nos seguimos leyendo ♡
Little kuriboh fuera ~ ♡
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