Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Parte 24

— O tu mamá piensa que eres muy distraído - me río - o demasiado tonto.

Se detiene y voltea a verme con gesto divertido. Aún camino detrás de él hacia la parte trasera de la casa, donde está el garage.

— O tal vez pensó que si quedábamos atrapados bajo los montones de cajas de mi papá, serías los suficientemente pequeña como para escabullirte por la rejilla de la ventilación.

Sonríe y sigue caminando. Como reflejo yo también sonrío divertida antes de seguirle el paso.

— Pues debió pensarlo mejor porque yo podría escapar y dejarte a tu suerte.

— No lo harías - dice antes de abrir la puerta.

— Rétame Grey, soy pequeña pero rápida.

— Escurridiza, diría yo.

Abre la puerta y tienta la pared en busca del interruptor. Cuando enciende la luz, el lugar no solo está lleno de polvo y cajas, sino que parece que no ha sido visitado en años.

— ¿Seguro que aquí está lo que buscas?

— Eso espero o mi hamburguesa se va a enfriar.

— Claro, porque disfrutas mucho la compañía de tus hermanos y de Kate y Ethan - me burlo.

— Tengo que admitir que tú eres más divertida, Steele.

— ¿Ahora nos llamamos por nuestro apellidos? ¿Como los rivales de esas películas de vaqueros?

Christian se ríe antes de acercarse a una gran pila de cajas marcadas con la palabra "Jardín" con marcador negro. Junto a ellas, otras cajas dicen "navidad" y otras más "pascua".

Una a una comienza a bajarlas para abrirse paso, creo que la hielera está cerca de las cajas que dicen "pesca" al fondo del cuarto.

— ¿Necesitas ayuda?

— Creo que puedo cargar una caja con luces.

Ruedo los ojos y me cruzo de brazos mientras Christian sigue moviendo cajas. Casi ha terminado de quitarlas, cuando la columna a su lado se tambalea.

— ¡Cuidado! - doy un paso adelante y trato de sostenerlas.

— ¿Preocupada por mi, Steele?

— Solo porque tu mamá me dió su voto de confianza - le gruño - y no quiero decepcionarla cuando encuentren tu cadáver sepultado.

— Qué graciosa - se ríe.

Toma la última caja pero al levantarla, golpea las cajas que yo intentaba sostener.

— ¡Christian! - le grito.

Todo pasa en cuestión de segundos: Christian deja caer la caja y me sujeta por los hombros mientras yo agacho mi cabeza hacia su pecho. La caja de arriba de la pila cae sobre nosotros, golpeándonos.

— ¿Estás bien?

— Si - levanto la cabeza.

Empiezo a reír a carcajadas cuando veo el cabello de Christian lleno de brillos de colores. La caja abierta en el piso tenía esferas navideñas de diamantina y brillos.

— ¿Algo divertido, campanita? - se ríe.

— Campa... Campanita - sigo riendo - ¡Tú eres el Grinch que odia la navidad!

— No lo soy - frunce el ceño.

— ¡Si lo eres! - sacudo su cabello cobrizo - ¡Anda! ¡Di que odias la navidad!

— ¡Ana, deja de reírte! Aquí está tu polvo de hadas.

Él sacude mi cabello haciendo saltar los brillos por todos lados. Cierro los ojos para evitar que me entren, pero no puedo parar de reír.

— La buena noticia es que encontré la hielera.

Sonríe y señala el contenedor verde detrás de las cajas de navidad. Me mira divertido y volvemos a reír muy fuerte. Cuando recuperamos la calma toma la hielera para regresar a la cocina.

Le ayudo a llenar la hielera y ponemos los refrescos dentro. Christian se encarga de llevarla por las escaleras hasta la terraza mientras abro la puerta para él.

Cuando la pone en un extremo de la mesa, todos nos observan sorprendidos.

— ¿Pero qué les paso? - pregunta Carrick.

— La navidad nos cayó encima.

Ojos grises y yo volvemos a reír ante las expresiones confusas de todos los demás. Luego Grace y Carrick ríen con nosotros.

A comparación con nuestra pequeña aventura en el garage, el resto de la tarde fue bastante aburrida. Después de terminar nuestras hamburguesas frías, me despido de los Grey para regresar a casa.

— ¿Qué se supone que hiciste? - me gruñe José mientras conduce y come una hamburguesa que le mandó Grace.

— Nada, ¿por qué?

- Pareces salida de un carnaval - me señala el cabello - o de un club de strippers.

— Eww José - chillo.

— ¿Qué? - habla con la boca llena - soy un chico, todos hemos ido alguna vez a un club.

— ¡Pero no quiero saberlo!

— Apuesto a que incluso tu novio y el chico raro han estado en uno - arquea ambas cejas.

— ¡Cállate José! Solo cierra la boca y conduce.

Cuando llegamos a la casa, voy directo a la ducha y a leer un poco antes de dormir. Aunque me cuesta hacerlo recordando una y otra vez lo mucho que me divertí viendo a Christian tocando el piano y buscando la hielera.

Luego me invaden los sentimientos de culpa. Ethan estaba ahí y no hicimos más que mirarnos... ¡Soy una novia terrible! ¿Debería dejar mi relación con Ethan?

Dormí algunas horas pero después de soñar ojos grises me vuelvo a sentir cansada. Después de la escuela voy a la oficina a ayudar a Marla con el inventario de material y herramientas.

Parece un trabajo tedioso y aburrido, pero me sirve para distraer mi confusa mente. El Martes, cuando llego a la oficina, me doy cuenta que Isaac no ha regresado de su hora de comida.

— ¿A dónde fue?

— No lo sé, Ana - dice su secretaria - lo despejó en su agenda pero no me dijo nada más.

— Ha estado muy misterioso últimamente, ¿no lo crees?

Me siento en la silla frente a ella, dejando caer la mochila y la chaqueta en el piso.

— ¡Oh! Hablando de misterioso - abre un cajón de su escritorio y se agacha - trajeron esto para tí.

Una caja blanca sin ningún tipo de decoración está en su escritorio. Ella arquea la ceja y sonríe, curiosa, así que la tomo y la llevo hasta mi rincón de tranquilidad, alias el Archivo.

Abro la caja con cuidado y saco un costalito de tela negra con una tarjeta. La tarjeta no viene firmada, pero sé inmediatamente quién la envia:

* Primera lección de piano.
Atte. El Grinch*

Sonrío mientras saco el contenido del costalito negro. ¡Debe ser una broma! Un teclado de juguete del tamaño de una lapicera.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro