Parte 17
¡Estúpida Gala! ¡Estúpido vestido! Habría preferido ir en jeans y converse solo para que se dieran cuenta de lo feliz que soy de estar ahí.
Y aunque me negué a comprar un vestido, mi fabuloso hermano y mi nada metiche amigo José me consiguieron uno.
— ¿Quién rayos les dijo que saben de vestidos? ¡Par de idiotas! ¡Nadie va a una Gala vestida de blanco!
— Solo ponte el maldito vestido Ana – gruñe Isaac – ¿te queda?
— Por supuesto que me queda, pero parezco una niña – me miro de nuevo en el espejo de mi habitación – ¡parece un vestido de novia con tanto encaje!
— Ana – ahora dice José.
— ¡Bien! ¡Pero sepan que lo odio, y que la culpa es tuya por no tener una novia qué llevar a la Gala!
Abro la puerta para señalar a mi hermano. Si el vestido luce bien o no, no me importa.
— ¿Tú de qué te preocupas? Tú noviecito estará ahí y podrás estar con él.
— ¡Ni siquiera tiene escote ni nada que lo haga lucir bien! No es sexy, es demasiado largo ¿y además tengo que usar zapatillas?
— ¡Vas a ir a la jodida Gala y punto! Termina de alistarte.
Isaac entra a su habitación y cierra la puerta de golpe. José sonríe y levanta su pulgar en señal de aprobación por mi aspecto. Tengo que recordar no dejarlos escoger mi ropa nunca más.
— ¿Quieres que te lleve a que te hagan el maquillaje y el peinado? – ofrece.
— No, yo misma voy a hacerlo. De todas formas no queda mucho tiempo, solo haré algo sencillo.
— De verdad no querías ir, ¿eh Bananita?
— No – exhalo – es en casa de los Grey.
— Lo sé.
— Lo que significa que Christian estará ahí.
— Lo sé.
— ¿Sabes lo incómodo que será verlo con su novia?
— Me imagino.
Se acerca a mí y deja un beso sobre mi cabello. Me recargo en su hombro mientras trato de imaginar un lugar mejor para pasar mi tarde del sábado.
— ¿Cuál es el plan? – la voz de José me saca de mis pensamientos – Para no verlo, ¿te vas a esconder?
— No, pero voy a tratar de evitarlo y estar todo el tiempo con Ethan.
— Bueno, será divertido.
Frunzo el ceño mientras lo miro. ¿Cuál parte de mi tragedia personal le parece divertida? ¿La parte donde me escondo del hijo de la anfitriona? ¿O la parte en dónde me pego a mi novio como garrapatita?
Hora y media después, mi desconsiderado hermano golpea mi puerta para avisarme que es hora de irnos. Checo el último mensaje que me envió Ethan.
* ¿Aún vienes? No estarás pensando en escaparte por la puerta opuesta del coche *
* He contratado y enviado a una doble. Me quedaré en casa viendo la tele. ¡Nada de coquetear con ella! *
Subimos al auto y el chófer de Isaac conduce a toda prisa. No voltea a vernos por el espejo retrovisor, incluso cuando lo miro con curiosidad porque aún lleva gafas oscuras a estas horas.
Apenas llegamos al improvisado salón en el patio trasero, Grace y Carrick Grey nos saludan. Recorro el lugar con la mirada en busca de mi novio y su familia.
— ¿Te importa si te dejo solo? Quiero ir con Ethan – palmeo el brazo de Isaac.
— Claro que no, ve. Yo estaré por ahí.
Me dice pero yo ya me estoy alejando rumbo a las mesas. Hay un montón de ellas, perfectamente decoradas y con los asientos organizados.
— ¡Novia!
— Novio – lo abrazo aliviada.
— Me alegra que llegaras, ¿quieres bailar?
— Por supuesto joven Kavanagh.
Ethan sonríe mientras nos dirige al centro de la pista. Apenas ahora veo a Kate con Elliot cerca de nosotros, y desde otra orilla, Mía nos observa.
— Te ves preciosa.
— Gracias, tú te ves muy guapo.
Una canción lenta empieza a sonar y me aferro a los brazos de Ethan mientras damos vueltas por la pista y reímos. He decidido concentrar mi atención en él y en pasarla bien.
Pero por supuesto, mis planes se van al carajo cuando una pareja nos empuja. Ethan y yo volteamos a verlos para disculparnos, pero inmediatamente mi estómago se revuelve.
— Lo siento – sonríe mi novio – no los vimos.
— Señor Kavanagh, señorita Steele.
Christian nos mira con el ceño fruncido mientras la bruja de Elena Lincoln nos echa un vistazo descarado. Lleva un entallado vestido negro. ¿No conoce otro color?
— Vamos Ethan – lo jalo hacia mí y asiento levemente hacia ellos.
Terminamos la canción pero no nos alejamos. Me cuelgo del cuello de Ethan para bailar más cerca de él en la siguiente canción.
Se acerca para hablarme al oído pero sus labios me hacen cosquillas y suelto una gran carcajada. Cuando levanto la vista, Christian y la odiosa Lincoln siguen en la pista.
Pero siento mi estómago retorcerse de coraje cuando se acerca a ella y la besa con sus ojos fijos en mi. ¡Maldito idiota! No puedo evitar fruncir el ceño, molesta.
— ¿Quieres descansar? – pregunta mi novio.
— No, estoy bien. Solo voy a recargar mi cabeza.
La apoyo en su pecho pero tomo su mejilla y lo inclino hacia mi para besarlo. Primero suave, lento, muerdo su labio y se acerca más para deslizar su lengua. Poco después, somos interrumpidos.
— Ethan – un carraspeo nos hace separarnos – Hijo, les recuerdo que están a la mitad de la pista.
El señor y la señora Kavanagh bailan a nuestro lado, con grandes sonrisas.
— Aquí hay muchos ancianos que podrían infartarse por sus muestras de afecto chicos.
Nos regaña la señora Kavanagh. Siento el calor del rubor subir por mi rostro y puedo ver que Ethan está sonrojado también.
Por detrás de sus padres, Christian sale de la pista. Vuelvo a colocar las manos en los hombros de mi novio para bailar la siguiente canción.
— ¡Cambio de parejas! – chilla Mía Grey a mi espalda.
Ella me toma por los hombros y me empuja hacia atrás, lejos de Ethan. Él estira sus manos hacia mi, pero antes de que me alcance, otros brazos me sostienen.
Veo a mi novio siendo alejado de mi por Mía. El comienzo de la próxima canción me hace girar hacia la persona que me impide ir detrás de Ethan.
— Christian.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro