Capítulo 8.
—¿Con quién hablabas? —cuestionó _____ en cuanto Vernon entró por la puerta.
—¿Q-Qué? —preguntó nervioso. ¿Se había dado cuenta? ¿Había oído algo?
Suspiró antes de volver a preguntar.
—Tu celular sonó o vibró, lo que sea. ¿Quién es tan maleducado como para llamarte a las tres de la mañana?
—Pues... —titubeó —. Ahm... un amigo.
—Vernon, me pediste que confiara en ti. No puedo hacerlo si no me dices la verdad.
—Es la verdad —se apresuró —. Era un amigo. Me estaba pasando cierta información de un lugar al que... bueno, al que quería llevarte. ¿Feliz? Ya arruinaste la sorpresa —se cruzó de brazos e infló sus mejillas haciéndose el ofendido.
____ rio sin decir más. Era tarde, tenía sueño y no quería seguir peleando por nada. ¿Qué hacía ella cuestionándole acerca de con quién hablaba? Sus cosas, su problema. No tenía por qué meterse.
Volvieron a acostarse y una vez más, Vernon la atrajo hacia él pero ____ le dio un fuerte empujón que casi lo regresa a su futón. Le había costado casi dos horas liberarse de sus brazos y no quería tener que esperar de nuevo a que se durmiera para tener que hacer eso.
—Cero abrazos, amigo. Tú ahí, yo aquí y fin del asunto.
Se tapó hasta las orejas y suspiró antes de cerrar sus ojos.
Por su parte el joven también suspiró, aliviado de que no lo haya descubierto, sino todo su plan se habría ido a la basura. Si eso llegaba a ocurrir, los Mikage lo molerían a golpes por segunda vez. En especial sus amigos.
Sonrió con amargura, sabiendo que por segunda vez estaba traicionando a personas que habían depositado un grano de confianza en él. Luego de esto tendría que desaparecer del mapa si no quería que su cabeza rodara por los aires y terminara como alimento de buitres. Le echó un vistazo a la joven que dormía a su lado y sintió un poco de lastima por ella. Aún no sabía exactamente para qué la quería su jefe pero esperaba no encariñarse demasiado para cuando el momento llegara.
—Duerme ya... —se giró y se aferró a su brazo, sorprendiéndolo un poco. ¿Dónde había quedado eso de cero abrazos? Aunque... no sabía si esto contaba como uno.
—¡No te encariñes con ella! —le gritó su consciencia pero aun así no pudo evitar acariciar sus cabellos y dejar un leve beso en ellos.
Ella sonrió algo dormida y se acurrucó más a su lado. Estaba claro que no sentía que fuera él, ni Jin, ni nadie más. En lo más profundo de sus pensamientos deseaba que la persona junto a ella fuera aquel por el que había llorado tantas noches en esa misma habitación.
A la mañana siguiente salieron al jardín para tomar el desayuno. No era la gran cosa, solo una taza de café o té que podría ser recargada y donas para acompañar. Esa sería su forma de comer todos los días hasta que la cafetería volviera a ser reconstruida. Aunque ____ tenía la suerte de que le prepararan algo más nutritivo solo por estar embarazada. En la tarde y en la noche tenían que retirar su bento y comer donde quisieran, de a poco se organizaban para que todo volviera a funcionar con normalidad.
—_____.
Se giró al oír su nombre siendo pronunciado con tanta seriedad.
—Oh... Jin, eres tú. ¿Sucede algo?
—¿Podemos hablar? —dijo observando a Vernon como si quisiera atravesarlo con la mirada —. A solas.
—Uh... está bien.
Le dedicó un pequeño vistazo a su guardaespaldas para que la esperara ahí donde pensaban desayunar y le entregó su bandeja de comida para que la cuidara mientras ella hablaba.
—¿Qué sucede? —preguntó, dedicándole una cálida sonrisa, luego de que hayan tomado cierta distancia de donde estaban.
—Eso es lo que yo quiero saber. ¿Cómo es eso de que ese durmió en tu cuarto? —gruñó. En ese momento sus ánimos decayeron y suspiró para evitar explotar.
—Jin, eso no tiene por qué importarte ¿sí? No es asunto tuyo.
—¿Desde cuándo dejas entrar a extraños a tu habitación? Sabes que yo podría cuidarte mejor.
—Pero tú estás herido —intentó acariciar su brazo pero él se alejó rápidamente.
—¡No me cambies de tema! —volvió a gruñir.
—Jin, escúchame bien. Tú y yo solo somos amigos. No tienes por qué ponerte así o pedirme explicaciones. Mi maldito padre quiere que Vernon me proteja, no puedo poner resistencia a eso. Además él... durmió en un futón —mintió —Y hoy trasladarán su cama a mi habitación, que estará a metros de la mía. Ni siquiera sé por qué te digo esto pero no quiero que te pongas así. Confía en mí, estaré bien por mi cuenta. Estoy embarazada, no inválida o desvalida. No tienes que preocuparte demasiado.
—Lo hago —susurró y bajó la mirada desanimado —. ______, sabes que eres importante para mí y no soportaría perder a alguien más. No a ti.
—Lo sé... —acarició su mejilla y un nudo se formó en su garganta cuando recordó a Kook —. Tranquilo, nada me pasará. Lo prometo. Yo... aun puedo defenderme... —contuvo las lágrimas y lo abrazó sin lastimarlo. Jin sabía que ella era fuerte pero no soportaba la idea de que alguien más estuviera a su lado. Aún no entendía la decisión de su jefe y no lo aceptaría tan fácil.
—¿Puedo desayunar contigo? —preguntó, mordiéndose el interior de su mejilla a la espera de una respuesta.
—Si no te molesta tener a Vernon con nosotros. No tengo problema.
—Lo soportaré por ti —sonrió.
Se encaminaron de regreso encontrado a Vernon debajo de un cerezo, dándole un mordisco a su dona mientras escuchaba algo de música. _____ rio al recordar lo que había descubierto la noche anterior. Quién hubiera dicho que su dichoso guardaespaldas rapeaba dormido.
—¿Qué es gracioso? —le preguntó Jin al notar su risa pero ella simplemente negó y aceleró su paso para luego tomar asiento junto a su protector.
—Gracias por cuidar mi comida. Tengo tanta hambre —dijo recuperando su bandeja y tomando un sándwich de pollo para darle un mordisco.
—No es nada —dijo, mirando como Jin tomaba asiento junto a ella.
—¿Qué miras? —gruñó el pelinegro.
—Nada —sonrió burlón y le dio un ruidoso sorbo a su café.
—¿Necesitas hacer tanto ruido? —se molestó y apretó su puño.
—Sip —sonrió y ____ soltó una pequeña risa sin poder contenerse.
—Vernon, deja de provocar a Jin y tú —se giró hacia su amigo —Deja de ser tan gruñón.
Jin sonrió al ver lo feliz que parecía ella. No le importaba más en el mundo que eso, verla sonreír. Podía soportar con todas sus fuerzas a ese tonto que estaba a su lado; solo por ella, haría lo que fuera. Vernon suspiró al ver como la miraba. No era nada bueno porque sabía que él sería un impedimento tarde o temprano. Solo esperaba no tener que asesinarlo cuando se llevara a _____ del clan.
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