Capítulo 6.
Cuando abrió los ojos se encontró con un lugar frío y pálido. El olor a antisépticos y medicamento invadió sus fosas nasales haciendo que cubriera su nariz. ¿Por qué en la enfermería? Pensó y como si se tratara de un relámpago arrasando con su mente, recordó todo lo que había ocurrido.
Se incorporó rápidamente en la cama pero una punzada en la cabeza la hizo regresar a su posición anterior.
—No deberías moverte tan ponto —habló una voz grave, haciéndola estremecer. Era la misma que había oído antes.
Giró su rostro y se encontró con el mismo chico ahí, sentado en una silla, cruzado de piernas y brazos. Tenía una mirada tan penetrante que te hacía temblar con solo verlo, cabello castaño, ojos almendra casi verdes. Rio inconscientemente al pensar que se parecía a un actor de cine que había custodiado una vez. ¿Cómo era? Ah, sí. Leonardo DiCaprio.
Él la observó arqueando una ceja, como esperando que le dijera que era tan gracioso pero al no recibir respuesta, se puso de pie y se acercó a ella revisando que no tuviera temperatura.
En el acto, de un manotazo hizo que apartara su mano. ¿Cómo se atrevía a tocarla con confianza cuando ni siquiera lo conocía? Lo miró de arriba abajo y espero respuesta.
—Soy Vernon —indicó y volvió a hacer lo mismo.
—... _____ —susurró y él sonrió.
—Lo sé, es imposible no conocerte.
Lo miró un poco confundida. Nunca antes lo había visto, ni siquiera se lo había cruzado alguna vez, aunque... ella era la hija del jefe, ¿cómo no conocerla?
—Gracias por salvarme —volvió a susurrar, incorporándose de nuevo en la camilla pero esta vez lentamente. Cerró sus ojos con suavidad y respiró profundo, hasta que volvió a reaccionar.
—Mi bebé... ¡Mi bebé! ¡¿Cómo está?! —se desesperó.
—Tranquila, cálmate. Un médico ya te revisó. Están bien, ambos. No le pasó nada.
Suspiró aliviada y llevó su cabeza hacia atrás, observando el blanco techo solo para no dejar salir sus lágrimas. Quiso agradecerle una vez más pero quizás sería innecesario. Tal vez solo seguía órdenes. Tal vez lo hizo solo porque ella era la hija del jefe. Tal vez...
—¡_____! —gritaron Jimin y Rap Monster, irrumpiendo en la habitación.
—_____, ¿estás bien? ¿No te hiciste daño? —indagó Jimin.
—¿Qué pasó? Ni bien regresamos de una misión nos enteramos que atacaron la base. ¿Estás herida? ¿Te duele algo?
—Estoy bien, chicos —respondió antes de que al par les diera un colapso nervioso —. Solo me desmayé. Quizás por inhalar tanto humo.
Ambos jóvenes suspiraron.
—Qué bueno que al menos tú estés bien.
—¿Qué?
—Bueno... —Jimin miró a Rap Monster como pidiendo ayuda, tal vez había metido un poco la pata y ahora no sabía cómo salir de ello.
—Solo que... hay muchos heridos —comentó el líder. No era una mentira pero tampoco era a lo que Jimin se refería.
—¿Y cómo están los chicos? ¿Jungkook y V están bien? ¿Y Jin? Él corrió tras de mí así que supongo que también estaba en la cafetería.
El silencio reinó cuando _____ hizo mención de los tres. Jimin se giró dándole la espalda, incapaz de contener las lágrimas y Rap Monster mordió su labio inferior tratando de ser fuerte.
—Jin recibió un disparo en el hombro pero estará bien. V está grabe. Lo llevaron a la sala de cirugías. —habló Vernon, que hasta ahora había permanecido en silencio.
A _____ le tembló el labio inferior y tuvo miedo de preguntar por el que no había mencionado.
—¿Y... Jungkook? —susurró en un hilo de voz. Las manos le temblaban y un aire frío le recorrió la espalda como si la muerte le estuviera acariciando solo para burlarse de ella.
—Está muerto —respondió el castaño haciéndola romper en llanto. Ocultó su rostro entre sus manos y sollozó con todas sus fuerzas. ¿Por qué? ¿Por qué tenía que pasarle eso a él? Solo había ido por un poco de agua... por ella... ¿Por qué?
—N-No es verdad... —susurró apretando los dientes al igual que sus puños. —¡Dime que no es verdad! ¡Esto no le puede pasar a él! —sollozó aún más —... No a él... No a Kookie...
En ese momento hasta Rap Monster se quebró dejando que sus lágrimas salieran una vez más. Cuando recibieron la noticia ya había sido un golpe fuerte. Era su amigo, su niño, el más pequeño del grupo al que siempre cuidaban. Y ahora, ya no estaba. La alegría y el chico de las bromas se habían ido.
Una vez que su llanto había cesado y ya se sintió mejor, el médico le permitió salir de esa habitación. Quería visitar a Jin, necesitaba verlo y comprobar con sus propios ojos que no le había pasado nada. Fue hasta su habitación y lo encontró sentado en su cama, con el hombro y brazo izquierdo vendado y una banda que le sujetaba éste al cuello.
Corrió a sus brazos en cuanto sus miradas se cruzaron y las lágrimas volvieron a salir. Tuvo cuidado de no lastimarlo y se aferró a su cintura llorando en su pecho. Era la primera vez que Jin no tenía palabras para reconfortarla, se sentía igual o más destruido que ella. Se sentía tan culpable por todo. Si en un principio no los hubiera mandado a la cafetería... si hubiera sido él el que fuera por el agua... Todo porque no quiso apartarse de _____, todo porque quería permanecer a su lado aunque sea siendo su apoyo... Todo era su maldita culpa.
—Llorar tanto le hará mal al bebé —susurró luego de un tiempo, mientras acariciaba sus cabellos para tratar de calmarla.
Hipó antes de apartarse de él y secar su rostro con el dorso de su mano. Aún no se sentía vacía. Aún no había llorado todo lo que debía o todo lo que Jungkook se merecía pero le preocupaba más el ser que llevaba dentro y no quería hacerle daño.
—¿Por qué no vas a...?
Antes de que Jin terminara de hablar, tres golpes en la puerta lo interrumpieron. _____ suspiró y caminó a ver quién era. Al abrir la puerta se encontró con Bob, el sub jefe del escuadrón de rastreo.
—Hay una reunión de emergencia y se solicita a Kim. También a usted señorita Yenaid.
Dicho eso, hizo una pequeña venia y se retiró por el pasillo hacia el lado derecho, donde quedaba la oficina de su padre.
Cuando _____ volteó a ver a su amigo, éste ya se encontraba junto a ella susurrándole un "Vamos" y pasando a su lado. No se esperaba buenas cosas de esto pero si era una orden, debía acudir.
Cuando entraron a la oficina del jefe, varios hombres y mujeres de las diferentes áreas de la base se encontraban ahí. Una vez más se sentía observada, no pudo evitar bajar la vista y pasar entre todos para llegar hasta su padre. Se sentía responsable por lo que había pasado así que si iba a haber un castigo, quería ser ella la única afectada.
—Los mandé a llamar porque estamos en serios problemas —comenzó a hablar su padre —. Es la primera vez que ocurre, otro clan ha encontrado nuestra base y lo peor de todo es que fueron los Mikage.
—Yo...
—Silencio, ____ —ordenó su padre y prosiguió —. Después de tantos años en este lugar, no podemos trasladarnos así que solo nos queda enfrentarlos. Área de armas y escuadrón de ataque, quiero que refuercen sus puestos. A partir de ahora debemos estar alerta y preparados para otro ataque. Nadie caminará por este lugar sin estar armado, eso es lo esencial. Quiero que refuercen las entradas y salidas. Nadie entrará o saldrá sin ser identificado, de lo contrario deberá ser eliminado. Jennifer... —le habló a su secretaria —. Quiero que te encargues de registrar a cada una de las personas del clan, si la tarea se te hace muy pesada, pide ayuda a alguien de confianza.
—Sí señor.
—____.
—Sí —respondió. Estaba un poco ida pensando en todo lo que estaba ocurriendo.
—Al parecer los Mikage que tienen en la mira, a partir de hoy te asignaré un guardaespaldas que estará contigo las veinticuatro horas del día.
—¿Qué? —susurró junto a Jin.
No podía permitir eso a menos que se tratara de él y ____ no quería que alguien más permaneciera cerca, no después de lo que había pasado.
—Vernon. Tú estarás a cargo de proteger a mi hija.
—Sí, señor.
Al oír su voz, ____ se volteó encontrándolo detrás de ella. ¿Cuándo había llegado? O tal vez ya se encontraba allí mucho antes de que ella llegara.
—Señor, yo puedo cuidar bien de _____. —intervino Jin, tratando de oponerse a esa orden.
—Tú ni siquiera pudiste protegerla en la cafetería. Además estas herido y no puedes apuntar un arma. Vernon se encargará, ya está decidido.
—¡Pero ¿Quién es él?! No conoce a ____ como yo. Ella se sentirá más cómoda conmigo. ¡No puede hacer esto!
—¡Silencio! Ya dije lo que tenía que decir. Ahora largo. Regresen a sus actividades y no bajen la guardia en ningún momento.
Dicho eso, todos comenzaron a salir dejando a Jin, Vernon y ____ ahí parados, como si esperaran a que alguien dijera algo más.
—¿Por qué ahora te preocupa lo que me pueda pasar? —le preguntó a su padre, como si algo no estuviera encajando en su sitio.
—Porque tú eres la futura heredera del clan. Quieras o no, todo esto es tu legado y debes protegerlo.
Sonrió irónica y le dio la espalda dispuesta a salir de ahí.
—No cuentes con ello.
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