—Tú, maldito, ¿Cómo se te ocurre soltarle a ____ semejante cosa? ¡¿Y sin antes avisar?!

—Bájale a tu mal humor, Vernon. Iba a llamarte. Pero... no pude evitarlo, ya no puedo dormir sabiendo que ella sigue allí, pasando por todo, además de un embarazo —habló R y Vernon notó el dolor en sus palabras.

En cuanto había salido de la celda de _____, no perdió tiempo en marcarle a su jefecito para recriminarle la bomba que le había soltado a la joven en una de sus notas furtivas.

Como siempre, él se encontraba en calma a pesar de que su voz no decía lo mismo. Se sentía en ella la preocupación, la angustia, el dolor. Ya no podía dejar que pase un solo día más estando alejado de... ella. Quería tenerla entre sus brazos y decirle que jamás volverá a dejarla, que jamás dejará que pase por algo así una vez más. Ya no le importaba estar actuando de forma precipitada porque, a pesar de que Vernon no lo creyera así, esta vez estaba siendo precipitado. Totalmente.

—Viejo, ¿me estas escuchando? —bufó el menor al percatarse que R no le prestaba la más mínima atención. Iba a soltarle un sinfín de maldiciones, pero se contuvo al saber que estaba preocupado. Hasta ahora no había conocido ese lado de él pero sospechaba que en su cabeza solo rondaba _____ y su hijo. El hijo de ambos.

En ese momento, R reaccionó y supo que Vernon había estado hablándole hace un buen tiempo. No tenía la menor idea de lo que le había dicho pero lo notaba bastante molesto por su tono de voz. Suspiró antes de decir algo y se disculpó, esperando que el menor no le recriminara nada. No pedía que lo comprendiera porque sabía que nadie podría entender cómo se sentía en este momento. La vida del amor de su vida estaba en juego y no se podía dar el lujo de perderla, no de nuevo.

—Ya. Dime que tienes un plan —susurró Vernon, arrojándose sobre su cama, estando entre las penumbras de su habitación luego de pedirle a Joshua que ocupara su puesto de vigilancia.

—Bueno... ya hablé con Joshua y le expliqué lo que haríamos. Él se encargará de...

—Claro, hablaste con él y al tonto que protege a tu chica lo dejas para el último. —protestó, inflando sus mejillas.

—¿Me vas a dejar hablar? —se quejó, dejándose caer en el sillón de la sala del pequeño apartamento que había alquilado.

—Ya. Dime —suspiró y le prestó total atención.

—Bien —suspiró y tomó uno de los planos que tenía frente a él —. Joshua se encargará de desactivar la seguridad del clan. Él conoce a Minhyun y lo ha ayudado en muchas ocasiones a instalar el sistema de seguridad, así que solo debe despistarlo y entrar desde su computadora para hacer su trabajo. Esta noche, Dino estará en la vigilancia de las puertas de entrada. Él me cubrirá para que pueda entrar el camión con algunos aliados.

—¿Qué? ¿Dino? Espera, espera —se sentó en la cama y alborotó sus cabellos desesperado —. ¿Desde cuándo ese pequeño está de nuestro lado? Maldición R, ¿cuándo pensabas decírmelo? ¿Qué más me ocultas?

No pudo evitar rodar sus ojos ante sus reproches. A veces Vernon llegaba a ser tan intenso e insoportable.

—Cálmate ¿quieres? Lo convencí hace poco, aunque no le dije sobre mi verdadera identidad. Pero... el chico es fácil de persuadir, al parecer, resultó ser muy codicioso.

—Uh... Quién lo diría. Por cierto, ¿quiénes son nuestros aliados?

R suspiró, sabiendo que posiblemente el menor estallaría en gritos una vez más.

—Jin y sus amigos, o los que quedan de ellos, junto con otros refuerzos.

—¿Qué...? ¡¿Qué?! ¡Joder, ¿Estás loco?! ¿Cómo se te ocurre...?

—Shhh —siseó y se golpeó la frente con la palma de su mano derecha. Ese tonto no podía ser más escandaloso, porque las cuerdas vocales no le daban para más. —Ellos tampoco saben quién soy, idiota. Solo les conté mi plan para rescatar a _____, me presenté como alguien quien le debe muchos favores a ella y cuando me enteré de que había sido capturada por los Mikage, quise hacer algo. Además, Jin no se negó, a pesar de que Rap Monster sentía algo sospechoso en todo esto, él no se negó. Sabes tanto como yo lo mucho que la aprecia.

—Él está loco, viejo. Estuvo a punto de hacerla su esposa solo para que permanezca a su lado.

—Estuvo, pero no lo hizo —apretó su puño solo de pensar en la posibilidad de ver a ____ en brazos de alguien más. Sabía que no tenía derecho a reclamarla después de todo lo que le hizo, pero a pesar de ello, él la amaba. —. Confía en mí ¿quieres? Solo los necesitamos para el ataque. Jin traerá sus refuerzos, así podremos despistar a los Mikage para sacar a _____ de ahí. En ese momento es donde entrar tú y...

—¿Y qué debo hacer? —preguntó curioso.

—Joder, cierra la maldita boca y déjame terminar — resopló, tirando su cabello hacia atrás —. Debes estar fuera de su celda para cuando escuches la señal. Luego de la tercera explosión, debes sacarla de ahí y correr hacia los depósitos. Joshua preparará armas para ambos, así que asegúrate que ella esté armada. Él los esperará allí para escapar por la alcantarilla que tiene salida al bosque junto al clan.

—Entonces... mi tarea solo es sacarla de ahí e impedir que nada le pase.

—Exacto, y no permitir que ningún Mikage se le acerque, mucho menos un Yenaid. Recuerda que no solo su vida está en juego, Vernon, sino también la de mi hijo.

—Lo sé, lo sé. No te preocupes por eso. Me aseguraré de darle un chaleco antibalas por si acaso.

—Confío en que lo harás bien. Dejaré al amor de mi vida en tus manos mientras yo estoy al frente.

—Dios, qué cursi te pones. —rio hasta lograr soltar algunas lágrimas. —En serio, lo de las notitas... y esto... Ja, ja, ja, eres el colmo.

—Cierra la boca. —gruñó, sonrojándose por completo, agradeciéndole al cielo que él no podía verlo. —Recuerda, tercera explosión. Con eso sabrás que despejaré la parte trasera y ambos podrán correr con tranquilidad.

—Sí, está bien, viejo. —suspiró luego de tanto reír —. Prometo que todo saldrá bien y pronto podrás estar con tu princesa.

—No todo es tan fácil, Vernon. De seguro ella me odiará cuando se entere que estoy vivo.

—Uh... sí, tal vez un poco. Pero tú no has visto la mirada en sus ojos cada vez que piensa en ti. Puedo asegurarte que se enfadará un poco, te gritará, quizás hasta te golpee, pero al final, te abrazará con todas sus fuerzas, pidiéndote que no te alejes nunca más.

Sonrió por sus palabras, pensando en la posibilidad de poner abrazarla de nuevo, pero rápidamente carraspeó para que no se notara la emoción en su voz.

—Bueno, creo que ya hablamos demasiado. No le digas nada a ____, solo prepárate y...

—Espero la señal. Lo sé.

—En serio, te odio cuando me interrumpes. Pero solo por esta vez lo dejaré pasar —suspiró —Hasta en la noche, Vernon.

—Hasta en la noche, jefe.

Finalizó la llamada y se quedó mirando hacia la nada. Debía regresar a su puesto pero sentía que la ansiedad que comenzaba a sentir, lo haría meter la pata. Al fin, el día había llegado. El día para el que se estuvieron preparando tanto Joshua, como él. Sentía que cualquier cosa podría salir mal, pero cueste lo que cueste, pensaba sacar a _____ de allí. No permitiría que ella sufriera más. Era la promesa que le había hecho a Anne hace tiempo, no dejaría que nadie cercano a él, sufriera como ella.

Esperaba que luego de todo esto pudiera visitar su tumba de nuevo. Ya hace dos meses que no iba a visitarla, ni siquiera una rosa en su nombre, un recuerdo, nada. Sentía miedo de olvidarse de ella en algún momento. Quizás eso era parte de la vida, pero él no quería olvidarla. Ella debía estar siempre presente en su memoria para recordarle que no debía faltar a su palabra.

—Hoy haré lo que no pude hacer contigo, Anne. Juro... que salvaremos a ____.