Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 19.

—Vamos Vernon, piensa —se dijo a sí mismo sin saber qué hacer.

Las posibilidades eran escasas; estar de su parte o fingir ser su enemigo y capturarla. De las dos formas, las cosas terminarían mal para ella. Sabía que no lograrían escapar del clan y lo peor era lo que le esperaría a _____ una vez que la capturaran.

Antes de que su cabeza explotara, dejó su gran dilema de lado y tomó una de sus recargas, lanzándosela a _____, esperando que le sirviera para alguna de las armas que traía. Rápidamente, ella quitó el cartucho de una de las armas y lo intercambió. Debía seguir su camino hasta la salida. Ya había llegado lo suficientemente lejos como para dar marcha atrás. Pero para eso debía acabar con los enemigos que tenía en frente.

—¡Ni se te ocurra correr! —le gritó Vernon y ella lo miró sin entender.

—¿Por qué? —protestó, pero antes de que él pudiera contestar, la balacera había comenzado de nuevo.

En ese momento su teléfono comenzó a vibrar y se maldijo internamente por no dejarlo en su cuarto. ¿A quién rayos se le ocurría molestar en un momento como este? Por un segundo, quiso arrojarlo contra la pared, pero se contuvo.

—¡¿Qué?! —gruñó, una vez respondió —Sea quien sea, ahora no es un buen momento.

—¿Por qué no es un buen momento, Vernon? —se oyó del otro lado.

Una vez más, se estremeció por completo al oír su voz. Quizás ya comenzaba a tenerle miedo a sus llamadas, por el simple hecho de que siempre las hacía en el peor de los momentos.

—Y-Yo... —balbuceó sin saber que decir.

—¡¿Qué son esos disparos?! —se alteró al oír lo que pasaba del otro lado de la línea —Maldición, Vernon. ¿Dónde está _____?

Tragó saliva ruidosamente antes de responder.

—En medio de la balacera

—Vernon... ¡Maldito hijo de..., juro que te...!

—Mátame luego, R, pero ahora debo rescatar a tu princesa. —suspiró y finalizó la llamada antes de que le lanzara una y mil maldiciones más.

El momento de pensar, de nuevo había regresado. Pronto miró a su alrededor, buscando algo que lo ayudara a crear una distracción para sacarla de allí. Pero ¿qué? No podía ver más que paredes grises que helaban su cerebro. No, lo que helaba su cerebro era el no usarlo. Se recordó una nueva nota mental: usar más su cerebro, al menos para decidir qué ropa usar.

De repente, las tuberías del agua caliente, aparecieron en su rango visual y sintió que los cielos le estaban enviando una señal. Disparó tres veces en los caños y de forma instantánea, el vapor del agua comenzó a salir, creando una nube de humo entre _____ y los miembros del clan.

Aprovechando esa pequeña brecha, corrió hacia ella y tomó su mano para echarse a correr siguiendo el pasillo. El funcionamiento de sus neuronas había durado poco, así que ahora no sabía qué hacer.

—Vernon, debemos buscar la salida.

—No, _____. Debes entregarte. No saldremos con vida si intentamos escapar y no puedo arriesgarme a que me descubran y echarlo todo a perder. Debimos planear algo, no sé qué se te cruzó por la cabeza al hacer esto.

—¡Solo tomé la oportunidad que ellos me dieron! —hizo que la soltara y detuvo sus pasos. —Todos los días me envías notas diciendo que te espere, que me ayudarás, me sacarás de este maldito lugar. Me das fuerzas y aliento, me das esperanzas ¿y para qué? ¿Para ahora decirme que debo entregarme? ¿Qué debo regresar a esa mugrosa celda?

—_____, yo... —susurró sin saber qué decir. Lo último que quería ver eran sus ojos empañarse, siendo atacados por las lágrimas, justo como en ese momento. —Espera, ¿Qué notas? —se extrañó al pensar en eso —Mejor olvídalo —suspiró —¿Qué propones entonces? Porque mi cerebro está más que seco, así que no me pidas ideas que no podré tener.

—Solo llévame a la salida. —susurró, secando sus lágrimas rápidamente.

Suspiró sabiendo que eso terminaría mal, pero aun así prefirió cumplir su petición. Tomó su mano nuevamente y corrieron de largo hasta llegar a un cruce de pasillos.

—El de la derecha lleva a la sala de máquinas, allí podremos abastecernos de armas. El de la izquierda lleva a la salida. Tú eli...

Sin dejarlo terminar y sin responder, se soltó de él y comenzó a correr por el pasillo de la izquierda. Sabía que estaba actuando de forma inconsciente, pero solo quería salir de ahí. Quería ver la luz del sol al menos una última vez. Sabía que si las cosas salían mal, todo llegaría a su fin.

—¡Espérame! —gritó Vernon, pero aun así ella no se detuvo, al menos hasta que vio a su peor pesadilla, robarle su libertad.

Se paralizó al ver a Maximus con Baekho en la puerta de salida, impidiéndole que diera un paso más. Jadeó, sintiendo que todo el aire escapar de sus pulmones y cayó de rodillas al suelo, sabiendo que estaba perdida.

Vernon se aterró al llegar y tener en frente de ellos a su jefe. Pronto, tomó a _____ de sus manos, fingiendo apresarla para que no sospecharan de él y fingir una persecución. Sabía que eso pasaría, sabía que las cosas terminarían mal si lo hacían todo precipitadamente, pero ahora no era momento de lamentarse.

La hizo ponerse de pie y dio unos pasos más, junto con ella, hasta llegar a su jefe.

—Jefe, yo...

—Buen trabajo, Vernon —dijo el hombre y miró a ____ con despectivamente. —Baekho, encárgate de desactivar la alarma. Y tú, Vernon, llévala a su celda.

—Sí, señor —dijo y tiró de las manos de la joven, para llevarla de nuevo al lúgubre lugar del que tanto anhelaba escapar. —Te dije que esto saldría mal —le susurró, sintiendo pena al ver como sus lágrimas volvían a caer. A pesar de ello, no dijo nada más. Sabía que dijese lo que dijese, no lograría hacerla sentir mejor. Una vez más, R intentaría matarlo.

Cuando entraron de nuevo a la celda, sintió una horrible presión en su pecho así como sobre sus hombros. Frotó sus manos una vez que Vernon la soltó y se sentó en la cama, observando un poco la habitación. Aún había un poco de sangre en el suelo, supuso que era de Aron. En ese momento recordó su herida de la frente, pero al tocarse solo sintió un rastro de sangre seca. Al diablo, no moriría por un pequeño corte.

Giró su mirada rápidamente hacia la puerta cuando sintió otra presencia, era el jefe de los Mikage de nuevo y seguido a él, entraron dos jóvenes más, con herramientas y gruesas cadenas. Sin duda ahora estaba perdida.

—Jefe, ¿para qué es eso? —preguntó Vernon al ver como fijaba las cadenas, con grilletes, a la pared. Sin embargo, Maximus no respondió. Esperó a que sus hombres terminaran con su trabajo para luego hacerles una seña. Ellos ya sabían lo que venía a continuación.

El más alto tomó a _____ por el brazo y la tiró al suelo de un empujón. El otro tomó uno de sus manos y la apresó con uno de los grilletes, echándole llave. No fue hasta que tuvo ambas manos encadenadas, que Maximus dio unos cuantos pasos más hasta ella para tenerla frente a frente. Se hincó en su sitio y la miró como si de una miserable cucaracha se tratase. No pensaba hablar, solo quería hacer su juego de siempre; intimidar a las personas. Con Vernon ya lo había logrado, y eso que ni siquiera lo miraba a él, pero con _____ era diferente. Ella no se echaría atrás luego de dejarlo todo. Había enfrentado cosas peores en la vida como para ser intimidada por una simple mirada. Fue fuerte y lo miró fijo a los ojos haciéndole saber que no le tenía miedo y quizás ese fue su error.

Cuando Vernon quiso reaccionar, ya era demasiado tarde, el puño de Maximus ya se había estrellado bruscamente contra la mejilla de la joven, haciéndola girar su rostro por el impulso. Gimió por el dolor y escupió algo de sangre antes de relamer sus labios para limpiarlos, aun así volvió a mirarlo, desafiándolo a que lo hiciera de nuevo.

—S-Señor, recuerde que ella está embarazada. El niño es lo que queremos —le recordó Vernon, solo para salvar el pellejo de la joven que parecía no querer dar tregua.

—Lo sé —habló el hombre con calma. —Pero alguien tiene que enseñarle cuál es su lugar a esta perra —sonrió de lado y se puso de pie, girándose sobre sus talones. —Ya me encargaré de castigar a Wonwoo y al otro par de idiotas que la dejaron escapar. Por ahora, quédate vigilando la celda. Ya no quiero más problemas, Vernon —agregó y salió, seguido de los otros dos.

Sin responder, suspiró, sintiendo que su alma le regresaba al cuerpo y se arrodilló frente a _____, revisando el golpe que había recibido en su mejilla. Ella ni siquiera lo miró, supo que estaba dolida, más porque no había conseguido escapar, que por el golpe que le habían dado segundos antes.

Abrió su boca para decir algo, pero no supo qué. Suspiró de nuevo y simplemente se puso de pie para arrastrar el colchón fuera de la cama. Sabía que desde donde estaba, llegaría al váter pero no a la cama y no quería que pasara frío.

Cuando el colchón cayó hacia un lado, varios papeles salieron de su interior, extrañándolo un poco.

—¿Qué es...?

—¡No! —gritó ____ y rápidamente comenzó a recoger aquellos que le quedaban cerca de sus manos.

—¿Qué es esto? —susurró él, y se inclinó para recoger uno.

*Buen día de nuevo. ¿Cómo amaneciste hoy? Espero que bien. Recuerda que ya falta poco, ____. No pierdas la calma. Estoy contando los días para sacarte de ahí*

—____ ¿Qué es esto? —volvió a preguntar, reconociendo la letra.

—Son las notas que te dije. Tú me las enviaste, deberías saberlo —susurró en respuesta.

Vernon se golpeó la frente y suspiró pesadamente queriendo matar a R. ¿Qué pretendía enviándole cartas, sabiendo que alguien podría descubrirlo? ¡¿Acaso estaba loco?!

Mientras él tenía una lucha interna con sus pensamientos, _____ se extrañó al verlo tan confundido respecto a las notas. ¿Entonces no fue él?, pensó al verlo tan sorprendido de ver aquellos trozos de papel.

—Vernon... acaso...

—No, no fui yo, ____ —le respondió, sabiendo lo que preguntaría.

—Entonces ¿quién?

La miró uno vez más, sabiendo que ya no podía ocultarle toda la verdad, pero... no. No podía decirle que él estaba vivo. Eso solo lograría alterarla y en su estado no era una muy buena idea.

—Te los envió... —suspiró, queriéndose arrancar todos y cada uno de los cabellos —Creo que... te las mandó mi jefe. La persona para la que, en verdad, trabajo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro