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24. Penúltimo capítulo.

—Jeonghan... yo... —intentó hablar de nuevo, pero el mayor a él retrocedió.

—No puedo creerlo, Jisoo. Eres... un traidor —susurró, dejando ver claramente la decepción en su rostro.

—¡No! —gritó el mencionado e intentó, una vez más, acercarse a su amigo.

—¡No des un paso más! —gritó y le quitó el seguro a una de las armas, apuntando ahora a su pecho.

A pesar de ello, Joshua no desistió, suspiró y continuó dando pasos sin importarle que su vida estuviera en peligro. Vernon lo llamó para que ya no avanzara, Jeonghan lo advirtió una vez más para que se detuviera, pero aun así él siguió hasta quedar a solo unos centímetros de su amigo de toda la vida.

—Jeong... por favor. Tienes que escucharme —susurró con dolor y el mayor lo miró dubitativo, teniendo una batalla interna al no saber qué hacer. No importaba las veces que le advirtiera o lo amenazara, sabía cómo era Jisoo y sabía cómo era él. Era consciente de que jamás podría dispararle a aquel que ahora tenía a solo unos centímetros de distancia, con su arma chocando contra su pecho.

—Joder, Joshua, tenemos que salir de aquí —espetó Vernon, al ver que ninguno de los dos decía nada, solo se miraban como si analizaran cada movimiento del contrario, esperando para atacar.

—No me iré sin Jeonghan —susurró y el mencionado abrió sus ojos con demasía.

—¿Qué? —preguntó cohibido.

—Jeong, ven con nosotros —se acercó a él y lo tomó de sus muñecas —. Esta es nuestra oportunidad de ser libres, de empezar de nuevo. Ya no tendremos que vivir bajo las órdenes de un tirano, no existirá el miedo de morir en nuestras vidas. Todo será dif...

—Jisoo... —estaba comenzando a dudar, pero aun así no quería dejarle las cosas tan fáciles —. Sí eso es lo que siempre quisiste, podíamos hacerlo, pero... ¿Por qué? ¿Por qué la ayudas a ella? Es nuestra enemiga.

—¡Claro que no! —negó moviendo su cabeza frenéticamente —_____ solo es una víctima al igual que todos —se acercó más y sin resistirlo, lo abrazó —Ren... él sigue con vida —musitó apenas, solo para que él lo oyera.

En ese momento, algo dentro de él hizo clic. Si Ren no estaba muerto, ¿dónde estaba? ¿Por qué no había regresado? Si las cosas eran así... no existían motivos para hacerle esto a _____. Pero... pero estaban atacando el clan. Muchos de sus amigos ya habían muerto y el resto era tomado como rehén. ¿Y qué hacía él ahí? Estaba huyendo. Nunca se le había cruzado por la cabeza enfrentar al enemigo, mucho menos asegurarse de que nadie sacara a ____ de su celda. Solo quería mantenerse con vida, buscar a Joshua y huir lejos de ahí.

—Eres mi mejor amigo. No quiero irme sin ti —volvió a hablar y está vez logró ablandar ese frágil corazón. Jeonghan siempre había sido una persona muy persuasible a pesar de que en ocasiones quería parecer duro y fuerte. Jisoo siempre fue su debilidad, él era su amigo, el único que lo comprendía en verdad. Al ser mayor a él, Jeonghan sentía que siempre debía protegerlo pero ahora era su pequeño quien intentaba extender sus alas y salir de ese triste lugar. Era él ahora, quien quería protegerlo y sacarlo de ahí.

Apretó sus ojos con fuerza y correspondió al abrazo.

—Vayámonos antes de que me arrepienta —susurró, embozando una media sonrisa que alegró el corazón del menor.

—¿Ya terminaron con su momento cursi? —preguntó Vernon y luego miró a Jeonghan —¿Vienes con nosotros o vas a matarnos?

—Iré con ustedes —respondió y se alejó de Jisoo —. Logré perderlos en el camino, pero alguien me venía siguiendo así que será mejor que salgamos pronto de aquí. Pero, ¿por dónde?

—Eso ya lo tenemos todo cubierto —respondió Joshua y, haciendo una seña con su mano, les indicó que lo siguieran.

_____ no había dicho ni una sola palabra en todo el trayecto. No podía evitar mirar a Jeonghan y desconfiar de él. Sí, quizás solo eran sus paranoias pero ya le habían pasado muchas cosas como para darse el lujo de ser atrapada de nuevo. Está vez pensaba hacer hasta lo imposible por salir de allí. Vernon notó su nerviosismo y apretó su mano aún más. No la había soltado en ningún momento y no pensaba hacerlo al menos hasta que se encontraran seguros, y lejos de ese terrible lugar.

—Por aquí debemos escapar —dijo Joshua, apuntando hacia el alcantarillado, una vez que llegaron a los depósitos de la parte trasera. Jeonghan se acercó a él y lo ayudó a quitar la pesada tapa, tirándola a un lado.

—____, tú vas primero —el menor de los dos habló de nuevo y extendió una mano para que ella la tomara.

—No, yo bajaré primero, así podré ayudarla —dijo Vernon y soltó la mano de la joven para acercarse al hueco en el suelo. Miró en su interior y luego de contar hasta tres, se arrojó, cayendo sobre sus pies, como si de un gato se tratase.

—Buen salto —bromeó Joshua y luego miró a _____. —Es tu turno.

Ella asintió y tomó su mano para acercarse a ellos. Miró a Jeonghan una vez más, sintiéndose insegura y luego se sentó en el suelo, metiendo sus piernas por el agujero.

—Salta preciosa, prometo que te atraparé —le sonrió el joven desde abajo y ella le devolvió el gesto antes de hacer exactamente lo que le pidió.

Vernon logró atraparla en el aire y la depositó en el suelo lentamente para que se estabilizara.

—¿Estás bien? —le susurró.

—Quiero vomitar —confesó, pero pensaba contenerse con todas sus fuerzas. No iba a hacer eso frente a tres chicos. ¡Sería humillante!

Él rio y tomó su mano para apartarla de ahí y darle espacio para que los otros dos bajaran. Primero fue Jeonghan y último Joshua, intentando colocar de nuevo la tapa, cosa que le fue imposible así que prefirió saltar y dejarlo así.

—A correr de nuevo —dijo el menor de todos, tomando una vez más, la mano de la joven —. R me dijo que estas alcantarillas llevan a un acueducto que da al bosque junto a la carretera. Una vez allí, estaremos seguros.

En ese momento, una gran explosión, muy cerca de allí, se oyó.

—¿Qué fue eso? —preguntó ____, aferrándose al brazo de Vernon con fuerza, casi hasta clavarle las uñas.

—Creo que intentan desbloquear el pasillo que sellamos, o ya lo hicieron —respondió Joshua y se echó a correr —¡Apresúrense! ¡Debemos salir de aquí!

Solo con decir eso, impulsó a los demás a que lo siguieran. Rápidamente tomó su celular y marcó el número que tenía como favorito.

Tres, cuatro, cinco tonos y la llamada se cortó. Intentó una vez más, rogándole al cielo que nada le haya pasado a esa persona o todo estaría acabado. Marcó de nuevo tras no tener éxito y esta vez se oyó una voz agitada del otro lado, luego del tercer tono.

—¡R! Qué bueno que estés bien —suspiró aliviado. —Ya tenemos a _____ y estamos como a mitad de camino, pero creo que tenemos problemas.

Pronto comenzaron a oírse más pasos a lo lejos, chapoteando en los pequeños charcos de agua que había allí abajo.

—Por favor, Joshua, no dejes que nada le pase a ____. Revisa en el bolsillo derecho de tu pantalón. Te puse una granada allí. Si es necesario, úsala. Pero no dejes que ella muera.

El menor apretó los ojos con fuerza y detuvo su andar, alarmando a los demás.

—Josh, ¿qué carajo haces? —espetó Vernon y tiró de sus ropas para que siguiera avanzando, pero él solo lo miró a los ojos.

—Vete con _____ y Jeonghan. Yo me quedaré para impedir que los sigan.

—¡¿Qué?! ¡¿Estás loco?! —gritó el mencionado y sus ojos rápidamente de cristalizaron —. No dejaré que hagas ninguna locura, Jisoo. Joder, no. Si te quedas... ellos te matarán por traidor. No quiero... —su voz se quebró antes de poder terminar, bajó la mirada y un par de lágrimas recorrieron sus mejillas, pero rápidamente las quitó de su rostro y volvió a elevar la mirada.

—Bien. Si te quedas, yo lo haré contigo.

—No Jeong, no me hagas esto. Maldita sea, ¡ve con Vernon! —le gritó, no iba a permitir que su amigo se sacrificara junto a él.

—Ya no dejaré a nadie atrás —habló ____, llamando la atención de los tres jóvenes. —. Si uno se queda, todos lo haremos. No saldré de este maldito lugar sola. Ya no dejaré a nadie atrás con tal de salvar mi maldito culo. —se enfureció y sacó el arma de su cintura —Sé que alguien lo está dando todo por mí allá afuera pero no quiero que ustedes mueran —habló decidida.

Joshua pareció pensarlo. Los pasos a sus espaldas cada vez se hacían más audibles y eso les decía que no les quedaba mucho tiempo para tener a los Mikage sobre ellos. Suspiró y solo miró a Vernon y sin la necesidad de palabras, éste comprendió. Se acercó a _____ y la cargó, comenzando a correr hacia la salida.

—¡No! —gritó ella, pero nada detendría al joven que se la llevaba.

Jeonghan miró a su amigo y tomó su mano, entrelazando sus dedos con fuerza. Joshua le sonrió y sacó la granada de su bolsillo, observándola con detenimiento como si fuera un objeto nunca antes visto por él. Esto era para lo que había venido al mundo y sin duda no se arrepentía de ello.

...........................

—Tú, dame tu radio transmisor —le pidió a uno de los hombres que estaba con él y apretó el botón para comunicarse. —Jin. ¿Me oyes?, cambio.

Esperó unos segundos y nada, así que lo volvió a intentar.

—Aquí Jimin, ya tenemos a todos controlados o a la mayoría. Los que están con vida, cambio.

—Jimin, ¿dónde está Jin? —preguntó R exasperado. Les había dicho específicamente que no quería muertes y eso fue justamente lo que hicieron; matar.

—Fue por _____, cambio.

—¡¿Qué?! —gritó y se quitó la máscara de gas que ya comenzaba a molestarle. —No, vayan por él y den la orden de retirada a los suyos. Ya tenemos a _____. Repito, salgan de allí.

Le regresó el transmisor al sujeto a su lado y comenzó a correr hacia la fortaleza. Debía llevar el auto de Vernon hacia el bosque para que los demás puedan escapar en él. Ya no tenía tiempo que perder.

—¡Alto ahí! —gritó alguien a sus espaldas, paralizándolo por completo, cuando solo le quedaban unos pocos pasos para subir al vehículo. Sin duda él conocía esa voz, la inconfundible voz de uno de sus mejores amigos.

Maldijo al cielo y a todos los dioses al tener que toparse con él justo cuando ya estaban realizando la retirada.

—Las manos arriba y date la vuelta —le ordenó éste y elevó más su arma para apuntarle en la cabeza.

A pesar de todo, su pulso de detuvo al ver a quien tenía en frente. Sin duda pensaba que eso debía ser una horrible broma del destino, él no podía estar frente a él, vivo, no aquel que había sufrido días insoportables en terapia intensiva hasta que al fin su corazón dejó de latir. Debía ser broma. Él mismo lo había visto muerto. Lo habían enterrado. Tenía una jodida tumba en el cementerio de los Mikage. ¡¿Cómo diablos podía ser posible que esté con vida?!

—¿R-Ren? —tartamudeó sorprendido y bajó su arma lentamente. —Amigo, ¿estás... estás vivo?

Dio dos pasos hacia él pero se detuvo cuanto el menor sacó su arma para apuntarle.

—¿Qué haces? —susurró Aron, observándolo atónito. —Ren, soy yo, Aron. Tu amigo. ¿Qué... como es que estás con vida? ¿Cómo llegaste aquí? ¿Ahora?

Miles de preguntas rondaban por su cabeza, sin embargo, algo hizo clic cuando pronunció su última palabra. Ahora todo tenía sentido.

—Tú... —susurró y lo miró con furia —Tú planeaste esto para sacarla de aquí ¿verdad? —espetó entre dientes.

A pesar de todo, Ren se mantuvo allí en su sitio, sin siquiera mover un solo músculo.

—¡Tú hiciste todo esto! ¡Mataste a los tuyos solo por ella! —vociferó el mayor, elevando su arma con la intención de jalar del gatillo.

—Y lo haría de nuevo solo para salvar su vida y la de mi hijo —habló al fin —. Mátame si quieres pero ya no la encontrarás. Ella ya está lejos de aquí —mintió.

Lo retó porque sabía que pasara lo que pasara, Aron jamás tendría las agallas como para lastimarlo. Se suponía que eran amigos y eso era el obstáculo suficiente que impedía al mayor continuar. Éste maldijo con todas sus fuerzas y arrojó el arma lejos. Sabía que no podía hacerlo, pero eso no significaba que todo acabara allí.

—Los dejaré vivir solo por esta vez, por nuestra amistad que morirá en este mismo instante —sentenció —. Pero ten por seguro una cosa y es que, le daré la vuelta al mundo, buscaré dejado de cada roca, moveré cualquier montaña si es necesario, cualquier cosa con tal de encontrarte porque sé que estarás con ella y cuando los encuentre, les arrebataré aquello que más aman. —agregó, mirándolo con rencor.

—No si yo puedo impedirlo —soltó Ren y dio media vuelta para subir al auto y salir de allí rechinando las llantas.

.................................

La dejó en el suelo una vez que había salido del acueducto, esperando que le gritara, que lo golpeara, cualquier cosa con tal de no tener que soportar su silencio que lo torturaba. Sin embargo, ella ni siquiera se movió. Tenía la mirada baja y solo apretaba los puños con fuerza, sintiendo la impotencia recorrer todo su cuerpo. De nuevo dos personas inocentes se habían sacrificado por ella. De nuevo había dejado atrás a aquellos que querían protegerla.

—_____... lo siento. Tuve que hacerlo —susurró Vernon y tocó su mejilla, intentando hacer que elevara la mirada.

En ese momento fue cuando su puño impactó con la mejilla del contrario, haciéndolo retroceder.

—¿Tenías que hacerlo? —preguntó irónica, con los ojos llenos de lágrimas —. ¿Tenías que dejar que más personas murieran solo para salvarme?

—Nena... —susurró e intentó abrazarla, pero ella lo apartó, comenzando a golpear su pecho con manotazos débiles.

—¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué? —susurró débilmente hasta caer sobre sus pies y llevar sus manos a su rostro, para impedir que la viera llorar.

Ni siquiera quería pensar más en ellos. Al oír la explosión, apretó sus ojos con fuerza al no querer imaginar los cuerpos de esas dos personas que solo querían ayudarla, salir volando como si fueran pequeñas hojas de un árbol. No había llegado a tener tanto trato con Joshua pero sabía que era una buena persona, no podía aceptar que por su culpa él tuviera que pagar con su vida.

Vernon se hincó frente a ella esperando que dejara salir todo ese peso que llevaba dentro de su corazón. Sin duda odiaba verla así pero, solo por esta vez, le permitiría sacar todo afuera.

—¡Chicos! —oyeron gritar a lo lejos y ambos llevaron su vista hacia el interior de acueducto.

_____ jadeo y sintió a su alma volverle al cuerpo cuando vio correr hacia ellos a dos jóvenes agitados y llenos de polvo. Se puso de pie y corrió hacia Joshua cuando estos ya estuvieron a unos pasos de ellos y se lanzó a sus brazos, sorprendiendo al joven. Sí, quizás podría parecerle algo extraña la situación a todos, pero ella necesitaba hacerlo. Se sentía tan aliviada de que estuvieran con vida.

—Joder, Joshua, por un segundo llegué a pensar que volarías con el resto de los Mikage. No me vuelvas a asustar así —habló Vernon, acercándose también a su amigo.

—No tengo tantas agallas como para matarme —bromeó y miró a Jeonghan a su lado, sonriéndole cálidamente —Supongo que es hora de seguir ¿no? —agregó y miró más allá de los árboles.

—Supongo —respondió el menor y siguió su mirada —Allá está mi auto. R debió haberlo traído.

De nuevo, corrieron un poco más hasta llegar al vehículo. Vernon se acercó a él e inspeccionó su interior con la esperanza de encontrar a su jefe allí, pero se encontraba más que vacío. Sonrió apenas, pensando que tal vez él aún sentía algo de miedo por mostrarse frente a _____ luego de tanto tiempo.

—Suban rápido —les ordenó a todos y le abrió la puerta a ____ para que subiera del lado del copiloto.

Una vez dentro, encendió el motor junto con las luces que iluminaron la carretera a unos pocos metros y la joven a su lado chilló del susto, apretando su brazo hasta clavarle las uñas.

—Auch... _____ —susurró adolorido pero se estremeció al ver la mirada de terror que tenía en su rostro. Siguió sus ojos hasta el frente y al fin pudo comprender por qué se había puesto así. Esto no podía ser verdad, era una jodida...

Frente a ellos tenían a Baekho, cargando una HK MP5 en sus manos. Ambos, Joshua y Jeonghan tomaron sus armas y bajaron sus respectivas ventanillas para asomarse a disparar si la situación lo requería, pero el joven frente a ellos, no se movió.

—Acelera Vernon —susurró Jeonghan cuando Baekho dio dos pasos al frente, aun así, el mencionado no estaba muy convencido de hacer eso. Sin saber por qué, sentía miedo de apretar el acelerador, tenía miedo de hacer algún movimiento en falso y que todo acabara mal.

—Vernon... —susurró _____ con miedo, solo con ver la mirada en los ojos de aquel joven podía saber que no estaba dispuesto a hacerse a un lado para dejarlos huir. Sin embargo, en cuanto Baekho levantó el arma para disparar, Vernon aceleró a fondo, pasando sobre él.

Un grito ahogado escapó de los labios de la joven antes de que pudiera cubrir su boca para impedirlo. Apretó sus ojos con fuerza y sintió aún más nauseas solo de pensar en cómo había quedado Baekho. Había sentido como las ruedas pisaron su cuerpo, había oído el ruido de alguno de sus huesos al romperse, sin embargo, ya nada se podía dar marcha atrás.

—No pienses en ello, _____ —susurró Joshua y acarició su brazo para calmarla.

Ella asintió apenas y miró a Vernon, que tenía la mirada fija en la carretera. ¿Eso...? ¿Eso quería decir que todo había acabado? ¿Al fin eran libres después de tanto tiempo?

—Ya... todo acabó ¿verdad? —susurró esperando que al menos asintiera en respuesta, pero en cambio, una sonrisa fue lo que recibió del joven a su lado.

—Al fin somos libres, preciosa.

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