Se le rompió escuchar llorar a su bebé de esa manera.

—Tranquilo— le limpio las lágrimas—. No te vuelvas escapar. Nos has dado un susto terrible.

—Pero Papi...

—Nada de pero— le jaló la mejilla —. No conoces para nada la ciudad y sus peligros.

—Lo siento— se abrazo al cuello de su Papi y lo vió —. No lo quiero aquí.

Masaomi sintió feo.

—Lo sé cariño. Vamos a casa. Tenemos de que hablar.

Se abrazo a su padre y no lo soltó. Por lo que kōki aplicó bastante fuerza y se levantó, Seiki se abrazo cual koala.

Kōki sujeto a su pequeño por la espalda y se dirigió a la salida de la terraza.  Miró mal a Masaomi y luego comenzó a descender la escalera con ayuda de seijūrō. Pues era obvio que kōki apenas y podía con su hijo.

En cuanto pusieron un pie fuera  del edificio fueron cuestionados por la prensa. Ignoraron todo y subieron al auto.

Masaomi hizo lo más sensato. Se quedó y dió la cara a la prensa —. Es un tema familia. Favor de respetar este momento.

¿Su hijo engaño a Kōki Gold con su difunta esposa?

Masaomi frunció el ceño y dió la vuelta. No respondio.

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Seijūrō agradeció que su padre se haya quedado. Seiki no paraba de llorar por más que kōki intentaba calmarlo.

—Ya cariño.

Daiki observaba por el retrovisor mientras conducía. Los sollozos del niño le rompían el corazón.

—Seiki— seijūrō se acercó a ambos y besó la cabeza de su hijo mientras le acariciaba la espalda —. Tranquilo. Te hará daño si sigues llorando de esta manera.

El castaño poco a poco comenzó a dejar de llorar y miró a su papá —¿Realmente me quieres papá?

Seijūrō le revolvió el cabello castaño —Te amo Seiki. No lo dudes.  Y tú abuelo también te quiere.

—Yo no lo quiero.

—Seiki— Kōki miró a su hijo —. No te había dicho nada porque es cosa del pasado.

—¿Lo persdonaste?

—No. No lo hago. No lo he perdonado... Pero es tú abuelo quieras o no. Y hasta ahora te tratado bien.

Asintió, y se pasó a los brazos de su padre.

Kōki suspiro aliviado al ver que se había quedado dormido.

A los minutos llegaron a la casa Gold, Daiki los dejó en la entrada de la casa.  Kōki abrió la puerta e hizo pasar al pelirrojo.   Guío al Akashi a la habitación de su hijo y lo depósito en la cama.

Seiki se despertó un poco peor volvió a cerrar los ojos —Papi... Papá.

—Aqui estamos cariño— Kōki le beso la mejilla.

—Dormir conmigo.

Seijūrō miró a Kōki pidiendo permiso para quedarse. 

Kōki asintió —Le traeré un muda de ropa. Creo que Nash dejo algo.

El pelirrojo asintió y observó al castaño alejarse.

—Papá.

—¿Si?— le revolvió el cabello —. ¿Odia a Papi?

—Lo odié— respondió sincero pero se acercó y le tomo la mano —. Pero también lo amaba. Lo sigo amando.

—Quiero que Papi y papá estén juntos.

—Eso también es lo que quiero Seiki.

Su hijo  le sonrió y volvió a cerrar los ojos. Seijūrō le logró quitar los zapatos y el pantalón, la camisa se le estaba dificultando.

—Hare todo lo posible para que así sea.

—¿Hacer que cosa?— pregunto Kōki desde la entrada.

—Nada— se acercó al castaño y tomó la ropa, no sin antes tocar la mano, provocando en Kōki un sonrojo.