Las mirada de los comensales se dirigieron a ellos en cuanto entraron al restaurante.

-Bienvenidos. Akashi-sama.

El pelirrojo asintió -Privado.

-Por aquí.

Siguieron al camarero principal. Kōki observaba maravillado el lugar. Nunca había estado allí.

Seijūrō alejó la silla para que el castaño se sentará.

Kōki arqueo la ceja ante la acción pero se sentó para no hacer una escena -Gracias.

Seijūrō se sentó frente al castaño. Tomo las cartas de la mano del camarero y comenzó a leer. Sabía que kōki también lo haría.

Y así fué, el castaño estaba sorprendido por los platillos disponible.

Kōki eligió uno de sus favoritos, y seijūrō también.

Una sonrisa se plasmó en kōki cuando vio que seijūrō pidió una sopa tofu. Al parecer sus gustos no habían cambiado.

-Crei que no te gustaba el salmón- comentó seijūrō.

-Ahora me gusta.

-...

Desviaron la mirada. Esa frase fue suficiente para marcar la diferencia del pasado y el presente.

Seijūrō no sabía que decir. Se había propuesto conquistar al castaño pero no sabía cómo. Por su hijo sabía que kōki no estaba en alguna relación, pero si tenía pretendientes.

Kōki miró de reojo a Akashi. Se miraba muy pensativo; fruncía el ceño y mordía su labio inferior. Deja de mirar. Se reprendió.

-Hablame de tí, Kōki.

-Gold.

-¿Qué has hecho todo este tiempo, Kōki?

Frunció los labios; no quería escuchar su nombre de esa boca -. Después de que los instalamos en New York mi padre se encargo de recuperar todos esos años que perdimos. Grande fue mi sorpresa al ver el parecido que tengo con mis abuelos paternos.

-¿Que dijeron ellos sobre ustedes?

-Se arrepintieron, pero de nada sirvió. Yo no me confiaba de ellos al igual que mamá, y al final fallecieron. Murieron en un accidente automovilístico, un camión de carga los impacto contra un muro. Mi padre quedó devastado.

-Lo siento.

-Si me sentí mal por sus muertes, después de todo eran mis abuelos, mi familia. Lo último que hicieron fue pedirle perdón a mamá por las amenazas, y mi padre por alejarlo de mamá. Ambos lo perdonaron.

-¿Y TÚ?

-Tambien lo hice. Ellos necesitaban descansar en paz.

-Ya veo.

Otro silencio incómodo se instaló entre ellos -Así que Nash regresa.

-Si. Mi sobrino no deja de llamar para que regrese.

-Ya veo... U-Ustedes se irán?

-Por ahora, no. Tengo asuntos pendientes.

-Por ahora...-nunca se había sentado a pensar la probabilidad de que kōki y Seiki regresarían a casa.

Soltó un suspiro -Le avisaré. Nos pondremos de acuerdo para saber que vacaciones puede venir Seiki a Japón. No lo alejaría de Akashi. Es su padre y quiero que convivan.

Asintió torpemente. No le gustaba la idea de que kōki y Seiki se alejarán. No ahora que se habían encontrado.

La cena llegó y comieron tranquilamente.

Kōki miraba de reojo a su acompañante

¿De verdad lo conquistaría?

¿De verdad lo seguía amando?

¿Podía tener esa esperanza?

¿Podía aferrarse a esas palabras?

Cuando había escuchado a Akashi Seijūrō decir que amaba a su futura esposa. Su corazón fue destrozado.

Sabía que él le había hecho daño al dejarlo... siempre tuvo una diminuta esperanza de que Akashi seijūrō lo siguiera amando, tanto como él lo amaba. Pero la esperanza termino al escuchar esas palabras.

Tenía miedo de creer cada palabra que Akashi decía. Temía ser lastimado. Temía que todo fuera una venganza por parte de Akashi.

No tenía idea si eso era verdad,pero, quería, aunque fuera un instante, confiar en lo que significaban esas palabras.

Confiar en que Akashi seijūrō lo siguiera amando.