Al otro día, Gina salio para ir a trabajar y vio a alguien que no esperaba ver.

– ¿Tu? ¿Qué haces aquí? –Sorprendida.

– ¿No te alegras de verme? –Sonríe.

–Si Manuel pero después de todo este tiempo pensé que me ibas a odiar.

–Yo siempre crei en tu inocencia, ¿Por qué tendría que odiarte?

–Porque era tu hermano y toda tu familia debe odiarme.

–En eso tienes razón pero van a ver que eres inocente y por eso quiero que tengas cuidado con mi hermano, el va a querer encontrarte para hacerte la vida imposible.

–Pero ni lo conozco. –Mirándolo.

–Eso esta bien pero ten cuidado, no quiero que te pase nada. –Preocupado.

–No creo que lo vea pero gracias por decírmelo, me tengo que ir al trabajo.

–Nos debemos una charla. –La mira.

–Supongo que si pero no se de que podríamos hablar, te aburrirías de lo que tengo que contar. –Seria.

–Yo creo que si, cuídate Gina. –Se va dejándola sola.

–Lo único que falta, cuidarme de alguien que ni siquiera conozco. –Pensó.

Más tarde, entro a su trabajo y se reunió con su jefe.

–Me quede muy impresionado con tu trabajo, no me has decepcionado.

–Gracias señor. –Sonrío. –Es mi trabajo, estoy haciendo todo lo posible.

–Lo se y quiero que sepas algo.

–Lo escucho.

–Me entere que están intentando abrir tu caso. –Ella abrió los ojos como platos. –Pienso que deberías saberlo, la familia de el quiere aumentar tu condena.

– ¿Qué? –Aterrada. –Eso no puede ser, pague por un asesinato que no hice, ¿Y me quieren encerrar por más años? Eso no lo puedo permitir.

–Tranquila, no les dieron el permiso de investigar todavía, va a pasar un buen tiempo por eso quiero que en ese momento seas fuerte y investigues con este trabajo tu caso, así demuestras tu inocencia.

En los ojos de ella solo había preocupación, como iba a mostrar su inocencia si no sabe nada como hacerlo.

– ¿Cómo lo voy a hacer?

–Yo me encargare de todo, no me importa si cuesta mucho pero este va a ser el caso del año, van a ver que encerraron a una inocente, va a ser un escándalo.

– ¿En serio? –No lo podía creer. –No se como agradecerle la ayuda.

–No pasa nada, con esto estamos a mano. –Sonríe. –Solo quiero que estés tranquila, ¿De acuerdo? –Ella asiente. –Bien, hoy quiero que te tomes el día libre, mañana te espero.

Gina salio de su trabajo y vio que Esteban estaba parado al frente de ella.

– ¿Cómo me encontraste? –Le pregunto.

–Soy un policía, se mis trucos. –Bromea.

–Ya veo. –Sonríen.

– ¿A dónde tienes que ir?

–En realidad tengo el día libre, me lo acaba de dar mi jefe.

– ¿Entonces no tienes trabajo hoy? –Contento.

–No tengo trabajo hoy. –Sonríe. –Es más me voy a mi casa. –Bromea.

–Quisiera saber quien eres. –La mira y agarra sus manos. –No quiero más misterios.

– ¿No quieres jugar a eso un poco? –Se ríe. –Ya lo vas a saber y no quiero que me digas tu nombre. –Lo mira. –Prefiero que fluya de esta manera y sabes quien soy, no soy ninguna desconocida.

–Pero no se nada de ti...

–No tengo mucho para contarte de mi vida. –Lo interrumpe. –No por ahora. –Nerviosa.

–Pero no sabes nada de mi y quiero contarte sobre mi vida. –La mira.

–Tenemos tiempo para saber sobre nuestras vidas, ¿Por qué nos tenemos que apurar? –Sonríe.

–Porque te amo. –Mirándola fijamente. –Creo que te amo.

Ella no lo podía creer, puso su mano en su boca y empezó a llorar, el la rodeo con su brazo en su cintura.

– ¿Por qué lloras? –Consolándola.

–Porque me pasa lo mismo que a ti. –Llorando. –Te amo.

Los dos enamorados estaban emocionados de haber dado el primer paso, el se acerco a los labios de ella, uniéndolos para besarse, sus bocas encajaban suavemente, ella lo abrazo del cuello y permanecieron en el beso hasta que se separaron para tomar aire, reían como tontos.

– ¿Adonde vamos? –Le pregunto el con una gran sonrisa.

–No lo se, a donde tu quieras. –Lo vuelve a besar.

–Esta bien, me ocupare de todo pero si tienes que avisarle a alguien hazlo ahora porque no te voy a dejar que te vayas de mi lado después de cenar.

– ¿Quieres que me quede contigo todo el día?

–Así es, quiero estar a solas contigo. –Abrazándola.