Capitulo 24.
Entraron ordenadamente, esperaron a que llegara el juez y se pusieron de pie. El juez llego a la sala y todos se pusieron de pie. Se sentó en su lugar y todos hicieron lo mismo, sin decir ni una sola palabra.
Muriel se retiro de la sala y busco a su testigo.
– ¿Por qué no puedo entrar? –Nervioso.
–Porque es peligroso, necesito que estés tranquilo, yo te voy a llamar.
El chico asintió y Muriel volvió a entrar a la sala.
–Perdone, señor juez, quería estar segura de algo.
El hombre asintió. La detective se sentó en su lugar.
Gina y Esteban se miraron y sonrieron, ella estaba nerviosa pero sabia que nada malo iba a pasar, suspira hondo y se agarran las manos.
–Leí todos los expedientes de este caso, no me hubiera extrañado que no se hayan encontrado pruebas, pensaba que no iban a conseguir nada. –Hablo el juez.
–Se que algunas pruebas estaban perdidas pero eso no me detuvo, yo sabia que mi clienta era inocente.
–Y hay un sospechoso.
–En realidad hay dos. –Suspira.
Gina la miro confundida, no sabia nada del segundo.
–Solo se que la viuda es la sospechosa.
–Si pero hay otro sospechoso, su señoría.
Gina la miro, ¿quien era el otro? No podía dejar que esa pregunta no se le venga a la cabeza.
–El sospechoso es Esteban Rivas.
Gina abrió los ojos como platos, se dio vuelta.
– ¿Es una broma?
–Tranquila. –Dijo Muriel.
–Que pase al estrado. –Sentencio el juez.
Esteban se paro tranquilo y camino, sentándose en el banco.
El abogado defensor de Cordelia tomo el lugar y se acerco.
–Usted dice que el día del crimen no estuvo en el país. –Lo mira.
–En realidad no, fue todo planeado. –Contesto.
Gina cerró los ojos y cubrió su cara con sus manos.
– ¿Por qué lo planeo?
–Porque mi hermano decía que alguien lo quería matar y quería que lo proteja.
–También paso lo mismo cuando su hermano llamo a la señorita Pastorino.
–Si y ella cayo en la trampa del asesino.
– ¿Usted piensa que Cordelia mato a su hermano?
–No lo se, ella amaba mucho a mi hermano, todos lo queríamos, ella también aunque tenia una amante.
–Y esa amante resulto ser una de las victimas cuando estaban en aquella casa.
–Exacto, esa trampa estaba hecha para la muchacha y no para Gina, ¿Por qué será? ¿Acaso el asesino amaba a esa mujer?
– ¿Qué quiere decir?
–No se haga, usted se enamoro de la señorita Pastorino.
–La amo pero en ese momento no la conocía.
–Ese cuento de que el viaje fue un plan no me lo creo tanto, usted conocía a la muchacha.
–Eso no es verdad, no la conocía, planee todo porque mi hermano estaba loca, pensando de que alguien lo iba a matar.
Gina salio de la sala, necesitaba aire, apenas salio busco un baño y se encerró allí.
Abrió la canilla y se mojo la cara.
–El es inocente, yo lo se.
Escucho que alguien golpeaba la puerta.
–Gina, ¿estas bien?
Era la voz de Manuel, abrió la puerta.
–Yo se que el no fue.
–Lo se. –La abraza. –Es toda una estrategia del abogado para ponerlo nervioso pero no lo va a lograr.
Muriel busco a la muchacha.
–Gina, tienes que saber algo, tienes que confiar en Esteban.
–Se que el es inocente.
–Lo se pero escúchame. –Toma aire. –El ADN de Rivas no coincide con el asesino pero hay una cosa, Esteban es adoptado.
– ¿Qué? –Sorprendida. – ¿Cómo sabes eso?
– ¿Cómo que mi hermano es adoptado? –La mira. –Eso no puede ser.
–Lo dijo tu madre, Manuel, por eso es el sospechoso.
Los tres entraron a la sala en silencio, Muriel se acerco a Esteban, quien le tenía que dar la noticia.
María cerró los ojos, silenciosamente salio de la sala, sin ser vista por nadie.
–Esteban, ¿sabes porque te tome como sospechoso?
–Porque no me fui del país, supongo.
Muriel negó con la cabeza.
–El ADN del asesino no es compatible con el grupo de sangre de los Rivas. –Suspira. –Eres adoptado.
Esteban sintió un baldazo de agua fría.
–Eso no puede ser.
Busco a su madre pero no estaba.
– ¿Dónde esta?
Se escucho un fuerte disparo, haciendo que todos gritaran del susto.
Todos salieron de la sala, caminaron hasta el baño donde el cuerpo de María estaba inerte en el suelo, con un disparo en la cabeza.
Manuel y Esteban se agacharon, se largaron a llorar. Gina toco el hombro de Esteban para consolarlo.
–Hay un papel en su mano. –Dijo Esteban.
Muriel lo agarro con cuidado y desplegó la hoja. Empezó a leer y su cara se cayo, mirando a las personas que estaban a su alrededor.
–No puede ser.
– ¿Qué paso? –Dijeron los dos al mismo tiempo.
–Dice que es la asesina pero no puede ser, ella es la menos sospechosa.
Gina tampoco lo creía pero si en verdad lo era, estaba más aliviada pero no quería que las cosas terminaran así.
Pasaron las horas, era de noche y la ambulancia se llevo el cuerpo, Manuel se fue con ellos para declarar. Esteban se acerco para abrazar a Gina.
–Me voy a ir, quiero dormir un poco.
–Anda, después te llamo.
Ella asintió y se fue.
Muriel se acerco al testigo y lo despidió, tenia en su mano la cartera de María.
Gina estaba volviendo en un taxi y llamo a su madre.
–Hija, no estoy en casa, me va a llevar un tiempo.
–Esta bien, yo dentro de poco llegare a casa.
Muriel se dio aliento y abrió la cartera, mirando unas cosas que tenia, maquillaje, una libreta, lapicera pero encontró una foto. La observo más de cerca y sus ojos se quedaron hinoptizados en la imagen.
Corrió hasta Esteban.
–Hay que llamar a Gina.
– ¿Qué paso?
–María nunca fue la asesina, hay que llamar a Gina, ya. –Nerviosa.
– ¿Quién es?
– ¿Por qué no se me ocurrió antes? El asesino es Manuel, se burlo de todos, ¿Dónde esta ese desgraciado?
–Se fue en la ambulancia.
–Tenemos que salir ya.
Salieron corriendo del lugar.
Gina abrió la puerta de su departamento, dejo sus cosas en el perchero y camino hasta la sala. Prendió la luz y se dio cuenta que había una sombra.
– ¿Qué haces aquí, Manuel?
*Mañana ultimo capitulo*
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro