– ¿Ah, si? –Se ríe.

–Y respecto a la segunda victima, espero que no la haya. –Seria.

–No entiendo porque apareció esta mujer, diciendo que era la amante de mi marido, ¿es un plan de usted para que creamos que esa asesina es inocente?

–No es un plan, Cordelia, haga memoria, usted conocía a Carla.

Cordelia estaba sorprendida, bajo la cabeza y asintió.

–Es verdad, la conocía, fuimos amigas pero yo no tenia idea que era la amante.

–Usted sabe que es sospechosa.

–Lo se pero yo lo amo, nunca se me paso por la cabeza, no seria capaz.

–Ahora que sabemos que esta mujer fue la amante, seguramente que nos va a dejar salir. –Dijo María.

–Lamentablemente no, van a pasar la noche.

–Pero no trajimos nada.

–Cada habitación esta designada, las puertas tiene su nombre y apellido, calcule todo.

–Iré a descansar.

María se retiro, subiendo las escaleras, Cordelia y Manuel la siguieron.

Gina y Esteban se miraron por un momento, ella se acerca a Muriel.

–Voy a la cocina, Carla no va a poder sola. –Se retira de la sala.

Esteban se quedo parado junto a la detective.

– ¿Le pasa algo? –Lo mira.

–Yo la quiero, ahora se que no asesino a mi hermano pero no me quiere hablar.

–Bueno, fueron muchos años para ella, no es fácil. –Hace una pausa. –Su familia y usted le hicieron daño, acuérdese que la acuso de asesina, cuando usted es sospechoso.

El quería hablar pero Muriel lo detuvo.

–No me diga nada, usted estaba en el país en ese momento, a mi no me va a engañar fácilmente, tanto como su familia y usted, son sospechosos, no quiera mentir que estaba fuera del país porque tengo pruebas.

–Es cierto, yo no estaba en el país, Ramiro me llamo unos días antes, pidiéndome ayuda y volví al país.

– ¿Por qué no le aviso a su familia?

–Porque el me lo pidió, quería que lo ayude, pensaba que alguien lo quería matar.

–Algo que me di cuenta, es que el asesino quería que arresten a Carla, no a Gina, tal vez no la conocía.

–Yo se que soy sospechoso pero quiero ayudar, necesito atrapar al que mato a mi hermano y arruino a la mujer que amo. –Triste. –Como fui tan tonto.

–Trabajo mejor sola, es por seguridad, el día fue muy largo, iré a mi habitación.

El asiente y ella se marcha, Esteban la siguió.

Gina estaba ayudando a Carla a lavar los platos, no hablaron hasta que Carla abrió la boca.

–Me hablaba mucho de vos, te quería mucho.

Gina suspira y mira a la muchacha.

–No entiendo porque apareció ahora.

–Quisiera poder explicarle todo pero Muriel pidió que no hable hasta que declare.

– ¿Sabes quien fue? –La mira.

Carla traga saliva.

–No puedo decir nada, es por mi seguridad.

Gina deja el plato y se acerca a Carla.

–Tienes que decirme quien lo mato, solo recuerdo una sombra cuando yo entre al departamento, no pude mirar su cara y quiero saber quien fue.

–No puedo, Gina, perdóname pero no puedo. –Asustada.

Carla se va corriendo de la cocina, dejándola sola.

Ella suspira y guarda todo en un mueble.

Sube las escaleras y todas las habitaciones estaban cerradas, todas menos una que estaba en el fondo, camina hasta esa puerta y ve que era la suya.

Entra y cierra la puerta, camina hasta la cama y se acuesta.

Escucha que alguien golpeo la puerta.

– ¿Quién es?

–Soy yo.

Reconoció la voz de Esteban, suspira y se levanta.

– ¿Qué quieres? Quiero dormir.

–Quiero hablar con vos, se que no me lo merezco pero, no lo puedo evitar.

Agacha la cabeza y abre la puerta.

–Entra.

El entra a la habitación y Gina la cierra, Esteban estaba parado frente a ella.

–Te escucho.

–Voy a adelantar el juicio, es para que se aclare quien fue el asesino.

–Eso lo iba a hacer Muriel, también, no tienes que hacer nada que no quieras.

–Pero yo lo quiero hacer. –Sincero.

– ¿Por qué ahora? ¿Por qué soy inocente?

–Porque te amo y quiero atrapar al que mato a mi hermano.

– ¿Y si lo mate yo? Eso podría pasar.

–Se que no fuiste tu, ahora lo se.

El se acerca más a Gina, los dos estaban nerviosos y su respiración se agilizo. Estrecharon sus labios en un beso apasionado, tomándola en sus brazos.

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