Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 35

X Damián.

—Es hora de llevarlo a su celda.

Eso es lo que pronuncian dos oficiales vestidos de azul frente a mi.

—Esperp a mi abogado.

—Lo traeremos de vuelta cuando se encuentre aquí, colabore por favor.

Suspiro profundo y me pongo de pie. ¿Hacerme esperar en una celda en lugar de un cuarto de estos? No parece algo que le harían solo porque si a alguien, menos con mi posición política. Es obvio que aquí hay más detrás de todo esto. Y si no me equivoco es mi padre queriendo demostrar que tan poderoso es en todas partes y que puede pasar por sobre cualquier ley.

Paro vamos, tampoco es que esté tan mal un pequeño cuarto, un colchón y barrotes de hierro frente a mi. Al menos ya no tengo las manos atadas con las esposas. Es cuestión de tiempo para que los abogados de Becky me saquen de aquí, lo cual significa que voy a estar en deuda con ella.

Lo que si es malo es que no tengo idea de qué hora es. Al haber pasado por los puestos de control me despojaron de todas mis pertenencias. Pero si ha pasado suficiente tiempo como para que aún no se presenten los abogados. Bueno la razón es clara cuando se escuchan pasos avanzar hasta este lugar. Se trata de mi padre acompañado de dos guardaespaldas.

—Damián —menciona, una vez que llega frente a los barrotes—. Vine en cuánto me enteré de lo ocurrido.

—Los abogados vendrán pronto, gracias por preocuparte. —Aparto la mirada de él.

El poco respeto que le tenía desapareció cuando ví lo que había dentro de esa caja. No me apetece tratar con él y menos depender de sus influencias, ni de como puede mover el mundo como mejor le convenga.

—Tuy tu hermano, aunque son muy diferentes comparten una característica. Ese implacable ego que no los lleva a nada. Soy el único que puede sacarte de aquí y lo sabes bien, tonto no eres.

¿Que tonto no era? Claro que no. Este encarcelamiento como lo supuse no había sido ma que obra de mi padre, la forma en que me trasladaron aquí para recibir su visita. Solo tiene un objetivo, demostrarme que sin su ayuda no soy absolutamente nadan que necesito de su ayuda en todo momento para que las cosas marchen bien. Quiere adueñarse de mi vida.

—No necesito tu ayuda, pero gracias por la intención —murmuro.

Continúo con la mirada hacia el frente para tratar de controlar la ira. En el peor de los casos terminaré por soltarle lo que descubrí en la cara y es el peor error que puedo cometer estando encerrado aquí. Pero la ira que almaceno dentro contra él no es para nada sana. ¿Cómo puedes amar y odiar tanto a la vez a una de las personas que te dió la vida?

—¿Sabías que en mi habitación puse cámaras de seguridad?

Me quedo impactado pero en silencio al escuchar eso, es que ¿acaso?..

—Si —habla, de nuevo. Tras mi silecio—. Pude ver lo que descubriste en mi habitación. Te lo explicaría pero me enteré de la triste noticia que habías sido arrestado.

¿Insinúa que me crea eso? Si sabe lo que descubrí eso solo significa una cosa, tenía razón en que él mandó a que me arrestaran, quiere asegurar que no diga nada.

—¿Por eso estoy aquí? ¿para guardar silencio?

—No confundas las cosas Damián, estás aquí como principal sospechoso del intento de homicidio de tu hermano.

—El homicidio parece perseguir a la familia ¿no?

—Damián —pronuncia, con una voz suave pero represiva—. Puedes quedarte aquí todos los días a reprocharme o puedes escoger actuar con inteligencia, tú eliges.

—¿Quieres que me calle la muerte de la madre de Anya?

—Es lo mejor para todos.

—¡Anya merece saber qué le pasó a su madre! —exclamo, soy paciente pero cuando se trata de algo que tiene que ver con la persona que amo no.

—Su madre lo quiso así.

—¿Cuándo te lo dijo? ¿En una de esas cartas en la que te pedía que le dejaras en paz?

—No, cuándo la descubrí agonizando.

—¿Qué? —cuestiono, observándolo con hastío.

—Su amante le dió múltiples apuñaladas. En su lecho de muerte me suplicó que su hija nunca se enterara de la forma en que murió. Más porque sería vergonzoso que supiera acerca de cómo engañó a su padre. Entonces mandé que cremaran su cuerpo. Solo nos encargamos de decirle a Anya que su madre no volvería más pero estaba muy pequeña para comprenderlo. Y ahora que la he vuelto a ver no sé cómo explicarle algo así.

—En caso de que fuera cierto, ¿explicarle cómo pretendías a su madre también?

—En parte, pero manteniendo el secreto del amante de su madre. Eso me dejaría como el culpable de su muerte ¿sabes?

—Cualquiera pensaría así, hasta yo —aseguro, volviendo a apartar la mirada de él.

—Estás en tu derecho de pensarlo. Pero te aseguro que no es así.

Quiero creerlo en parte, porque no aceptaría que mi padre fuera ese amante de la madre de Anya, me cierro rotundamente a creer que quizás ella y yo podríamos ser hermanos. Aún así, si nunca pregunto...

—¿Anya es mi hermana? —cuestiono, fijando la mirada en sus ojos.

Dicen que para qué te mientan cuando ves a los ojos de una persona debe ser experto en la mentira o un psicópata sin empatía ni emociones de culpa. Entonces eso haría, buscar sinceridad en su mirada.

—No —suelta, manteniendome la mirada. Eso me hace sentir cierto alivio.

—Menos mal, sino jamás te perdonaría —asevero, apartando la mirada de él.

—Sin embargo, no quiere decir que no sea de la familia.

Noto que acerca unos papeles por los barrotes, no me resta más que tomarlos con desconfianza y empezar a leer.

—¿Qué es esto? —cuestiono, al leer el acta de nacimiento—. ¿Por qué tiene nuestro apellido?

—Por que es tu prima.

—¿Qué?

—Estabas muy pequeño para recordarlo, pero es hija de mi hermano menor.

—¡Estás mintiendo! —espeto, poniéndome en pie como un rayo.

—Los documentos no mienten. Puedes comprobarlo con el sello y la antigüedad del papel.

—Esto no puede ser cierto.

—Lo es, por eso es que insistía en que esa chica no le convenía ni a ti, ni a tu hermano. Lo que sienten por ella no es más que un vínculo sanguíneo de cariño que los atrae. No es amor.

Doy dos pasos hacia atrás intentando reacomodar mis ideas. Sin ser consciente me alejo más. Al topar con la pared de la parte oscura de la prisión bajo lentamente hasta quedar sentado sobre el suelo. Es mentira, tiene que  ser mentira. Yo siento amor por ella. No es ningún tipo de apego cariño parental.

—La verdad duele, pero es necesaria. Ahora sabes el peso que tenía que soportar al ver como ustedes iban tras ella como perritos falderos rondándola. Era turbio e irracional.

—¡Cállate! —le grito, pasando las manos en mi cabello hacia atrás.

Tengo que mantener la calma, se que mi padre es capaz de inventar muchas cosas y manejar a su antojo todo. Él hizo que me trajeran aquí, entonces ¿por que le sería tan difícil inventar una mentira así? Debo llegar al fondo de la verdad y no lo haré suponiendo lo que puede o no ser. Lo que debería solucionar este dilema es una prueba de ADN.

—Mientras más tuempo tardes en asimilarlo, más tardarás en saber elegir lo mejor o no para esta familia.

Escucho sus pasos alejándose. Tiene razón en una cosa, dejarme conmocionar no va a solucionar nada. Quizás ¿estoy frente a la única oportunidad de salir de aquí? No puedo saber la verdad estando encerrado en este lugar. Entonces es momento de jugarme todo por el todo.

—Espera padre —menciono, él se vuelve hacia mi. No sé de dónde reúno la fuerza para ponerme en pie y caminar hacia los barrotes—. Sácame de aquí. Yo no lo hice, no intenté matar a mi hermano. Sé que notas que no confío en ti y es cierto pero podemos... ¿podemos intentar confiar el uno en el otro por él? Mientras discutimos la persona que lo intentó asesinar sigue libre. Esto nos deja en una desventaja como familia.

—¿Sospechas de quién pudo hacerle eso a tu hermano?

—No, pero en cuánto lo encuentre se va a poder en esta celda. ¿Estás de acuerdo conmigo? No por mí ni por ti, sino por él.

Bajo la mirada en forma retadora, si es que él es o no culpable, no se va a negar. Eso solo haría que mi furia y desconfianza contra él aumenten.

—Bien, de todas maneras no pensaba dejarte ni media hora más aquí. Hablé con el abogado, pagaremos una jugosa cantidad de dinero como fianza para que salgas de aquí. El problema será que tendrás proximas audiencias en el juicio y en una de esas por falta de pruebas en tu defensa pueden declararte culpable.

Bien, lo estaba entendiendo. Lo de salir de aquí con dinero de por medio es solo temporal, para caer en su papel de buen padre pero en el juicio quizás hasta el mismo puede comprar al juez para que se me declare culpable. Lo cual me dejaba orillado a una sola opción, jugar su juego con sus mismas reglas y coronarme como campeón.

—Sería injusto ser declarado culpable bajo esas circunstancias siendo inocente y que el verdadero autor intelectual de ese intento de homicidio se ría en mi cara. Padre, ¿habías dicho que podía tomar el lugar de mi hermano verdad? Ese puesto me dará inmunidad política.

«
»En cambio a ti eso te va a dejar desamparado. No pienses que me va a temblar la mano para ir en tu contra una vez que descubra la verdad acerca de lo que has hecho.«

—Por fin estás pensando en lo que te conviene en verdad. No te desvives de ese camino y te va ir muy bien.

Si, lo tenía claro, no desviarme para él solo tenía un significado. No llevarle la contraria. Si quería tomar ese puesto, tendría que estar a su favor. Lo estaría pero con fecha de caducidad.

De hecho sólo pasaron unos minutos desde que mi padre se alejó, para que unos guardias de seguridad vinieran a sacarme de este lugar hasta dejarme cerca de un área de espera. Ahí estaba tanto Anya y Becky cómo mi padre.

Anya, al verme su expresión cambió a una de alivio pero a la vez aún tenía un semblante preocupado. Di unos pasos hacia ellos, ella corrió a mi encuentro y me envolvió entre sus brazos, una sensación de calma me invadió. No sé qué es lo que ella tiene pero incluso enmedio de este caos si está cerca puedo encontrar un poco de alivio.

—Me siento tan feliz de que ya estés libre —murmura, separándose del abrazo. Me observa en seguida con una expresión dura susurrando bajito—. ¿Por qué tu padre dijo que gracias a él saliste libre?

Abro los labios para responder a eso, sin embargo escucho como a unos cuantos metros de nosotros mi padre eleva la voz.

—Me debo retirar Damián. Tengo mucha papelería que preparar para cuándo tomes el cargo de fiurer. Nos vemos en casa más tarde.

Dicho eso se da la vuelta para irse, sin embargo me deja la mirada llena de cuestionamiento de Anya y Becky clavadas en mi, está última se acerca hasta llegar a nuestro lado.

—¿Cómo que ocuparás el puesto de Demetrius cuando no querías eso? —pregunta Becky, juzgandome con la mirada.

—Hablemos de esto afuera.

No protestan para seguirme. Pero al estar al aire libre lo primero que hace Becky es alejarse para llamar a sus abogados.

—Te lo devuelvo —indica Anya, acercándome mi teléfono. No había notado que no lo traía conmigo.

—Gracias.

—Amor, llamaron del hospital Demetrius despertó.

—¿Eh? ¿Es en serio?

—Si, no bromearia con algo así. —Entrelaza nuestros dedos, entonces siento un escalofrío recorriendome la espalda.

Recuerdo las palabras de mi padre, acerca de que ella podría ser mi prima. Eso me hace sentir un terror inmenso, más al ver su mirada llena de brillo e ilusión cuando se centra en la mia.

—Debemos ir a verlo. El tiene la respuesta de quién le disparó.

—Si, vamos a verlo juntos. Pero... tendremos que decirle la verdad también acerca de que estamos tramitando el divorcio.

—Si, ese no será un problema.

—Ejem —carraspea, apartando la mirada con timidez, después la vuelve a fijar en mi—. ¿Cómo les explicaremos que estamos juntos de nuevo? ¿cómo catalogas tu está relación? ¿somos novios?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro