Capitulo 33
X Damián.
Pensé que ya había acabado con todo lo que podía impactarme. Había descubierto que la boda no había sido más que una mentira. Pero que equivocado estaba.
La boda solo era la cereza del pastel, había muchas más cosas debajo. Y lo supe porque si papá había sido capaz de hacer una cosa así ¿De qué me podría serlo? Porque es el único con acceso a este lugar, no puedo equivocarme de culpable.
Lo que descubrí después, fué la gota que derramó el vaso. De hecho, sigo sin poder creerlo. Si es verdad que se han cometido muchos fraudes con personalidades políticas y aún del gobierno actual pero nadie cercano a mi, excepto algo... Encontré una fotografía de Anya cuando era niña. Eso me llevó a abrir la carpeta de información, si es verdad que fue tratada como un experimento científico y nada más, la crueldad de eso me hizo no querer seguir viendo, así que me centré en la carpeta de la par. Resulta que se trata de una mujer muy parecida a Anya. Sin duda alguna debe tratarse de su madre. Hay demasiadas fotografías de ella. También hay cartas escritas a mano suplicando por que le dé atención. Pero ninguna de respuesta. Desearía no haber reconocido la letra, pero la conozco demasiado bien.
¿Acaso por esto dijiste que entendías mis sentimientos por Anya padre?
¿Qué fue de la madre de ella?
Volví a dejar todo en su sitio, excepto la papelería acerca de la boda de Anya y mi hermano. También la carpeta de fraudes de ese licenciado y salí tan rápido como pude de ese lugar.
Aún no era momento de mostrar las demás pruebas y encarar a mi padre no sé qué causaría. Entregar pruebas contra un Desmond nos hará parecer poco confiables, y se abrirá una investigación en la que puedo terminar en la cárcel. Eso mientras se demuestra mi inocencia y no pienso dejar sola a Anya.
Quizás fue eso lo que me impulsó a ir hacia un lugar que no hubiera imaginado, menos después de lo de esta tarde. Pero no tengo muchas personas en quien confiar y si tengo que creer en alguien, creo que es la persona más indicada para esto.
—¿Damián-san? —cuestiona Yor, una vez que abre la puerta.
Si, entiendo su expresión de sorpresa, ya casi oscurece.
—Hola.
—¿Pasó algo?
—No, bueno si, ¿puedo pasar?
—Ah si claro.
—Gracias —le digo, a tiempo que abre más la puerta—. ¿Se encuentra el señor Forger?
La pregunta fue contestada por si misma cuando lo ví sentado en la sala. Esta situación es extraña, por mucho tiempo deseé que tanto él como Anya estuvieran vivos, pero ahora ¿Por que siento cierto rencor? ¿Por que crecí en una mentira? ¿Porque voy a confiar en él como ellos no lo hicieron en mi? No lo sé.
—Damián que sorpresa, toma asiento.
—Asi estoy bien, seré breve. —Dejo caer cuidadosamente los documentos que sostenía sobre la mesa—: son documentos en contra de una personalidad de la política y algo respecto a la madre biológica de Anya. No es seguro que yo los tenga, confío en que ustedes sabrán qué hacer. Es información que puede hundir el honor de mi padre. Pero entregar esto a las autoridades actuales sería una tontería. Uselas en el momento adecuado.
—¿Cómo conseguiste esto Damián?
—Eso no importa pero no me fue fácil. Lo que quiero saber es ¿Puedo confiar en usted sí o no?
—Si.
—Es todo lo que quería escuchar. —Guardo las manos en mis bolsillos, esto es a lo único que vine. Poder convivir con él normalmente me tomará mas tiempo. Pero tampoco puedo ser descordial—. Que tengan una agradable noche. Tengo otros asuntos que resolver.
Me despido de Yor asintiendo con la cabeza y sin más me doy la vuelta en dirección a la salida.
Si, puede que esté exagerando con mi actitud, pero si es cierto que tengo otros asuntos por resolver como por ejemplo comprarle un nuevo teléfono a Anya. A partir de ahora tengo que cuidarla más. Esto ya no es un juego, soy yo contra mi padre y tengo que jugar con sus cartas pero en un juego limpio. Y a lo mejor sea un poco tóxico de mi parte pero he hecho que al teléfono le implanten un rastreador.
Al salir de ese local, lo primero que hago es tomar un taxi para regresar a la mansión. Aún sigo pensando cómo reaccionaré cuando vea a Anya. ¿Puedo mantener como secreto la información que descubrí de su madre? Quizás sea lo mejor. Si se lo digo teniendo información incompleta solo le causaré dudas.
—Damián —susurra, llegando hasta mi lado.
Y allí está ella, observándose con esos enormes y lindos ojos a la espera de que le diga dónde estaba.
—Estoy de vuelta —murmuro. La abrazo por sobre los hombros dirigiendola a las escaleras.
—¿Entregaste los documentos?
—No fué necesario.
—¿Por qué? —me observa cuestionante.
Un momento. Si le digo lo de la boda falsa tendré que explicarle mis sospechas acerca de mi padre. En el peor de los casos le reclamará, sé que puedo confiar en ella pero ¿realmente mi padre fue el culpable? Mi hermano también debió tener acceso a esos archivos. ¿Y si en realidad fue Demetrius?
—No tengo mucho conocimiento sobre en quien confiar o no. Así que le pedí a tu padre que se encargara él.
—¿Te llevas bien con mi padre? Parecias no querer escucharlo. —Suspira, le observa de reojo como cayendo en cuenta de algo y repone—: es decir, fue un momento incómodo, pero que arreglen sus diferencias es admirable.
—Tranquila, no pienso molestarme porque seas sincera —rio bajito, para aliviar la incomodidad del momento—. Sé que no me comporté de la mejor manera. Pero él es confiable y solo necesito un poco más de tiempo para que estemos bien por completo.
—Me gustaría que si se llevaran bien, así con el tiempo podríamos ser una familia normal.
Una familia normal... Es lo que más quisiera, el problema es que cerca de los padres nunca podremos lograr eso.
—He pensado que quizás tú y yo podríamos empezar de cero en otro lugar, lejos de tantos problemas. ¿Que opinas?
—Eso suena lindo pero es una locura —rie abiertamente, quizás lo ha tomado a broma.
—Cometeremos todas las locuras que sean necesarias, pero juntos.
Al llegar a la parte alta de las escaleras dejo de abrazarla, es entonces cuando se vuelve hacia mi y con su dedo índice toma el mío en un gesto tierno, manteniendo baja la mirada.
—Es que no sé si quiera empezar de cero, tenemos historia juntos en este lugar. Recuerdos, una familia que si bien no es perfecta es la que tenemos. Nuestro amor es lo suficiente fuerte para vencer todos los obstáculos que tengamos delante. ¿No lo crees?
Caro que quiero creerlo, que saldremos victoriosos de esto, pero nuestra realidad parece verse cada vez más opaca por tantas mentiras y corrupción del pasado de la cual ella no tiene ni idea.
—Claro que lo creo, las cosas estarán bien. Yo haré que siempre lo estén.
Le doy un beso sobre la frente, antes de volver a abrazarla cerrando los ojos con fuerza, suspiro tan pesadamente que al parecer lo nota porque se separa del abrazo.
—¿Estas bien?
—Si, es solo que... —Le doy la bolsa blanca que desde que entré en la casa venía cargando.
—¿Qué es? —cuestiona, como no le respondo solo la abre la bolsa, sacando una cajita—. ¿Un teléfono nuevo?
—Así es, para que no estés incomunicada.
—Gracias —murmura, volviendo a abrazarme.
Dejo que pasen unos segundos así, después caigo en cuenta de algo. Falta media hora para que mi padre de su directo por la televisión, lo que significa que no está en casa.
—¿Vemos una película hoy? —cuestiono, necesito ganar un poco de tiempo.
—¿Ya hacemos ese tipo de planes?
—Si, al parecer ya somos ese tipo de pareja.
Sus mejillas se tornan sonrojadas, lo noto al separarme del abrazo. Es cierto ya crucé la línea al definirnos como una pareja, pero ¿es a lo que vamos dirigiendonos no?
—Prepararé palomitas, ya vuelvo —murmura suavizando la voz.
Asiento con la cabeza, entonces se acerca para darme un beso en la mejilla, no me da tiempo a decir algo vuelve a bajar las escaleras lo más rápido que puede dejándome a solas.
Perdón Anya, en verdad lo siento. No me gusta mentirte de esta manera pero hay mucho en juego y al rompecabezas le faltan demasiadas piezas, a mi forma te estoy protegiendo.
Aprovecho el tiempo a solas para entrar a la habitación de mi padre. Por suerte mi madre al parecer no se encuentra. Y aunque se encontrará hace tiempo que no comparten habitación. Lo primero que hago es rebuscar en los cajones teniendo el cuidado de dejar las cosas como están. No sé exactamente qué estoy buscando pero algo debe haber. En otras circunstancias nunca haría esto, invadir su espacio personal de esta manera pero hay demasiado en juego.
El armario, su mesa de noche, el guardarropas, un pequeño librero... Y nada. No hay nada. Observó a los alrededores no hay muchos espacios en los cuales buscar. De hecho estoy por rendirme hasta que veo una de las pinturas un tanto inclinada a la izquierda. Me acerco para intentar arreglarla pero al quitarla me doy cuenta que existe un orificio en la pared ¿Y eso?
Dejo por un lado el cuadro, dentro del agujero hay una caja en forma rectangular, la saco dudando entre abrirla o no. Al final lo hago poniéndola sobre la mesita de noche y joder. ¿Qué carajos es esto? Casi me caigo hacia atrás al ver el contenido. Hay... Una pequeña urna.
Con las manos temblorosas la abro dándome cuenta que si contiene cenizas dentro, dejo caer descuidadamente la tapa mientras intento asimilar lo que he visto. Igual trato de mantener la calma rebuscando más en la caja, hay cartas que parecen ser de la madre de Anya porque hay más fotografías de ella, abro una en la cuál le pide a mi padre que la deje en paz y se centre en su esposa, pero también hay otras escritas por papá, tomo la que parece ser la última que le envió y hay algo en particular en los textos que me llama la atención le dice "Si no eres mía no serás de nadie". ¿Acaso fuiste capaz de asesinar a alguien padre?
De nuevo las ganas de vomitar me invaden, pero está vez si termino en el retrete jalando de la cadenita. Mientras me lavo el rostro y la boca de nuevo las náuseas amenazan con hacerse presentes. ¿Acaso la madre de Anya perdió la vida a causa de mi padre? Si fué así, ¿de qué más seria capaz mi padre?
Vuelvo a la habitación, guardando de nuevo en la cajita las cosas que saqué procurando dejar de nuevo las cosas como están. Pero es entonces que veo en una esquina un anillo. Tiene un diseño que recuerdo haber visto antes, si, es igual al que Anya usaba, pero ese lo tengo yo. Y Demetrius no tenía puesto el anillo. Lo que significa que...
No, no. ¿Acaso papá también le disparó a Demetrius? A su propio hijo, si es así, si fue capaz de eso, nadie está seguro a su lado, hemos vivido todo este tiempo en la boca del lobo sin saberlo, mierda.
Vuelvo a dejar las cosas tal y como estaban, el cuadro inclinado al mismo grado, y me alejo lo más rápido que puedo. Lo primero que debo hacer es sacar a Anya de aquí,debe estar en un lugar seguro lejos del alcance de mi padre. Bueno eso es lo quería pero lo primero que sucede es que mamá abre la puerta de la habitación.
—Ah, aquí estás Damián —murmura—. ¿Qué haces aquí?
Mamá, ¿tendrás idea de todo lo que ha hecho papá?
—Ah, buscaba a papá. Pero al parecer no se encuentra.
—No, de hecho vine a buscarte para que veamos su discurso. Anya nos espera en la sala, preparó palomitas con mantequilla y se ven muy apetecibles.
Sonríe cerrando los ojos, coloca ambas manos a un costado de su mejilla en señal de facinación. ¿Cómo ha podido vivir tanto tiempo mamá con mi padre? ¿Sabe de sus fechorías por eso ya no se llevan como antes? Pero si eso es así entonces ¿Por qué continúan juntos? ¿Que los hace ser inseparables?
—¿Estas bien Damián? —le escucho preguntar, maldicion me he quedado callado por mucho tiempo.
—Claro, vamos por esas palomitas a ver lo que tenga que decir papá —doy una pequeña sonrisa pasado por delante de ella, pero me hace volverme al tomarme de la mano.
—Hijo estás pálido —menciona, esta vez con una voz más neutral—. ¿Seguro que estás bien? Pareces haber visto un muerto.
¿Un muerto? No apartes la mirada, no tragues, no te pongas nervioso, no aclares la garganta, habla normal nada de nervios, joder Damián.
—A veces eres muy graciosa mamá —rio bajito, mostrando una expresión cálida creo—. Vamos, no hagamos esperar más a Anya.
Al parecer mi expresión funcionó porque recuperó la alegraría inicial con la que se le veía. Lo bueno es que camina delante de mí relatando como prepararon las palomitas, pero ¿por qué me preguntaste exactamente si ví un muerto madre? ¿Acaso estás implicada en esto? ¿Y si es así que tanto?
—Alli están —nos dice Anya una vez que llegamos a su lado—. Está por iniciar.
—Al parecer se suspende la película —comento, sentándose en el sofá de la sala. Observo hacia la enorme pantalla. Anta se sienta a mi lado.
—¿Gustas? —pregunta, ofreciéndome palomitas.
Claro que querría, se ven apetitosas. El problema es que no sé si pueda retenerlas o termine vomitando de nuevo.
—Claro. —Tomo algunas, pero no las pruebo. Apenas se descuida las escondo entre los cojines del sofá.
Ella parece divertirse en compañía de mi madre, se ven a gusto charlando juntas pero ¿Qué tanto es verdad? Tengo que sacarte de aquí lo más pronto posible...
—¿Qué pasará de ahora en adelante respecto a los mandatarios? —cuestiona un periodista en la televisión—. ¿El puesto será asumido por su segundo hijo?
Me reacomodo en el sillón, aquí es donde mi padre debería de mencionarles que de ninguna manera aceptaré eso. Siento la mano de Anya sobre la mía dándome apoyo, eso me brinda un poco de aliento.
—Mi familia está atravesando por momentos difíciles —responde papá—. Aún no tenemos en claro eso, pero el país no estará más días sin gobernador. Pronto les daré la respuesta a eso.
Eso hubiera tranquilizado a los expectantes, pero no a los periodistas ya que se ve que se forma una revuelta ante la indecisión de papá. ¿Qué le cuesta decir que él tomará el cargo?
—Mis hijos sufrieron un atentado —agrega, haciendo que de nuevo se centre la atención en él—. Intentan debilitarnos, pero no lo lograrán. Ostania es grande y saldremos adelante. Déjenlo todo en manos de nosotros. ¿Cuando les hemos fallado? La honorable familia Desmond siempre será un ejemplo a seguir.
¿Para quién padre? Ni siquiera puedo dar fe de que tengas las manos limpias, eres la peor opción para gobernar este país.
Veo a Anya y mamá prestando atención al directo. Claro que siguen llenando a papá de preguntas.
Se escucha el timbre de la casa pero una de las muchachas de la limpieza se acerca a abrir. Al principio no me interesa de quién se trate, eso hasta que la muchacha viene hacia acá, acompañada de tres agentes de la policía.
—Disculpen, no les pude impedir el paso —se excusa, es entonces que los tres nos ponemos de pie.
—¿Les podemos ayudar en algo? —cuestiono, observandolos con extrañeza.
—Señor Desmond. Tendrá que acompañarnos, necesitamos hacerle unas preguntas.
Frunzo el cejo, ¿qué está pasando aquí?
—¿Con que objeto?
—Tenemos una orden —me pasa una tabla shanon con hojas que sostenía en las manos—. Es sospechoso del incidente que sufrió su hermano, tiene que justificar qué hacía en ese lugar.
—Damián nunca haría nada malo —interviene Anya.
—Tranquila —le intento calmar, dándole una mirada pasiva—. En cuánto resuelva las preguntas estaré de vuelta.
—Tiene derecho a que un abogado esté presente —me dice el oficial, le regreso la orden observando a unas esposas que tiene otro de los oficiales.
—No soy un delincuente —murmuro.
—Es cuestión de rutina, tiene derecho a guardar silencio hasta que su abogado esté presente.
—Encarguense de eso —digo, observando a Anya y mamá. Ambas parecen haber quedado en shock.
Lo siguiente es ser esposado con las manos por detrás. Conduciendome a la salida, genial lo único que me faltaba...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro