Capítulo 19
______Holaaa aquí tienen otro capítulo como regalo, muchísimas gracias por seguir capítulo a capítulo esta historia, estar al pendiente, comentar y apoyarme en las historias que escribo, l@s quiero mucho, saludos A.E_________
Anya.
Una vez que los chicos se marcharon el departamento quedó hecho un desastre, uno de los policías se acercó para ofrecerme una disculpa. Realmente no pensé que las cosas fueran a llegar a tanto. Lo peor de todo es que quizás de ahora en adelante las cosas.
En verdad lo siento por Damián, a pesar de lo mucho que lo he lastimado emocionalmente se veía que se sigue preocupando por mi, no debería pero lo hace. ¿Qué clase de amor es ese?
Bueno, mi plan era seguir recogiendo todas las cosas pero mientras avanzaba me topé con algo que no esperaba, unos tacones brillantes, tan elegantes y costosos que solo podían llegar a ser de una persona. En cuánto alcé la vista Li comprobé, se trata de nada más y nada menos que Becky Blackbell.
Tan elegante como esta noche, luce un vestido negro que se pega perfecto a las curvas de su cuerpo, tiene los brazos cruzados y su largo cabello recae con gracia sobre ellos, luce tan perfectamente maquillada que es como estar viendo a una actriz de holliwood lista para una escena en la que saldrá perfecta. Si así es Becky en la actualidad, una chica hermosa, el sueño de cualquier chico.
Al verla a ella y a mi al lado realmente me siento inferior en todos los sentidos de belleza, no entiendo como Damián teniendo a alguien como ella se le ocurre aparecerse aquí a formar tal escándalo.
—¿Ni siquiera piensas saludarme? —cuestiona.
Sigue teniendo un tono de voz exigente y su rostro angelical se ha transformado en uno lleno de rabia y resentimiento.
—Lo siento —digo, poniéndome en pie—. ¿Cómo estás?
—Terrible, intenté hablar contigo durante la cena y no se dió la oportunidad. —Camina de un lado a otro, con un tono de voz irónico—. Ah, pero no se trate de Demetrius porque ahi si te vas en contra de mi y Damián al mismo tiempo.
—Es que el es mi...
—¿Tú prometido? —cuestiona, deteniéndose y observándome como si hubiera perdido la razón—. ¿Qué haces con un tipo como él? Es guapo si, pero tiene un carácter del asco, preferiría salir con un sapo que con él, ¿qué le viste?
Intento responderle, pero no me da tiempo de eso, vuelve a hablar, al parecer ha venido a regañarme no ha obtener respuestas.
—No sabes qué —continúa hablando—, no me expliques. Quiero saber otra cosa, ¿acaso ya no somos más amigas? Me ignoraste por completo.
Bajó el tono de voz, de forma agraciada se sentó en el sofá, la manera en que lo dijo fue tan dolida que por un momento me siento la persona más egoísta de este mundo.
—Lo siento, en verdad. Es que pensé que las cosas habían cambiado con el tiempo y nuestra amistad con ello —intento mentir, hago lo único que sé.
Lo único que me permitiría avanzar en mis planes, mi mente intenta maquinar a toda prisa toda una historia en la cuál tenga justificación mi ausencia, y lo sé, se lo que estás pensqndo las chicas buenas no mienten, no engañan a sus mejores amigas, no necesitan usar justificaciones, solo decir la verdad, el problema es que quizás yo no sea una chica buena sino una bruja cruel dispuesta a todo por lograr un objetivo.
—Pensaste mal, no sabes cuánto tiempo te esperamos. Anhelabamos que llegara este día pero es completamente diferente a lo que había pensado. ¿Dónde estuviste todo este tiempo?
—En Westallis, sobrevivi al atentado. Pero tuve miedo de volver a Ostania.
—¿Por qué? Tu madre está viva, tenías un lugar en la academia, nosotros estábamos para apoyarte. ¿Dónde creciste?
—Creci en una casa hogar, lo siento Becky pero sin mi padre biológico sentí que ya no tenía un lugar al cual volver.
Siento mentor de nuevo, pa tanto como ma no son mis padres biológicos, pero necesito una coartada. No es secreto para ella que mi madre es adoptiva.
—Hubieras crecido conmigo, como una hermana para mi. En verdad te extrañaba.
—Lo siento.
—Es que tus argumentos son tan simples que parecen hasta falsos. Se supone que terminaste en Westallis, creciste en una casa hogar pero luego vuelves y justamente como la novia de Demetrius.
Asiento con la cabeza, ella me sigue viendo con total extrañeza, al final sólo suelta un suspiro me ve con una mirada recriminatoria.
—¿Acaso ya no sientes nada por Damián? Antes te morías por él. Y ahora ¿Demetrius? No puedo apoyarte con él aunque quieras.
Oh es cierto, ella pensaba que estaba enamorada de Damián, igual no pienso contradecir eso.
—Es complicado de explicar.
—¿Te gustan los dos?
—No.
—¿Entonces? —interroga.
Es difícil responderle esa pregunta sin revelar el plan, con ella las cosas son diferentes ya que no se conformaría con una respuesta sin explicación, lo mejor en este caso es desviar el tema directamente hacia ella, para que no hayan clavos sueltos o excusas para retomar la conversación de a quién quiero.
—Damián es tu prometido, ustedes se van a casar. Yo no creo que sea bueno hablar del pasado.
—No, no, no vamos a casarnos. Nuestra relación es falsa.
—Becky, no tienes que renunciar a él por mí.
—No lo estoy haciendo, estar con Damián sería más feo que estar con gripe.
Me le quedo viendo con extrañeza, como si no entendiera nada de lo que decía, entonces es ella quien vuelve a hablar.
—Siempre je tenido claro que el no me ama, yo tampoco lo amo a él. Sé que solo está conmigo porque aún no he tenido el valor de enfrentarme a mis padres, siente que de alguna manera me lo debe aunque ya le he dado a entender de muchas maneras que no es así.
—¿Te lo debe?
—Sí, es que cuando tu desapareciste yo fui la persona que estuvo apoyándolo para que no cayera en depresión. Es por eso que ahora cree que de alguna manera tiene que apoyarme. Yo lo conozco, realmente se puso muy celoso al verte al lado de Demetrius, es por eso que se retiró tras de ustedes luego de la cena, lo sé.
—Pero ya estoy con Demetrius, no hay nada que se pueda hacer.
—Claro que se puede, si me lo permites yo los ayudaré.
—¿Ah sí? Está bien.
Sea como sean las cosas, me es más factible esta idea, puede ser una manera de mantenerla entretenida hasta que se llegue el día de la supuesta boda con Demetrius.
Literal me hizo toda una lista de las cosas que le gustan a Damián para que pudiera pensar en un plan para conquistarlo y uno para terminar con Demetrius sin que las cosas acabaran más mal de lo que por si ya estaban.
Pero había otro problema, Demetrius...
Si tal como lo digo, me citó en su oficina al siguiente día de la pelea. Y en verdad créeme, si creía que a Damián le había ido mal es porque no había visto a Demetrius, su rostro estaba hinchado de donde recibió los puñetazos, y un leve color morado se notaba en ellos, aún así su perfil de lejos se veía normal casi no se notaba, de cerca si, si te quedabas viendo por un largo momento.
—Ahora si dime, ¿qué hacia Damián anoche en la casa? Y quiero la verdad —luce completamente serio, en momentos como este es necesaria una cosa, jugarse la verdad.
Porque es astuto, demasiado. No creerá alguna mentira que le invente y si la llega a creer no se me ocurre que decir.
—Anoche, bueno él llegó buscándote —decido seguir la mentira que Damián empezó, pero esta vez agregándole lo que quiere escuchar—. Una vez que estuvo ahí la charla se alargó.
—¿Hasta que punto?
Bueeno, hay una cosa segura. No voy a decirle lo del beso, está claro.
—Hasta que me preguntó por qué estoy contigo si lo amo a él. Nada más hasta allí, no te abría la puerta porque pensaba que te ibas a enojar al verlo ahí y las cosas terminarían como terminaron.
Si lo conozco un poco va creerse esa mentira, le he dado lo que el quiere escuchar, que Damián está celoso y aunque en verdad siento dejarlo parado de esa manera ante su germano no encuentro otra manera para que él siga confiando en mi.
—Entiendo, Damián puede ser molesto cuando se lo propone. Pero también tiene cierta razón en lo que dice.
—Yo...
—No quiero verte cerca de él —dice, interrumpiéndome. Si quieres seguir siendo mi prometida esa es la única condición.
—Está bien, no volveré a acercarme a él —le prometo.
[...]
Y en verdad si quiero cumplir esa promesa por el bien de la misión, el tiempo sigue avanzando, Demetrius cada vez está más cerca de obtener a Westallis bajo su dominio y tengo que recuperar el territorio de alguna manera. Damián ha decidido no salir más a ciudades pendientes de conquistar lo que ha hecho que nos encontremos en más de alguna ocasión.
Cuando voy de compras el también, pero suelo ignorarlo, si como afuera es imposible no verlo pasar, si visito a mamá resulta que él le lleva algunos documentos pendientes de trabajo... seguimos ignorandonos eso es un hecho, claro que no todo puede ser para siempre ¿verdad? Lo sé una vez que ambos tomamos el mismo autobús y se sienta a mi lado. ¿Desde cuándo él toma el autobús?
—Hola —murmura. Le doy una mirada de reojo y me debato entre contestarle o no. Al final sólo guardo silencio—: Oh vaya —agrega—, ¿vas a hablarme esta vez? ¿O seguirás evitándome como el último mes?
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