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Capítulo 16

Anya.

Listo, estaba hecho. Habíamos vuelto a Ostania. ¿Puntos a favor de la misión? Ninguno hasta ahora, ¿puntos en mi contra? La mayoría, fui despedida por el mismísimo Damián Desmond, el cuál ya conoce mi identidad al igual que Demetrius quien me ofrece un trato que más parece una trampa, ¿podría ir esto peor? Creo que mejor ni lo pregunto.

Ahora tenía que hacer lo único que me quedaba, tomar las maletas junto con mi orgullo, reunir el valor e ir a ver a la señora Sylvia Sherwood para decirle que la misión hasta el momento va fracasando.

No sé por qué presentarme ante ella para decirle eso me da cierta decepción por mi misma, lo sé cuándo veo directo a sus ojos y es como si presintiera lo que ha pasado, pero vamos, he perdido una batalla no la guerra.

—Entonces, ¿fuiste despedida por Desmond? —pregunta ella, para mi sorpresa lo sabe, pero espera ¿como?

No me puedo quedar con la duda, así que lo primero que hago es preguntar.

—¿Cómo lo sabe?

—Tengo agentes encubiertos en las tropas de combate y no hay otra cosa de la que hablen los amigos de Damián.

—Lo siento mucho, fallé la misión.

—Habían muchas posibilidades de mentir, ¿por qué no seguiste haciéndolo?

—Por eso —acepto, dando un suspiro—. Porque soy una mentirosa, yo lo soy Damián no. Él no me ha dicho una sola mentira.

—Estoy segura que mentiste aún cuando decir algunas verdades te hubieran beneficiado más —asegura, recargandose en su aciento.

Suelta un suspiro y eleva la mirada al techo, es como si sólo estuviera suponiendo las cosas y espera que se las confirme.

—Tiene razón, pude haber seguido al lado de Damián. Él cree que me he burlado de sus sentimientos, si le hubiera dicho que ni es así, si le hubiera dicho la verdad no estaríamos de manos atadas ahora. Lo siento no sirvo para ser una espía ni como persona.

—Lo solucionaremos deja de culparte, lo estuve pensando y es mucha responsabilidad para ti sola. Creo que es momento que Twilight vuelva a la misión, implementaré un nuevo plan.

—Señora, existe otra forma para seguir con nuestro plan, pero es muy arriesgada.

Bien, era el momento de revelarlo, esto era algo que ella no sabia, lo sé por la manera en que me vió volviendo a retomar su postura apoyando los codos en el escritorio.

—¿Qué estás pensando Anya?

—Demetrius Desmond me ofreció que la guerra terminaría, no por lo pronto, sino hasta que haya conquistado Westallis. Dijo que me regalaría el territorio si accedo a casarne con él. Firmariamos un día antes de la boda. Sospecha que soy Anya Forger, está casi seguro de eso.

Después de decir eso solo se hace un profundo silencio, es como si ella tratara de procesar lo que le acabo de decir, que viéndolo bien suena completamente ridículo.

—¿Lo que dices es cierto?

—Si lo es.

Ella suelta un suspiro, coloca una expresión demasiado seria, por un momento me parece estar viendo a papá pensativo.

—No tiene lógica, ¿Demetrius Desmond cree que somos estúpidos y caeremos en su trampa? No le beneficia en nada hacer esto.

—Pero puedo aceptar, revisar antes de ese día el documento y ver si no hay alguna trampa, quizás esta sea la solución que estemos buscando.

—Anya, no quieras correr cuando apenas empiezas a caminar, viéndolo desde tu punto de vista supongamos él no está mintiendo, el solo hecho de gacerte firmar como Anya Forger ya es un problema cuando fuiste declarada muerta, puedes demostrar que estas viva y hacer valer tu nombre pero eso implicará una investigación del porqué desapareciste.

—Puedo volver a mentir.

—Incluso si mientes, en verdad ¿quieres hacer esto? Digamos que Demetrius guarda cierto rencor contra su hermano, sabe que él está enamorado de ti, esa boda destruiría a Damián y de paso a ti también si no me equivoco, ¿estarías bien con eso? ¿Te vas a casar con Demetrius?

—No, no me voy a casar con él. Pienso negarme, pero por el momento le haré creer que acepto su propuesta, firmaré los documentos un día antes de la boda entonces ahí es donde entran ustedes para hacer valer ese documento y mi nombre, además así ganaremos un poco de tiempo para que planeen con papá un plan B, en caso de que el mío fracasara.

Si eso es lo que pienso hacer, no soy tan tonta como para casarme con alguien a quien no amo. Solo será parte de mi plan. Sylvia se ve muy pensativa con esto, no la culpo yo también tengo mil dudas y desconfío de todo, no puedo confiar en Demetrius.

—Bien, pero solo será una cubierta para el plan B. Empezaremos a planearlo con tu padre. De cualquier manera hay varios aspectos a considerar, primero: tienes que tener cuidado, segundo; no creo que tu padre esté de acuerdo con el plan A. Y por último ¿ya consideraste que puede que Damián te llegue a odiar?

¿Qué si consideré? Claro que sí, por un lado se que el me despidió no solo para no tenerme cerca, quiere que sea libre y la libertad implica que yo soy la única encargada de decidir que giro dará mi vida de ahora en adelante. Podría vivir una vida tranquila con mi madre así las cosas entre él y yo se irían calmando, al no ser parte del ejército coincidiriqmos en varias ocasiones, lo más seguro es que podría demostrarle que vivir una vida normal está al alcance de nuestras manos. Quizás se daría cuenta poco a poco que estoy enamorada de él, que sus sentimientos son correspondidos y quizás podríamos hacer una vida juntos.

Y ese es el problema, solo tengo el "quizás". No es nada seguro que eso vaya a suceder, en cambio mi plan para recuperar Ostania está casi asegurado, bastará con hacerle creer a Demetrius que es mi última esperanza para cumplir mi plan, al hacerle creer que me tiene comiendo de su mano no sabrá que en realidad es él quien va estar comiendo de la mia, es algo que está casi asegurado solo dependerá del ingenio que utilice.

—Hay muchas personas muriendo en la guerra, detener eso es más importante que el odio que Damián me tendrá. Yo no soy la chica buena e indefensa de la historia, soy la chica medio astuta, obstinada, orgullosa y mentirosa que le mintió al chico del cual se enamoró, no puede haber final feliz para nosotros ese es mi karma.

—No creo que te toque decidir a ti cual es o no tu karma, te estás castigando en vano. Pero está bien, apruebo el nuevo plan como un distractor, ¿contenta?

—No, pero si estoy satisfecha. —Me encojo leve de hombros, ella asiente cerrando los ojos.

Sé lo que tengo que hacer de ahora en adelante, así como también se que enfrentar a papá sera lo más difícil, si apenas aceptó el plan anterior no sé qué dirá de este.

Y no, no fue nada fácil convencerlo porque seamos sinceros ¿quién creería que Demetrius tenía buenas intenciones? Nadie, y bueno papá tratándose de que ese chico se acercara con esos planes a su hija a pesar de haberle explicado una y otra vez el plan le seguía pareciendo una locura, a mi también, lo sé, pero vamos ¿que podemos perder con intentar?

Casi tuve que ponerme de rodillas para que él lo comprendiera, al final dijo que sería mi decisión pero si algo salía mal no dudaría en matar a ese tipo, lo cual significaba que seguía en total desacuerdo. Bueno si así de sobreprotector es conmigo no puedo imaginarme como sería al enterarse de que tiene un hijo de su propia sangre, cosa que no puedo decirle aún.

El siguiente paso del plan en los siguientes días fué buscar un lugar para quedarme hospedada, encontré un lugar en un piso de hospedaje, no puedo quedarme en la base secreta y tampoco con mamá, tarde o temprano terminaría metiéndola en problemas y lo menos que necesito ahora es que otra persona salga herida por mi culpa.

Lo siguiente fue tratar de no pensar tanto en Damián, si aún no estaba tan enamorada de él quizás podría ir apagando los sentimientos por él, cosa que el destino me dijo "no mija, eso es imposible" por medio de los celos que sentí al ver una noticia, en dos días Becky regresaría a este país y con una noticia muy importante, cosa que no podía ser más que su compromiso con Damián. Mi mejor amiga de la infancia a punto de comprometerse con el chico del cual estoy enamorada vaya...

De todas formas, esta noche se cumple el plazo que Demetrius me había dado, me ha citado por medio de una postal para cenar en un restaurant muy elegante. ¿Y como supo mi dirección? Al parecer el ayuntamiento tiene acceso a los archivos de arrendamiento de las propiedades.

[...]

Ni siquiera me he molestado en ponerme linda para la cena porque primero no tengo los medios económicos para eso, sólo visto un vestido color rosa normal, zapatillas bajas y el cabello suelto. Segundo, no me daba la gana de complacer sus gustos, suficiente tenía con que vaya a aceptar casarme con él.

Por el contrario él estando en la mesa reservada parecía un actor famoso de cine, está perfectamente vestido con un traje negro formal, el cabello perfectamente engominado, y esa postura de elegancia característica de los Desmond, más que eso del fiurer que puede tener a este país de rodillas si le da la gana.

—Pero si es mi preciosa novia —dice poniéndose de pie.

¿Su preciosa? Claro que no, lo único que espera es recibir un cumplido de mi parte también.

—Hola Demetrius —respondo, me acerco para tomar aciento y como si fuese un caballero me acerca la silla a la mesa.

—Pensé que no vendrías —comenta, volviendo a sentarse.

—Pensaste mal, sabes que me tienes atada de pies y manos.

—Haces sonar eso muy cruel, sabes que ambos tenemos un propósito y lo más lindo del caso es que necesitamos el uno del otro para poder cumplirlo.

Lo dice con tanta tranquilidad y arrogancia en sus palabras que me dan ganas de lanzarle el valero carisimo que se encuentra en esta mesa a la cabeza, pero vamos, tengo que seguir el plan.

—Bien, ahora que estamos aquí ordenamos algo y planeemos los próximos eventos a los que vamos a asistir y por supuesto la fecha definitiva para nuestra boda.

—¿Qué te hace pensar que acepté?

—Estás aquí, usas el anillo que te dí, no creo que hayas venido solo por el placer de saludarme o devolvérmelo.

—¿Y si así fuera qué?

—Te estarías perdiendo la mejor oferta de tu vida y lo sabes, ahorremonos la ironía.

Me guiña un ojo, se cree el jodido amo del mundo, quisiera demostrarle lo contrario pero el plan... El plan...

—Está bien, entonces ya que he aceptado quiero saber los términos en que quedará la transacción de poder, me interesa que no hayan cláusulas ocultas.

—No las hay, es más puedes elegir al licenciado que quieras para que redacte el documento, mejor si es de tu suma confianza, ¿qué tal uno de Westallis?

—Lo decidiré yo.

—Bien no esperaba menos de tí.

Subo las cejas en un gesto de falso asombro, después tomo la carta de la mesa, joder un platillo acá es tan costoso como una mensualidad del apartamento que alquilo. Seguramente Demetrius quiere presumir que si se le antoja puede usar hasta billetes en lugar de papel higiénico, típico de una familia a la cuál el dinero le sobra.

—Creo que no ordenaré nada.

—¿Por qué?

—Está esta fuera de mi presupuesto, además ya te dije lo que venia a decirte mi presencia ya no es necesaria.

—A ver cariñito, si yo te invité a cenar yo pago. Por otro lado hay que celebrar que has aceptado ser mi prometida. Tu ya dejaste claro lo que te interesa y esperas de está relación pero yo aún no.

—¿Me dirás que esperas que te trate con cariño o algo por el estilo?

—Esto es como tú presupuesto, no puedes dar lo que no tienes. Se nota a kilómetros que destilas rabia por mi, ¿quizás por comprometerte conmigo en lugar de con Damián? ¿Por qué tu plan falló? No lo sé y ni me interesan tus razones, lo único que me interesa es cumplir lo que me propuse, así que mientras me obedezcas sin rechistar puedo llegar a hacerte hasta la mujer más feliz del mundo.

—¿Y como harás eso ah? Es imposible para tí.

—Intentaré hacer de lo imposible una realidad.

Dicho eso aplaudió dos veces, entonces todo al rededor pareció reaccionar a esa acción, primero las camareras se dirigieron a lo que parecía ser un espacio hacia la cocina, punto siguiente volvieron a aparecer con sus distintivas gabachas color rojo pero esta vez acompañadas de un chef vestido de blanco y bandejas cubiertas, se dirigieron a esta mesa dejándolas en los espacios vacíos. Si obviamente es comida, el idiota de Demetrius ya había ordenado al parecer y si lo conocía bien pensaría que solo había dejado la carta para que me diera cuenta de cuánto cuesta todo esto.

Oh pero la cosa no acaba aquí, no, claro que no. Una chica traía un ramo de rosas rojas que sin que pudiera negarme dejó en mis manos, después con su dulce voz y acompañada de una violinista comenzó a cantar una melodía sumamente dulce.

—Que disfruten de su cena —nos dijo el chef, encendiendo las velas del candelero—. Lo mejor de la casa para el Fiurer de este país y su hermosa prometida.

Dicho eso aplaude de dos veces, de la misma manera en que Demetrius lo había hecho con anterioridad, es entonces que aparece otra chica una bolsa de regalo, me la da en las manos lo cual me hace sentirme extrañada.

—Para tí —menciona Demetrius, le doy una mirada de extrañeza mientras él mantiene una sonrisa cálida en su rostro—. Pero no sólo lo veas, ábrelo.

Hice lo que me pidió sin problema, al principio encontré una tarjeta dorada la cual me causó mucha extrañeza, hasta que aclaro que era

—Se trata de una tarjeta de membresía de donde mamá viste y se arregla, de ahora en adelante cuando tengamos un evento iras allí para que se encarguen de tu aspecto.

Le di una mirada de pocos amigos, pero era parte de las condiciones que debía de aceptar, no 9bstante los regalos no terminaban, en el fondo de la bolsa estaba un vestido de lentejuelas, parecía muy costoso, aunque lo que llamó más mi atención fue que tiene mi talla.

—¿Cómo adivinaste mi talla?

—Si vieras que fué lo más fácil del mundo, como comprar ropa para una tabla.

—Idiota —dije, levantándome de la mesa.

No pienso seguir compartiendo un segundo más en este lugar para seguir siendo humillada, empiezo a comprender que la razón por la que me pidió ser su prometida es precisamente por esto.

—Dentro de dos días cenaremos con mis padres, será la bienvenida de Becky y quiero presentarte también como mi prometida.

—Está bien, ahí estaré —murmuro, antes de retirarme del lugar.

Pero claro que no estaba bien, nada podría estar bien. En esa cena me encontraría no solo con sus padres sino también con Damián y Becky.

[...]

Dos días pasaron más rápido de lo que había previsto, desde luego tuve que utilizar la dichosa tarjeta de membresía que Demetrius me había dado, esas personas me vistieron con un elegante vestido color aqua, tacones y joyería a juego, también dejaron mi cabello en un rollete con algunos mechones colgando y aplicaron mucho maquillaje a mi rostro, creí que todo era excesivo pero al verme al espejo comprobé porque este lugar es tan costoso, me veo realmente linda aunque no quiera reconocerlo.

Lo más difícil fue tener que ir acompañada de Demetrius a su mansión, su horario de trabajo es extenso así que llegaríamos cuando su familia posiblemente ya estuviera cenando. De hecho todo el recorrido en auto fue silencioso, no hubo tema de conversación y mucho mejor, así haré mejor mi papel de novia de adorno.

Al llegar a su casa nos recibieron sus sirvientes, como todo un caballero me ofreció su brazo así que no me restó más que tomarme de él y caminar hasta llegar a la sala, claro que me faltarían palabras para describir la reacción de los presentes una vez que llegamos...

El ambiente se volvió tenso, como si el aire que respiraramos fuera espeso y para continuar con ello Demetrius hizo todo más incómodo al decir...

—Familia, espero no les moleste que haya invitado a mi prometida a cenar.

Melinda dejó caer el cubierto que sostenía, sus miradas se mantenían en mi, Donovan quedó como paralizado, Becky se puso de pie de golpe y Damián se quedó en blanco completamente, se que no esperaba verme aquí ni menos escuchar esto de Demetrius.

—Es Anya —señala Becky—, Anya...










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