🍋Parte 2 🍋
Esta segunda parte contiene Lemon, es decir, contenido explicito y relaciones sexuales, si no le gusta es libre de dejar de leer, por lo mismo lo dividí en 2 partes, gracias por su comprensión.
Yuuma abrió la puerta sin miedo y con unas ganas increíbles, sentía una gran curiosidad por saber lo que el peliazul le aguardaba.
La puerta se abrió, Nosaka Yuuma estaba estupefacto por lo que veía. Su querido Hiura Kirina estaba acostado boca abajo con su traje de enfermera, maquillado y todo, obviamente sin los rellenos que lo caracterizaron en su anterior propuesta. Sin embargo hubieron varias cosas que Nosaka descubrió.
-Te estaba esperando "estratega"...
Ese fue el saludo del peliazul. Al contrario del resto del día y de su actitud en general, Hiura se mostraba mucho más atrevido que nunca, Nosaka no pensó siquiera en la razón por la que el contrario dio un cambio de actitud tan brusco, sencillamente supuso que se había hallado cómodo después de lo vivido hace unas horas.
No era necesario darse muchas vueltas al asunto, lo hecho hecho estaba y lo cierto es que la imagen mental de Nosaka calzaba justamente a la realidad de lo que estaba viendo.
-¿Y? ¿Vas a venir por mi o que?
Kirina no cesaba de provocar al estratega, este ultimo ya estaba prendido y solo quería una cosa.
Yuuma se acercó, viendo como Hiura movía las piernas como un niño esperando su regalo de navidad... Una vez Yuuma estuvo frente al contrario, esperaron unos segundos antes de decir cualquier cosa.
-¿Era lo que esperabas?
Preguntó Hiura emocionado y con una sonrisa a la que nadie se negaría.
-Tu eras lo que esperaba, así que si.
Respondió Nosaka, acariciando un poco la barbilla del peliazul, quien lo miraba con una sumisa sonrisa, esperando a que le diera alguna orden.
-¿Te vas a levantar? Es difícil besarte así.
Comentó el pelirojo.
-¿Por qué no me levantas tu? Puedes hacer lo que quieras conmigo.
Ese ultimo comentario despertó algo en el caballeroso estratega ¿Tenía que estar a la altura? ¿Actuar como si fuera el dueño de Hiura? No iba con el para nada pero... Deseaba actuar de esa manera con el, someterlo, hacerlo suyo, no podía quedar mal.
-Vamos...
Nosaka tomó la barbilla de Hiura, indicandole con un ademán que subiera, logrando que este ultimo quedara de rodillas en la cama.
-¿Qué me vas a hacer?
Preguntó, intentando parecer confundido.
-Nada que no te vaya a gustar...
En un brusco movimiento, Nosaka abrazó al peliaqua, logrando levantarlo y cargándolo desde las caderas.
-No pensé que fueras tan ligero.
Comentó el ojigris, logrando un ligero sonrojo en Hiura, el cual se sintió levemente halagado.
Luego de unos segundos, Nosaka intentaría buscar la boca de Hiura, no tardo en encontrarla puesto a que las ganas de ambos estaban a flor de piel, intercambiando entre ellos unos cortos besos que eran acompañados por ligeras risas por parte de ambos, no se lo esperaban pero juntos la pasaban bien.
Yuuma se aproximó a la pared, apoyando al centrocampista en dicha, para tener más comodidad a la hora de besar.
Los besos de volvieron intensos con velocidad, la profundidad se hacía notar, habia un juego de lenguas incansable por buscar cual lengua ganaba por sobre la otra. La separación de labios vino acompañada por una ligera mordida por parte de Yuuma al labio inferior de Hiura, este ultimo soltó un leve gemido que intensificó aún más las ganas del estratega por hacerlo suyo.
Los besos del más alto se dirigieron lentamente hacia el cuello de Hiura, el cual solo estaba cubierto por aquel traje de enfermera que ya había portado con anterioridad, y que tan loco volvía al ojigris.
Hiura solo se dejaba querer mientras con sus brazos se sujeteba fuertemente de la espalda del más alto, sus manos llegaron hasta abajo, al borde de la camiseta que el pelirrojo llevaba.
-Dejame quitartela.
Comentó, Nosaka se separó permitiendo que el más bajo lo despojara de sus prendas superiores.
Una vez desnudo del torso para arriba, Hiura solo podía gozar de la espalda de Nosaka, quien seguía aprisionándolo y brindándole besos y mordidas en su sensible cuello.
El calor se sentía, inundaba la habitación, los suspiros de ambos eran pesados y el aire apenas se palpaba más que un ligero sentimiento de sensualidad que ambos se proporcionaban entre si.
Nosaka dejó al peliaqua en el suelo, sentado, este ultimo se puso de rodillas y con una mirada lasciva apuntó a la entrepierna de su compañero, sus intenciones eran obvias, y Nosaka no podía esperar más.
En cuestión de segundos los labios de Hiura estaban ocupados, el labial rojo que usaba le daba una hermosa vista al pelirrojo, quien simplemente disfrutaba y gozaba del trabajo que Kirina le estaba proporcionando.
La boca del mediocampista estuvo llena en poco tiempo, algo entraba y salía, ambos disfrutaban, pero duro lo necesario como para sentir que aún se podía alargar.
Hiura se levantó y se posó en la cama, en una posición sugerente in extremis, no obstante su necesidad no era unicamente satisfacer la visión de su compañero, más que eso, el también quería disfrutar.
Poco a poco se desvistió para el placer visual de Nosaka, quien veía como la linda enfermara se despojaba de sus prendas dejando solo visible su piel y ropa interior, su torso suave y delgado, sin contar unas caderas un tanto anchas, Nosaka había descubierto que esas caderas y cintura no eran obra de algún relleno en aquella ocasión, y lo que es más... Ese trasero.
Redondo, suave, llamativo y muy esponjoso, adjetivos calificativos sobraban para describir lo que acababa de dejar loco al pelirrojo.
Kirina se puso en cuatro, meneándose frente a su interés amoroso.
-No te quedes aqui parado. Ven por mi...
Comentó.
Ni corto ni perezoso y sin decir la gran cosa, Nosaka se abalanzó hacia Hiura, completamente eufórico y ansioso por probar la zona más interna del peliazul.
Luego de una serie de besos y el uso de su lengua, con la zona interna de Hiura ya casi lubricada, Nosaka sacó algo que había guardado.
Con una velocidad envidiable se puso la protección, para posteriormente y con el mayor cariño posible, introducirse dentro de Hiura, sacándole un ligero gemido al anterior nombrado.
Inició como dolor, las quejas del peliazul se hicieron notar, por lo que el más alto hizo más suave y calmado su paso, logrando que poco a poco Hiura se fuera acostumbrando a sentir a Nosaka en su interior.
Una vez se sintió cómodo el ritmo se fue intensificando, gemidos por ambos lados, besos, cambios de posición y una que otra nalgada fueron lo que le dio personalidad a aquella noche.
El ruido hacia las demás habitaciones era curiosamente leve, el edificio de la concentración poseía un aislamiento acústico envidiable, lo que permitió que la pareja disfrutara con libertad y olvidandose del resto del mundo, aquella noche era de ambos, únicamente de los amantes y lo estaban pasando fenomenal.
El tiempo pasó, las horas pasaron y aunque el sexo no duró demasiado, el disfrute no solo se trataba de eso...
-¿Hiura?
Preguntó Nosaka, ambos estaban tirados en la cama del peliazul, mirando hacia el techo, cansados y muy satisfechos.
-Dime...
Contestó el aludido.
-Este ha sido el mejor día de mi vida, se que no debería decirlo, pero me gustaría poder compartir contigo el poco tiempo de vida que quizás me quede...
Las palabras de Nosaka fueron dolorosamente sinceras, por un lado Hiura se sintió afortunado, la persona a la que admiraba y se sentía atraido quería estar a su lado, pero... ¿Eso quizás cuanto duraría?
Hiura lo pensó un segundo, pero su corazón habló antes.
-¿Eso significa que...?
Preguntó, anhelando una respuesta que lo hiciera el chico más feliz del mundo.
-Si... Hiura Kirina ¿Quieres ser mi novio?
El corazón de el aludido latió con rapidez, estaba nervioso aún después de todo lo que habían vivido, es raro, pero los sentimientos se volvieron cada vez más fuertes, al ver la sonriente cara del pelirojo, quien le hizo esa hermosa propuesta.
Las palabras de Hiura se ahogaron, por lo que lo unico que pudo responder fue abrazar con fuerza a Nosaka, se había tomado en serio lo de que se podría ir en cualquier momento, y Hiura no quería, necesitaba que se quedara con el para siempre, que ese momento fuera eterno.
Nosaka sonrió, sabía que la respuesta era positiva y no podía hacer otra cosa sino pensar...
Que ese día había sido el mejor de su vida...
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