-De seguro por eso se murió- juzgo Inti certeramente, que aunque seguía perdido. Se veía más calmado, no teniendo ya adonde ir....que por ese momento volvía al miedo. Aseguraba que algo le había agarrado.

La sala en donde estaba tenía una mala condición, como que daba la sensación a una cosa husmearte, algo parecido a estar podrida. Olía a cementerio. Olía a la sangre de los trabajadores de Víctor, que calentaban las pálidas hojas con que escribían sus cartas.

Quién sabe, tal vez las pisadas querían ayudarle. No tenía tiempo, Inti tenía que correr. No era recomendable, lo podían oír. Pero la casa estaba ya embrujada para él. Así que daba lo mismo.

No podría llevarse ese piano...estaba demasiado gordito (el piano porque él lo contrario) y además probablemente haría mucho ruido. Alarmaría a la entidad. Ahora que intentaba pensar, recordar ¿para que llevarse el piano? Era un piano y ya. Normal, sin madera especial ni nada. Pero entonces solo significaría que él era una partitura floja. Traída del confidencial de Víctor, hasta ese lugar....con razón añoraba el panqueque.