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022°

Yoongi había permanecido embelesado por la compañía que tenía en ese momento, la ventisca era fría, el sendero que le llevaba a su casa era oscuro y tal como la última vez, la luz que iluminaba el camino solo era titilante, pero esta vez no le importó, iba de la mano de Jimin, aquel que le brindaba una cierta calidez y confianza; aquel que parecía alejar sus miedos al envolverle de una luz cálida y pura. La caminata por aquel sendero fue en demasía silenciosa, solo el sonido de sus pasos podía ser escuchado, ni si quiera su respiración agitada fue presenciada, estaba ausente, no fue hasta que Yoongi soltó aquella mano para buscar sus llaves, esos sonidos metálicos les rompieron la pequeña burbuja y pronto una risilla se coló en los oídos de Yoongi, la burla del más pequeño al no precisar la llave que les daría paso a su guarida.

Esa melodía incitó a Min a producirla, entre ese sonar de felicidad, el paliducho reparó en sus mismos pasos deteniéndose de inmediato frenando de ese modo el caminar de su acompañante, su casa era un vil desastre, su nerviosísimo incremento y un par de balbuceos resonó. ¿Qué es lo que aquel diría ante su desfachatez?


—Jimin, yo no encuentro mis llaves, ¿podríamos mejor ir a tu casa? — el chico de tez pálida tragó en seco sin mirarle a los ojos, pero antes de que obtuviera una objeción por parte del menor, solo pudo escuchar una risilla burlona y divertida proveniente de los labios del chico parado a su lado.


—Pero ¿qué dices Hung? Estas sosteniendo las llaves en tus manos — Jimin no podía contener la risa que le había provocado aquel acto calificado por él como adorable.


—No, bueno, es que no hice el aseo... —Derrotado buscó la llave correcta entre aquel par más y avergonzado introdujo está en la cerradura para poder abrir la puerta sin desperdiciar mayor tiempo.


—Pero eso es lo de menos, yo te puedo ayudar a recoger, no debes de sentirte avergonzado. —Jimin era consciente de que aquel chico vivía solo, era en su totalidad comprensible que la limpieza fuese puesta en ultima instancia puesto que aquel estudiaba y muy probablemente lambien trabajaba, además la vida social carcome a cualquiera, esos eran los vanos pensamientos de Jimin.


Al entrar, una nueva oscuridad les abrazó, Yoongi ni si quiera se molestó en encender las luces en un vago intento por ocultar todo aquel desastre acumulado, solo se apresuró a levantar torpemente lo que en su camino se atravesaba. Por otro lado Park intentó buscar con sus manos el apagador para de este modo encender las luces, para cuando cumplió su comido y la luz los iluminó por completo, encontró a Yoongi con una pila de ropa sucia, basura y trastes sucios apilados en sus manos, a Jimin solo le pudo conmover esa escena, Yoongi se preocupaba por darle una buena imagen, lo cual significaba que le importaba lo que él pudiera opinar, para él, dicha acción significaba mucho. Jimin miró a su lado una bolsa para basura, la tomó en sus manos y se acercó hacía Yoongi para brindarle ayuda.


—Espera Hyung, te ayudaré a llevar estos recipientes a la cocina, no te desesperes Hyung, la limpieza viene en camino.


Yoongi se sentía liberado por aquel acto de humildad por parte de Park, solo permitió que aquel le brindara su ayuda; en segundos, Min había corrido a su pequeña habitación, una nueva angustia le recorrió el cuerpo cuando encontró un total basurero en ella, ropa sucia, libros, comida, desechos y zapatos cubrían cada centímetro cuadrado de aquel lugar pequeño, vaya decepción, incluso él sentía vergüenza por sus propias acciones. El portazo hizo inclusive retumbar las cuatro paredes, aquel fue ocasionado tras escuchar los pasos de Jimin acercarse apresurado a los aposentos del pálido. De inmediato puso seguro a la puerta y se apresuró a recoger cuanto desecho estuviese a su paso, corría de un lado a otro levantando su ropa sucia arrojándola después dentro de armario, no sabía lo veloz que podía ser puesto que incluso se permitió cambiar las sábanas blancas que cubrían su cama, estaba totalmente sorprendido de su capacidad.


—Yoongi Hyung ¿te encuentras bien? Déjame ayudarte traigo conmigo la escoba y el recogedor. —Yoongi jadeaba por aquel exceso de acciones resueltas a alta velocidad en solo un par de segundos.


—No Jimin, solo deja la escoba y el recogedor fuera, yo me encargaré, no debes preocuparte, todo está bien por aquí~ — Min no encontraba dónde meter los zapatos sucios y los libros, corría de un lado a otro con la enorme pila entre sus manos.


—¿Oh? Está bien Hyung, yo iré a comprar bocadillos, regresaré en unos minutos si es que a usted le paree excelente la idea — Jimin estaba plantado fuera de la puerta, incluso escuchó un estruendoso ruido seguido de un gritillo ahogado llevado con una maldición —. ¿Seguro que se encuentra bien?


—¡Sí! Tan solo es mi habitación... ¿puedes ir Jimin?, yo te espero — Yoongi se había caído gracias a un solitario zapato en medio de la habitación, los libros que había tomado entre sus manos ahora se encontraban esparcidos de nuevo por todo el suelo, parecía un enorme tapiz de zapatos, calcetines y libros, al menos era un estilo rustico... Yoongi no pudo más que sobar sus propias rodillas e iniciar de nuevo con aquella recolecta —, ¡maldición!


Los minutos habían pasado, Yoongi había terminado agotado, pero su habitación lucia presentable, sería un lugar digno para que el menor pudiera dormir tranquilo y sin ninguna molestia, buscó una de las mantas más suaves que tenía y la puso al pie de la pequeña cama, sonrió y salió hacia la cocina donde una enorme pila de platos sucios le esperaba, soltando un suspiro se encaminó hasta su eterno castigo, empapó la esponja y la frotó en aquella porcelana, uno a uno se vio limpio. Cuando parecía que su martirio estaba por terminar, la puerta principal se abrió, dejando ver a un Jimin pequeño con bolsas en sus manos.


— ¡Hyung! ¿Qué hace? Usted debería de estar descansando, — Jimin colocó las bolsas sobre la mesa y con ternura inicio a sacar las cosas que había comprado.


—Te tardaste mucho Jimin, por favor ve a dormir, aliste mi cama para que te sientas cómodo, es mi turno de quedarme a terminar esto, además también preparé el desayuno para ti, así que por favor ve a descansar. — Yoongi habló aun dándole la espalda, ignorando por completo las acciones del menor


Pero, ¿entonces qué pasará con todo esto que he comprado? — Un puchero se formó en sus labios al ver en la mesa papas fritas, ramen, chocolates, pastelitos y quizás 5 botellas de soju.


— ¿De qué hablas? — Yoongi dejó en la alacena el ultimo plato limpio, tomó una servilleta y se secó las manos, se giró aún confundido para ver con mayor atención lo que el menor hacía, sin embargo se llevó una sorpresa al ver todos aquellos productos tendidos en la mesa — J-jimin.


—Nada de dormir, tengamos una pijamada improvisada, podemos charlar el resto de la noche... — Una sonrisa esplendida se formó en aquellos labios abultados, después un sonrojó llegó cuando Yoongi solo pudo asentir regresándole una sonrisa instantánea —. Bien, tú ayúdame a preparar el ramen y yo iré llevando los bocadillos a tu habitación.


Yoongi no hizo más que obedecer a lo que aquel le había mandado, tal como le pidió preparó el ramen, la preparación le tomó quizás quince minutos, estaba listo, el olor había impregnado la casa haciéndole sentir un poco cerca del aroma hogareño, Jimin no había regresado desde aquella última palabra, se había perdido dentro de la habitación de Yoongi, quizás estaba cansado y aprovechó para recostarse un par de minutos mientras la humilde cena estaba lista. Sin embargo, cuando Yoongi entró a su propia habitación con la olla del ramen y un par de palillos se llevó otra sorpresa. Esa no era su habitación, bueno, para ser exactos, no era la habitación que minutos atrás había preparado para Jimin, aquella estaba acomodada de otra manera.


—Pero... Jimin ¿qué sucedió? — Min dejó de inmediato el ramen sobre su pequeño escritorio, aquel donde su pequeña computadora, un par de libros y bolígrafos reposaban, aun sorprendido fue en busca del menor quien se encontraba escondido debajo de sabanas.


Y es que si, Jimin se había dado a la tarea de modificar el pequeño espacio, bajó el par de colchonetas y con las sábanas se encargó de formar una pequeña casita, aquella miraba hacia la ventana, era totalmente un pequeño refugio para los dos.


—¿Oh? Volviste más rápido de lo que pensé — aquel, se encontraba asegurando las sabanas que serían el abrigo de ambos aquella noche, salió de debajo de aquellas y miró al paliducho con una enorme sonrisa —, espero que no te moleste, suelo hacer esto cuando hago pijamadas con Tae, es como una pequeña casa dentro de otra casa, es un escondite por si contamos algún relato lleno de horrores, de aquellos que erizan la piel.


—Me debiste pedir ayuda... — Yoongi no se encontraba para nada molesto, se podría decir que todo lo contrario, él no había tenido una experiencia de esas, no sabía cómo manejar la situación, Jimin de nuevo parecía mostrarle un poco más del mundo "normal".


—No, claro que no, tú estabas preparando el ramen, mejor ven Hyung, el refugio ya está listo — Jimin tomó la bolsa de las golosinas y la manga del mayor, le halaba con emoción dentro de la pequeña casita.


—Espera, el ramen se está quedando fuera — Min soltó una risilla seca, regresó sobre sus pasos por aquella cena y entró cuidadoso a aquel escondite.


— ¿Qué es lo que se hace en una pijamada Jimin? — tomó una papa y miró atento a los gestos que deformaron el rostro ajeno en uno pensativo.


— ¿Oh? Muchas cosas Hyung, hacer confesiones y contar secretos, decir alguna historia paranormal o incluso solo mirar las estrellas — Jimin miró hacia la ventana encontrándose con una noche estrellada en su máximo esplendor.


Las mejillas abultadas de Park Jimin le hicieron sonreír, le miró atento y al percatarse de aquel vistazo a la ventana solo imitó la acción, encontró la belleza en las estrellas incluso en ese momento encontró calidez en el sonido metálico de la bolsa de papas, aquella que sonaba cuando Jimin metía la mano para tomar una, tal como un niño embobado mirando hacia la lejanía. Yoongi no se percató del momento en el que dejo de mirar las estrellas, pero si se percató del ritmo agitado de su corazón al ver la peculiar belleza en las acciones de Park Jimin... 


🍃Polvo Estelar🍃  

Nueva actualización, espero disfruten del capitulo.

Secreto:

"Yoongi amaba a Jimin y JImin amaba a Yoongi dentro de una época donde su amor no podía ser contado, los besos dulces que solían darse a escondidas, eran el más atroz pecado que un par de hombres en 1850 pudieran cometer"... (Beso prohibido. YG x JM)

¿Qué tal si te pasas por "Beso prohibido"? la historia incluye dibujos inéditos, la encuentras en mi perfil.

Bonito fin de semana Lechuguitas <3

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