011°
Jimin miraba con detenimiento aquel cono, estaba tan cerca que Yoongi no podía ni siquiera probar aquel, ¿Por qué no dejaba de verle? Era cierto, aquel helado tenía un peculiar brillo, asumió que los rayos del sol chocaban en la fina nieve haciéndole brillar, pero, cuando ambos se detuvieron bajo aquel árbol, la sombra les había envuelto dejando en una incógnita la razón de aquel brillo. Jimin lamió por enésima vez la nieve de su barquillo para después mirar a Yoongi.
—No vas a probar tu helado hyung? — pegó de nuevo sus carnosos labios sobre la cubierta lechosa y fría de su helado.
—No puedo hacerlo si sigues mirándome...
—Pero hyung, yo no estoy mirándote a ti, estoy mirando tu helado...
Yoongi rodó los ojos, su boca tenía una leve resequedad, se relamió los labios y cuando por fin Jimin enfocó algún otro punto aprovechó para llevarse aquel dulce frío a sus labios. No pudo explicar la sensación que le invadía al lamer aquella espesa nieve, era tan dulce y suave, cuando esta entró en contacto con la cálida lengua de Min se derritió por completo desapareciendo así en su boca.
El vacío y la necesidad de seguir extasiándose con aquel sabor le obligaron a cerrar los ojos para perderse en los suaves besos que se impactaban danzantes con la nieve. Encontró en su travesía pequeños trocitos de nuez, los saboreo detenidamente y todo su mundo dio un giro de ciento ochenta grados.
—¡Hey Yoongi! — Abrió los ojos suavemente soltando a su vez un profundo suspiro, aquel chico le observaba con sorpresa en sus ojos —, ¿Qué pasó? ¿Es muy delicioso?
Al estar extasiado aun por aquel particular sabor, solo asintió, con una sonrisa. Aquel cono de nieve le había recordado aquellos dulces momentos cuando sus labios se habían encontrado entrelazados con los de aquel, quien le había roto internamente, en un inicio eran suaves y delicados, sin embargo ahora que se encontraba ausente de aquellos besos solo podía sentir una sensación amarga recorrerle hasta la garganta, se golpeó internamente la cabeza y se convenció de que aquel sabor no era en lo más mínimo especial y que aquellos trozos de nueces eran lo amargo en su boca, sí, eso era, solo era un estúpido helado sin peso emocional alguno.
—¿Puedo probarlo hyung?, yo nunca había visto aquel sabor, y eso que es mi lugar favorito para comprar helados —Yoongi amargado por aquel estrago solo le tendió el cono al chico a su lado —. Gracias hyung.
Jimin tomó entre sus pequeñas manos aquel barquillo, aún denotaba pequeños destellos dorados, sonrió y lamio la nieve derretida por el pasar de la lengua de Yoongi instantes atrás, un leve sonrojo cubrió sus mejillas y cayó conmocionado por la sensación explicita de un millón de emociones.
En aquel helado no solo disfrutó de su sabor peculiar si no también pudo distinguir el sabor cálido de la boca de Yoongi, intencionalmente Jimin se enfrascó en la suavidad que la nieve derretida le ofrecía imaginando por su parte la suavidad de los besos de Yoongi, notó además los pequeños trozos de nuez que se colaban entre las gotas de nieve. Se permitió saborear cada uno, haciéndole trizas para poder comerlo, sonrió después de que terminó de saborear aquellos pequeños trozos puesto que aquel helado era tan delicioso, pero no era fácil comerlo de una pasada, se le tenía que dedicar un par de tiempo para disfrutarlo a profundidad, Jimin comprendió porque aquel nombre, esa tarde inconscientemente había probado el beso de un ángel... El beso indirecto de Yoongi
—Yoongi, ¿quieres ir al parque de diversiones? Aún queda mucho tiempo y pensaba que quizás te gustaría ir conmigo, claro si no tienes algo que hacer en casa.
Yoongi miró los ojos de Jimin, eran tan bonitos, sin ser consiente, Yoongi le regaló una sonrisa a Jimin y le dio acceso a que tomara su mano y le jalara con delicadeza hasta la parada de autobús donde esperarían el bus que los llevaría a dicho lugar.
Más pronto que tarde, el bus se había detenido frente a ellos, Jimin aun sosteniendo la mano de su mayor le jaló para que este subiera por completo en camino a su nuevo destino.
Se sentaron juntos hasta el fondo, Jimin mirando hacía la ventana. Pequeños restos de nieve quedaban sobre los labios de JImin, aún estaban fríos y de un rojizo carmesí más evidente, el pequeño relamió sus labios con intenciones de limpiarse y le sonrió al mayor.
—¿Vives solo Yoongi?
—En efecto, hace un par de años que deje el pequeño pueblo de donde nací para poder estudiar la universidad — incluso el mismo se sorprendió, no era normal que él estuviera abriéndose ante alguien poco conocido, sintió una fuerte punzada en el pecho cuando aquel chico le sonrió una vez más, Yoongi comprendió que aquello no era más que una alerta para alejarse y correr desesperadamente de vuelta a su zona "segura".
Y es que, desde la última vez que había confiado totalmente en alguien le habían hecho daño de una manera tan cruel, que se había protegido dentro de una coraza impenetrable, no debía bajar la guardia y cometer el error de confiar en alguien de nuevo...
—Debe de ser divertido puedes salir cuando quieras sin tener que rendirle cuentas a nadie, te evitas regaños.
—Si.
Esta vez Yoongi evitó mirar la sonrisa de Jimin agachando la mirada, perdiéndose de todo paisaje a su alrededor. Por su lado, Jimin no insistió en hablar, solo se detuvo a observar a detalle el hermoso paisaje que se plantaba frente a sus ojos, no, Jimin no observaba el paisaje fuera de aquella ventana de cristal, observaba como los rayos del sol iluminaban las facciones finas de Min Yoongi.
El paso de los minutos había corrido como agua, cuando menos se lo esperó, la mano de Yoongi volvía a ser jalada con desesperación para indicarle que su destino había llegado y que debían bajar ahora, Min se levantó torpemente para darle indicaciones al conductor de que aquel era su destino. Ambos bajaron, Jimin con una emoción desbordante y Yoongi lamentándose de estar ahí.
—Escuche que todos quieren subir a la montaña rusa ¡Dicen que es genial! Yoongi debemos subirnos también.
—No, claro que no.
Las piernas de Yoongi temblaron e intentó ocultar su miedo, no solo a las alturas si no al miedo que sentía al verse en medio de todo aquel bullicio de gente.
Jimin tomó la mano de Yoongi con seguridad, la gran diferencia entre el tamaño era evidente, pero, encajaban, ambos lo notaron cuando concentraron sus ojos en aquel agarre, Jimin sonrió una vez más y Yoongi se sintió seguro...
🍃Polvo Estelar🍃
Gracias por la comprensión y el apoyo para este fanfic.
Te amo.
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