Han pasado solo horas desde que te fuiste.
Hace mucho me prometí no llorar nunca más por situaciones como estas.
Me he lavado la cara y todo ha transcurrido en cámara rápida a mi alrededor.
Mi cuerpo solo pide estar recostado en mi cama. Alumbrado por el celular.

En mi mente, quería equivocarme todas las veces en que te dije que quizás para ti lo nuestro era mentira.

Ahora me duele haber tenido la razón.

Me duele que hayas usado parte de mi corazón para suplantar el vacío que te dejó otra persona.

Y ahora a mi corazón se ha quedado roto e incompleto.

He hablado con personas que no debí hablar. Reviví pasado que no debí revivir, en tu ausencia.

Pero la verdad es que me siento vacía.

Estoy a la deriva.

¿Por qué me mentiste si me prometiste que jamás ibas a hacerlo?

¿Por qué me usaste?

¿Por qué me dijiste tantas veces "te amo" sin realmente sentirlo?

¿Por qué dejaste que te creyera?

¿Por qué creaste una ilusión en un globo que ibas a pinchar muy pronto?

Una vez te conté que yo no suelo arrepentirme de nada. Pero ahora hay una sola cosa de la que me arrepiento.

Y es de haberte dejado entrar a mi vida.