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vi

─Salta más alto dale que no llegas.

Yoongi se burlaba con una enorme sonrisa en el rostro mientras observaba a Taehyung saltar hacía él con lo brazos estirados.

Le faltaban centímetros. Centímetros que no permitían que lo alcanzara.

Pero cuando Tae dejo de intentarlo y simplemente se dio media vuelta para irse fue que Yoongi dejo de sonreír.

Solo esperaba que el chico no se hubiese enojado.

Sentía como era arrastrado con fuerza en dirección a Taehyung así que simplemente se dejo llevar hasta quedar frente a la habitación del chico. Atravesó la puerta sin inconvenientes y en cuanto entro al cuarto se sorprendió al no ver al chico por ningún lado.

─¡Te atrape!

Grito Taehyung saliendo debajo del escritorio, rodeando rápidamente a Yoongi con sus brazos mientras reía.

─¡Idiota! Creí que te habías enojado.

Le reprocho el fantasma golpeando levemente su pecho mientras un tierno puchero se dibujaba en sus lindos labios rosados.

Taehyung sentía su corazón golpear con fuerza en su pecho. No iba a negarlo. Lo hizo durante un mes pero ya no, definitivamente se estaba enamorado de Yoongi. Y esos sentimientos crecían demasiado rápido cada vez que el fantasma le sonreía o lo miraba con esos pequeños y brillantes ojos.

Min Yoongi lo tenía en la palma de su mano.

─No puedo enojarme con vos, GiGi.

Le responde acariciando su mejilla con delicadeza, observando con adoración el como estas parecen ponerse rosadas.

─Tae...

─Te quiero, Yoongi. Y no pienso negarme esos sentimientos. Tampoco quiero ocultártelos. Te quiero.

Le confiesa por primera vez en voz alta. Porque las acciones de Taehyung, todas y cada una gritaban lo enamorado que estaba de Yoongi.

No había un solo día en el que Tae no fuera al hospital a visitar el cuerpo del chico y dejarle flores nuevas cada día.

Desde que se mudo a su departamento hizo todo lo posible para que Yoongi lo sienta como su propio hogar.

Incluso había adoptado un perrito, pero como Yoongi termino amando a otro en el refugio acabo adoptando dos.

Holy y Yeontan.

Y es que Taehyung jamás iba a rendirse. Solo quería que Yoongi viera las cosas buenas sobre vivir.

Y que si. La vida puede tener sus momentos de mierda.

Esos momentos que te hacen simplemente querer cerrar los ojos y desaparecer. Porque honestamente sería mucho más fácil.

¿Pero que sentido tiene rendirse?

¿Qué sentido tiene rendirse cuando te esforzaste en sobrevivir a todo lo malo y ahora solo te esperan cosas buenas?

¿Qué sentido tiene acabar con todo cuando recién es el comienzo?

¿Qué sentido tiene mandar todo tu esfuerzo por la borda por un momento de mierda, por un golpe que duele demasiado, cuando ahí afuera nos esperan cosas demasiado hermosas, cosas que vale la pena vivir?

Es difícil soportar pero si lo haces no hay duda alguna de que vas a ser recompensado.

Porque vamos. Todos sabemos a la perfección que en la vida hay mucha mierda. Pero también sabemos que esos momentos existen. Esos momentos que te demuestran a la perfección que vale la pena ser vivida.

Y a veces no son momentos, a veces son personas. Personas que son como un rayo de luz que iluminan todo.

Y eso, eso es exactamente lo que Tae es para Yoongi. Un rayo de luz. Un rayo de luz que le causa tener más ganas de vivir que nunca.

Y tal vez por ese motivo es que ahora sus rostros se encuentran demasiado cerca mientras sus ojos se admiran con dulzura y sus manos se acarician con delicadeza.

Tal vez ese sea el motivo por el cual ambos deciden acortar la distancia que los separan a cero. Porque son ese hermoso rayo de luz en la vida del contrario.

Por eso sus labios se acoplan a los del contrario tan perfectamente. Por eso es que él único que puede ver y tocar a Yoongi es Taehyung. Porque son la esperanza del contrario.

─Quiero vivir...

El susurro de Yoongi llega a oído de Taehyung quien solo es capaz de sonreír mientras sus ojos se llenan de lágrimas. Por primera vez en su vida Yoongi estaba seguro.

Quería vivir para poder se feliz tal y como se lo merece.









Todos en la habitación esperaban en completo silenció.

Taehyung había asegurado ver como Yoongi entraba en su cuerpo con éxito.

Pero el cuerpo sobre la cama seguía inconsciente. No había ni una señal de consciencia. No había señal de Yoongi.

Y pasaron los minutos, nada pasaba, pasaron las horas. Y enfermeras vinieron a avisar que solo una persona podía pasar la noche en la habitación junto al paciente. Paso toda la noche, Taehyung amaneció recostado en esa cama de hospital.

Pasaron los días, pasaron las semanas. Ninguno olvido a Yoongi. Ni siquiera por un segundo. Siempre había alguien con él. Nunca estaba solo. Y cuándo el nuevo semestre en la universidad comenzó, todos arreglaron sus horarios de forma tal que todos tengan espacios libres para estar junto a Yoongi.

Taehyung, él iba todos los días sin falta, sintiéndose culpable cada vez que veía el cuerpo del chico tumbado en la cama. Pero aún así sintiendo esperanzas.

Sabía que no había forma de que Yoongi se haya rendido. Sabía que estaba en alguna parte luchando por despertar. Sabía que solo tenía que esperar. No le importaba el tiempo. Porque todo habría valido la pena en cuanto los ojos más bonitos que había visto en su vida lo miraran una vez más.

Y ese sábado se cumplían siete meses. Taehyung leía un libro en voz alta, su voz inundaba todo el cuarto. Contando la historia del principito al chico del cual esta tan enamorado.

─Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante.

Si. Para Taehyung, Yoongi siempre iba a ser su rosa. No importa que tan lejos este siempre va a volver a él. Porque las personas siempre volvemos a donde fuimos felices .

En cuanto el libro termina lo cierra con delicadeza observando con atención el hermoso paisaje fuera de la ventana. El cielo luce tan despejado y hermoso que parece un día perfecto para un milagro.

Al igual que el martes de la semana pasada, en la que un arcoíris decoro el cielo celeste haciéndolo ver aún más hermoso.

O ese jueves en el que la nieve baño la ciudad y la hacía ver hermosa.

O esa primera nevada que dicen que trae milagros consigo.

Y entonces Taehyung se giro.

Taehyung sonrió.

Lo sabía.

Todo había valido la pena, porque ahora. Justo ahora. Esos hermosos ojos lo miraban una vez más.

No, no había valido la pena, lo valió todo.

─Perdón por tardar.

─Te habría esperado durante mil años, Yoongi.

Sus pasos se acercan a la cama. Sus ojos se miran como si el contrario fuese quien pone las estrellas en el cielo cada noche.

Sus labios se unen una vez más. Sus manos acarician al contrario con delicadeza.

─No me arrepiento de querer vivir.

─La vida apesta, pero lo vale ¿Verdad?

─Definitivamente.

La vida vale la pena ser vivida, solo necesitas ser fuerte cuando sientas que las ganas de rendirse te abruman, porque los rayos de luz siempre aparecen.

Siempre. Y esos pequeños rayos de luz lo valen absolutamente todo.

                          Fin

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Realmente espero que les haya gustado este mini au y el mensaje que trae consigo. Te amo mucho, gracias por leerme. Y espero que encuentres tu rayo de luz muy pronto💛

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