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Especial 3k!!!



Hola gente :3

Aquí vengo con el especial 3k! Pero ya sabrán de que se trata antes de empezar.... En el cora we 💔

Advertencia: Este capítulo contiene lemmon explícito, lenguaje sensualoso y demás, así que si no te gusta ya sabe...baiase XD.

Sin más que decir...comencemos con el especial.

❄🔥❄🔥❄🔥❄🔥❄🔥❄🔥❄🔥❄

     El tiempo había pasado rápidamente y había favorecido tanto a Mei como a Todoroki, tanto que después de casi nueve meses de amistad el bicolor se animó a pedirle que fuese su pareja...y ella obviamente aceptó gustosa.

     Aquella mañana la castaña estaba durmiendo profundamente en su cama sin intensiones de levantarse hasta el medio día. O eso pensó hasta que la puerta comenzó a ser golpeada como fuerza.

   — ¡Vamos hija, arriba! —Su madre pateó la puerta con fuerza y le quitó las colchas de arriba—. Sino te levantas no conseguirás el disfraz para la fiesta de esta noche.

   —No hay ganas —Se quejó con molestia y se sentó en la cama con desgano—, ¿No puedo ponerme un vestido y una mascara?, sabes que odio levantarme tan temprano los sábados.

   —Nada de eso, debes estar despampanante —Dijo la rubia mientras veía a su hija caminar hacia el baño—. Esta noche debes estar hermosa para tu novio.

   —Mamá...

   —No trates de negarlo porque revisé tu teléfono —Le mostró el teléfono mientras que la castaña abrió la boca con sorpresa—. No sabía que te gustaba lo peligroso...el hermoso hijo de Endeavor es sin dudas un gran partido.

   —Ya dame eso y deja de purgar mi celular —Sin más que decir se metió al baño rápidamente. Su madre solo atinó a reírse con ganas para luego irse.

     Ese día era el cumpleaños de la Academia U.A, por lo que para celebrarlo se había decidido hacer una fiesta de disfraces en la que participarían tanto alumnos como padres y maestros. Seria una noche espectacular, lleno de comida, música, pistas de bailes...y la posibilidad de andar por primera vez por la academia en plena noche.

     Por suerte para Mei sus padres estaban ese fin de semana en la casa, así que la salida al centro comercial sería mucho más divertida. Manejaron hasta el lugar y cuando se bajaron del auto y entraron, caminaron rápidamente hacía la primera tienda de disfraces que vieron. Como era de esperarse los tres se separaron en el gigantesco lugar, empezando a ver que había entre los miles de disfraces de la tienda.

   — ¡Mira Mei! —Su madre le mostró un traje en enfermera, otro de policía y otro de brujita— ¡Estos te quedarían geniales!

   —Son demasiado provocativos, Yuu —Daisuke le arrebató lo trajes y los volvió a colgar—. No tiene edad para usarlos, aún es muy chica.

     Mei sólo se mordió el labio inferior y miró hacia otro lado. Si su tierno y sobreprotector padre tan solo supusiese las cosas "para mayores" que hacía con Shouto cuando estaban a solas, seguramente se pondría histérico.

    ¿Pero quién podría culparla? Su novio era demasiado sexy y nunca iba a negar que le encantaba lo...travieso que podía llegar a ser cuando estaban solos.

     Prefirió ignorar aquellos pensamientos y siguió buscando algún traje que le llamase la atención; encontró varios que fueron de su agrado pero no lograban convencerla por completo, era alguien difícil de conformar. Y cuando estaba a punto de rendirse y llevarse el traje de mujer maravilla encontró bien escondido un traje de La Dama Pintada* por lo que lo tomó con rapidez y se metió a los vestidores.

  —Este es —Se sonrió al verse en el espejo y salió del vestidor en busca de sus padres— ¡Papá, mama, encontré mi disfra-

     Se calló abruptamente al verlo a los dos, vestidos de Morticia y Homero Adams, practicando los clásicos besos en el brazo de la pareja. Sin embargo se detuvieron al ver a su hija mirándolos con picardía.

   — ¡H-Hija! —Daisuke se separó de su esposa rápidamente—. Veo...veo que ya elegiste tu traje.

   —Vaya, si que practican bien los papeles para esta noche —Comentó con diversión mientras se sacaba el sombrero del disfraz—, y si...ya elegí.

   —Pues...es lindo...pero poco demostrativo —La rubia agarró el vestido y comenzó a verlo—. No entiendo como es esto.

   —Son tres prendas —Sonrió con emoción—. Un Top y una falda larga de color roja y después esta el vestido con capucha, también tiene el sombrero con velo. 

   —A mi me gusta, nadie podrá ver de más —El castaño sonrió y le colocó el sombrero—. Además es misterioso.

    —Ustedes dos son unos aguafiestas —Se giró para verse en el espejo y se acomodó el escote del vestido—. Esta noche no podremos pasar desapercibidos.

    —Me repites como terminaste con ella —Le pidió la menor mientras se aguantaba la risa.

    —Era muy insistente —Comenzaron a reírse pero rápidamente se escondieron detrás de los disfraces cuando la rubia comenzó a lanzarles cosas a dos manos. 

                                             ****************


     La academia estaba hermosamente decorada con luces de diferentes colores que, dirigidas hacia las torres de vidrio, le daban un aire mucho más majestuoso. En la entrada se encontraban varios grupos de chicos con sus padres charlando animadamente; Mei se bajó del auto y rápidamente fue abordada por sus amigas, quienes comenzaron mirar el disfraz por todos lados.

     La castaña también aprovechó para ver los hermosos disfraces de sus amigas; Mina llevaba un traje de lobita, Uraraka estaba vestida de bruja, Tsuyu estaba disfrazada de una diablita y Momo y Jirou estaban disfrazadas de la reina de corazones y la reina blanca.

   — ¡Por dios Mei, te vez hermosa! —Le dijo Mina mientras jugaba con la falda del traje—, hasta te maquillaste y todo.

   —El disfraz lo ameritaba —Sonrió algo apenada y se quitó el sombrero—. Ustedes también están preciosas...sobre todo tu Momo, pero pensé que no te gustaba ser provocativa.

   —Y no me gusta...el tipo de la tienda me dio uno más pequeño —Se quejó mientras se acomodaba el traje—. Pero eso ya no importa ¡Vamos con los demás!

      Empezaron a caminar hacia donde estaban los demás chicos con sus padres, sin embargo la ojiverde solo buscaba a alguien con la mirada. Buscaba al bicolor con ansias, quería saber como estaba disfrazado....o si estaba disfrazado. Sin embargo sus pensamientos fueron cortados cuando chocó contra un joven.

   —Lo siento mucho —Se enfocó en el rostro del joven, abriendo los ojos con sorpresa al ver quien era y de que estaba disfrazado— ¡¿Shouto?!

   —Al fin te encuentro —El joven sonrió suavemente, mirándola de pies a cabeza sin pudor alguno.

   —Yo... —Soltó una risita para luego enderezarse—. Siento haberlo golpeado...Príncipe Zuko —Sonrió de lado—. No sabia que eras fan de Avatar.

   —Mi hermana es más fan que yo...pero no sabía que tú lo eras —Le explicó mientras sujetaba su mano con delicadeza—. Te ves muy hermosa con el disfraz de la Dama Pintada...te quedan lindos los labios rojos.

      La ojiverde bajó lo mirada con vergüenza, sintiendo como sus mejillas se teñían de rojo; el bicolor la sujetó de la barbilla con delicadeza y sonrió pícaramente, comenzando a acercarse peligrosamente hacia su rostro. Sin embargo la castaña colocó su dedo indicado sobre los labios del más alto.

  —Sabes que jamás me negaría a un beso tuyo —Alejó su dedo de su boca y acarició su mejilla dulcemente—. Pero mi padre está aquí...esta noche no estamos solo nosotros y nuestros amigos, que siempre nos cubren la espalda. Debemos ser más precavidos.

  — ¿Crees que sospeche de algo? —Le preguntó mientras empezaban a caminar hacia el interior de la academia.

  —Mi padre no...mi madre...ella ya lo sabe, aunque la tenemos a nuestro favor —Sonrió mientras se volvía para ver a sus padres, estaban charlando con los padres de Bakugou—. Pero papá es mucho más atento que mi madre...si hacemos algo "raro" se dará cuenta.

   —Eso quiere decir nada de abrazos, nada de besos...nada de caricias —La castaña asintió—. Eso no me gusta.

   —Sabes...a veces extraño que seas serio y frío todo el tiempo —Comentó con diversión—...también extraño que seas inocente.

    —Sigo siendo así...pero intento ser diferente contigo —Le dio un fugaz beso en la mejilla y entraron a la fiesta.

     El encargado de abrir la fiesta fue el mismísimo All Might, quién dio un divertidísimo y emotivo discurso sobre lo maravillosa que era la institución, sus alumnos y profesores que convivían día a día para mejorar la sociedad. Después de muchos aplausos y un pequeño brindis la música comenzó a sonar y lo meseros comenzaron a servir la comida a los invitados.

     Como era de esperarse varias parejitas empezaron a bailar en la pista hasta el punto que en menos de una hora todos estaban bailando enloquecidos. En determinado momento, Mei se alejó del grupo de sus amigas que estaban bailando para acercarse a la mesa a robarse varios bocadillos cuando sintió unos brazos rodearla por detrás y unos labios besar su cuello suavemente.

  —Shouto, basta —Se separó rápidamente y lo encaró—. Ya hablamos de esto...

  —Me tuviste en abstinencia durante dos semanas...ya no puedo esperar más —La sujetó por la mejillas y empezó a repartir besos por todo el rostro, sin embargo la menor trató de zafarse del agarre del mayor— ¿Por qué tratas de alejarte?

  —Porque nos van a colgar a los dos por hacer cosas que no debemos hacer —Le respondió mientras lo llevaba hasta una esquina alejaba de la pista.

  — ¿Te refieres a lo de besarnos y ser pareja... o quizás a lo de tener sexo? —Sonrió de lado y la sujetó por la barbilla, haciendo sonrojar a la más pequeña—...Es lo segundo.

  —N-No creas que me arrepiento, porqué no es así —Le acarició la mejilla con delicadeza—. Pero creo que tanto tu padre como el mío nos mataran si se enteran...y no estamos haciendo mucho para ocultarlo.

   —No creo que se den cuenta si nos vamos...una o dos horas —Insistió sin dejar de mirarla—...no tienes idea de cuanto te necesito.

     El bicolor comenzó a inclinarse con claras intensiones de besarla pero ella fue más rápida levantándose sobre las puntas de sus pies para que sus labios se encontraran lo más rápido posible. Él profundizó el beso y la atrajo con fuerza, deleitándose con el gemido que le dio como respuesta; las manos del bicolor se anclaron la cintura de la menor mientras que las de ella se enredaban en su cabello.

     A los pocos segundos, sus manos comenzaron a bajar lentamente desde su cintura hasta acunar su trasero, soltando un jadeo ante la sensación de volver a tocar aquella carne firme; apretó un poco y ella inclinó sus caderas contra él con un poquito de desesperación, soltando un suave gemido sobre los labios del mayor. El bicolor deslizó su mano hasta la pierna de la castaña y la alzó un poco, haciendo que la enredara alrededor de su cintura mientras rompía el beso.

   —Mei, creo que debemos que irnos a otro... —La ojiverde tomó ventaja y mordió con cierta fuerza el cuello de Todoroki para luego lamer lentamente la zona, provocando que una sensación placentera lo atravesara como un cuchillo. ¿Dónde rayos había aprendido a hacer eso si siempre era tierna?—...vamos a un lugar más privado.

     Mei se relamió los labios y lo miró de arriba abajo, y por un instante Todoroki sintió miedo de ello; si seguían de esa manera en ese lugar los terminarían descubriendo, y no de la forma en que él quería. Entonces ella sonrió, pero un destello malvado brilló en sus ojos, haciéndolo tragar nervioso.

   — Tienes razón, debemos ir a un lugar más privado —Mordió suavemente el labio inferior del más alto—. Pero no creas que el camino te será tranquilo.

     La vio alejarse de él y comenzar a caminar hacía los pasillos; su mirada se posó sin poder resistirse en el movimiento de sus caderas y comenzó a rezarle a todos los dioses que conocía que le dieran mucha fuerza, pues no estaba seguro de cuánto tiempo más podría continuar resistiendo la tentación de hacerla suya en el pasillo. 

     Sin embargo no se imaginó que el camino hacia la enfermería se tornaría eterno por la idea de la castaña de "robarle" besos en cada esquina que doblaban. Para el momento en que habían llegado a la entrada del lugar la parte superior de su traje ya estaba abierta, su cinturón aflojado, su cabello alborotado y tenía una erección palpitante que lo distraía tanto que apenas podía estar en pie. Mei no estaba en mejor forma tampoco, pensó él mientras la miraba tratar de arreglarse el peinado con las manos temblorosas y de acomodarse el vestido.

     Si tan solo supiese que en un par de minutos estaría completamente despeinada y sin ese traje.

   —Ahora si... —Lo acorraló contra la pared—...empecemos a jugar  —Las manos de la menor comenzaron a acariciar los músculos de su pecho deliberadamente, llegando poco a poco hacia abajo, a su abdomen, y luego hacía arriba otra vez.

     Su toque provocó una respuesta en el interior de Shouto, permitiéndole viajar a través de su cuerpo sin control. Reconoció el deseo que vio brillar en aquellos ojos verdes que tanto amaba, la satisfacción que ella claramente sentía al acariciarlo y el placer desesperado que le dio su toque.

   — Sí.

     Ella sonrió y lo guío hasta la ultima cama de la enfermería para luego arrojarlo sobre esta; se quitó la capa y se subió lentamente, inclinándose hacia delante para besarlo. Las manos de Todoroki se colaron bajo la falda de la castaña para estrechar la parte posterior de sus muslos con algo de rudeza, atrayéndola con fuerza hacía su regazo. Entre la sinfonía de jadeos y gemidos que le regalaba la menor comenzó a mordisquearle el cuello provocando que ella empezara a mover las caderas, creando una deliciosa fricción entre ambos cuerpos.

     Shouto comenzó a sentir la necesidad de tocar más piel por lo que decidió cambiar de lugares y comenzó a quitarle la parte superior del traje, disfrutando de la vista del torso desnudo de su novia. La castaña no paraba de jadear, se retorcía deliciosamente en las blancas sabanas, su blanca piel estaba cubierta por una fina capa de sudor...sumamente apetecible ante el de mirada heterocromática.

   —Shouto...por favor.

   —Por favor, ¿qué? —Le preguntó de manera burlona.

     La castaña lo sujetó de la cabeza con fuerza y lo acercó a su cuerpo dándole completo acceso a sus pechos, permitiéndole guiar su cabeza a donde ella más lo necesitara. Capturó uno de sus pechos con la boca, succionándolo bastante fuerte como para hacerla gritar mientras llevaba una de sus manos hacía el otro para comenzar a atormentarlo; pellizcó con cierta fuerza uno de los pezones mientras mordía el otro, haciendo que la castaña arqueara la espalda con fuerza y soltara sonoros gemidos.

     Puso una mano detrás de su cabeza y suavemente la recostó contra las suaves sabanas mientras bajaba sus manos hacia la falda de la menor, deteniéndose un poco al encontrarse con el cierre.

   —Vamos, date prisa —le exigió ella, levantando las caderas con impaciencia. Él sonrió.

     Los rojos zapatos salieron volando en una dirección, la falda en otra, y cuando le quitó la ropa interior prefirió guardarla antes que tirarla en cualquier lado. Finalmente la agarró por las rodillas para abrirlas con lentitud, logrando que  soltara un suspiro y alzara la cadera inconscientemente. Sin embargo estaba decidido a no apresurarse, y no importaba lo mucho que su pequeña heroína creyera que sabía sobre lo que venía, estaba decidido a darle una sorpresa.

     Descendió lentamente y comenzó a repartir besos a lo largo de su rodilla, en el interior de su muslo y cuando ella lo tomó por los hombros para tirar de él sonrió de lado e hizo caso omiso. La ojiverde olía a una mezcla de frutos rojos y vainilla que lo estaban enloqueciendo, quería devorarla entera una y otra vez hasta cansarse. Hundió la cabeza entre sus piernas y vagó lenta y concienzudamente, disfrutando de la sinfonía de sonidos que hacía mientras la tocaba hasta que finalmente ella gritó su nombre, sujetándola con fuerza contra él hasta que sintió que su cuerpo se relajaba completamente entre sus brazos. Sin embargo se detuvo abruptamente, observando con atención aquellos ojos verdes que en ese momento estaban desenfocados,

     Estaba muy ansioso por su reacción. ¿Sería agradecida? ¿tímida? ¿adorable? Pero solo la vio lamerse los sabios y mirarlo fijamente.

   —Más —Le ordenó con el ceño ligeramente fruncido.

     Ah, por supuesto. Mandona. Shouto debería haber sabido que su primera respuesta sería exigir más de inmediato. Afortunadamente, ésa era una orden que él estaría feliz de obedecer, aunque las cosas iban a ser un poco diferentes esta vez. Se acomodó sobre ella lentamente, sonriéndole de forma coqueta.

   —Ahora soy yo quien controla la situación.

     Mei no pudo evitar soltar un gemido cuando sintió los fuertes músculos de su novio deslizándose sobre su piel sensible; estaba irradiando calor como si fuese horno, y cada lugar donde la tocaba ardía como si la estuviera marcando. La había sorprendido al hacerle cosas que nunca habían probado hasta el momento, pero en lugar de satisfacerla, la había hecho sentir insaciable. Shouto se alzó sobre sus codos y ella llevó sus manos hacia su cuello, acariciando suavemente su nuca y el cabello de esa zona. Se inclinó para besarla, haciéndola sentir el fuerte sabor de su propio cuerpo que aún permanecía en su boca.

     Su beso era confiado, invasivo, presionando su cabeza contra la frazada mientras avanzaba, acariciándola profundamente con su lengua en un ritmo igual al que acababa de utilizar sin piedad entre sus piernas. El estómago de Mei se hizo un nudo en respuesta mientras su deseo se encendía de nuevo; llevó sus manos por su pecho, a través de su abdomen firme y las deslizó bajo la cinturilla del pantalón abierto para apoderarse de su erección obligándolo a detener el beso, jadeando con fuerza.

   —No Mei...no lo hagas —Le pidió pero sus caderas se movieron involuntariamente contra su mano, frotándose en su agarre. Ella no escondió su sorpresa por lo que sonrió de manera picarona, bajándole de forma muy sensual los pantalones por las caderas. Comenzó a explorar su longitud desde la base rígida con venas pulsantes hasta la suave punta húmeda, apretando esa zona con fuerza. Él gimió de manera ronca mientras echaba la cabeza hacia atrás—Ngh...no duraré si haces eso.

   —Shouto...yo no soy la única que debe sentir placer siempre  —Le reprochó la castaña al ver como el bicolor alejaba su mano de su miembro.

   —Tú siempre me das placer...de otra forma —Le dio un fugaz beso y se posicionó con cuidado entre sus piernas, penetrándola con firmeza.

     Mei gimió con fuerza al sentir la invasión y sonrió suavemente al sentir los besos del mayor recorrer su barbilla y cuello, aferrándose con fuerza a su espalda. Trató de relajar sus músculos de modo que el bicolor no tuviera que esforzarse para entrar, sus ojos estaban cerrados mientras disfrutaba de sentirse una con el chico de sus sueños, tan amable y tan feroz que intentaba protegerla incluso en ese momento.

   —S-Shouto... —lo llamó en voz baja mientras alejaba su mano de la espalda para acariciar su mejilla con ternura. Abrió los ojos lentamente y chocó con la apasionada mirada heterocromática, sonrió y alzó su mano para acariciar suavemente la cicatriz de su ojo izquierdo—. Te amo tanto... —El bicolor sonrió y terminó de entrar de un golpe deleitándose al escuchar como su novia gritaba del placer, inclinándose hacia delante para apoyar su frente contra la de ella.

   Los dos jadeaban, sus respiraciones se mezclaban, sus corazones latían al unísono. El bicolor se movió lentamente al principio para que su novia se acostumbrara a la intromisión mientras que la ojiverde sentía el fuego creciendo en su interior. Si era por el calor abrasador del cuerpo de Todoroki o por la pasión que iba aumentando dentro de la castaña, no lo sabía, pero sentía que todo su cuerpo estaba en llamas. La ojiverde estiró los brazos para agarrar sus glúteos, apretando sus músculos bajo sus manos al ritmo de las embestidas; Shouto soltó un ronco gemido para luego sujetar esas manos traviesas y ponerlas a los costados de su cabeza, entrelazando sus dedos con ternura.

   —D-Déjame tocar lo que es mío  —Le reprochó pero el bicolor solo sonrió de lado para luego empezar a acelerar el ritmo de sus embestidas, su pasión comenzaba a desatarse.

     Tal vez Mei podía haber sido inmovilizada, permitiéndole a Todoroki hacer de su cuerpo lo que viniese en gana, pero nunca había sido más consciente de su propio poder. Había sido ella quien lo había sacado de su insensibilidad con el con cariño, calidez...y deseo, la que había traído la temblorosa tensión a sus músculos y el esa mirada de pasión absoluta. Y si él pensaba que podía mantenerla quieta por más tiempo, estaba a punto de aprender una cosa o dos.

      No se puede detener al océano con las manos, y tampoco podía detenerla a ella.

     La castaña encontró su ritmo y comenzó a inclinar las caderas, dejando que se hundiera más y más profundo dentro de ella; sonrió entre gemidos al sentir que la fuerza de las estocadas aumentaba pero siguió moviéndose hasta que lo vio apretar los dientes, disfrutando de ver como el mayor echaba la cabeza hacia atrás y gemía con fuerza. Entonces Mei cerró los ojos y se concentró en cerrar sus músculos internos alrededor de él, logrando que el bicolor gruñera del placer al sentir que cada movimiento se hizo le más difícil y más tenso.

     Sus embestidas se volvieron erráticas cuando Shouto empezó a sentir que estaba por llegar al clímax, logrando que la cama se moviera con fuerza. Cuando no pudo soportarlo más dio una ultima embestida y pegó un ronco grito, corriéndose con fuerza en su interior para luego derrumbarse encima de ella. La castaña gritó con fuerza mientras enredaba sus piernas alrededor de la cintura del mayor, repartiendo besos y mordidas en el cuello del bicolor; Shouto trataba de calmar los acelerados latidos de su corazón mientras su piel era acariciada por la rápida respiración de la ojiverde, descansando su cabeza sobre su pecho.

   —Mierda...eso fue genial —susurró Mei mientras acaricia suavemente el cabello al bicolor—. C-Creo...creo que es bueno dejarte en abstinencia.

   —No volverás a hacer eso —Le dio un apasionado beso y juntó ambas frentes suavemente—. Y tampoco creas que esto terminó aquí...tenemos varias horas para divertirnos.

   — ¡¿Qué? E-Espera!

     De sus labios salió un suave gemido cuando el bicolor comenzó a repartir besos por su pecho hasta que se topó con sus pechos, prodigándole atenciones a sus pezones. Sus grandes manos se alternaban masajeando y tirando de su piel sensible mientras sus labios se movían de un lado a otro para besar, succionar, pellizcar y morder hasta que ella soltó un grito.

   —Me apresuré demasiado por la necesidad de hacerte mía de nuevo —Sonrió de manera torcida, haciendo que la menor tragara con fuerza—, pero me prometí que lo compensaría después. Eres tan hermosa, Mei.

     Sus dedos tiraron de uno de sus pezones hasta que se endureció, haciendo que la castaña solo comenzara a retorcerse entre las sanabas por el inmenso placer que estaba sintiendo. Empezó a succionar con fuerza la piel de sus pechos, consiguiendo que Mei arqueara la espalda y estrujara la cabeza del bicolor entre sus manos. Shouto continuó complaciéndola sin piedad mientras su conciencia se reducía a centrarse en el demandante toque de su boca y sus manos. Finalmente, él la miró de nuevo, respirando con dificultad mientras se encontraba con su mirada cristalizada por el placer.

   —Ahora quiero tocar otra cosa —Le dijo con la voz enronquecida por el deseo mientras su mano se deslizaba lentamente sobre su vientre y separaba los pliegues entre sus piernas. Sus ágiles dedos jugaron, apretaron, envolvieron y frotaron la sensible zona, obligándola a morderse los labios para no gritar—. Eres jodidamente perfecta, Mei —Se inclinó para besarla tiernamente, pero sus dedos eran implacables acariciándola sin descanso hasta que sintió que iba a romperse en mil pedazos.

     De repente, Shouto la tomó de las caderas y rodó con ella para ponerla encima. Sorprendida, la ojiverde apoyó las manos sobre su pecho mientras acomodaba su enredado cabello, dejando un par de mechones húmedos contra su piel. Su erección presionaba insistentemente entre sus piernas y él usó todo su control para inclinar su cadera, deslizándose dentro de ella con un golpe duro que la obligó a mantener sus rodillas momentáneamente lejos del suelo. La castaña llegó al orgasmo súbitamente, sin poder hacer nada con el placer que él dejó en su interior. Antes de que pudiera recuperar el aliento, Todoroki comenzó a moverse a un ritmo lento, ondulando de una forma que estaba enloqueciendo a la menor.

     A pesar de que ella estaba encima de él, no tenía ningún poder sobre los movimientos de su propio cuerpo. El bicolor la había llevado más allá de toda razón, sus pulgares callosos trabajaban de manera constante entre sus piernas, sus fuertes manos que mecían su cuerpo con desesperación mientras jadeaba roncamente. Cuando se corrió otra vez, gritó con todas sus fuerzas mientras su mente quedaba vacía de cualquier pensamiento o idea coherente, sintiendo como el mayor se corría nuevamente en su interior.

   —Tu que dices —Se sentó en la cama, aún con ella sobre él, y la sujetó por las mejillas— ¿Seguimos?

   —La noche sigue siendo joven... —Sonrió entre jadeos y le dio un fugaz beso—. Sigamos jugando.

     Ambos se sonrieron cómplices y se giraron sobre las sabanas para continuar llenándose de besos y caricias apasionadas.

     Tenían muchas horas por delante.

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¿Les gustó 7u7?


Yo sé que si jejejejeje

La verdad no iba a hacer lemmon...pero me tenté 7u7

Pronto estaré subiendo el capítulo 11 asi que esperenlo ansiosas jajajajaj

Por cierto por si no saben quien es "La dama Pintada" es un fantasma que aparece en la serie "Avatar: La leyenda de Aang" y el príncipe Zuko también.

Osea nenaz...zuko es todoroki pero chino XD

De paso hice alusión al Zutara...shipp que jamás será  cannon 💔💔💔💔😭😭😭😭

Si les gustó el especial dejen estrellita y comenten, se los agradeceria de corazón 💖💖💖💖

Sin más que decir...

Bye Bye

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