Capítulo 25: ¿Qué es lo que siento?
— ¡Mei, ¿Estás escuchándome?! —Aquel estridente grito no sólo logró sacar a la castaña de su mundo sino que también dejó a media cafetería en silencio.
Uraraka y Hagakure ahogaron una carcajada por lo divertida que era la situación.
—No, lo siento ¿Dijiste algo? —Le preguntó mientras seguía comiendo, haciendo que Mina soltara un suspiro para luego negar con la cabeza.
—Te estaba contando que Kirishima-kun me invitó a salir esta tarde, después de clases —Le volvió a decir para luego sonreír con emoción—. Y quería perderte un par de consejos para la cita...pero desde que llegaste has estado en modo avión.
—Solo estoy algo cansada —Soltó un suspiro para luego sonreír levemente—. Pero eso ya no importa, ahora cuéntame a donde irán...o que planean hacer.
—No hemos decidido nada aún, pero me parece una buena idea ir al parque de diversiones y después a comer algo —Le respondió mientras jugaba con su almuerzo—. Pero no sé que ponerme ni que hacer cuando estemos solos.
—Todo depende del lugar y lo que vayas a hacer, si vas al parque de diversiones te recomiendo que uses ropa cómoda —Le dijo la castaña con una sonrisa—. Y sobre cómo actuar, solo sé tú misma...si de verdad le gustas al tiburoncito te aceptará tal cual eres.
— ¿Pueden ir a casa después de la escuela? Al menos para que me ayuden a prepararme ¡Por favor, por favor! —Les pidió a sus amigas mientras juntaba sus manos y se inclinaba un poco.
—Esta bien —Dijeron las tres al mismo tiempo para luego reírse.
Cuando los entrenamientos de All Might terminaron, las cuatro jóvenes salieron prácticamente volando de la academia ya que no tenían mucho tiempo antes de la cita de Kirishima y Mina. Al llegar a la casa de la pelirosa, saludaron a la madre de la joven y subieron rápidamente al cuarto de la chica donde se encerraron.
Una vez adentro abrieron el ropero y comenzaron a armarle varios conjuntos para que se los probara y así pudiese elegir alguno, mientras tanto Mei ayudaba a su amiga a decir si se iba a hacer algún peinado o iba a ir así nomas. En cierto momento, Mei agarró su mochila y se metió rápidamente al baño dejando a las tres jóvenes algo confundidas.
— ¿Te sientes bien, Mei-chan? —Le preguntó la pelirosa mientras se ponía los zapatos.
— ¡Si! Todo en orden —Le contestó para luego salir vestida con con una camiseta blanca, una chaqueta color rosa y un short de jean.
— ¿Vas a algún lado? —Le preguntó Hagakure con curiosidad, viendo como su amiga se hacía una coleta y se miraba al espejo varias veces.
—Algo así.
—Mei Takeyama —La llamó la pelirosa con voz seria— ¿A dónde te vas y con quien?
Mei suspiró y se giró lentamente para luego sonreírles.
—Mirio-san me invitó a salir —Le respondió mientras empezaba a dar varios saltitos por la emoción.
— ¡¿Qué? ¿Cuándo pasó eso? ¿Por qué no dijiste nada?! —Exclamaron las tres al mismo.
—Porque era más importante ayudarte a ti que mi cita —Les contestó restándole importancia—. Además, siempre hablamos de mis dramas amorosos...ahora es el tuno de Mina para lucirse en eso.
Uraraka y Hagakure comenzaron a cargosearla a la pelirosa logrando que sonrojara con fuerza y empezará a balbucear por los nervios. Mei solo sonrió con diversión para luego mirarse en el espejo, soltando un suspiro en el proceso.
Ella también estaba nerviosa.
Cuando finalmente se terminaron de arreglar las cuatro, salieron de la casa rápidamente rumbo a la estación de trenes en donde se despidieron y tomaron caminos distintos, no sin antes desearle las mejores de las suertes a la pelirosa.
Mei comenzó a caminar hacía el lugar en el que había acordado con el rubio para encontrarse, la plaza que se encontraba justo al lado de la academia. Cuando llegó a la plaza se dio con que el ojiazul todavía no había llegado, por lo que decidió sentarse en una de las bancas y esperarlo tranquilamente mientras jugaba con los botones de la chaqueta.
A los pocos minutos, Mirio apareció por una de las esquinas y se acercó hacía donde estaba la castaña con rapidez. Mientras caminaba hacía ella, la ojiverde se tomó el tiempo de mirarlo de pies a cabeza "disfrutando de la vista"; estaba vestido con un jean azul, una camisa color durazno y una chaqueta verde que lo hacían verse bastante atractivo ante la mirada de la menor.
—Siento llegar tarde , Mei-chan —El joven se disculpó para luego sonreírle—. Espero no haberte hecho esperar mucho.
—No te preocupes Mirio-san, solo fueron unos minutos —Mei sonrió y se acercó para darle un abrazo al rubio, quien lo correspondió con fuerza—. Entonces.... ¿A dónde planeas llevarme?
—Eso depende de que quieras hacer primero —Mirio sonrió nerviosamente al sentir como la menor entrelazaba sus brazos mientras comenzaban a caminar—. Podemos divertirnos un rato y luego ir a comer o al revés.
—Pues...yo creo que sería mejor divertirnos primero y después ir a comer —Le dijo la ojiverde con una sonrisa.
—Entonces no perdamos más tiempo.
Sin más que decir comenzaron a caminar rumbo al lugar donde se estarían toda la tarde; durante el trayecto Mei trató de sacarle información de a donde la llevaría pero no consiguió nada, por lo que optó por rendirse y comenzar a hacerle preguntas sobre él para tratar conocerlo un poco más. Cuando estaban por llegar a su destino, Mirio sujetó por detrás a la castaña y le tapó los ojos con su mano, alegando a que quería que se sorprendiera por completo al ver el lugar.
Mientras tanto, la ojiverde ya no sabía que pensar sobre el lugar al que la estaba llevando. Confiaba ciegamente en el rubio pero tampoco podía evitar pensar que tal vez la estaba llevando a un bar nudista y ella estaba aceptando sin chistar.
No pudo evitar reírse ante aquel pensamiento. Era raro imaginarse a Mirio en un bar como ese.
De pronto se detuvieron frente a un lugar que se escuchaba bastante bullicioso, ya que se podían escuchar gritos de niños y grandes por todos lados, causando que la más bajita que pusiera más ansiosa por saber donde estaba.
— ¿Lista para saber a donde te traje? —Le preguntó el mayor cerca de su oído. Mei asintió varias veces sin dejar de sonreír.
Mirio sacó su mano de los ojos de la menor, quien pestañó varias veces en un intento de acomodar su vista al cambio de luz. Entonces se dio cuenta de que se encontraban frente al arcade más famoso y grande de la ciudad, haciendo que ampliara su sonrisa y lo tomara de la mano para luego introducirse al lugar.
—Veo que te gustó mi idea—Comentó el mayor con diversión.
— ¡Claro que si! Es el mejor arcade de la ciudad —Exclamó mientras miraba para todos lados—. Quiero jugar a todo.
—Entonces no esperemos más ¡Vamos!
Durante las siguientes tres horas se la pasaron jugando a los distintos juegos que habían en los diferentes pisos del lugar, desde los más viejos hasta los más modernos. En cierto momento, bajaron al segundo piso en busca de algún juego nuevo se encontraron con el juego favorito de la castaña, quien no pudo evitar soltar un gritito de la emoción.
—Es... ¡Es el Dance Dance Revolution! —Exclamó mientras caminaba hacía el juego—. Dios mío, no veía uno de estos desde que tenía ocho años.
— ¿Quieres jugar? —Le preguntó el mayor mientras le sonreía con ternura.
—No lo sé...hace años que no lo juego —Dijo con cierta duda, sin embargo por dentro se moría por jugarlo—. A menos que quieras que te haga pasar vergüenza...
— ¡No te preocupes! Yo tampoco lo he jugado desde hace años —Exclamó Mirio mientras se subía al juego— ¡Pasemos vergüenza juntos!
Le extendió su mano a la castaña, quien sonrió ampliamente para luego aceptar aquel gesto y subirse al juego junto a él. Se colocaron en el cuadrado que le correspondían y comenzaron a buscar entre las canciones que había en la lista. Al final terminaron eligiendo "Smash Mouth" de All Star.
Al comienzo eran un completo desastre ya que terminaban pisándose o chocando entre ellos al tratar de seguir las flechas de las pantallas, todo esto entre risas y reclamos tontos, hasta que terminaron bailando sin golpearse e incluso comenzaron a cantar la canción aprovechando que ese piso estaba casi vacío.
Mirio debía admitir que si antes le había gustado la castaña, ahora le encantaba aún más; era increíblemente divertida, no tenía miedo de hacer el ridículo y lo mejor de todo es que se atrevía a hacer cualquier cosa con tal de pasarla bien. Eso era lo que lo había conquistado cuando la vio por primera vez, su chispeante y alegre carácter.
También estaba el hecho de que le parecía una chica muy hermosa, aún recordaba que lo primero que le llamó la atención de la menor fueron sus ojos y la forma en que sus labios se curveaban al sonreír. Claro que después de cierto tiempo comenzó a mirar otras cosas del físico de la menor, sintiéndose mal algunas veces por parecer un puberto hormonal de 13 años.
Pensaba que a esa etapa ya la había superado.
Cuando logró salir de esos pensamientos, se dio con que la castaña le estaba ganando en el juego por lo que se apresuró a seguir las flechas de la pantalla para intentar igualar la puntuación pero terminó perdiendo de todas formas.
— ¡Gané! —Exclamó la castaña mientras daba pequeños saltitos sobre la plataforma— ¿Qué te pasó Mirio? Me estabas ganando y de la nada te detuviste.
—M-Me distraje por unos segundos y bueno, ahí está el resultado —Le respondió el mayor mientras se rascaba la nuca con nerviosismo—. Prometo que intentaré ganarte la próxima vez.
—Si crees que podrás hacerlo...
— ¿Estás retándome? —Le preguntó el mayor mientras sonreía de lado, cruzando los brazos sobre su pecho.
—Tómalo como quieras —Le respondió la castaña mientras sonreía de la misma manera.
—No me obligues a hacerte cosquillas —La amenazó mientras acercaba sus manos al cuerpo de la menor, quien le pegó en la mano y retrocedió un poco.
—No, por favor, cosquillas no —Le pidió entre risas nerviosas—. No uses mi debilidad en mi contra.
—Entonces no me provoques —Se bajó de juego y comenzó a caminar hacía ella provocando que Mei comenzara a retroceder—. Ahora podríamos jugar al gato y al ratón un rato ¿No crees?
Mei pestañó varias veces, sintiendo como sus mejillas se calentaban un poco, para luego sonreír de lado...tratando de ocultar su nerviosismo.
Ya se vengaría del tintín.
—Este ratoncito sabe morder —Murmuró la ojiverde sin dejar de mirarlo.
—A este gato le gusta el sadomasoquismo —Sujetó un mechón del cabello de la menor y comenzó a jugar con él.
— ¿El gato quiere que el ratoncito lo muerda? —Mirio asintió varias veces—. Entonces que lo lleve a comer primero.
Mirio no pudo evitar soltar una carcajada para luego estrechar entre sus brazos a la menor, quien había empezado a reírse suavemente. Después de varios segundos se separaron del abrazo y comenzaron a caminar rumbo a la salida del lugar. Una vez afuera del arcade decidieron ir a un restaurante que se encontraba cerca, según el rubio ahí vendían el mejor ramen de la ciudad.
Entraron al restaurante y se sentaron en una de las mesas que estaban frente a las ventanas y empezaron a mirar el menú.
—Muy bien tintín, tú eres el experto en ramen —Comenzó a hablar la castaña sin dejar de mirar la carta—. Que me recomiendas que elija.
—Pues, pienso que a ti te gustaría el ramen con soba —Le respondió con una sonrisa—. No es muy pesado ni picante.
—Ramen con soba será —Sonrió y dejó el menú sobre la mesa— ¿Tú que pedirás?
—Yo pediré Tsukemen* —Hizo lo mismo que la menor momentos atrás y le hizo señas al mesero para que viniera—. Es bastante rico, si quieres te hago probar cuando lo traigan.
—Eso me gustaría, gracias —Le sonrió con ternura mientras empezaba a jugar con las servilletas de la mesa.
—Buenas tardes, ¿Ya decidieron que van a ordenar? —Preguntó la mesera mientras les sonreía.
De pronto a Mei le llegó una maravillosa idea de como poder "vengarse" del mayor, aprovechando que él era quien estaba respondiéndole a la joven; se quitó unos de los zapatos y, fingiendo que jugaba con su teléfono, acercó su pie a la pierna del rubio y comenzó a acariciarla muy lentamente.
Como era de esperarse, Mirio pegó un pequeño saltito en su asiento para luego mirar con asombro a la menor. Mei sólo le regresó la mirada y luego le sonrió de manera inocente mientras iba subiendo su pie hasta llegar a su rodilla, causando que el rubio se sonrojara ferozmente y apretara la tela del mantel con algo de fuerza.
— ¿Se encuentra bien, joven? —Le preguntó la joven mientras guardaba su anotador en su delantal— ¿No quiere que le traiga un poco de agua?
—N-No gracias...e-estoy perfectamente bien —Le contestó fingiendo una sonrisa tranquila.
La mujer asintió no muy convencida y se retiró del lugar.
Entonces el ojiazul fijo su vista nuevamente en la castaña, quien le sonreía de manera divertida.
— ¿Estás completamente seguro de que estás bien? —Terminó por poner pie sobre el muslo del mayor—. Te ves algo nervioso...y rojo.
—Quien hubiera pensado que detrás de esa carita angelical se esconde una niña traviesa —Bajó su mano lentamente y la sujetó por el tobillo— ¿Esto es por lo del arcade?
—Tal vez —Le respondió con tranquilidad—...o tal vez solo quiero provocarte un poco.
—Te dije que no me provocaras —Sin más que decir comenzó a hacerle cosquillas en la planta del pie, causando que la castaña comenzara a reírse con fuerza.
Sin embargo el ojiazul paró con aquel ataque de cosquillas cuando la castaña hizo saltar la mesa de un rodillazo, provocando que empezaran a reírse con mas fuerza. Solo ellos podían pasar de un momento "romántico" a reírse como si no hubiese un mañana.
—Dios mío Mei...eres un caso muy serio —Comentó Mirio mientras trataba de calmar su respiración.
—Pero debes admitir que nunca pasas un momento aburrido contigo —Le dijo la castaña mientras se acomodaba en su asiento y se volvía a poner su zapato.
—Eso no puedo negarlo, siempre encuentras la forma de hacerme reír y ponerme de buen humor —La miró por varios segundos para luego sonreír con ternura—. Sabes, me gusta mucho estar contigo.
—A mi también me gusta pasar tiempo contigo, eres muy divertido —Le dijo la castaña mientras tomaba su mano sobre la mesa, acariciándola suavemente. Sin embargo, cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo retiró su mano lentamente.
Justo en ese momento la mesera regresó con sus platos, les puso la bebida sobre la mesa y se retiró nuevamente. Luego de varios segundos de silencio, continuaron preguntándose sobre sus familias, gustos, disgustos e intereses en un intento de disipar el ambiente incómodo que se había formado momentos atrás.
Continuaron con aquella charla hasta que terminaron de cenar, pagaron todo y salieron del lugar rápidamente.
—Bueno... ¿Ahora que hacemos? —Le preguntó la menor con interés.
—Aún tengo una última sorpresa para ti —Le respondió el rubio con una sonrisa—. Seguramente sigue abierto...aún es temprano.
— ¿Abierto? —Repitió Mei con confusión— ¿Acaso es un lugar?
Mirio solo le guiñó el ojo con diversión y la tomó de la mano para guiarla por las calles. Caminaron por varios minutos en lo que la castaña preguntaba a toda hora a donde la llevaría y el ojiazul solo le respondía con un simple "ya verás".
Cuando llegaron al lugar, Mei pestañó varias veces con sorpresa para luego mirar al rubio con sorpresa. Una pequeña sonrisa se formó en sus labios.
—Es una heladería....
—Excelente forma de cerrar la noche ¿No crees? —Le dijo el ojiazul con una sonrisa.
—Perfecta, ¡Ahora vamos! —Lo tomó de la mano y entraron al colorido lugar.
—Bienvenidos a nuestra heladería ¿Qué desean pedir? —Les preguntó el joven con una sonrisa.
—Pues yo quiero un helado triple y ella... —Miró a la castaña, quien miraba los carteles de helado fijamente.
—Yo quiero probar ese helado de crema con jarabe de frutilla —Dijo para luego sonreírle.
Ambos sacaron el dinero al mismo tiempo por lo que se miraron fijamente por varios segundos para luego empezar a pelear sobre quien iba a pagar el postre, incluso llegaron al punto de pegarse manotazos y mordidas...todo eso frente al vendedor. Al final Mei terminó ganando.
Salieron de la heladería entre risas mientras tomaban sus helados.
—Esa mordida fue dolorosa —Comentó Mirio mientras se sobaba el brazo.
— ¿No querías que este ratoncito te mordiera? —Le preguntó con diversión para luego llevarse una cucharada de helado a la boca.
—Pero no ese tipo de mordida —Se quejó mientras hacía un puchero—, yo quería algo mas suave...con más cariño.
—Ya, a modo de disculpa te doy un poquito de mi helado —Mirio la miró con molestia fingida para luego sonreír y sentir suavemente. Mei acercó el helado al rostro del mayor y justo cuando iba a aprobarlo se lo embarró un poco en el rostro.
La castaña comenzó a reírse con fuerza mientras el rubio solo la miraba fijamente, sin embargo no se esperó que la sujetara con fuerza y comenzara a refregarse contra su mejilla, manchándola con el helado.
— ¡No, no hagas eso! —Le pidió sin dejar de reírse—. No me quiero bañar de nuevo.
—Eso te pasa por ensuciarme la cara con helado —Se separó al cabo de unos segundos y se empezó a limpiar la cara con un pañuelo.
—Siento haberlo hecho —Se disculpó la menor mientras se terminaba de limpiar.
—Yo también te manché la cara, estamos a mano ahora —Sonrió con diversión para luego entregarle el pañuelo—. Supongo que ahora debo llevarte a tu casa antes de que tu padre me asesine.
—No creo que haga eso contigo, le caes bien —Le comentó Mei con una sonrisa—. Lo cual es raro porque a él no le cae bien ningún chico que se me acerque...
—Wow...eso me hace sentir muy feliz —Dijo Mirio con una sonrisa algo orgullosa.
—Que no se te suba a la cabeza, niño bonito —La ojiverde sonrió de lado y puso un dedo sobre la frente del más alto—. Puedo decir que fuiste "malo" conmigo y se te terminará la suerte.
—Pero tu padre me conoce bien como para saber que nunca sería malo contigo —Contraatacó el ojiazul para luego revolver su cabello con ternura—. Además, sabes que no haría nada que te incomode, o te haga sentir mal...o mucho menos lastimarte.
—Lo sé, eres demasiado tierno conmigo —Dijo para luego retomar la caminata—. Hay momentos en los que siento que me tratas como si fuese una muñeca de porcelana, cuando me abrazas siento como si trataras de contener tu fuerza para evitar lastimarme.
—Aunque no lo creas, a veces puedo llegar a ser muy bruto —Comentó Mirio mientras jugaba con un mechón de su cabello—. Y cuando te abrazo tengo la sensación de que te terminaré rompiendo, por eso me contengo contigo.
—Pero sabes que no soy débil y frágil como aparento —Comentó mientras entrelazaba su brazo con el del mayor.
—Estoy muy seguro de eso, pero no puedo evitar ser sobreprotector contigo —Mei sonrió para luego apoyar su mejilla en el brazo del rubio.
A los pocos minutos de caminar llegaron a la estación de trenes y se subieron rápidamente, sentándose cerca de las puertas.
— ¿Sabes que me hubiera gustado ver? —El chico negó varias veces—. Verte a ti en pelear, en el festival por ejemplo.
—Te habrías avergonzado mucho, créeme —Le aseguró el ojiazul—. A menos que te hubiese gustado verme desnudo en algunas ocasiones.
—Pues...ahora que lo dices... —Ladeó un poco su rostro y comenzó a mirarlo fijamente de pies a cabeza—...no sería tan mala idea...
— ¡M-M-Mei! —Exclamó el joven mientras se trataba de tapar algunas zonas especificas de su cuerpo, provocando que la menor comenzara a reírse— ¡Tu, pequeña pitufa pervertida!
— ¿Disculpa? Yo no fui la que propuso jugar al gato y al ratón con voz seductora.—Le dijo con fingida molestia.
—Pero me seguiste el juego —Sonrió de lado para luego tomar su mano—. Eres igual de traviesa que yo.
La castaña lo empujó suavemente para luego sonreír con picardía. Después de varios minutos de viaje, se bajaron del tren y empezaron a caminar rumbo a la casa de la menor mientras se hacían bromas.
A los pocos minutos llegaron a la entrada de la casa de la menor.
—Bueno, aquí nos despedimos —Mei sonrió levemente—. La pasé muy bien, tintín. Gracias por todo.
—De nada, yo también la pasé de maravilla.
Mei se acercó para darle un beso en la mejilla a modo de despedida, sin embargo el rubio movió "accidentalmente" el rostro causando que le termine dando el beso en los labios.
La ojiverde se separó rápidamente mientras se llevaba su mano a la boca al mismo tiempo que sus mejillas se tornaban rojas y su pulso se aceleraba. Trató de decir algo pero sus palabras murieron al ver como Mirio se relamía los labios para luego sonreírle con diversión.
—Nos vemos mañana, Mei —Le guiñó el ojo con picardía y se giró para comenzar a caminar rumbo a la estación, dejando sola a una ojiverde shockeada.
Lo único que pudo hacer fue entrar rápidamente a su casa, ignoró las preguntas de sus padres y subió rápidamente a su cuarto. Se tiró a la cama y ahogó un grito en uno de los tantos almohadones mientras comenzaba a patalear con fuerza.
De pronto el timbre sonó varias veces, haciendo que dejara de gritar y se sentara en su cama rápidamente. Por alguna extraña razón decidió bajar quien era, encontrándose con una triste pelirosa.
—Mina-chan... ¿Pero que...
—Kirishima-Kun me rechazó —Le contó al borde de las lágrimas.
— ¡¿Pero que mierda?!
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(͡° ͜ʖ ͡°)(͡° ͜ʖ ͡°)(͡° ͜ʖ ͡°)(͡° ͜ʖ ͡°)
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Hola gente! Como estan?
Espero que estes pasando una mañana/tarde/noche genial!
Antes de comenzar a hablar sobre este cap...hablemos de algo importante...
¿VIERON LO HERMOSO QUE ESTABA MIRIO EN EL CAP DEL SABADO?
OSEA, ES DIVINO EL VATO
YO LITERAL MORÍ CHICAS, SU VOZ FUE LO MEJOR! ES PERFECTA 😍😍😍😍😍😍😍😍😍😍😍
TIENE LOS OJOS AZULES, ES UN FAKIN KEN!
¿TODOROKI, BAKUGOU, DENKI QUIEN LOS CONOCE?
AGUANTE EL TINTIN PRROS
AHHHHHHHHHHHHLSHSLSJSLSHSMSBSMSBSSMBSSMBSNSS
*c muere y revive para seguir con el cap*
Ahora si, hablemos del cap ;3
A este cap lo hice con demasiado amor, finalmente pude explotar mi imaginación con una cita (Ya que con la de todoroki tuve que contenerme demasiado) Los hice bailar, cantar, ser traviesos y torpes...
Disfruté de hacer esto, siento que fonalmente pude hacer un cap en el que Mei sea completamente ella.
Traté de hacer de esta cita romantica pero sin perder el toque humoristico y alegré de este dúo :3
Descubrimos que el tintin tiene un lado... Traviesito jejejejeje 7u7
Y lo más importante...
LA BESOOOOOOOOOOOO
SE DIERON UN BESITO BONITO
Un besito...que podría destruirlo todo
Y lo más sad del cap fue que el tiburoncito rechazó a nuestra mina-chan 💔💔💔💔💔💔
Todo sea por el kiribaku we :'v
Como sea gentecita bella
Si les gustó este cap dejen estrellita y comenten
Se los agradecería de corazón :3
Próximo capítulo:
"Desastre Hormonal"
sin más que decir...
Bye Bye
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