Psicologa en la Secundaria Casper
—¡Cuidado! ¡Soy el Fantasma de las Cajas y ténganme miedo! ¡Yo tengo el poder sobre todas las cajas y contenedores! ¡Así que tiemblen ante mi poder...!
Danny solamente flotaba ante él con una mano en la frente y una clara expresión de fastidio. Era la quinta vez en la semana que tenía que salir de clases e ir a encerrarlo en el Termo Fenton; ya ni se molestaba en luchar contra él, era una gran pérdida de tiempo, energía y, a este paso, de paciencia.
Bajó su mano y tomó el Termo, preparándose para encerrarlo... otra vez. En cuanto vio que el Fantasma de las Cajas terminó con su monólogo, abrió el Termo y lo atrapó. Se escuchó un lejano «cuidado» y cerró el contenedor fantasmal.
—¿Y luego preguntan por qué me va mal en la escuela? —murmuró para sí misma Danny, volando de vuelta a la Secundaria. Entró a los baños, se aseguró que estuviera vacío y volvió a ser Fenton
Salió del baño, justo cuando sonó el timbre de cambio de clase. Se colgó del hombro el Termo y caminó hacia su casillero; vio que Sam y Tucker la esperaban ahí con su mochila. Danny sonrió aliviada y llegó hacia sus amigos.
—Hola chicos, gracias por traer mi mochila —agradeció la azabache, abriendo el casillero
—De nada, Danny —respondió Sam, entregándosela. Vio que su amiga guardaba el contenedor en la mochila y después hacia el cambio de libros para la siguiente clase—. ¿Quién era esta vez?
—El Bobo de las Cajas —respondió Danny fastidiada, cerrando de golpe el casillero
—¿Otra vez? ¿Qué nunca se cansa? —preguntó Tucker
—Al parecer no —respondió Danny—. Ya vámonos a clases
El resto del día estuvo tranquilo, no hubo ataques fantasmas; lo único nuevo fue que antes de que terminaran las clases, todos fueron llamados al auditorio. Todos los alumnos llegaron y tomaron sus lugares; en el escenario estaban la directora Ishyama y los profesores. En cuanto se hizo el silencio, la directora se puso de pie y se acercó a la tarima.
—Buenas tardes a todos —saludo Ishyama—. Una disculpa por hacerlos venir minutos antes de que terminen las clases, pero era necesario para presentarles a una nueva miembro del personal educativo de Casper High —todos los alumnos se miraron preguntándose quién sería esa persona—. Les presento a la nueva psicóloga: la doctora Penny Spectrum.
La mencionada se puso de pie y se acercó a la tarima. Los chicos (incluido Tucker) al verla pusieron expresión de "Bobo Enamorado" mientras que las chicas (excepto Danny y Sam) la miraban con envidia; y es que la mujer era hermosa: piel clara que parecía de marfil, cabello pelirrojo y largo en perfectas ondas que le llegaba a cintura a pesar de llevarlo en una coleta alta. Llevaba una blusa blanca y saco rojo al igual que la falta, la cual le llegaba arriba de las rodillas y tacones altos de color negro. Llevaba puestos lentes de sol, cuando se los quito reveló unos ojos color verde esmeralda, provocando que los chicos gritaran emocionados.
Danny y Sam se taparon las orejas a la vez que hacían expresiones de molestia. Miraron molestas a Tucker y rodaron los ojos; volvieron su atención al frente, pero algo extraño pasó: Danny se dio cuenta que la Dra. Spectrum la miraba fijamente, lo que la asustaba es que no sabía interpretar la mirada que la mujer le dirigía provocando que la azabache se incomodara.
Se miraron fijamente unos segundos más (que para Danny parecieron horas) hasta que la mujer rompió el contacto visual y se volvió hacia los estudiantes.
—Hola a todos —saludo la psicóloga con ánimo—, como bien les mencionó la respetable y fuerte directora Ishyama —la aludida se sonrojó por el cumplido— soy la nueva psicóloga Penny Spectrum, espero que podamos ser buenos amigos...
—Yo buscaría ser más que su amigo —dijo Tucker emocionado
—... y sé que también mi asistente será un buen amigo para ustedes
Los alumnos reaccionaron a la vez con esas palabras. ¿Asistente?
La Dra. Spectrum tendió su mano derecha hacia uno de los costados del escenario. Al verlo, ahora fue el turno de las chicas de gritar emocionadas: el hombre era alto, también de tez blanca, rubio y de ojos azules. Levantó una mano a modo de saludo y todas las chicas gritaron como locas (como si vieran a su estrella favorita). Los chicos, Danny y Sam se taparon los oídos y fruncieron el ceño por la molestia.
—Al menos los chicos no son tan escandalosos —dijo Sam, bajando las manos cuando las gritonas se callaron
—Me sorprende que ninguna de las dos se ponga así por él —comentó Tucker, señalando con el pulgar al asistente de la psicóloga
—Porque nosotras no nos dejamos llevar por una "cara bonita" —dijo Sam—. Y bien dicen «No hay que juzgar a un libro por su portada»
—También aplica la frase «Las apariencias engañan» —agregó Danny—. O «Nada es lo que parece» o...
—¡De acuerdo, ya entendí! —exclamó el tecnológico
Danny y Sam se rieron por la reacción de su amigo.
—Dijimos todo eso porque me recuerda a Gilderoy Lockhart —dijo Danny
—¿Quién? —preguntó confundido Tucker
Ambas amigas se golpearon la frente con la mano.
—Se nota que nunca has abierto un libro físico, más que para la escuela —dijo Sam
—Es uno de los personajes de "Harry Potter". Salió en el libro de la "Cámara Secreta" (el dos) como maestro de Defensa Contra las Artes Oscuras. Presumía de ser un héroe, pero resultó ser un fraude. —explicó Danny
—Oh...
Ambas amigas rodaron los ojos y posaron la vista al frente.
—Él es mi asistente Bernard, espero que se lleven bien con él.
El hombre guiñó y todas las chicas gritaron. La directora calmó a las estudiantes, todas se sentaron; la Dra. Spectrum volvió a sentarse a su lugar, su asistente Bernard se sentó junto a ella. La directora les dio unas indicaciones más a los alumnos, pero estos no la escuchaban por estar "más ocupados" mirando a la nueva psicóloga y su asistente. Cuando la directora terminó de hablar y les dijo a los alumnos que ya podían retirarse, los adolescentes se pusieron de pie enseguida para intentar alcanzar a Spectrum y Bernand para hablar con ellos.
Danny, Sam y Tucker salieron del auditorio (el moreno siendo arrastrado por sus amigas) y se fueron de camino a casa.
—¿Por qué no me dejaron quedarme? —preguntó el tecnológico, molesto con sus amigas—. Solo quería saludar a la nueva psicóloga, nada más
—Ajá —respondieron las chicas, sin creerle
A mitad de camino se despidieron y los tres regresaron a sus respectivos hogares. Danny entró a su casa, bajó al laboratorio y vio a sus padres trabajando en un nuevo invento, o más bien, trabajando en uno anterior, para ser más precisos el Pelador Fenton).
—Uh... ¿mamá? ¿papá? ¿qué hacen? —preguntó Danny, acercándose con cautela a sus padres
Los científicos voltearon, pero justamente el Pelador Fenton se activó y disparó un ecto-rayo a Danny, quien a tiempo se hizo a un lado y el disparo impactó contra la pared.
—¡Danny! —exclamaron ambos padres y se acercaron a su hija—. ¿Estas bien?
—Por los pelos, sí —respondió la chica, viendo el agujero en la pared. Se volvió hacia el invento y lo señalo con el dedo—. ¿Qué hicieron con eso? Que yo recuerde, no hace eso.
—Tu mamá y yo mejoramos el Pelador Fenton con un detector fantasmal, no importa si el fantasma es invisible, disfrazado o poseyendo a alguien, enseguida lo localiza. Y una vez encontrado, el arma dispara automáticamente contra esa peste ectoplásmico. —explicó Jack—. ¿No es genial?
—Sí... genial... —respondió Danny nerviosa
—Aunque no puedo entender porque disparó cuando entró Danny —observó Maddie
—Hay que hacerle ajustes, entre ellos modificarlo para que dislate de aumenta manual y automática —dijo Jack, tomando el aparato y desactivando el disparo automático—. Mientras tanto será mejor que las niñas no vengan al laboratorio mientras trabajamos ¿de acuerdo?
—¡Por mi, está bien! —contestó Danny y la chica salió casi corriendo del lugar
Sus padres la vieron irse confundidos, pero solamente se encogieron de hombros y continuaron con su trabajo.
Danny corrió hasta su habitación, se encerró y suspiro entre aliviada y resignada. A pesar de que las armas de sus padres la ayudaban en sus combates fantasmas, también tenía que evitar "ser el conejillo de indias" de sus experimentos.
—Tendré que arreglar esa cosa para que no me dispare —dijo para sí misma
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Al día siguiente, llegando a la escuela, Danny y sus amigos se sorprendieron al ver que todos los estudiantes afuera de la escuela y emocionados. Antes de que alguno de los tres hiciera algún comentario al respecto, sonó el claxon de un auto; voltearon y vieron auto deportivo rojo aparcar enfrente de la escuela. El piloto y copiloto bajaron del vehículo y los gritos no se hicieron esperar: eran Penny Spectrum y Bernard.
Ambos adultos se vieron rodeados por el mar de hormonas; los tres amigos creyeron que los adultos se molestarían con los alumnos, pero grande fue su sorpresa al ver que no fue así: hablaban con ellos e incluso se tomaban fotos. Tucker trató de unirse al grupo de la psicóloga, pero Danny y Sam lo tomaron de los brazos y lo metieron arrastras a la escuela.
—¡Chicas, tengan compasión! —suplicó el moreno, tratando liberarse—. ¡Solo me tomaré una fotografía con ella y ya!
—No dejaremos que te laven el cerebro como a los demás —dijo Sam—. Esos dos son...
—Espíritus malignos, controladores de mentes que vienen de otra dimensión —dijeron a la vez Danny y Tucker
—Honestamente Sam, deberías buscarte un nuevo "insulto descriptivo" para las personas que "hipnotizan a la gente por su belleza" —sugirió Danny
La gótica se sonrojó, soltó a Tucker de golpe y se cruzó de brazos en señal de ofensa. Ambos gamers se miraron y encogieron los hombros confundidos; a pesar de ser chica, a veces no entendía lo que le pasaba a su mejor amiga.
Los tres amigos fueron a sus casilleros y después a sus clases, pero en el camino encontraron avisos de la dirección pegados por todos lados. Por curiosidad se acercaron a leer uno y leyeron que todos los estudiantes —sin excepción— irían a ver a la Dra. Spectrum. Estaba publicado el horario de las citas por grados y de ahí pasarían por orden alfabético.
—Genial, tendremos terapia obligatoria el jueves —dijo Danny molesta. Pero al ver el horario y pensar en la psicóloga le vino un pensamiento—. Oigan chicos
—¿Sí? —contestaron Sam y Tucker a la vez
—¿No sintieron un déjà vu?
—¿Un qué? —preguntó el moreno—sabes que no soy bueno en francés
—A menos que uses un traductor —se burló Sam
—Es una expresión global que hace referencia a sentir que ya habías vivido ese momento antes —explicó la joven halfa
—Ahora que lo dices. Sí, algo —dijo Sam—. Me recuerda a...
—Hola niños
Los tres adolescentes voltearon y encontrándose con Spectrum y Bernard. Tucker se emocionó y trató de acercarse a ella, pero Danny le bloqueó el paso con su brazo.
—¿Qué hacen aquí, niños? —preguntó la mujer con inocencia—. ¿No deberían de estar en clases?
—A eso íbamos, cuando vimos lo de las sesiones terapéuticas de la próxima semana —respondió Danny
—Querida, no es terapia, es solo una pequeña entrevista para saber cómo están. Si no tienen algún... problema
La manera como lo dijo inquietó a la joven halfa. El timbre sonó, la chica tomó de las muñecas a sus amigos y se fueron a sus clases. Spectrum se despidió de ellos con la mano y una sonrisa dulce. Los adolescentes dieron vuelta a la izquierda perdiéndose de vista y la sonrisa de la psicóloga pasó de inocente a macabra.
—¿En qué estás pensando? —preguntó Bernard, sin acercarse
—Que no puedo esperar a que sea jueves —respondió ella con malicia
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El tiempo pasó muy rápido para Danny, ya estaban en jueves y eso significaba que ese día les tocaba ir a ver a la psicóloga (o como a ella le gustaba decirle, loquera). Llevaron a todos los estudiantes del grado de la joven halfa hasta el pasillo donde se encontraba la oficina; volvió a sentir un déjà vu al ver el lugar.
«OK... Esto me está dando mala espina» pensó Danny para sí misma
En el pasillo había una hilera de sillas recargadas contra la pared. Los alumnos se sentaron a esperar, cuando uno entraba los demás se recorrían. La azabache no midió el tiempo de espera que llevaba, pero sentía que pasaba horas y horas de tortura espera.
—Fenton, Daniela —llamó Bernard, asomándose por la puerta con una tabla pisapapeles en la mano y leyendo el nombre. Bajo la tabla y miró a la chica—. Pase —y entró dejando la puerta abierta
Danny respiró profundamente para calmarse, se levantó y entró a la oficina. Se sorprendió en cuanto entró, creyó que el lugar parecería un camerino (por la actitud vanidosa que tenían), pero era una oficina sencilla de color beige, un escritorio de madera y el clásico diván (piel negra) que la chica había visto más de una vez en series y películas.
—¡Daniela, querida! —la azabache brincó al escucharla. La Dra. Spectrum estaba revisando un librero del lado izquierdo de la oficina—. Ven, siéntate —señaló Spectrum la silla enfrente del escritorio.
Danny miró a la psicóloga tomar su lugar. Al ver que la mujer le hacía señas para sentarse, la halfa se contuvo de bufar y se sentó.
—Bueno, Daniela ¿o prefieres que te llame Danny?
—Mh, sí. Danny está bien, así me llaman todos
—De acuerdo, Danny. —Spectrum, sin pararse de su silla, se acercó al archivero del lado derecho de Danny. Abrió el cajón y sacó un expediente, cerró el cajón y se volvió hacia la adolescente—. Veamos primero tu expediente —abrió la carpeta y comenzó a hojearla—: parece que últimamente has estado llegando tarde a la escuela, incluso a faltar y gracias a eso pasas mucho tiempo en detención, aunque igualmente has sido castigada por algunos "problemitas" con el equipo de fútbol americano, sobretodo con el capitán y mariscal de campo Dash Baxter.
—¡Yo no le hago nada a Dash! —reclamó Danny—. ¡Él es quien se la pasa molestándome!
Spectrum miró a la chica, por un segundo a Danny le pareció que lo hacía con burla. Cerró el expediente, recargo los codos en el escritorio y descansó la barbilla sobre el dorso de sus manos.
—¿Y nunca te has puesto a pensar la razón por la que lo hace?
—No. Un bravucón no tiene razones, es solo un tonto —la psicóloga miró a Danny arqueando una ceja. La halfa miró hacia otro lado un poco apenada—. Bueno... tal vez un poquito
—¿No crees que la razón principal sea porque vistes y actúas como... un chico?
—¿¡Qué!? ¡Eso es ridículo! Yo no visto ni actuó como chico
—¿Segura? —Spectrum miraba a Danny con burla a la vez que pasaba su vista del rostro de la joven a la ropa que ella usaba.
Danny bajó la mirada también y un pequeño sonrojo apareció en sus mejillas al darse cuenta que, tal vez según la halfa, si fuera cierto lo que le dijo la psicóloga: además de su usual playera blanca con rojo, pantalones de mezclilla, ambas prendas holgadas, y sus tenis rojos gastados, usaba una sudadera roja con los bordes blancos y remangado hasta los codos y muñequeras negras. Estaba cruzada de brazos y de piernas, pero en una posición masculina.
Bajó los brazos y las piernas y miró a Spectrum, quien la miraba con una sonrisa.
—¿Ves a lo que me refiero, querida? —la psicóloga se puso de pie, rodeó su escritorio y se puso en cuclillas para estar a la altura de Danny—. Sé que la adolescencia es la etapa en la que te descubres, así que está bien si te sientes más como un chico que como chica, pero debes entender que al hacer eso no podrás encajar en la sociedad si te quedas en un punto medio. Así que decide ¿quién es Danny Fenton? ¿Un chico promedio que es blanco de bravucones? ¿O una adorable chica que podría tener a todos los chicos en la palma de su mano si se lo propone? —Entonces Spectrum se quedó en silencio como si de repente hubiera recordado algo—. Ahora que lo pienso, cariño, creo que tengo entendido que no tienes novio ¿cierto?
—No, no tengo
—¿No hay algún chico que te guste? —entonces Spectrum jadeó a modo de sorpresa y se llevó las manos a la boca—. ¿Acaso te gustan las chicas? —preguntó, destapando su boca y mirando a Danny con sorpresa
—¡No! ¡Claro que no! —Danny se puso roja. Era cierto que estaba en una etapa de descubrimiento, pero tenía en claro sus gustos. Inconscientemente Vlad Masters vino a su mente y se puso roja a más no poder, sacudió su cabeza con fuerza para alejar ese pensamiento.
«¡Ahora no! ¿Por qué de pronto me vino a la cabeza Plasmius? ¡AH!»
—¿Te pasa algo, querida? —la voz de la psicóloga la sacó de sus cavilaciones, regresándola "a tierra"
—Sí... estoy bien
Spectrum se levantó y se recargó en su escritorio.
—Bien, entonces como "tarea" te dejo que medites lo que te acabo de decir y elijas: Danny Chico o Danny Chica
La azabache se puso de pie y metió las manos a los bolsillos y cabizbaja. Se despidió de la mujer y salió de su oficina, sin darse cuenta de que una sonrisa diabólica pareció en los labios de la loquera a la vez que sus ojos se volvieron completamente rojos.
—Esto será muy fácil y mejor que la última vez
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En el transcurso del día, Danny se dio cuenta de que las palabras de la Dra. Spectrum eran ciertas: Dash siempre la molestaba a ella, la mayoría del tiempo encerrándola en su casillero, a Tucker solo le quitaba su PDA y el moreno intentaba alcanzarlo y a Sam no le hacía o decía nada. Y lo que más le dolió fue descubrir que realmente ningún chico estaba interesado en ella. Obviamente Paulina y su grupo de amigas tenían todos los días sus casilleros llenos de cartas y/o regalos. Incluso Sam llegaba a recibir a lo mucho cinco cartas y/o detalles a la semana, pero ella nada.
Evidentemente no había comentada nada de eso con la psicóloga, pero Danny no pudo evitar darse cuenta de que incluso como Phantom su apariencia era algo masculina, (aún teniendo el cabello largo y recogido en una coleta baja, y eso lo pudo comprobar con esa vez que Kitty, poseyendo a un chico guapo de último año, la usó para causarle celos a Johnny 13.
Las clases terminaron y Danny estaba decaída; Sam y Tucker notaron su actitud, pero ninguno de los dos pudo hacer que la azabache les contara la razón por la cual estaba así, lo único que sabían es que empezó cuando salió de la oficina de Spectrum. Intentaron animarla invitándola a comer a la Hamburguesa Apestosa o ir a ver una película, pero nada funcionaba.
Llegaron a los Laboratorios Fenton, Danny se despidió secamente de sus mejores amigos y entró a su casa sin mirarlos.
—¿Qué crees que le paso? —preguntó Tucker a Sam—. ¿Qué le habrá dicho o hecho la Dra. Spectrum?
—No lo sé —contestó la gótica—, pero eso lo averiguaremos
La joven halfa entró a su casa cabizbaja, haciendo que no se diera cuenta que sus padres estaban trabajando en la sala.
—Hola cariño ¿qué tal la escuela? —preguntó Maddie sin levantar la mirada de su trabajo
—Bien, sin novedades —respondió Danny indiferente
Caminó hacia la cocina, pero apenas dio cinco pasos cuando un disparo pasó enfrente de ella e hizo un agujero en la pared. Danny pasó su mirada de susto de la pared hacia sus padres, quienes también se veían asustados.
—Danny yo... Lo siento —dijo Jack todavía con el arma en las manos y escondiéndola tras su espalda—, no sé qué sucedió. Esta cosa sigue accionándose sola, según esto hay un fantasma, pero no veo nada. Trabajaremos más en esto y así evitaremos otro accidente.
—Como digas... —Danny camino con cautela hasta la cocina y en cuanto perdió de vista a sus padres, suspiró aliviada—. De verdad uno de estos días, literalmente, me van a matar
Sacó del refrigerador un refresco y pizza de la cena del día anterior. Calentó la comida y subió rápido a su habitación; dejó los alimentos en su escritorio y se sentó a comer a la vez que leía una historieta que tomó al azar. A la mitad de su lectura se dio cuenta de que lo que estaba haciendo y que también era una actitud masculina; cerró la historieta de golpe e hizo a un lado la comida, de verdad nunca se había dado cuenta de su conducta hasta que Spectrum se lo dijo y ya no sabía qué hacer.
«Danny Chico o Danny Chica»
Las palabras de la psicóloga seguían dando vueltas en su cabeza y ya se estaba hartando. Odiaba admitirlo, pero ella tenía razón, necesitaba decidir cuál era su verdadero yo; así que empezó a imaginar cómo sería su vida si definía su yo:
DANNY CHICO
—¡Danny! ¡Vámonos a la escuela! —llamó Jazz tocando la puerta. Al no recibir respuesta, rodó los ojos y entró a la habitación—. Danny, entiendo que anoche tuviste que combatir fantasmas, pero eso no significa que debas faltar a la escuela —tomó las sábanas y las apartó de un tirón.
—¡Jazz! ¿Qué te pasa? —se quejó Danny cubriéndose la cabeza con la almohada
—Levántate y arréglate, hermanito — arrojó la sábana a la cama y salió del cuarto
Danny se quitó la almohada y se sentó en la cama con pereza. Se pasó las manos por la cara y se alborotó el cabello, más de lo que ya estaba; se levantó y fue a su armario, se quitó su pijama de la NASA y se cambió por una camiseta negra de su banda favorita Dumpty Humpty y sobre esta una camisa a cuadro roja remangada hasta los codos, pantalones de mezclilla azul marino y tenis rojos. Tomó su mochila, comió un rápido desayuno y fue a la escuela.
En el camino se encontró con Sam y Tucker y los tres amigos fueron a la escuela. El día estuvo tranquilo y aburrido como siempre, hasta que...
—¡Fenton!
Danny corría por los pasillos (valga la redundancia) huyendo de Dash; el chico había reprobado un examen, y cada vez que eso pasaba se desquitaba con este.
Siguió corriendo hasta que llegó a un pasillo que no tenía salida. Pensó que sería su fin, pero recordó sus poderes fantasmas y los uso para finalmente escapar del mariscal de campo. Llegó a la cancha de fútbol y creyó que tendría paz, pero para su mala suerte su sentido fantasma se activó y antes de que pudiera reaccionar una red ectoplásmica rodeó su cuerpo y le dio una descarga eléctrica. Cuando el dolor se detuvo entreabrió los ojos y vio al dueño de la red.
—Skulker...
—Así es Niño Fantasma —dijo el cazador—. Ahora que ambos halfas son del mismo género, no me sentiré tan mal de dejar a su especie "en peligro de extinción" y podré convertirte en un trofeo que colgaré en mi pared
—Pues yo no lo creo —Danny concentró su energía fantasma en las manos y rompió de un tirón la red liberándose en el acto.
Los dos fantasmas lucharon hasta que finalmente Danny derrotó al cazador y lo encerró en el termo Fenton. Regresó a la escuela, volvió a ser Fenton y buscó a sus amigos.
—¡Danny!
El aludido volteó y vio a Sam y Tucker correr hacia él y lo abrazaban.
—Amigo ¿estás bien? —preguntó Tucker terminando el abrazo
—Sí, estoy bien —respondió Danny pasando su mano por su cabello
—Nos tenías preocupados —dijo Sam—. Primero te vimos huyendo de Dash y después escuchamos una pelea
—Era Skulker, pero no se preocupen —les mostró el Termo Fenton sacudiéndolo un poco—. Aquí está
—¡Genial amigo! —dijo Tucker chocando el puño con el halfa—. Aún no entiendo porque los fantasmas no entienden que no dejen volver aquí
—Supongo que les gusta que les patee el trasero —dijo Danny encogiéndose de hombros quitándole importancia al asunto
Sonó el timbre y los tres amigos siguieron con sus clases. El día siguió con normalidad, incluyendo las bromas de Dash y el equipo de fútbol americano a Danny (encerrarlo en su casillero, atacarlo con comida, colgarlo por la ropa interior de la asta banderas, etc.,). Finalmente, las clases terminaron y los tres adolescentes se fueron cada uno a sus casas; pero en el camino se activó el sentido fantasma del azabache y el chico se golpeó la cara con la palma de la mano.
—¿Es una broma? —preguntó para sí mismo enojado—. ¡He tenido un mal día como para soportar otro ataque fantasma! —miró la calle buscando donde transformarse y entró a un callejón—. I'm going ghost! —paso de Fenton a Phantom y voló en busca del fantasma—. ¿Quien es el tonto o tonta que viene a molestarme hoy? Obviamente no es Skulker, porque todavía lo tengo.... —se cortó a media frase porque un rayo de plasma fucsia le dio de lleno en el pecho y lo derribó hasta un auto haciendo que se destruyera por el impacto.
—Realmente debes aprender a nunca bajar la guardia, pequeño tejón
Danny levantó la mirada y se sorprendió al verlo.
—Plasmius —se incorporó y voló a la altura del halfa mayor—. ¿Qué haces aquí?
—Lo que haga no es asunto tuyo, niño —respondió Plasmius con una sonrisa burlona y le volvió a disparar
Danny de nuevo recibió el impacto y se estrelló contra la acera. Vio que Vlad iba atacar, pero logró quitarse a tiempo y empezaron a combatir cuerpo a cuerpo cargando sus puños con ecto energía. Aunque el joven halfa no quisiera admitirlo, Vlad demostraba sus años de experiencia como el primer halfa; llegaba un punto en que Phantom ya no podía aguantar más el combate, pero no iba a demostrar su agotamiento.
Finalmente, Plasmius logró derribar a Phantom haciendo que se estrellara contra un edificio en ruinas. Danny estaba rodeado de escombros y estaba semi inconsciente por lo que pudo ver a su rival acercarse a él con una sonrisa de triunfo en sus labios. El adolescente intentó ponerse de pie, pero su cuerpo no respondía, estaba exhausto.
—¿Qué pasa Daniel? ¿Te das por vencido?
—Nunca Plasmius
—Ríndete, niño. Yo gane
Danny iba a responderle, pero ya no tenía ni fuerzas para hablar. Vlad se acuclilló ante él y lo sujetó con fuerza del rostro para que lo mirara a los ojos.
—Bien, bien, bien... El gran Danny Phantom ya no puede pelear. Finalmente está derrotado
El joven halfa lo miró con odio y de un brusco movimiento de cabeza se soltó del agarre del mayor. Vlad miró al adolescente a los ojos y Danny se sorprendió al ver que su expresión pasó de burlona a seria. El mayor volvió a tomar el rostro del menor con una mano y acercó su rostro al del chico. Danny abrió mucho los ojos ante lo que pasó: Vlad Plasmius, su archienemigo, lo estaba ¿¡besando!? Al adolescente no le dio tiempo ni de cerrar los ojos porque Vlad rompió bruscamente el besó y lo empujó.
—¿Qué rayos...?
—Eso fue un "beso de despedida"
—¿Qué?
—Tengo que admitir que como chica me empecé a interesar en ti, pero ahora como estás... —miró a Danny de arriba abajo con desdén— solamente eres una molestia —a Phantom le dolieron esas palabras. Vlad cargo sus manos con ecto energía—. Do svidaniya, malen'kiy barsuk* —y disparó.
Danny reaccionó de golpe casi cayéndose de la silla ante el brusco movimiento. Pasó su mano por su cara, alborotándose el fleco, no sabía si lo que imagino fue de manera consciente o inconsciente, pero aún así no quería averiguarlo. Se acomodó en la silla, recostándose en el respaldo de la silla y su brazo apoyado en su frente: una opción pensada, faltaba otra.
DANNY CHICA
—Y lista... ¡Te ves hermosa, hermanita!
Jazz tomó el respaldo de la silla donde estaba sentada Danny y lo volteó para que la azabache viera su reflejo: Jazz la maquilló de modo que se viera natural, arregló el cabello de su hermana en ondas y recogido con una diadema azul marino y su fleco lacio y enmarcando su rostro.
—Gracias Jazz
—De nada Danny. Ahora ve a terminar de arreglarte y nos iremos a la escuela
La azabache asintió y salió de la habitación de su hermana yéndose a la suya. Pasó frente a su tocador y se miró otra vez al espejo, le parecía raro verse así a la vez que se sorprendía, nunca creyó que podría verse tan bonita. Se alejó del espejo y siguió con su arreglo personal; se puso una playera azul marino de mangas ¾, jeans azul claro y zapatillas negras.
Cuando estuvo lista, tomó su mochila y se fue a la escuela junto con su hermana, quien no dejó de molestarla de lo bonita que se veía. En la entrada de la escuela la esperaban Sam y Tucker; saludó a sus amigos y los tres fueron a clase.
A mitad del día Danny tuvo que salir de clases, su sentido fantasma se había activado. Corrió a los baños y se transformó en Phantom, salió de la escuela y buscó al fantasma.
—¿Dónde...? —recibió un ataque por detrás arrojándola hacia un edificio. Salió de los escombros y miró a su atacante—. Skulker
—El mismo, Niña Fantasma —dijo con burla el cazador acercándose a la chica y guardando el cañón de su hombro
Danny salió del edificio y voló hasta quedar de frente con Skulker.
—¿Qué nunca te vas a cansar de esto?
—Cuando tengo una presa en la mira, no me detengo hasta obtenerla. —desenfundó su cañón de muñeca—. Eres la única hembra de tu especie, así que considerare afortunada de que solamente te tendré cerrada en una jaula —y volvió a disparar a Danny
La joven logró esquivarlo y contraatacó con un ecto rayo, el cual le dio en uno de los jets del cazador haciendo que perdiera el control y cayera en picada. Sin darle tiempo a Skulker de levantarse, Danny lo atrapó en el termo Fenton.
—Siempre es muy sencillo acabar con el "protector de la ecología" —dijo Danny para sí misma mientras jugaba con el termo
Se colgó el contenedor al hombro y voló de regreso a la escuela. Estaba a dos cuartas de está cuando recibió un disparo por el costado derecho derribándola y haciendo que se estrellara contra el pavimento. Se quitó los escombros del asfalto y se pasó la mano por la cabeza.
—Realmente debes aprender a nunca bajar la guardia, pequeña tejón
Danny levantó la mirada y se sorprendió al verlo.
—Plasmius —se incorporó y voló a la altura del halfa mayor—. ¿Qué haces aquí?
—Lo que haga no es asunto tuyo, niña —respondió Plasmius con una sonrisa burlona y le volvió a disparar
Danny logró hacerse a un lado a tiempo para esquivar el ataque, emprendió el vuelo y le disparó al halfa mayor, quien levantó un escudo ectoplasmático bloqueando el ataque. La joven le disparó varias veces, pero Vlad volvía a bloquearlos con su escudo; Danny comenzó a enfadarse, estaba claro que el halfa mayor no la veía como una amenaza, incluso podría decir que ni la tomaba en serio, así que para demostrarle que no debía subestimarla lo acató con su lamento fantasmagórico.
Ese ataque tomó por sorpresa al mayor destruyendo su escudo y derribándolo, pero no se estrelló como la joven anteriormente, sino que usó su teletransportación para alejarse del ataque. Danny cesó su ataque y se dio cuenta que Vlad ya no estaba.
—¿Adónde...? —el halfa mayor la atacó por detrás.
Danny logró voltearse y quedar de frente a su rival, pero no pudo liberarse. Vlad la estrelló contra un edificio en ruinas sin soltar a la chica,
—¡Suéltame! —exigió Danny forcejeando para liberarse—. ¿Qué rayos...? —pero su pregunta quedó al aire al ver al mayor.
Vlad la miraba fijamente, la joven se sorprendió al ver que en los ojos del mayor no había odio ni ira, sino que se había ablandado.
«¿Ahora qué le...?»
Sus pensamientos fueron interrumpidos al sentir ¿¡los labios de Vlad contra los suyos!? Antes de que Danny siquiera le respondiera el beso, el mayor lo rompió.
—Vlad...
—Tengo que admitir Daniela, que desde que te conocí no he podido sacarte de mis pensamientos. Lo que decía respecto a quedar con Maddie era solamente para ocasionarte celos y de ese modo saber si tú sientes lo mismo por mí. —Vlad sonrió a Danny entre sincero y burlón—. Eres muy fácil de engañar, mi pequeña tejón
—Desequilibrado —dijo Danny riendo
Vlad acarició la mejilla de Danny y volvió acercar su rostro al de la chica. La joven cerró los ojos lista para sentir el beso...
¡PUM!
Danny estaba pecho tierra, se había dejado llevar por la fantasía que se movió de la silla y se cayó de esta.
—Auch —se puso de pie y se sobó la nariz volviéndose a sentar en la silla
Este último pensamiento podía estar segura de que fue consciente, ya que durante la entrevista con la psicóloga el halfa mayor había aparecido en sus pensamientos y ahora también; eran dos posibilidades de cómo sería su interacción con el multimillonario, aunque también creía que la relación Heroína-Villano no cambiaría drásticamente de la noche a la mañana, sería un gran cambio.
Se movió en la silla hasta estar de frente al espejo y ver su reflejo: Ya tenía su decisión.
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*Adiós, pequeño tejónen ruso
¿Hola...? ¿Hay alguien ahí?
Primero que nada, quiero disculparme por la tardanza. No obstante, quiero dejar en claro que, a pesar de que me tarde en actualizar, nunca dejare abandonada este historia o cualquiera de las que estoy escribiendo.
Así que les agradezco su paciencia y espero que sigan disfrutando de mis historias.
Saludos
Ichigo Snape
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